Ovnis en la Patagonia y Bariloche como "zona caliente"
Por Christian Masello
"Bariloche es una de las ‘zonas calientes' de Argentina en cuanto a reportes de avistamientos", afirmó el experto en ufología y escritor peruano Ricardo González Corpancho, poco antes de brindar en Bariloche una conferencia de carácter solidario.
El investigador es autor de más de veinte libros sobre el tema, y fue una persona cercana a Fabio Zerpa durante los últimos años del recordado ufólogo argentino.
González Corpancho se presentará el sábado a las 19 en el Rotary Club de Bariloche, Avenida de los Pioneros 4849. La entrada será un bono contribución destinado a la Aldea Infantil - Escuela Cailen. Quien desee concurrir puede obtener mayor información y reservar su lugar a través de WhatsApp (+54 9 294 458 1375 y +54 9 294 431 3476).
Antes de arribar a Bariloche, quien es una de las personas más respetadas a la hora de hablar del fenómeno ovni, mantuvo un diálogo con El Cordillerano.
-¿Cómo empezó su interés en la temática?
-Nací en Lima, Perú, un país lleno de misterios. Cuando era muy pequeño, en la sierra de Chosica, por la noche, observé un objeto que no pude identificar, y luego otros, como pelotas de tenis muy brillantes que iban haciendo una especie de saltitos sobre los cerros. Yo tenía unos cinco años, y me llamó mucho la atención. Mucho más tarde, ya de adolescente, en 1988 (nació en 1974), se repitió el fenómeno. En esa ocasión, sucedió de día y fue algo visto por otras personas. Incluso se habló de una oleada de observaciones en Perú. Ahí me dije: "He visto lo que dicen que es un ovni". Y me puse a estudiar sobre el tema.
-Justamente, la palabra ovni refiere a un objeto volador no identificado. ¿Desde el principio pensó en seres extraterrestres o era algo sobre lo que le quedaba la duda?
-Cuando era niño no me pregunté nada. Sencillamente, les llamaba estrellas caminantes. Era una época en la que no había drones ni tanta contaminación con aparatos en el cielo. Luego, al crecer, cuando comencé a estudiar el fenómeno, ya estaba al tanto de cómo es un satélite y el modo en que se desplaza, las confusiones que suelen darse con pájaros o fenómenos meteorológicos y demás. Entonces supe que lo que había visto en Chosica de niño era, por lo menos, un objeto no identificado. Cuando me puse a investigar el término ovni, a partir de la oleada de 1988, me enteré de que no se trataba de una expresión esotérica o mística, sino militar, creada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. El asunto es si un porcentaje de las observaciones, por más pequeño que sea, implica una inteligencia no humana actuando en nuestra realidad, como varios científicos y militares de grandes potencias han denunciado como voces independientes, porque de manera oficial ni la Federación Rusa ni los Estados Unidos, por poner dos ejemplos grandes, van a decir ante los micrófonos: "No estamos solos, pero lo hemos estado ocultando por décadas".
-Uno de sus avistamientos fue junto a su familia...
-Eso fue en octubre de 1993, y se trató de algo más complejo, porque no sólo tuvo que ver con observar anomalías en el cielo, sino que implicó una sensación, una especie de mensaje. Sentí el impulso de subir a la terraza de la casa y apareció un objeto rojo brillante sobre nuestra vivienda, en Orrantia del Mar, que es un barrio residencial de Lima. Luego el diario El Comercio, que no es sensacionalista, sino más bien conservador, habló de una oleada de observaciones, que justamente había comenzado con lo que sucedió en mi casa. Es decir que otros vecinos también lo habían visto. Mis papás, con mis dos hermanos menores, habían subido detrás de mí y todos vimos el objeto.
-¿Cómo describiría el impulso que lo hizo ir a la terraza?
-Fue algo que vino acompañado por un mensaje. Yo estaba estudiando para unos parciales de estadística y contabilidad (cursaba Mercadotecnia). En un momento dejé los apuntes para relajarme y escuché con claridad una voz masculina en mi cabeza, en mi propio idioma, sin acento, con cierto tinte metálico, que decía que subiera a la terraza, que eran seres de procedencia extraterrestre que estaban entrando en contacto conmigo. Una cosa es aceptar que no estamos solos y otra muy distinta afirmar que estás recibiendo algo así. Y todo eso estuvo acompañado de un impulso por subir a lo alto de la casa.
-¿Por qué cree que se da ese tipo de comunicación sólo con algunas personas y no ocurre de manera general?
-Yo sólo soy un testigo más que trata de investigar lo que le sucedió. No para que la gente crea, sino para que piense en el tema. Soy consciente de que el fenómeno, sea cual fuese su naturaleza -que es "no humana", de eso no tengo dudas-, ha contactado a algunos humanos para, a través de personas simples y corrientes, llegar a un colectivo mayor... Una especie de proyecto de sociodinámica humana llevado a cabo por una inteligencia que desconocemos, que trata de aprender de nosotros y contactar con diferentes frentes, tal vez porque aguardan algo que todavía ignoramos.
-Suele hablarse mucho acerca del Área 51, sobre cuánto de verdad y cuánto de mentira hay al respecto... ¿Qué opinión tiene sobre el tema?
-La mejor manera de ensuciar un caso es sembrar basura encima, así luego, por el hedor, la gente no se acerca... Es un poco lo que ha sucedido con el caso Roswell, en Nuevo México, y el Área 51, en Nevada, en la zona de Groom Lake, donde Estados Unidos desde hace muchos años ha mantenido un centro de investigación y de armado de prototipos militares de los más importantes. Yo me he entrevistado con pilotos de guerra de Estados Unidos, incluso con astronautas... He estado en la casa de Edgar Mitchell (piloto del módulo lunar en la misión del Apolo 14; el sexto hombre en pisar la Luna), quien me dijo que la NASA mentía, que sí investigaba el tema.
-Entonces, el Área 51 sí se dedica a la temática...
-Creo que detrás de Roswell y del Área 51 existe una parte de verdad, pero que también las historias se exageran y tergiversan.
-En la actualidad, ¿se producen más avistamientos o existe mayor tecnología para registrar objetos no identificados?
-Todo se ha incrementado. Hay más tecnología para captarlos y también más avistamientos, porque estamos viviendo una oleada tremenda, pero, al mismo tiempo, se producen muchas confusiones en el cielo. Cuando yo era chico, no existía la cantidad de satélites actual.
-¿Hay cada vez más gente que cree en la cuestión o todavía predomina el escepticismo?
-El escepticismo ha disminuido drásticamente. Cada vez más gente acepta la posibilidad de que estemos siendo visitados por seres extraterrestres, o por lo menos están abiertos a la alternativa de que eso pueda ocurrir. No es como antes, cuando quien hablaba de estos temas era considerado un loco, charlatán, farsante o mitómano.
-¿Qué puede decir acerca de la Patagonia y particularmente de Bariloche en relación a los avistamientos?
-Bariloche es una de las zonas calientes de Argentina de reportes de avistamientos. Fabio Zerpa me hablaba muchísimo de la ciudad. Es un lugar que tiene distintos tipos de misterios, criptozoológicos, históricos -relacionados con la Segunda Guerra Mundial- y también otros vinculados al fenómeno ovni. Uno de los casos más documentados es el de 1995...
-El que protagonizó el piloto Jorge Polanco...
-He tenido comunicación con él. Más allá de que quisieron "bajarle el precio" a lo que se vivió aquella vez, diciendo que fue una confusión, no hubo nada confuso. Hasta el día de hoy, él mantiene su testimonio, acerca de lo que vio y sintió.
-Entonces, esta es una zona importante de avistamientos...
-Sí, en toda la región de la Patagonia, pero hablando específicamente de Bariloche, hay muchos testimonios de observación de objetos aeronómalos. No tanto en las zonas más habitadas, sino alejándose un poco de la ciudad. He estado allí varias veces y escuché testimonios increíbles de personas que me resultaban dignas de fiar, por su racionalidad y sensatez, que estaban pescando, haciendo trekking o en un picnic de fin de semana en un momento con sol y poco viento, y han visto de todo... Desde fines de los noventa que voy a Bariloche, y se me han acercado muchas personas contándome cosas que han vivido, y coincidiendo entre ellas. Eso no puede ser casualidad.
-Durante esta conversación nombró a Facio Zerpa, ¿qué relación tenía con él y cómo lo definiría?
-Fabio Zerpa es el decano de la investigación ufológica en Sudamérica y, obviamente, la figura más importante de divulgación del tema en la Argentina, donde puso la primera piedra para estudiar el fenómeno. Nos hicimos muy amigos en los últimos años antes de que él partiera. A pedido de su esposa Adriana Ferreyra, fui quien comunicó a los medios que Fabio había partido. Hemos dado conferencias juntos... Además, era un excelente ser humano, un gran amigo, y lo recuerdo con mucho cariño.
Fuente: El Cordillerano