Petróleo

Carbajales: "Las petroleras ya están recalculando sus planes de inversión"

El especialista en hidrocarburos admitió que la eliminación del cepo era esperada por la industria. Sin embargo, aseguró que una recesión mundial hará bajar más aún los precios del petróleo, lo que se verá reflejado en lo que recaudan las provincias. Recordó que la ley Bases terminó con el "barril criollo" y la posibilidad de que el Estado absorba los vaivenes del mercado.

El ex subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, aseguró que, por la caída del precio del barril de petróleo, y la guerra comercial que provocó Estados Unidos, "las empresas ya están recalculando sus planes de inversión", aunque admitió que la industria del sector "esta acostumbrada a los vaivenes".

Del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el levantamiento del cepo que anunció el gobierno nacional ayer, afirmó que "era una medida largamente esperada por el sector, especialmente por los productores, que deben invertir en una actividad capital intensiva".

Carbajales expresó que la caída del precio afecta la rentabilidad de los proyectos y esto provoca una merma en la inversión, que se traduce en menor producción y en menor actividad. Agregó que "una recesión global impacta rápidamente en la demanda de crudo, lo que hace caer los precios" y "se verá reflejado a fin de mes en los montos que recauden las provincias en regalías".

En cuando a si deberían bajar los precios de los combustibles en el surtidor, el doctor en Derecho y director del Instituto de Gas y Petróleo de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que "si YPF fuera consistente con su narrativa, sí" y recordó que "a fines del año pasado ya había aplicado una baja del 1%", algo marginal, pero lo hizo porque había bajado el precio del petróleo.

Carbajales también dijo que en el caso de que siga cayendo el precio del barril de petróleo, no cree que "el gobierno impulse algún tipo de medida de sostén, al menos no bajo el nombre de "barril criollo", como lo conocíamos".

Además, subrayó que con el RIGI no llegaron la cantidad de inversiones que esperaba el gobierno, pero que hay proyectos esperando ser aprobados. También se refirió al plan de inversión que presentó YPF en Estados Unidos este viernes, y la reglamentación de la exportación de GNL.

- ¿Se abren expectativas para Vaca Muerta por el acuerdo con el FMI y el levantamiento del cepo?

- Sí, obviamente el levantamiento del cepo era una medida largamente esperada por el sector, especialmente por los productores, que deben invertir en una actividad capital intensiva, donde el acceso al financiamiento es crucial. De ahí que el nivel de riesgo país sea un dato clave. Este anuncio, que el gobierno presenta como la etapa 3 del plan económico, busca modificar las reglas de juego, fortalecer las reservas, eliminar las restricciones cambiarias y, esperemos, contribuir a reducir el riesgo país. Todo esto podría facilitar que las inversiones fluyan, en un contexto global turbulento que no favorece este tipo de inversiones.

- ¿Cómo afecta a la producción y a la actividad en Vaca Muerta la caída del precio del barril de petróleo?

- Afecta, obviamente, a la rentabilidad de los proyectos, lo que incide en una merma en la inversión, que se traduce en menor producción y en menor actividad. Esta semana, tras el derrumbe en la cotización del barril, el CEO de YPF dijo que Vaca Muerta es resiliente frente a esos estándares globales de precio. Pero Argentina no es solo Vaca Muerta. Incluso si eso fuera cierto, también hay producción convencional, no solo en Neuquén sino especialmente en el Golfo San Jorge. Veo con mucha preocupación lo que ocurre ahí: cómo va a sostenerse la inversión en esa cuenca en un momento crítico, con la salida de YPF y la llegada de nuevos actores. La autoridad concedente deberá ser muy estricta al analizar los antecedentes de quienes ingresan, porque el contexto actual es mucho más ajustado que hace apenas un mes, y seguramente habrá que redefinir los parámetros de inversión.

- ¿La recesión mundial que podría generarse por las medidas de Donald Trump puede complicar la exportación de petróleo y gas de Vaca Muerta?

- Una recesión global impacta rápidamente en la demanda de crudo, lo que hace caer los precios. Me recuerda a lo que ocurrió durante la pandemia, y ahí hay que mirarlo en dos planos. Por un lado, qué pasará con los niveles de inversión. Por otro, cómo responde un país ante ese cimbronazo. En la pandemia, o incluso en 2014, Argentina intentó proteger su industria estableciendo un precio sostén para el barril, lo que aquí se conoce como "barril criollo". Sin embargo, hoy la Ley Bases limita ese tipo de medidas, ya que tiende a fijar precios según la paridad de exportación para el crudo y de importación para los combustibles. Entonces, podría pasar que se deje que el mercado resuelva esas cuestiones. Eso implicaría, por un lado, una baja en el precio de las naftas si realmente se sigue la evolución internacional, pero también un derrumbe en el precio del crudo a nivel local. No solo caerían los ingresos por exportación, también podría sobrar crudo y otros países intentar colocar su producción. Argentina hoy va a contramano de las políticas proteccionistas que se ven en otras partes del mundo. Todo esto podría tener un fuerte impacto no solo en las inversiones, la producción y el empleo, sino también en la recaudación de regalías para las provincias.

- ¿Las regalías de las provincias bajan porque baja el precio del barril de petróleo?

- Sí. Ya perdimos 10 dólares por barril en pocos días, y eso se verá reflejado a fin de mes en los montos que recauden las provincias. Más allá de si caen o no las cantidades exportadas, esto representa un efecto tijera sobre las arcas provinciales.

- ¿El panorama es alarmante entonces?

- A mí me consta que ya hoy mismo las empresas están recalculando sus planes de inversión. Pero, al mismo tiempo, esta es una industria acostumbrada a los vaivenes. Lo preocupante sería que esta situación se mantenga dos o tres meses, y se convierta en un nuevo estándar. Ahí sí sería muy preocupante. Más aún en un momento en el que Argentina busca posicionarse como un exportador neto, está saliendo al mundo a buscar financiamiento y compradores para el GNL, con proyectos que apuntan a 2027, 2028 y 2029, además de estar ampliando su capacidad de abastecimiento de crudo al mundo. Todo esto representa viento de frente para esos proyectos.

- ¿Puede haber conflictos con los trabajadores?

- Sí. La historia argentina ya muestra que eso puede suceder. Insisto, ocurre en un contexto donde YPF, al retirarse de las cuencas maduras, llegó a acuerdos con muchos trabajadores para retiros voluntarios con indemnización. Pero también sabemos que esas medidas, en algún momento, se agotan. Si no aparece una nueva actividad para reconfigurar el empleo, puede haber problemas. Ya estamos viendo tensiones entre provincias: hay trabajadores que quieren migrar de Chubut a Neuquén para seguir ejerciendo su oficio, y eso está generando ciertos cortocircuitos. Claro que ese sería el mejor de los escenarios: que un trabajador pueda reubicarse y seguir haciendo lo que hacía. Pero si la actividad desaparece o cae bruscamente, ahí sí se generaría un conflicto social. Por eso, las jurisdicciones locales tienen que estar muy atentas a lo que ya viene ocurriendo desde el año pasado, con el Plan Andes, con la llegada de nuevas compañías que deben ser más eficientes que YPF. Si no, el negocio no se entiende, y eso necesariamente va a impactar en las dotaciones en los yacimientos.

- Si se mantiene el precio bajo, o sigue bajando, ¿deberían bajar los combustibles en el surtidor?

- Si YPF fuera consistente con su narrativa, sí. Recordemos que a fines del año pasado ya había aplicado una baja del 1%. Fue algo totalmente marginal, pero como hecho fue significativo: en ese momento también había caído el precio del barril, no tanto como ahora, pero había bajado unos 10 dólares, creo que de 80 a 70, aproximadamente. Entonces, si uno sigue esa línea, hoy debería ser consistente y aplicar un sendero a la baja.

- Por la Ley Bases y las políticas que impulsa este gobierno, ¿es difícil pensar en el regreso del barril criollo si sigue cayendo el precio del petróleo?

- No creo que el gobierno impulse algún tipo de medida de sostén, al menos no bajo el nombre de "barril criollo", como lo conocíamos. Tal vez podrían surgir acuerdos voluntarios con los productores, pero la experiencia de la pandemia demuestra que no es un tema sencillo de resolver. Hay intereses cruzados: productores independientes que solo extraen crudo, refinadoras que deben comprar ese crudo y que, según el precio en el surtidor, pueden o no trasladar el valor que pretenden los productores. Después están los productores integrados, como YPF o Pan American, que refinan su propio petróleo. Y también están las provincias, que necesitan mantener cierto nivel de ingresos por regalías. Entonces, no es fácil fijar un precio de referencia y no veo al gobierno con intención de intervenir o aplicar una medida de arbitraje. Así que, no sé, está abierto ese panorama.

- ¿Qué evaluación se hace del RIGI? ¿Llegaron las inversiones que se esperaban?

- Es difícil evaluarlo y dar una opinión contundente. Si uno se deja llevar por las expectativas del gobierno, no hubo un aluvión de inversiones como se preveía. Pero, al mismo tiempo, ya hay 11 proyectos presentados. Lo que sí es innegable es que el mecanismo de aprobación no es sencillo. Todos los pasos internos que deben cumplirse, desde que un proyecto se presenta ante el Ministerio de Economía hasta que finalmente se aprueba, son complejos. Al día de hoy, solo hay tres proyectos aprobados: uno es un parque fotovoltaico de YPF Luz en Mendoza, otro es el gran proyecto del oleoducto VMOS, liderado por YPF, y el tercero es una iniciativa privada de TGS para potenciar el primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, hoy llamado Perito Moreno. En este último caso, se va a realizar una licitación. Entonces uno puede decir, no hubo una llegada masiva, lo que había eran proyectos que ya estaban maduros y ahora el RIGI los viabiliza de alguna manera. Hay otros proyectos que están esperando ahí, cumpliendo los pasos previos, también de minería, en cobre. Pero a la vez lo que uno empieza a escuchar cada vez con más fuerza es la necesidad de otros RIGIs. Un RIGI para las pymes, un RIGI para el hidrógeno, un RIGI para cuencas maduras, e incluso modificaciones al RIGI tal como lo vemos hoy. Lo que sí se está visualizando es que claramente es la energía, el sector energético quien va a ser punta en este régimen.

- YPF presentó en EE.UU. su plan de inversión, con buenos anuncios a pesar del contexto global...

- Si esto hubiera ocurrido un mes antes, el panorama habría sido otro. Hoy, con las turbulencias globales y un riesgo país en 900 puntos, la situación se complica un poco. Pero eso es solo la superficie. Cuando uno analiza en profundidad, en lo estructural, YPF no solo muestra buenos resultados, sino también grandes perspectivas a futuro para atraer inversores. Argentina, a pesar de sus problemas macroeconómicos, es un país alejado de los conflictos globales, sin riesgo político como el que enfrentan algunas potencias del primer mundo. Además, su producción se encuentra lejos de zonas de conflicto: no necesita atravesar ningún canal para llegar a los mercados asiáticos o europeos. Tiene, además, un gran potencial geológico. Por todo eso, YPF sigue siendo una empresa centenaria, ya asociada a grandes jugadores internacionales. Habrá que enfocarse en sus fortalezas y tratar de capear esta coyuntura adversa.

- ¿Qué análisis hace de la reglamentación de GNL que hizo el gobierno nacional?

- Es una reglamentación que ya va por su segunda etapa. Primero salió la ley de Bases, luego una primera reglamentación por parte del Ministerio de Economía, y ahora es la secretaría de Energía la que continúa afinando la letra con los detalles y pormenores de esas exportaciones. Recordemos que, por un lado, se permiten exportaciones en firme, a largo plazo, por hasta 30 años. Por otro lado, ya no se requerirá una autorización del Estado para exportar, aunque la secretaría de Energía conserva una herramienta para objetar una exportación en determinadas circunstancias. Esto tiene que ver, en última instancia, con garantizar el abastecimiento del mercado interno y preservar la producción local. Para eso se realizarán proyecciones de reservas y de producción cada cinco años. Inicialmente, las empresas deberán cumplir con el mecanismo de "no objeción", que dura 120 días, y luego, cada cinco años, deberán demostrar que pueden mantener esos niveles de producción. A partir de allí, se abre una posibilidad inédita en el país: firmar contratos de aprovisionamiento de gas natural licuado (GNL) a largo plazo. Era uno de los pasos que faltaban para hacer viables los grandes proyectos. Ya hay dos proyectos presentados en el RIGI. Uno de Pan American Energy junto a la empresa noruega Golar, que prevé una solución flotante: un buque licuefactor de gas natural en el puerto de San Matías, Río Negro. El otro es el gran proyecto liderado por YPF, denominado Argentina LNG, que es más complejo, porque requiere obras de infraestructura, gasoductos dedicados, y duplicar la producción de gas en Vaca Muerta. Pero esto también puede ser una solución para otras cuencas. A veces nos concentramos demasiado en Vaca Muerta, y esta iniciativa permitiría vender gas en forma de GNL incluso a países de la región, como Brasil o Chile. Con los precios actuales del LNG, el gas argentino podría ser competitivo, incluso considerando los costos de licuefacción.

Fuente: Va Con Firma