Buzzi, Maquiavelo y los santos inocentesEES 118
Por momentos Buzzi parece olvidar que Das Neves es un líder agónico que está peleando apenas por sobrevivir políticamente. No es precisamente un estratega que prepara una batalla de largo plazo para reconquistar el poder provincial, sino un hombre derrotado que rumia su disgusto con el kirchnerismo y su bronca íntima por haber perdido los estribos al punto de subirse a la nave fantasma de Duhalde. Cuando el gobernador y algunos de su entorno pierden de vista esa realidad manifiesta, el oficialismo no hace más que sobredimensionar a un fantasma y pierde tiempo valioso de gestión y construcción política a futuro.
Algunos de los hombres ahora más cercanos a Buzzi -sobre todo, aliados tácticos que vienen de experiencias densas dentro del peronismo desde la década del '80- le señalan al gobernador el capítulo de "El Príncipe" donde Nicolás Maquiavelo prescribe hacer el mal "todo junto" a sus adversarios políticos, y en momentos en que se busca concentración de poder y gobernabilidad. "Como hizo Néstor en 2003 con Duhalde", abundan. Le están pidiendo un shock de poder y disciplinamiento, un auténtico golpe sobre la mesa.
Sin embargo, desde que asumió hasta ahora, Buzzi ha hecho gala de máxima tolerancia pública, incluso soportando ataques de dirigentes de segunda y tercera línea del dasnevismo, sumados a algunos empresarios que se forraron entre 2003 y 2007.
Pese a esa recomendación de pragmatismo, la gestión provincial se ha conducido con especial consideración hacia el ex mandatario, y especialmente respecto de algunos funcionarios muy flojos de papeles, que dejaron la marca de sus garras en distintas gestiones impresentables.
El buzzismo se ha abstenido incluso de instalar temas -periodística o judicialmente- que afecten de mala manera la imagen de la gestión de Das Neves. No ha impulsado ni siquiera del engendro de Ingentis, por ejemplo.
Impulsados por su inocencia o por su impunidad acerca de episodios ocurridos en la gestión 2003-2008, los restos de la Armada Brancaleone, dasnevistas de alma, disparan con enjundia en la Legislatura y en los medios sobre desprolijidades presuntas del buzzismo.
A juzgar por el volumen de los gritos, parece haber mucho más para investigar en los últimos seis meses que en los ocho años de gobierno omnímodo de Das Neves.
Habrá que aplaudirlos de todas maneras por su espíritu republicano, ya que es imprescindible investigarlo todo, desde 2003 hasta ahora, cueste lo que cueste. El problema surgirá si siguen la estrategia del tero. Eso sí, algún Alderete o María Julia anda por estas pampas de Dios, felices en su anonimato judicial. Por ahora.
En Casa de Gobierno las tesis sobre el ánimo pacífico de Buzzi se reducen someramente a dos. Una, sostenida por sus colaboradores más jóvenes y optimistas, afirma que el gobernador no necesita apelar a ninguna estrategia de desgaste para que Das Neves termine, en el mejor de los casos, exiliado en una banca de Diputados.
Para los "duros", Buzzi sigue al pie de la letra su visión estratégica, y simplemente está aguardando el momento justo para hacer detonar sutilmente alguna bomba sobre las graves desprolijidades de la gestión dasnevista, de las que el endeudamiento es una piedra de toque. Para este segundo grupo, los papeles comprometedores abundan, ordenados y clasificados por tema, listos para volar cuando los tiempos lo requieran y quedar así a disposición de los medios y la Justicia. ¿Ese momento llegará en las vísperas electorales de 2013?
La unidad
La puesta en escena de la unidad -o empate o armisticio- realizada en Rawson por el Frente para la Victoria tuvo un efecto didáctico. A la medida del análisis simbólico de Buzzi, el hecho dejó en claro que todos los que sonrieron para la foto no son tan enemigos como amenazaban, aunque tampoco son tan amigos como parecen, ahora, bajo las luces del flash.
Si se abría el zoom, era posible notar que Yauhar aumentaba la importancia política de los que estaban en el lugar, y que la cosa no era para votar sino para hacer una demostración de poder. Todos enfatizaron el credo de la unidad y tendieron lazos para que regresen los compañeros descarriados.
Estuvo con Buzzi buena parte de los peronistas que tienen cargos, historia, estructura, aspiraciones o chapa de alguna índole, incluyendo a varios que hacen de la duda o el tironeo un ejercicio metódico. Di Pierro hizo mutis por el foro, aunque últimamente se lo ve poco en la provincia.
Las excepciones "ideológicas" fueron Das Neves y Pérez Catán. Ambos estaban muy cerca de ahí, en Trelew, presidiendo su acto reivindicatorio en el centro de jubilados de Primera Junta y Ameghino. Se dijo que en este segundo acto había esposas e hijos de unos cuantos dirigentes que asistieron al otro. A los horrorizados habría que recordarles: "es el peronismo, estúpido".
¿Quién se quiere bajar de un portaviones del que despegan naves de toda especie, pero de las cuales casi todas llegan al poder? Además, ¿sería razonable que viejos lobos de la administración pública se negaran a tener dos boletos para las cuadreras de 2015, por las dudas?
La escena tiene un dejo patético y muy republicano no es, pero el PJ ha sabido construir la versión adecuada para cada momento de la historia, y lo ha hecho con militantes de fierro pero también con la amnistía de los tránsfugas internos.
Buzzi encara el último cuatrimestre del 2012 con las manos llenas y con las manos vacías. Llenas, porque -más allá del temprano respaldo presidencial- tuvo audacia para surfear varios mares de fuego en los primeros meses, sometido al juego de "disparen sobre el gobernador", un deporte que juegan derrotados y ambiciosos por igual.
Además, pudo hacer evidente ante la sociedad que su ruptura con Das Neves tenía verdaderos argumentos políticos, una verificación que dirigentes como Guinle, Yauhar y Eliceche terminaron por convalidar.
Con las manos vacías, porque heredó poco más que deudas de la gestión anterior, y en esas condiciones debe dar un golpe de autoridad que demanda obras y crecientes inversiones sociales, en un cuadro agravado por las limitaciones que impone la Nación. Además, necesita a todas luces un fortalecimiento de la gestión cotidiana, que requiere un gabinete con peso, capaz de poner el cuerpo y algunas ideas propias.
Acciones de YPF:
una pérdida dolorosa
POR C.A.
Cuando se conocieron los porcentuales que le corresponderían a cada provincia, llamó poderosamente la atención el escaso 2,16% que se le adjudicó a Chubut, aproximadamente la quinta parte del 10,45% que recibió Neuquén.
El Acuerdo Federal para la Implementación de la Ley 26741/12 determinó la metodología de distribución de las acciones de YPF que quedaron en manos de las provincias productoras de hidrocarburos tras la expropiación. El gobierno nacional dispuso la distribución entre las provincias del 49% del total (51%) de las acciones que fueron expropiadas a la petrolera española.
El acuerdo, firmado por gobernadores y funcionarios nacionales, establece que la distribución se realizaría en función de las reservas de hidrocarburos que YPF posea en cada uno de los Estados provinciales.
El artículo segundo del pacto sostiene bajo el título "Transferencia equitativa de acciones": "las provincias aceptarán que la transferencia del 49% de las acciones a expropiar se realice en función de los niveles de producción actual y las reservas de interés que YPF S.A. posea en cada uno de sus territorios" y consideran "equitativa y satisfactoria para cada una los porcentajes"; es decir sin reclamo.
Si consideramos el 49% de las acciones como el total a distribuir, Neuquén recibió el 41,8%; Santa Cruz el 20,9%; Mendoza el 20,6%; Chubut el 8,4%; Río Negro el 3,2%; Tierra del Fuego el 2,5%; Salta el 2%; La Pampa el 0,5%; y Formosa el 0,2%.
Si se proyecta esa tenencia accionaria al conjunto de la composición de YPF, Neuquén se quedó con el 10,45%; Santa Cruz el 5,2%; Mendoza el 5,1%; y Chubut el 2,1%.
La paradoja de la lógica capitalista, la voracidad empresaria y la historia se conjugaron para que luego de 105 años de producción incansable desde Comodoro Rivadavia, las reservas chubutenses de YPF fueran aniquiladas por el desmanejo de Repsol en los últimos años.
Por eso, las tierras del descubrimiento del petróleo han visto escurrirse de entre los dedos largas décadas de producción, miles de millones de metros cúbicos de reservas y ahora también gran parte de las acciones que le hubieran correspondido por su rol histórico.
Aún después de la expropiación, las garras de Repsol han vuelto a disparar sobre Comodoro Rivadavia y sobre Chubut. La reparación histórica quedará de nuevo como una utopía.
EES 118
Por momentos Buzzi parece olvidar que Das Neves es un líder agónico que está peleando apenas por sobrevivir políticamente. No es precisamente un estratega que prepara una batalla de largo plazo para reconquistar el poder provincial, sino un hombre derrotado que rumia su disgusto con el kirchnerismo y su bronca íntima por haber perdido los estribos al punto de subirse a la nave fantasma de Duhalde. Cuando el gobernador y algunos de su entorno pierden de vista esa realidad manifiesta, el oficialismo no hace más que sobredimensionar a un fantasma y pierde tiempo valioso de gestión y construcción política a futuro.
Algunos de los hombres ahora más cercanos a Buzzi -sobre todo, aliados tácticos que vienen de experiencias densas dentro del peronismo desde la década del '80- le señalan al gobernador el capítulo de "El Príncipe" donde Nicolás Maquiavelo prescribe hacer el mal "todo junto" a sus adversarios políticos, y en momentos en que se busca concentración de poder y gobernabilidad. "Como hizo Néstor en 2003 con Duhalde", abundan. Le están pidiendo un shock de poder y disciplinamiento, un auténtico golpe sobre la mesa.
Sin embargo, desde que asumió hasta ahora, Buzzi ha hecho gala de máxima tolerancia pública, incluso soportando ataques de dirigentes de segunda y tercera línea del dasnevismo, sumados a algunos empresarios que se forraron entre 2003 y 2007.
Pese a esa recomendación de pragmatismo, la gestión provincial se ha conducido con especial consideración hacia el ex mandatario, y especialmente respecto de algunos funcionarios muy flojos de papeles, que dejaron la marca de sus garras en distintas gestiones impresentables.
El buzzismo se ha abstenido incluso de instalar temas -periodística o judicialmente- que afecten de mala manera la imagen de la gestión de Das Neves. No ha impulsado ni siquiera del engendro de Ingentis, por ejemplo.
Impulsados por su inocencia o por su impunidad acerca de episodios ocurridos en la gestión 2003-2008, los restos de la Armada Brancaleone, dasnevistas de alma, disparan con enjundia en la Legislatura y en los medios sobre desprolijidades presuntas del buzzismo.
A juzgar por el volumen de los gritos, parece haber mucho más para investigar en los últimos seis meses que en los ocho años de gobierno omnímodo de Das Neves.
Habrá que aplaudirlos de todas maneras por su espíritu republicano, ya que es imprescindible investigarlo todo, desde 2003 hasta ahora, cueste lo que cueste. El problema surgirá si siguen la estrategia del tero. Eso sí, algún Alderete o María Julia anda por estas pampas de Dios, felices en su anonimato judicial. Por ahora.
En Casa de Gobierno las tesis sobre el ánimo pacífico de Buzzi se reducen someramente a dos. Una, sostenida por sus colaboradores más jóvenes y optimistas, afirma que el gobernador no necesita apelar a ninguna estrategia de desgaste para que Das Neves termine, en el mejor de los casos, exiliado en una banca de Diputados.
Para los "duros", Buzzi sigue al pie de la letra su visión estratégica, y simplemente está aguardando el momento justo para hacer detonar sutilmente alguna bomba sobre las graves desprolijidades de la gestión dasnevista, de las que el endeudamiento es una piedra de toque. Para este segundo grupo, los papeles comprometedores abundan, ordenados y clasificados por tema, listos para volar cuando los tiempos lo requieran y quedar así a disposición de los medios y la Justicia. ¿Ese momento llegará en las vísperas electorales de 2013?
La unidad
La puesta en escena de la unidad -o empate o armisticio- realizada en Rawson por el Frente para la Victoria tuvo un efecto didáctico. A la medida del análisis simbólico de Buzzi, el hecho dejó en claro que todos los que sonrieron para la foto no son tan enemigos como amenazaban, aunque tampoco son tan amigos como parecen, ahora, bajo las luces del flash.
Si se abría el zoom, era posible notar que Yauhar aumentaba la importancia política de los que estaban en el lugar, y que la cosa no era para votar sino para hacer una demostración de poder. Todos enfatizaron el credo de la unidad y tendieron lazos para que regresen los compañeros descarriados.
Estuvo con Buzzi buena parte de los peronistas que tienen cargos, historia, estructura, aspiraciones o chapa de alguna índole, incluyendo a varios que hacen de la duda o el tironeo un ejercicio metódico. Di Pierro hizo mutis por el foro, aunque últimamente se lo ve poco en la provincia.
Las excepciones "ideológicas" fueron Das Neves y Pérez Catán. Ambos estaban muy cerca de ahí, en Trelew, presidiendo su acto reivindicatorio en el centro de jubilados de Primera Junta y Ameghino. Se dijo que en este segundo acto había esposas e hijos de unos cuantos dirigentes que asistieron al otro. A los horrorizados habría que recordarles: "es el peronismo, estúpido".
¿Quién se quiere bajar de un portaviones del que despegan naves de toda especie, pero de las cuales casi todas llegan al poder? Además, ¿sería razonable que viejos lobos de la administración pública se negaran a tener dos boletos para las cuadreras de 2015, por las dudas?
La escena tiene un dejo patético y muy republicano no es, pero el PJ ha sabido construir la versión adecuada para cada momento de la historia, y lo ha hecho con militantes de fierro pero también con la amnistía de los tránsfugas internos.
Buzzi encara el último cuatrimestre del 2012 con las manos llenas y con las manos vacías. Llenas, porque -más allá del temprano respaldo presidencial- tuvo audacia para surfear varios mares de fuego en los primeros meses, sometido al juego de "disparen sobre el gobernador", un deporte que juegan derrotados y ambiciosos por igual.
Además, pudo hacer evidente ante la sociedad que su ruptura con Das Neves tenía verdaderos argumentos políticos, una verificación que dirigentes como Guinle, Yauhar y Eliceche terminaron por convalidar.
Con las manos vacías, porque heredó poco más que deudas de la gestión anterior, y en esas condiciones debe dar un golpe de autoridad que demanda obras y crecientes inversiones sociales, en un cuadro agravado por las limitaciones que impone la Nación. Además, necesita a todas luces un fortalecimiento de la gestión cotidiana, que requiere un gabinete con peso, capaz de poner el cuerpo y algunas ideas propias.
Acciones de YPF:
una pérdida dolorosa
POR C.A.
Cuando se conocieron los porcentuales que le corresponderían a cada provincia, llamó poderosamente la atención el escaso 2,16% que se le adjudicó a Chubut, aproximadamente la quinta parte del 10,45% que recibió Neuquén.
El Acuerdo Federal para la Implementación de la Ley 26741/12 determinó la metodología de distribución de las acciones de YPF que quedaron en manos de las provincias productoras de hidrocarburos tras la expropiación. El gobierno nacional dispuso la distribución entre las provincias del 49% del total (51%) de las acciones que fueron expropiadas a la petrolera española.
El acuerdo, firmado por gobernadores y funcionarios nacionales, establece que la distribución se realizaría en función de las reservas de hidrocarburos que YPF posea en cada uno de los Estados provinciales.
El artículo segundo del pacto sostiene bajo el título "Transferencia equitativa de acciones": "las provincias aceptarán que la transferencia del 49% de las acciones a expropiar se realice en función de los niveles de producción actual y las reservas de interés que YPF S.A. posea en cada uno de sus territorios" y consideran "equitativa y satisfactoria para cada una los porcentajes"; es decir sin reclamo.
Si consideramos el 49% de las acciones como el total a distribuir, Neuquén recibió el 41,8%; Santa Cruz el 20,9%; Mendoza el 20,6%; Chubut el 8,4%; Río Negro el 3,2%; Tierra del Fuego el 2,5%; Salta el 2%; La Pampa el 0,5%; y Formosa el 0,2%.
Si se proyecta esa tenencia accionaria al conjunto de la composición de YPF, Neuquén se quedó con el 10,45%; Santa Cruz el 5,2%; Mendoza el 5,1%; y Chubut el 2,1%.
La paradoja de la lógica capitalista, la voracidad empresaria y la historia se conjugaron para que luego de 105 años de producción incansable desde Comodoro Rivadavia, las reservas chubutenses de YPF fueran aniquiladas por el desmanejo de Repsol en los últimos años.
Por eso, las tierras del descubrimiento del petróleo han visto escurrirse de entre los dedos largas décadas de producción, miles de millones de metros cúbicos de reservas y ahora también gran parte de las acciones que le hubieran correspondido por su rol histórico.
Aún después de la expropiación, las garras de Repsol han vuelto a disparar sobre Comodoro Rivadavia y sobre Chubut. La reparación histórica quedará de nuevo como una utopía.