Política

Interpelaciones e investigación: El $LIBRAgate puede arruinar los festejos de Javier Milei

 Por Mauricio Cantando 

Fue un tuit de viernes por la noche, en el Día de los Enamorados, la marca que dejó Javier Milei en su vínculo con la criptomoneda $LIBRA. El posteo fue borrado, pero sigue vigente: ya se investiga en Tribunales y ahora empezará a evaluarse en el Congreso, donde una coalición opositora quiere usar el escándalo para arruinar el festejo del Gobierno por el fin del cepo cambiario.

Martes y miércoles, con interpelación a funcionarios y la creación de una comisión investigadora, la Cámara de Diputados iniciará un estudio sobre la implicancia de Milei en el lanzamiento de la moneda virtual, que derivó en un tendal de denuncias de estafas, tanto en Argentina como en Estados Unidos.

Las investigaciones legislativas son una caja negra sin fondo a la vista: puede pasar cualquier cosa porque nadie las controla del todo. De mínima, se sabe que si, en los tres meses que funcionará la investigación, aparecieran pruebas que involucraren al Presidente con un eventual ilícito, la oposición que impulsa la pesquisa quedará obligada a iniciar un juicio político, justo al inicio de la campaña electoral.

La agenda del caso $LIBRA fue otro de los errores no forzados del Gobierno. Se votó en una sesión que Karina Milei subestimó, tanto que no puso todos los fierros para que los gobernadores volvieran a dejar sus bancas vacías. La secretaria general ejerce esa tarea junto a Guillermo Francos, quien ese día no pudo persuadir al cordobés Martín Llaryora.

Este fin de semana, el jefe de Gabinete lideró conversaciones con funcionarios para salir ileso de la avanzada opositora contra Milei por su vínculo con las cripto. Francos será interpelado el martes junto al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. El día anterior se conocerá el formato para una presentación que no registra ningún antecedente en este siglo.

Javier Milei, en apuros

La interpelación incluye a Toto Caputo, pero el ministro de Economía no quiere asistir y está dispuesto a arriesgar la estabilidad del Gobierno si lo obligan. "No tendría sentido que fuera", lo protegió Francos al inicio de la semana santa. Tampoco se lo espera al titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Roberto Silva, porque no tiene rango de ministro y la Constitución no lo contempla entre los posibles casos de interpelación.

La fobia del ministro de Economía al Congreso es un tema que deberá abordar personalmente Milei si no quiere volver a girar en falso. Cuando no se trata de temas económicos, el Presidente no mide el costo de sus decisiones, paga el precio en la opinión pública y tensa su relación con los aliados.

Por caso, la semana pasada, la prestigiosa revista británica The Economist destacó la gestión económica de Milei, pero ubicó entre los puntos flojos el rechazo del Senado a los pliegos de la Corte Suprema. A la prensa extranjera le costaría entender que el Gobierno pudo haber evitado esa escena de debilidad con una negociación más certera en la cámara alta o, llegado el caso, con el simple retiro de los expedientes. Ni el mandatario ni sus asesores midieron el precio de ese traspié.

El caso $LIBRA, también citado en la publicación inglesa, es otro de los golpes autoinfligidos por Milei, agravado por su nula reacción posterior. ¿Acaso hubieran prosperado las interpelaciones si un funcionario hubiese puesto la cara los días siguientes al tuit? Muchos en la oposición creen que no.

La guardia baja de Milei con este tema consolidó la alianza anti-Gobierno que se gestó en Diputados, capaz de construir una mayoría para doblegarlo. Es una sociedad en ciernes que integran Unión por la Patria, Coalición Cívica, Democracia Para Siempre (UCR crítica), un sector de Encuentro Federal y el FIT. Buscan una coordinación similar a la del Grupo A, aquel pool antiperonista que dominó el recinto de la cámara baja entre 2009 y 2011.

Este fin de semana, los referentes de estas fuerzas intercambiaron ideas sobre cómo llevar a cabo las interpelaciones. La propuesta de formato se definirá el lunes, pero la idea general es que pueda haber intercambio permanente de cada integrante de la comisión con Francos y Cúneo Libarona.

Martín Menem la quiere complicar. El titular de Diputados se aprendió casi de memoria el reglamento, comentado por su padre Eduardo, y descubrió que los formatos posibles para las nuevas interpelaciones se adaptan al viejo sistema bipartidista. Defenderá ese modelo, vigente a partir de una Constitución que ni siquiera tenía muy en cuenta a las terceras fuerzas. No será fácil llegar a un acuerdo.

¿Dónde está Toto Caputo?

La ausencia de Caputo es el problema mayor del Gobierno, porque el artículo 71 de la Constitución habilita a las cámaras a citar ministros. No hay una ley que regule ese texto y establezca una sanción por ausentarse, pero en la Casa Rosada admiten que podría prosperar un pedido de juicio político al ministro de Economía si deja su silla vacía. De ocurrir, estaría obligarlo a dar un paso al costado para evitar el proceso. Sería un duro golpe para el devenir del programa económico. Milei necesita evitarlo.

Se agrega un problema: la comisión de Juicio Político sigue sin autoridades designadas, porque Menem no reconoce la presidencia de Marcela Pagano, convertida en una intrusa en el bloque libertario, donde nadie la reconoce como par, pero tampoco la echan.

El riojano festejó como un gol de media cancha el posible bloqueo de la comisión investigadora del caso $LIBRA, que tendrá su reunión constitutiva el miércoles. Para lograrlo, debería consolidar un empate en 14, como presagia. La igualdad impediría que se elijan autoridades y citar testigos.

Menem considera de su lado a LLA, el PRO, dos UCR -oficial y libertaria-; y a Innovación Federal, el sello de los partidos provinciales. Con esta alianza, el oficialismo sumaria la mitad de los integrantes. La reunión será una carnicería, porque, como anticipó este medio, el nuevo Grupo A pedirá impugnar a los dos miembros de IF (la salteña Yolanda Vega y el rionegrino Agustín Domingo) por haber sido inscriptos luego del plazo establecido en la resolución. LLA alega que el bloque había hecho la reserva de los lugares. Será un ida y vuelta tenso.

El Plan B de la oposición dura es sumar aliados entre los 14 que el oficialismo considera de su lado, aprovechando los resquemores que siempre hay en años electorales. Como ya explicó Letra P, las diputadas Lorena Villaverde (Río Negro) y Emilia Orozco (Salta) fueron marginadas la mesa chica libertaria, por empezar demasiado rápido la campaña electoral en sus provincias. Tal vez el miércoles, los gobernadores de esos distritos se puedan tomar venganza.

Ficha limpia, más cerca

El Senado volvió a ser motivo de negociaciones truncas, que hicieron imposible garantizar un día para abrir el recinto. Victoria Villarruel pretende sesionar el jueves, pero necesita 37 bancas ocupadas y dispuestas a ayudarla. Ni ella ni nadie en la Casa Rosada saben cómo garantizar aliados. Están en un punto muerto.

La piedra en el zapato de los libertarios sigue siendo la dupla de Santa Cruz, José María Carambia y Natalia Gadano, a la que nadie en el Gobierno logra dominar. Tal vez el error es intentar controlar al dúo en vez de contenerlo. Nunca avanzaron sus proyectos para promocionar el petróleo convencional, ni siquiera en un formato acotado.

Encima, cada semana alguien del Gobierno hace algo para enrarecer más al binomio austral. No alcanzó con que frustraran la sesión preparatoria e impidieran elegir autoridades. Carambia estalló el miércoles pasado, cuando escuchó a la diputada macrista Silvia Lospennato culpar a su bloque de la demora en sancionar Ficha limpia, el proyecto para impedir candidaturas de condenados por corrupción e impediría volver al Congreso a Cristina Fernández de Kirchner.

Hubo un intercambio de mensajes subidos de tono entre ambos. El senador le envió a la candidata a legisladora porteña la nota que le hizo llegar la semana pasada a Villarruel para que hiciera una reunión de labor parlamentaria y se tratara Ficha limpia. Recordó que en la ciudad de Buenos Aires esta ley nunca fue sancionada, pese a que el PRO se declara principal promotor.

Carambia se enojó más cuando supo que la versión que difundió el Gobierno es que su bloque exige a cambio de dar cuórum activar las represas de Santa Cruz, una gestión que, en verdad, lleva al frente el gobernador Claudio Vidal. El senador publicó un video con su defensa e invitó a la vicepresidenta a sesionar.

La dupla austral votará Ficha limpia si el debate arranca, por lo que el jueves debería ser ley. Nadie da por cerrada a la dupla misionera (Carlos Arce y Sonia Rojas Decut), porque ese bloque hizo una objeción en Diputados (pidió sumar delitos informáticos), aunque de todos modos votó a favor. Hay muchas sospechas sobre un acuerdo entre Milei y el líder misionero Carlos Rovira para postergar este proyecto. Por ahora, son sólo versiones.

El problema de Villarruel es que el Senado se convirtió en una caja de sorpresas. Encima, por tratarse de una reforma electoral, para sancionar Ficha limpia si no se alcanzan los 37 votos (la mitad más uno del recinto) queda rechazada, sin importar la cantidad de negativos. Es demasiado riesgoso ir a ciegas.

El pasado martes hubo un episodio que pinta como funciona la cámara alta, sin jefaturas capaces de guiar una conversación. Parecían acordados los dictámenes de los candidatos a embajadores a Estados Unidos e India, Alejandro Oxenford y Wenceslao Bunge. Fueron a exponer y las firmas no aparecieron. El senador radical Martín Lousteau los elogió a ambos y se fue sin poner el gancho: luego prometió hacerlo. Su compañero Maximiliano Abad, con quien discutió fuerte en la última reunión, prefirió ni asistir a la audiencia.

Más extraña fue la actitud de Carlos Espínola, jefe del bloque provincias unidas, que controla Santiago Caputo, quien le prometió al senador una alianza en Corrientes que no se confirma. El exmedallista olímpico se fue enojado de la comisión porque el jefe del bloque oficialista, Ezequiel Atauche, no se había quedado hasta el final de la reunión. Los dictámenes no deberían ser un problema, pero todos ven fantasmas en años electorales. Y en el Senado, no hay nadie capaz de espantarlos.

Se vienen los vetos

En mayo empezará la segunda temporada en el Congreso de la serie "No hay plata, pero sí vetos", con dos temas repetidos de los capítulos de 2024: jubilaciones y universidades. Francos, en su reciente informe de gestión en Diputados, pidió no prorrogar la moratoria previsional, como proponen varios proyectos que volverán a debatirse este miércoles.

La fecha para dictaminar es el 6 de mayo y hay negociaciones en la oposición para conciliar un texto que se acerque a los dos tercios y quede librado del veto. No es fácil, porque UP está duro con la continuidad de la moratoria y la Coalición Cívica quiere incorporar un aumento de haberes previsionales, como sea. El acuerdo más cercano es una prestación proporcional (en función de los aportes) y algún incremento con un origen de los recursos para que Milei no acuse a cada representante de ser un degenerado fiscal.

La pelea por los fondos universitarios también está a la vuelta de la esquina. La diputada Danya Tavela (DPS) y su colega Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) presentarán un proyecto para aumentar el presupuesto de las casas de altos estudios, similar al sancionado el año pasado, que fue vetado por el Presidente, al igual que la norma que incrementó las jubilaciones. Se tocarán los salarios y los gastos de funcionamiento.

El Congreso también exigirá correr la motosierra de otra área sensible: la discapacidad. El miércoles tendrá dictamen definitivo la emergencia en esta materia hasta el 31 de diciembre 2027, un proyecto presentado por el diputado Daniel Arroyo (UP), que será respaldado con una marcha frente al edificio anexo.

La iniciativa exige al Presidente descongelar partidas y actualizar nomencladores. Milei pisó en falso con este sector cuando intentó restringir las pensiones con un decreto que usó términos de hace un siglo, como idiota o débil mental, que ya no cuadran con cualquier diagnóstico clínico. En La Libertad Avanza no reaccionaron durante el tratamiento en comisión de la emergencia en discapacidad y ningún aliado se plegó a la resistencia. No parece fácil evitar la sanción y tampoco sostener un eventual veto. Puede ser otra derrota oficialista.

Fuente: Letra P