Trump orienta al Comando Sur desarrollar planes para tomar el Canal de PanamáOficiales familiarizados reconocieron el hecho según cadena noticiosa estadounidense. Trump insiste en recuperar el control del Canal, como una manera para combatir la presencia china en el Canal, punto neural del comercio internacional y también del comercio interno de Estados Unidos. Si esta retórica avanza se profundizarán las cadenas imperialistas en la región. Es necesario un internacionalismo desde abajo, desde trabajadores y trabajadoras y los pueblos de América Central y el Caribe contra la injerencia estadounidense en la región.
La noticia fue dada a conocer por NBC News. Para Courtney Kube, periodista de la noticia, dentro de la Administración Trump y del alto mando militar estadounidense existe la preocupación por el uso que China pueda dar a los puertos y a segmentos de tierra que administre o controla a los lados del Canal, en caso de conflicto político o militar, pues podría usarlos para detener el movimiento del ejército y las cadenas de suministros estadounidenses.
Lejos de quienes presentan un conflicto militar entre Estados Unidos y China (y otros) como poco probable, la posición sobre volver a tomar el Canal ha sido una constante de Trump. Con el objetivo específico de asegurar una zona de influencia, exclusiva o centralmente estadounidense, el gobierno de Trump insiste en una serie de puntos centrales o neurales, como Ucrania, Palestina, Groenlandia, China, Canadá, México y también Panamá. Facetas de este conflicto son la guerra comercial contra China, Canadá y México, que persigue objetivos específicos para cada uno de esos países; la retórica colonial en Palestina y Groenlandia; y la paz en Ucrania, que de conseguirse podría hacerse con enormes ganancias para el imperialismo estadounidense.
Para Estados Unidos, el acceso al Canal es importante desde el punto de vista económico porque conecta por agua las costas estadounidenses, lo que por un lado influye en el comercio mundial y por otro es significativo para la relación económica de Estados Unidos consigo mismo. Según diversas fuentes, el volumen de carga que pasa por el Canal y es de comercio "interno" estadounidense, varía entre 33% y 16% anual. Y hasta 57% de la carga que pasa por el Canal irá a un puerto de Estados Unidos. Desde el punto de vista militar se suma la ventaja de la movilidad de unidades que puede lograr Estados Unidos en caso de controlar a voluntad el Canal.
Panamá es también uno de los países de Centroamérica donde la penetración de capital chino ha sido más significativa en los últimos años y por ello también es un punto donde de manera relativa la hegemonía estadounidense ha sido cuestionada por China.
Como parte de los planes desarrollados por el Comando Sur estadounidense y de los cuales ha tenido conocimiento Pete Hegseth, Secretario de Defensa, se valora desde incrementar la presencia militar en Panamá bajo el supuesto de procurar relaciones entre pares con los militares panameños y retomar escuelas militares para fuerzas especiales en Panamá en caso de guerra en la selva, hasta que los Estados Unidos garanticen el control total y la propiedad del Canal y con ello garanticen su uso de manera discrecional. Además los mandos militares asumen que Panamá estará de acuerdo con dicha presencia militar.
El deseo de Trump es volver a la época en que Estados Unidos estableció a inicios del siglo XX un enclave colonial en toda la zona del Canal de Panamá, sobre el cual ejercía su plena soberanía y respaldado por sus tropas militares además de incidir directamente en la política de Panamá de conjunto, legado de las viejas aspiraciones de la presidencia de William McKinley -famoso por anexar territorios- que tanto admira y añora el nuevo administrador de la Casa Blanca.
Estados Unidos: combatir a China oprimiendo a Panamá y Centroamérica
La posición de Marco Rubio en su reciente viaje a Panamá, rechazando completamente la presencia de China en Panamá, ha sido acompañada de una inversión de 23 billones de dólares (es decir, 23 000 millones de dólares) para comprar los derechos de puertos a uno y otro lado del canal, por la empresa BlackRock de capital estadounidense a CK Hutchison Holding, con base en Hong Kong y de capital mayoritario chino. Trump presentó esta compra de derechos como el primer paso para recuperar el control del Canal.
En Costa Rica, el gobierno de Trump ha anulado visas a diputaciones nacionales y a alta burocracia de instituciones por estar a favor del uso de tecnología 5G de China para la empresa estatal de telecomunicaciones. Recientemente anunció la Administración Trump su oposición formal al CHIPS Act, que podría haber llevado tecnología de punta a este país, a la vez que usa Costa Rica como base para migrantes asiáticos expulsados de Estados Unidos. En el norte de Centroamérica, en Guatemala y El Salvador, continuamente llegan vuelos de migrantes repatriados de manera forzada, con la completa complacencia del progresista Arévalo y del reaccionario Bukele. La posición de sacar a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio como medio para debilitar al régimen de Ortega tendrá como última consecuencia el empobrecimiento de todo el pueblo nicaragüense que ya de por sí sufre al régimen de Ortega.
En este sentido la visita de Rubio logró que la mayoría de los gobiernos centroamericanos se alinearan tras los intereses imperialistas. Este relativo éxito ayuda a crear un ambiente en el cual el enfrentamiento con China, si bien es cierto es real y cada vez más álgido para Estados Unidos, es usado como una excusa para que Estados Unidos pueda profundizar desde ya mismo, a través de militarización, injerencia política e inversión económica, su posición de país imperialista respecto de los estados centroamericanos.
Oponerse al militarismo
Por la importancia estratégica del Canal de Panamá, podría convertirse en un punto más caliente en el futuro, dependiendo de algunas posibles dinámicas internacionales, como la respuesta inmediata de China o nuevas tensiones en Europa para Trump.
La mayoría de gobiernos de la región se han puesto del lado militar del imperialismo estadounidense en el conflicto de Estados Unidos con China, Rusia y ahora también Europa. Son dignos representantes de las tradicionales relaciones de sumisión que las burguesías centroamericanas establecen con Estados Unidos, de donde este último ha logrado acumular riquezas e influencia estables. De este tipo de gobiernos los pueblos de Centroamérica tienen poco que esperar.
Los políticos como Mulino, presidente de Panamá, representan a una oligarquía que durante décadas ha usufructuado con las riquezas que genera el Canal, riquezas que nunca han sido volcadas para satisfacer los intereses del pueblo trabajador panameño.
Para enfrentar a Trump será necesario retomar las banderas internacionalistas de la clase trabajadora, desarrollar un internacionalismo desde abajo, que rechace la intromisión imperialista en nuestros pueblos. En Centroamérica los procesos de lucha de clases han tenido un rasgo fundamental antiimperialista, así como de unidad trabajadora, campesina, de mujeres y juventud, de toda Centroamérica.
El Canal de Panamá debe estar completamente bajo el control del pueblo trabajador panameño y no de los intereses de Estados Unidos. Panamá también tiene derechos a hacer negocios con quien le resulte mejor, sean Estados Unidos, China, o los países de Centroamérica. La presencia imperialista militar y todos los planes en ese sentido, deben ser rechazados por todas y todos los trabajadores centroamericanos y debemos estar preparados para movilizarnos en defensa del Canal para el pueblo panameño. Llamamos a los sindicatos de la región, a organizaciones campesinas y populares a que realicen movilizaciones para enfrentar la política guerrerista de Trump contra el hermano pueblo trabajador panameño.
Fuente: La Izquierda Diario
Oficiales familiarizados reconocieron el hecho según cadena noticiosa estadounidense. Trump insiste en recuperar el control del Canal, como una manera para combatir la presencia china en el Canal, punto neural del comercio internacional y también del comercio interno de Estados Unidos. Si esta retórica avanza se profundizarán las cadenas imperialistas en la región. Es necesario un internacionalismo desde abajo, desde trabajadores y trabajadoras y los pueblos de América Central y el Caribe contra la injerencia estadounidense en la región.
La noticia fue dada a conocer por NBC News. Para Courtney Kube, periodista de la noticia, dentro de la Administración Trump y del alto mando militar estadounidense existe la preocupación por el uso que China pueda dar a los puertos y a segmentos de tierra que administre o controla a los lados del Canal, en caso de conflicto político o militar, pues podría usarlos para detener el movimiento del ejército y las cadenas de suministros estadounidenses.
Lejos de quienes presentan un conflicto militar entre Estados Unidos y China (y otros) como poco probable, la posición sobre volver a tomar el Canal ha sido una constante de Trump. Con el objetivo específico de asegurar una zona de influencia, exclusiva o centralmente estadounidense, el gobierno de Trump insiste en una serie de puntos centrales o neurales, como Ucrania, Palestina, Groenlandia, China, Canadá, México y también Panamá. Facetas de este conflicto son la guerra comercial contra China, Canadá y México, que persigue objetivos específicos para cada uno de esos países; la retórica colonial en Palestina y Groenlandia; y la paz en Ucrania, que de conseguirse podría hacerse con enormes ganancias para el imperialismo estadounidense.
Para Estados Unidos, el acceso al Canal es importante desde el punto de vista económico porque conecta por agua las costas estadounidenses, lo que por un lado influye en el comercio mundial y por otro es significativo para la relación económica de Estados Unidos consigo mismo. Según diversas fuentes, el volumen de carga que pasa por el Canal y es de comercio "interno" estadounidense, varía entre 33% y 16% anual. Y hasta 57% de la carga que pasa por el Canal irá a un puerto de Estados Unidos. Desde el punto de vista militar se suma la ventaja de la movilidad de unidades que puede lograr Estados Unidos en caso de controlar a voluntad el Canal.
Panamá es también uno de los países de Centroamérica donde la penetración de capital chino ha sido más significativa en los últimos años y por ello también es un punto donde de manera relativa la hegemonía estadounidense ha sido cuestionada por China.
Como parte de los planes desarrollados por el Comando Sur estadounidense y de los cuales ha tenido conocimiento Pete Hegseth, Secretario de Defensa, se valora desde incrementar la presencia militar en Panamá bajo el supuesto de procurar relaciones entre pares con los militares panameños y retomar escuelas militares para fuerzas especiales en Panamá en caso de guerra en la selva, hasta que los Estados Unidos garanticen el control total y la propiedad del Canal y con ello garanticen su uso de manera discrecional. Además los mandos militares asumen que Panamá estará de acuerdo con dicha presencia militar.
El deseo de Trump es volver a la época en que Estados Unidos estableció a inicios del siglo XX un enclave colonial en toda la zona del Canal de Panamá, sobre el cual ejercía su plena soberanía y respaldado por sus tropas militares además de incidir directamente en la política de Panamá de conjunto, legado de las viejas aspiraciones de la presidencia de William McKinley -famoso por anexar territorios- que tanto admira y añora el nuevo administrador de la Casa Blanca.
Estados Unidos: combatir a China oprimiendo a Panamá y Centroamérica
La posición de Marco Rubio en su reciente viaje a Panamá, rechazando completamente la presencia de China en Panamá, ha sido acompañada de una inversión de 23 billones de dólares (es decir, 23 000 millones de dólares) para comprar los derechos de puertos a uno y otro lado del canal, por la empresa BlackRock de capital estadounidense a CK Hutchison Holding, con base en Hong Kong y de capital mayoritario chino. Trump presentó esta compra de derechos como el primer paso para recuperar el control del Canal.
En Costa Rica, el gobierno de Trump ha anulado visas a diputaciones nacionales y a alta burocracia de instituciones por estar a favor del uso de tecnología 5G de China para la empresa estatal de telecomunicaciones. Recientemente anunció la Administración Trump su oposición formal al CHIPS Act, que podría haber llevado tecnología de punta a este país, a la vez que usa Costa Rica como base para migrantes asiáticos expulsados de Estados Unidos. En el norte de Centroamérica, en Guatemala y El Salvador, continuamente llegan vuelos de migrantes repatriados de manera forzada, con la completa complacencia del progresista Arévalo y del reaccionario Bukele. La posición de sacar a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio como medio para debilitar al régimen de Ortega tendrá como última consecuencia el empobrecimiento de todo el pueblo nicaragüense que ya de por sí sufre al régimen de Ortega.
En este sentido la visita de Rubio logró que la mayoría de los gobiernos centroamericanos se alinearan tras los intereses imperialistas. Este relativo éxito ayuda a crear un ambiente en el cual el enfrentamiento con China, si bien es cierto es real y cada vez más álgido para Estados Unidos, es usado como una excusa para que Estados Unidos pueda profundizar desde ya mismo, a través de militarización, injerencia política e inversión económica, su posición de país imperialista respecto de los estados centroamericanos.
Oponerse al militarismo
Por la importancia estratégica del Canal de Panamá, podría convertirse en un punto más caliente en el futuro, dependiendo de algunas posibles dinámicas internacionales, como la respuesta inmediata de China o nuevas tensiones en Europa para Trump.
La mayoría de gobiernos de la región se han puesto del lado militar del imperialismo estadounidense en el conflicto de Estados Unidos con China, Rusia y ahora también Europa. Son dignos representantes de las tradicionales relaciones de sumisión que las burguesías centroamericanas establecen con Estados Unidos, de donde este último ha logrado acumular riquezas e influencia estables. De este tipo de gobiernos los pueblos de Centroamérica tienen poco que esperar.
Los políticos como Mulino, presidente de Panamá, representan a una oligarquía que durante décadas ha usufructuado con las riquezas que genera el Canal, riquezas que nunca han sido volcadas para satisfacer los intereses del pueblo trabajador panameño.
Para enfrentar a Trump será necesario retomar las banderas internacionalistas de la clase trabajadora, desarrollar un internacionalismo desde abajo, que rechace la intromisión imperialista en nuestros pueblos. En Centroamérica los procesos de lucha de clases han tenido un rasgo fundamental antiimperialista, así como de unidad trabajadora, campesina, de mujeres y juventud, de toda Centroamérica.
El Canal de Panamá debe estar completamente bajo el control del pueblo trabajador panameño y no de los intereses de Estados Unidos. Panamá también tiene derechos a hacer negocios con quien le resulte mejor, sean Estados Unidos, China, o los países de Centroamérica. La presencia imperialista militar y todos los planes en ese sentido, deben ser rechazados por todas y todos los trabajadores centroamericanos y debemos estar preparados para movilizarnos en defensa del Canal para el pueblo panameño. Llamamos a los sindicatos de la región, a organizaciones campesinas y populares a que realicen movilizaciones para enfrentar la política guerrerista de Trump contra el hermano pueblo trabajador panameño.
Fuente: La Izquierda Diario