Política

Frente a la crisis sin precedentes de la ciencia argentina, advierten por el vaciamiento del sistema científico y la fuga de cerebros

A contramano del mundo, que robustece los sistemas científicos, la investigación y el desarrollo, el Gobierno de Javier Milei viene aplicando un ajuste sin precedentes sobre la ciencia: la ejecución presupuestaria en esta área cayó un 34% interanual en 2024 y este año perfora un mínimo histórico. Mientras los rankings globales posicionan al CONICET como uno de los mejores organismos de investigación, el Gobierno nacional anuncia despidos y recortes. El año pasado se eliminaron 3.666 empleos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, lo que ha obligado a muchos profesionales de larga trayectoria a emigrar a otros países en los que su labor sea reconocida.

Investigadores y profesionales de todas las áreas reclaman por el brutal ajuste que ha sufrido la ciencia argentina en poco más de un año de Gobierno de Javier Milei. El Presidente, que ya en campaña objetó contra el CONICET y lo ubicó como uno de sus blancos de ataque principales, cumplió sus promesas: en apenas un año arremetió contra gran parte del capital científico nacional mediante eliminación de becas, cierre de organismos, despidos y un recorte sin precedentes en las partidas presupuestarias.

"Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT), algo bien del sector privado, nada bueno salió del sector público, ¡afuera!", exclamó Milei en el video viral publicado durante su campaña en el que adelantaba una reducción de Ministerios en caso de ser electo. Unos meses más tarde, el Ministerio de Ciencia fue disuelto y degradado a Secretaría.

Los investigadores advierten que la falta de apoyo a la actividad científica -sumado al constante ataque del círculo libertario contra los científicos- está provocando una "fuga de cerebros": becarios del CONICET de larga trayectoria deciden emigrar para poder dedicarse a su actividad en otra parte.

Actualmente el organismo cuenta con 1.600 empleados administrativos y técnicos que son esenciales para el normal funcionamiento de las Carreras de Investigador, de 12.150 miembros; del personal de apoyo, de 3.050 integrantes; y de 10.900 personas que con becas doctorales y posdoctorales se forman en tareas de investigación científica y tecnológica. Sus actividades se desarrollan en 16 Centros Científicos Tecnológicos (CCT), ocho Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT), un Centro de Investigación Multidisciplinario y más de 300 institutos y centros.

El trabajo de los investigadores se despliega en cinco áreas del conocimiento: Ciencias Agrarias; Ciencias de Ingeniería y de Materiales; Ciencias Biológicas y de la Salud; y Ciencias Exactas y Naturales, así como en Ciencias Sociales y Humanidades. A pesar del desprestigio encabezado por el Presidente, de acuerdo con la 16 edición del Ranking Scimago (SIR), en 2024 el Conicet se posicionó como la mejor institución gubernamental de ciencia en Latinoamérica. A nivel global, se ubica en el puesto 20 entre 1870 entidades gubernamentales dedicadas a la investigación.

Sin embargo, en agosto del año pasado se conoció que unos 250 científicos de doctorado y posdoctorado quedaron afuera del organismo tras la decisión del Gobierno de recortar la duración de sus contratos y no renovarlos. En la misma línea, de las 800 becas que se habían prometido para la convocatoria 2023, sólo se otorgaron 500. Además, se recortaron 160 puestos de trabajo de administrativos y técnicos.

Para otros, la situación fue de total incertidumbre. A finales de 2023, se seleccionaron 845 nuevos aspirantes a investigadores del CONICET que debían comenzar a desarrollar sus tareas en 2024, sin embargo, el Estado congeló sus ingresos, por lo que su trabajo quedó paralizado. Su ingreso al organismo quedó sujeto a decisiones presupuestarias y a "la pertinencia de los planes de investigación presentados".

Los investigadores argentinos no son los únicos que exigen el sostenimiento del sistema científico: en marzo del año pasado 68 ganadores del Premio Nobel de todo el mundo enviaron una carta a Javier Milei en la que advertían "no sólo una dramática devaluación de la ciencia argentina, sino también una devaluación del pueblo argentino y del futuro de Argentina".

La misiva, dirigida también al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, al presidente del CONICET, Daniel Salomone, y a los senadores y diputados de la Nación advierte: "Tememos que Argentina esté renunciando a sus científicos y a sus estudiantes de ciencias. Nos preocupa que la dramática devaluación de los presupuestos del CONICET y de las Universidades Nacionales refleje no sólo una dramática devaluación de la ciencia argentina, sino también una devaluación del pueblo argentino y del futuro de Argentina".

"Como científicos internacionales, muchos de nosotros hemos sido testigos de las contribuciones transformadoras de la ciencia argentina. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos, las causas del cáncer de pulmón y la diabetes habrían seguido siendo un misterio durante décadas. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos, careceríamos de los conocimientos y la tecnología que permiten a un país con una pluviosidad modesta alimentar tanto a su propia población como a gran parte del mundo. Si no fuera por la ciencia y los científicos argentinos, careceríamos de elementos clave de nuestra comprensión del funcionamiento del Universo, desde el funcionamiento de un simple virus hasta el funcionamiento de un átomo. Como ciudadanos del mundo, nos beneficiamos de este legado. Nos beneficiamos de nuestra aún imperfecta, pero a veces salvadora, capacidad para diagnosticar y tratar el cáncer. Nos beneficiamos de los avances en agricultura y de los alimentos que produce el paisaje argentino", detalla el texto.

Para los científicos, "devaluar y/o cancelar la ciencia argentina ahora sería un grave error". "Creemos en el ideal de que los países que invierten en nueva ciencia compartirán sus tecnologías y sus beneficios, pero seríamos ingenuos si no comprendiéramos que cualquier país que dependa únicamente de este espíritu comunitario perderá rápidamente su independencia económica", advierten.

Presupuesto 2024: no se salvó nadie

Con un presupuesto prorrogado del año anterior y una inflación acumulada cercana al 300%, el 2024 fue un año complejo para la ciencia y la tecnología. De hecho, comparado con el año anterior, la inversión estatal en Ciencia y Tecnología cayó un 32,9%, el número más bajo de la historia, desde que se empezó a medir esta inversión en 1972.

El presupuesto del CONICET pasó de 786 millones de pesos en 2023 a 625 millones en 2024, y se estima que alcanzará solo 518 millones en 2025, según datos del físico Jorge Aliaga, exdecano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y exsubsecretario de Evaluación Institucional del Ministerio de Ciencia y Tecnología. También se observa una reducción drástica de la Agencia I+D+i, que pasó de 97 millones de pesos en 2023 a 35 millones en 2024, con una leve proyección de aumento a 36 millones para 2025.

El análisis presupuestario del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIITI) observó el desfinanciamiento de todo el sistema de producción de conocimiento científico, formado por el CONICET y las universidades nacionales, además de la producción tecnológica que cuenta con varios organismos: la CNEA (desarrollo nuclear), el INTA (del agro), el INTI (tecnología industrial) y la CONAE (actividades espaciales).

El informe del CIITI muestra que el CONICET tuvo un 20,8% menos presupuesto que en 2023, con números similares para el INTA (23,6%) y la CNEA (28,8%). Los fondos para investigación en las Universidades Nacionales registraron una caída del 72,6%

En el medio, advierten que el Gobierno busca impulsar la investigación en temas más "rentables" como la agroindustria, la energía, la minería y la economía del conocimiento. No obstante, hasta la fecha el recorte se produjo de manera generalizada.

"Las áreas que dicen que sí tienen interés en desarrollar también fueron recortadas", subrayó Gabriela Dranovsky, codirectora del CIITI, en diálogo con Página12. "La Comisión Nacional de Energía Atómica, por ejemplo: aunque desde el gobierno estuvieron hablando de un supuesto plan nuclear, la ejecución real de su presupuesto también cayó. No hubo un correlato entre el discurso oficial y la realidad. Lo que encontramos es que hubo áreas más recortadas que otras, pero todas cayeron", explicó.

El análisis del CIITI también encontró que el uso del presupuesto no se retrajo de la misma manera en todo el país: el 72% de los fondos se concentraron en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, que si bien concentran el 45% de la población, no constituye todo el país.

Las caídas más drásticas se dieron en provincias como Santa Cruz, La Rioja y Formosa, que tuvieron descensos reales del 67,4%, 63,4% y 61,7%. Tierra del Fuego y Chaco registraron retracciones superiores al 57%.

El informe destaca, sin embargo, que el ajuste fue generalizado y "en todos los casos se trata de descensos notables, que no registran antecedentes en la serie histórica de la inversión presupuestaria en ciencia en nuestro país".

Salarios científicos en peligro

Este escenario de ajuste afectó directamente el poder adquisitivo de investigadores, científicos y becarios. Los sueldos de los investigadores del CONICET, por ejemplo, quedaron un 30% por debajo del poder de compra en el último año, mientras que los docentes de las universidades perdieron su poder adquisitivo en un 23% y los trabajadores de los organismos de ciencia del estado en un 21%.

Desde la asunción de Milei el poder adquisitivo de los becarios ha disminuido un 18%. En noviembre pasado, por ejemplo, las becas asignaban un monto de 850.000 pesos mensuales para doctorado y 1.027.000 pesos. Considerando que la dedicación es exclusiva y los becarios sólo pueden complementar sus ingresos con cargos de docencia de dedicación simple, la cifra resulta insuficiente para cubrir el costo de vida.

Luego de conocerse la inflación de febrero -que registró 2,4% según el INDEC- los salarios de los investigadores cayeron aún más. El último informe de evolución de sueldos de Ciencia y Técnica elaborado por el Grupo EPC-CIITI muestra que si se toma como base el mes de noviembre de 2023 (último mes liquidado por la anterior gestión), a febrero de 2025 los salarios de científicos de carrera y becarios del CONICET cayeron 32,2% en términos reales.

Además, los salarios de docentes investigadores de Universidades Nacionales perdieron un 25,1% en los quince meses de la presidencia de Javier Milei y alcanzaron el nivel que tuvieron en promedio durante el año 2002.

Mientras el Indice de Precios al Consumidor subió 186% desde noviembre de 2023, las remuneraciones de los trabajadores científicos subieron 121,1% en el Sistema Nacional de Empleo Público, 114,2% en Universidades y 94% en CONICET.

Por otro lado, los despidos siguen achicando el plantel de trabajadores en los organismos científicos: en 2024 el Gobierno eliminó 3.666 empleos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), entre investigadores, becarios y docentes pertenecientes a organismos, universidades nacionales, instituciones y empresas del Estado.

Tanto los testimonios como las cifras muestran un escenario inédito en el último tiempo, con recortes que no se registraban hace décadas. El informe del CIITI advierte que después de 20 años de crecimiento consecutivo, en el primer semestre de 2024 se interrumpió el proceso de creación de empleo en Investigación y Desarrollo (I+D) en el sector privado. En los últimos años, entre 2019 y 2023, se había incrementado un 36,5% la nómina de trabajadores del sector.

2025: récord en desfinanciamiento

Las proyecciones para 2025 adelantan que la inversión en Ciencia y Tecnología perforará su mínimo histórico. El análisis del CIICI señala que el crédito vigente de la Función Ciencia y Técnica (FCyT) del Presupuesto Nacional caerá un 21,3% en términos reales en 2025, una disminución que se suma al 32% de retracción del año pasado y acumula una descenso del 47,2% en relación al dinero que el Estado invierte en el sector.

El presupuesto de la FCyT se situará en 0,157% para este año, alcanzando el mínimo histórico del año 2002, y mostrando un descenso muy superior al que se registró durante el gobierno de Mauricio Macri en sus cuatro años de gestión.

Tras disminuir un 32,9% términos reales en 2024, el presupuesto para FCyT caerá un 2,9% adicional en 2025, proyección que surge en base a la Decisión Administrativa 3/25 publicada por el Gobierno nacional, en la que se anuncia una serie de ajustes a partir de la adecuación de los gastos y recursos del presupuesto 2023, prorrogado al ejercicio 2025.

De esta manera, el Estado invertirá en ciencia apenas un 0,194% del PBI, un número muy por debajo de lo que indicaba la suspendida Ley de Financiamiento 27.614, que proyectaba una inversión mínima del 0,45% del PBI.

Los científicos, a la calle

A fuerza de decretos, el Gobierno impone una mirada reducida de la ciencia, en la que no hay lugar para las investigaciones que no se muevan en la línea del mercado.

En este panorama de desinversión, redobló la apuesta y el pasado 9 de enero publicó la Resolución 10/2025 que, en miras del desarrollo de "ejes estratégicos" al servicio del crecimiento económico, desfinancia programas científicos e investigaciones fundamentales en materia de Ambiente y Ciencias Sociales.

Ver: A contramano del mundo: en medio de una crisis climática, el gobierno libertario profundiza los recortes


La decisión no sorprende si se tienen en cuenta los dichos recientes de Javier Milei en torno a la investigación que se desarrolla en el CONICET. En una entrevista con el medio francés Le Point fue consultado sobre sus planes para la ciencia en Argentina, concretamente para ese organismo.

"Los planes para que la ciencia, digo, que la ciencia sea ciencia, digamos, que no sea propaganda política", introdujo Milei y agregó: "No me gustan las aplicaciones a todo lo que tiene que ver con las ramas sociales", en línea con el recorte en investigaciones de Ciencias Sociales anunciado la Resolución 10/2025.

"Lo único que hace es favorecer a parásitos que escriben a favor del Estado y en contra de la gente para mantener un estatus de vida que no tiene contrapartida de mercado ¿en qué mejora la vida de la gente esos panfletos, como estudiar el ano dilatado de Batman?", cuestionó, en referencia a una ponencia de la que se valieron los trolls y el arco político libertario para desprestigiar al CONICET.

El título completo de la ponencia, un trabajo del investigador Facundo Saxe, es "El ano y la cava de Batman, apuntes para una investigación sobre archivos de odio y borramientos de la disidencia sexo génerica". La tergiversación del Presidente es esperable, considerando el ataque sistemático que ha encabezado en contra de los colectivos LGBTQ+ que han llevado, precisamente, al borramiento de las identidades diversas en las políticas de Estado.

"Yo quiero que la ciencia promueva la tecnología de punta. De hecho, nosotros estamos haciendo todos los desarrollos en materia nuclear en base a investigaciones hechas desde científicos. Algunos trabajan en el Estado y otros en el sector privado", cerró Milei.

Los investigadores se mantienen en alerta en los últimos días, en tanto se rumorea que el Presidente prepara otro decreto para dar un nuevo golpe a la ciencia y la tecnología. Una reunión reciente entre Daniel Salamone, titular del CONICET, con Federico Sturzenegger despertó las alarmas.

Las próximas medidas implicarían la reducción el presupuesto del organismo, además de limitar la cantidad de nuevos ingresos a la carrera de investigador y modificar su esquema de financiamiento, lo que profundizaría aún más la fuga de cerebros que atraviesa hoy el país.

En el sector científico se habla, además de una posible fusión entre el INTI, el INTA y la CONAE, de un agravamiento de la reducción en el área de Ciencias Sociales y Humanidades.

En este escenario, los investigadores salieron nuevamente a la calle. En febrero se reunieron en una asamblea en el Polo Científico en CABA para discutir las próximas medidas. "Sabemos que el Gobierno busca instalar el malestar y la resignación. Pero no nos vamos a dejar pasar por encima. Durante el macrismo tomamos el Ministerio de Ciencia y Tecnología para frenar los despidos masivos. Ahora estamos en una situación igual o peor", precisó Victoria García, secretaria general de ATE-CONICET Capital, en diálogo con Radio Universidad 89.1.

García explicó que el discurso del Gobierno busca fomentar el resentimiento contra los trabajadores del CONICET: "No somos casta. Somos científicos, docentes y técnicos que luchamos contra la precarización laboral. El 50% del personal del CONICET no tiene derechos laborales reconocidos".

"El Estado invierte años en la formación de un científico. Luego, cuando le toca devolver ese esfuerzo en forma de conocimiento, se encuentra con desfinanciamiento, hostigamiento y falta de perspectivas. No es casualidad que muchos se vayan al exterior", agregó.

Al difícil panorama se suma la falta de diálogo con el Gobierno nacional. García denunció que el presidente del organismo, Daniel Salamone, no responde a los pedidos de reunión: "La interlocución oscila entre la indiferencia y el ‘ghosteo', como dicen los jóvenes", ironizó.

El conflicto del CONICET se inscribe en una crisis más amplia de desfinanciamiento de la ciencia y la educación. "El sistema de ciencia y tecnología ya está en una situación grave. No podemos esperar a que lo desmantelen por completo. Seguiremos en la calle, defendiendo la ciencia argentina. Esta es una pelea que damos por el futuro del país", concluye García.