Política

La aventura $Libra amenaza con tirar por la borda todos los planes de EEUU en la economía argentina

Por Daniel Ponzo 

Suena extraño, por lo menos sospechoso, que al menos seis organismos estadounidenses y otros tantos internacionales, además de la justicia argentina y sus pares de cuatro países, estén investigando la estafa $Libra propiciada por el presidente Javier Milei, sin que presuntamente nada haya pasado. Y más raro es que en lugar de hablar de eso, el periodismo argentino se halle sumergido en una polémica surgida de un presunta denuncia sobre una red de pedofilia. El FBI, la División de Fraudes del Departamento de Justicia, el Tesoro, la Comisión de Bolsa y Valores, la Comisión Federal de Comunicaciones y el Departamento de Seguridad Nacional, sin contar a la Dirección Nacional de Inteligencia de la que depende la CIA, no todos amigos del presidente Donad Trump, son las caras más visibles y notorias de esos organismos, sólo en Estados Unidos y sin contar a la Justicia misma, que investigan a Milei.

Sin embargo, casi incomprensiblemente el FMI acaba de prestarle 12 mil millones de dólares a un gobierno con varios de sus principales miembros sospechados de estafa, con el aval explícito del propio EEUU. La respuesta de porqué lo hizo debe ser mucho más esclarecedora que las decenas o centenas de millones de dólares que favorecieron a unos pocos vinculados al presidente como se sospecha. La deuda externa argentina, la importante lista de empresas del Estado que el FMI apura a privatizar y la explotación de los impresionantes recursos naturales del país, son parte de la explicación que, vale decir, no se refiere a decenas ni a cientos sino a miles de millones de dólares.

La aventura $Libra, que amenaza con tirar por la borda todos los planes de desembarco de EEUU en la economía argentina, más allá de un posible descuido personal ante la magnitud del negocio en juego, es apenas la punta de un ovillo ciertamente voluminoso. La cuestión cripto no es menor. La empresa argentina Adecoagro (dueña de las Tres Niñas, entre otras marcas) acaba de ser comprada en 600 millones de dólares por parte del Grupo Tether, el gigante cripto que está detrás de la stablecoin USDT y que también está en busca de quedarse con Bioceres, otra empresa argentina de desarrollo tecnológico y patentes que, casualmente, reportó en febrero una caída del 24% en sus ingresos.

El tema de las patentes no es menor. Los memoriosos recuerdan al embajador de Estados Unidos en Argentina durante el gobierno de Carlos Menem, Terence Todman, embarcado en una dura guerra en defensa del pago de patentes de productos de su país. No casualmente ese tema vuelve a registrarse hoy con marcada intensidad. Y no casualmente su hombre de confianza, el ex agente de la CIA Frank Holder reaparece en escena en un primer plano al lanzar una "organización sin fines de lucro", el Foro Económico Internacional de las Américas (IEFA) destinado a incentivar las inversiones estadounidenses en privatizaciones de empresas del Estado, recursos naturales vinculados al campo, el petróleo, gas, litio, oro, los minerales raros, etc.. Allí, en ese Foro, fue donde el jefe de asesores económicos de Milei, Demian Reidel se inmortalizó con su ahora emblemática frase: "El problema de la Argentina es que está llena de argentinos".

La participación de Holder no termina ahí. Entre esos inversionistas que busca atraer están también el criptómano Hayden Davis y sus amigos, que recorrieron el país a bordo de un avión de una empresa vinculada a un socio de Holder, el ex agente de la Side Leonardo Scaturicce. También jefe de Luján Belén Arrieta, la ex azafata que intentó pasar sin declarar 10 valijas en el aeropuerto, Scatturice es quien financia amablemente las reuniones de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) argentina, que preside Trump a nivel mundial, y las de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (Amcham). El propio Davis, que dice tener "dinero de los argentinos" producto de la estafa $Libra, reconoció que esos viajes eran para analizar inversiones. Cuatro provincias y Paraguay en seis días fue el raid récord. El país vecino, el último que visitó oficialmente Milei hace dos semanas, ofrece varias ventajas atractivas para el mercado cripto: tiene el agua y la energía de Yacyretá suficiente para abastecer al mercado cripto en la región. Pero esa es una cuestión casi menor, si se quiere, aunque dentro de un mismo contexto.

En ese marco, la visita del Secretario del Tesoro Bessent tampoco es inocente ni gratuita. Sirvió para dos cosas. Disimular que Trump no quiso atender a Milei para no quedar pegado ante la inminencia del avance de la investigación del caso $Libra y no unir la suerte del presidente a la relación entre EEUU y quienes queden a cargo de Argentina en caso de prosperar alguna de las causas en donde se lo investiga. Es que Trump también ha operado en forma similar con al menos dos cripto o memecoin, creadas por el mismo Davis, que también desarrolló la menos famosa $Milei: $Trump y $Melania. El negocio para EEUU y el FMI no puede estar ligado al nombre de los presidentes, vinculados a operaciones sospechosas, por eso debe ser entre naciones, fue el mensaje clave que le dio a entender Bessent a Milei en un encuentro tan breve como privado. La reunión, secretísima, tuvo por objetivo asegurarse el primer lugar en el remate argentino y evitar que China, por caso, se les anticipe.

En el mismo sentido funciona el endeudamiento inexplicable con el FMI. La deuda sirve para generar dependencia y debilitar al gobierno y a los empresarios argentinos o de otros países. El objetivo es generar las oportunidades que permitan grandes ganancias a capitales estadounidenses y el flujo de esos capitales para lo cual es ideal la proliferación de criptomonedas y la tokenización de la economía y el lavado de parte de esos activos y otros provenientes del pago de comisiones. No en vano Trump acaba de liberar la posibilidad de recibir coimas por parte de sus funcionarios y por decreto.

El objetivo político económico de EEUU y el FMI es también desindustrializar la Argentina para cambiar sus productos manufacturados por nuestras materias primas. Mientras eso sucede, muchos se enriquecen con la bicicleta financiera y atosigan a la población con el achique el Estado, la política de shock, la desocupación, el hambreo, el quite de las políticas sociales, etc., para que no interrumpa esa dinámica. Y para eso distraen. Mucho e intencionadamente. Como si se tratase de una cortina de humo muy calculada, en la misma semana en que se formó una comisión investigadora del Congreso y Milei fue citado a declarar por el caso $Libra ante la Justicia, la misma semana en la que se produjo una devaluación encubierta y hubo una disparada de precios que acompañó un rebrote inflacionario y la semana en la que el gobierno volvió a endeudarse extraordinariamente con el FMI y cuando comenzaban a conocerse sus nefastos nuevos planes de ajuste, la periodista Viviana Canosa del Grupo Clarín, amigo secreto de las administraciones Milei y Trump, denunció una red de pedofilia sin casi ninguna prueba, en un blef que ya apunta a ser histórico.

Más allá del muy calculado ruido adicional que supone ese escándalo, tiene como condimento central un dato clave que revela hasta donde la denuncia se acerca más a una opereta de prensa que a una verdadera investigación periodística: su fuente. Se trata ni más ni menos que de Tim Ballard, un denunciador serial de casos de pedofilia, que ya ha operado en varios países, filmó una película e incluso colaboró con la Policía Federal, la bonaerense y con la Justicia en operativos en Mar del Plata y el conurbano, aunque Patricia Bullrich ahora lo condene y advierta sobre su peligrosidad. Cercano a Trump, también miembro de la ultraderechista CPAC como Milei, Ballard tiene otras coincidencias interesantes: es mormón y fue bombero y agente de la CIA como su amigo el ex agente Holder, el mismo que trabaja por las oportunidades de negocios de EEUU en la Argentina.

Hay una frase remanida que se repite en casi toda las películas o novelas de espías: marines, FBI, policías, soldados, detectives o hasta bomberos, nadie termina de irse nunca de la CIA, siempre sigue trabajando para ella.

Fuente: Tiempo Argentino