Ambiente

A 14 años de la catástrofe de Fukushima, Greenpeace exige el abandono de la energía nuclear

En el marco del 14º aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima, Greenpeace ha reiterado su postura contra la energía nuclear, calificándola como una fuente peligrosa, costosa e incompatible con la transición hacia un sistema energético renovable y seguro.

Según la ONG, la energía nuclear ha experimentado un declive global en la generación eléctrica. Datos del informe World Nuclear Industry Status Report 2024 destacan que, aunque en 2023 se activaron cinco nuevos reactores nucleares con una capacidad combinada de 5 GW, otros cinco más potentes, sumando 6 GW, fueron cerrados. Esto resultó en una reducción neta de 1 GW en capacidad nuclear instalada a nivel mundial.

En contraste, las energías renovables marcaron cifras récord en 2023 con inversiones que superaron los 623.000 millones de dólares, 27 veces más que las destinadas a la energía nuclear. La potencia instalada de energía solar aumentó un 73 %, mientras que la eólica creció un 51 %. En total, se instalaron 460 GW de nueva potencia renovable, generando un 50 % más de electricidad que las centrales nucleares.

Lecciones de la catástrofe Fukushima y riesgos persistentes

Greenpeace también criticó al gobierno japonés por eliminar el objetivo de reducir la dependencia de la energía nuclear en su planificación energética, una meta establecida tras el accidente de Fukushima.

Según la organización, la central nuclear de Fukushima Daiichi, que llevaba más de 30 años en operación al momento del desastre, ejemplifica cómo el tiempo incrementa los riesgos de accidentes y la vulnerabilidad de las plantas a desastres naturales como terremotos.

A pesar de los esfuerzos de recuperación, 14 años después del accidente los niveles de radiación en algunos reactores siguen siendo extremadamente altos, impidiendo su inspección directa. Además, Greenpeace expresó su preocupación por la decisión del gobierno japonés y TEPCO de verter agua contaminada con sustancias radiactivas en el océano, una medida que se espera continúe hasta 2051.

Transición hacia energías renovables

La ONG subrayó que muchos países ya están avanzando hacia sistemas eléctricos libres de combustibles fósiles y nucleares. Este enfoque prioriza la eficiencia energética y el confort, con un suministro respaldado por energías renovables.

"El accidente de Fukushima es un recordatorio de que necesitamos soluciones seguras y sostenibles que no dependan de tecnologías riesgosas como la nuclear", concluyó Greenpeace.

¿Cómo fue la catástrofe de Fukushima?

El 11 de marzo del 2011, un terremoto de magnitud 9 provocó un tsunami que sobrepasó el rompeolas construido para proteger la planta. La inundación provocó daños generalizados en la planta nuclear Fukushima Daiichi, la cual emitió contaminación radiológica.

Como en la mayoría de las emergencias, la situación siguió evolucionando. Durante los días tras el tsunami, el daño a los reactores aumentó, lo que provocó que se emitiera más radiación en el aire y el agua que rodeaba la planta de energía. Las órdenes de evacuación para las personas que vivían en el área cambiaron y se ampliaron.

Sorprendentemente, nadie murió por exposición a la radiación tras el incidente. Pero el desastre tuvo un trágico impacto secundario en las personas que vivían en el área. Los residentes que vivían cerca tuvieron que ser evacuados de inmediato y muchos fueron reubicados permanentemente, lo que causó daños físicos y mentales significativos para muchos de ellos.

Aunque la radiación y la contaminación peligrosas no se propagaron más allá de Japón y no hubo muertes por exposición directa a la radiación, las preocupaciones generalizadas mostraron la necesidad de una mayor concientización y preparación para emergencias por radiación en todo el mundo.

Fuente: Noticias Ambientales