Opinión

Reescribir la historia desde la derecha

Por Elvin Calcano Ortiz

(Especial para En Rojo)

¿Por qué para las ultraderechas es tan importante reescribir la historia de las dictaduras del siglo pasado latinoamericano? Primero, porque condenar los crímenes de aquellos regímenes forma parte del consenso democrático de nuestros países. Entonces, necesitan negar aquellas atrocidades o bien matizarlas para justamente desmontar los cimientos sobre los que se han construido nuestras jóvenes democracias. Y, una vez desmontados esos cimientos, reescribiendo la historia bajo una lógica según la cual todo lo que nos han contado del pasado sería un «relato», pues se amplía el campo de lo que pueden decir. En ese marco es que hoy día vemos a los ultraderechistas abiertamente reivindicando dictadores del pasado. Algo que, bajo el consenso democrático anterior, no era posible hacer.

Segundo, porque fueron casi todas dictaduras de derecha y reaccionarias. Y, si para estos ultraderechistas la «izquierda es asesina» y el «comunismo mató 200 millones», pues deben reescribir la historia para que sus genocidas favoritos no parezcan como tales. Sino como "patriotas" que tuvieron que matar porque de lo contrario ganaban los «malos. Por ello el énfasis que ponen en presentar lo que pasó como violencia de ambas partes; siendo que una parte actuaba en nombre del bien (los dictadores) y la otra del mal (las izquierdas que fueron masacradas). Este relato, además de ser una aberración moral, constituye una absoluta transgresión a lo que sería un mínimo análisis del poder. Porque es imposible que se pueda hablar de «dos bandos» entre el poder de un Estado totalitario y grupos subversivos que actuaban clandestinamente. No había equivalencias en fuerzas ni capacidades.

Tercero, porque fueron dictaduras de hace ya mucho tiempo atrás. Por lo que sus hechos pueden ser convertidos en interpretables a la luz de las nuevas formas de debate y construcción de identidades colectivas. La gente que sufrió aquellas dictaduras de derecha o ya es muy mayor o falleció. Entonces, frente a los jóvenes de ahora que no tienen vínculos sustantivos con ese pasado pues se puede reconstruir la historia para presentarla de otra manera.

Decía Koselleck que los conceptos políticos se politizan e ideologizan con la distancia del tiempo. Pasa lo mismo con el significado de esas dictaduras: se ha ideologizado y, así, para las actuales subjetividades derechizadas y manipuladas desde algoritmos de redes sociales pueden representar lo contrario de lo que fueron. Hoy es fácil reescribir la historia porque ya no hay marcos comunes de referencia; de manera que se ha eliminado la frontera entre verdad y mentira. Cuarto, porque las ultraderechas necesitan convertir toda experiencia política en una cuestión de estímulos emocionales. Y, reescribiendo la historia de las dictaduras de derecha crean una causa emocionalmente movilizadora. Porque si todo lo que nos han contado del pasado es un "relato" y, en consecuencia, hemos estado manipulados durante años pues hay una razón trascendental que justifica negar la historia. Así pues, se convierte en una causa movilizadora y emocionante decir que esos dictadores no fueron tan malos, que había "dos bandos", que nos salvaron del "comunismo" (el cuco por excelencia en tiempos fascistas como estos), etc.