Ambiente

Medio ambiente, recursos naturales y soberanía bajo una mirada peronista

Gustavo Adolfo Koenig, en su libro "Ecoperonismo, recursos naturales, soberanía y ambiente" plantea la necesidad de discutir el extractivismo y la defensa de los recursos naturales, partiendo de la concepción ambientalista y soberana que Perón estableció en varios documentos.

Por Pepe Mateos

"En el 2008 cursaba la carrera de sociología y me daba bronca que en toda la cursada no veíamos ni un solo texto de Juan Domingo Perón. Sociología era una carrera que había nacido gorila en el 58 y eso se sentía. Cuando en una clase levanté la mano y dije cómo puede ser que leamos a un montón de pensadores latinoamericanos pero de Perón nada, todos se dieron vuelta para ver quien era el peroncho desubicado". Así relata Gustavo Koenig, sociólogo y militante peronista, como fue que se introdujo en la lectura de textos que constituían el pensamiento de Perón y fundamental y sorpresivamente, los referidos a las ideas ambientalistas que no eran una nota de color sino un pensamiento estructurado que abarcaba las cuestiones del uso de los recursos naturales y como esto esta vinculado al manejo del territorio de la Nación y su soberanía.

"El discurso ambiental de Perón quedó relegado porque habría puesto en crisis a todo el progresismo que vivió de los valores de los commodities. Todo el progresismo desarrollista que se subordinó abyectamente al modelo biotecnológico de la soja transgénica si se hubiera difundido el mensaje ambiental de Perón habría entrado en crisis. Entonces convenía dejarlo como una cuestión anecdótica, como un ambientalismo de no tirar papelitos en la calle. La difusión del mensaje ambientalista de Perón es un cambio de mentalidad que habría significado poner en crisis por los mismos militantes peronistas al modelo de subordinación biotecnológica de la agricultura industrial, la siembra directa y el uso de peligrosos agrotóxicos", expresa Koenig. "El problema fue que con esa estupidez de que si discutíamos le hacíamos el juego a la derecha, nos quedamos callados, no se discutieron ideas, dejamos todo para más adelante y quedamos entrampados en una especie de farándula electoralera. Necesitamos volver a leer a Perón, ¿qué pasaría si se difundiera?, ¿qué clase de peronismo tendríamos en Catamarca, San Juan o La Rioja?, ¿qué pensaríamos de los dirigentes peronistas que promueven la sojización fumigando con agrotóxicos cancerígenos o que insisten con la minería contaminante ?

Para Gustavo Koenig, "hoy, Argentina es un país regalado, ni siquiera hace falta invadirlo. En términos políticos tendríamos que prestar más atención a los procesos de independencia que se están dando en Burkina Faso donde los militares nacionalistas tomaron el poder haciéndose cargo de los recursos naturales. Hoy Africa es más interesante para pensar la liberación que mirar a Europa. La Constitución del año 94 es terrible. Permite la provincialización de los recursos naturales, lo que es un riesgo muy grande. En este momento con el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) se abre la posibilidad de inversiones extranjeras que pueden negociar directamente con las provincias emprendimientos de extractivismo y diseño territorial afectando la soberanía nacional como en el caso de Jujuy que reformó la Constitución provincial para beneficiar las inversiones extranjeras. Todo esto favorece un proceso de fragmentación territorial como fue el de Yugoslavia. Argentina puede convertirse en un país fragmentado no por una guerra secesionista pero si por factores económicos de orden extractivista que determinan un nuevo orden geopolítico. La tragedia de los últimos incendios en la Patagonia deja al descubierto y en cuestión toda esta problemática de la soberanía. Los incendios deberían ser vistos como el equivalente a una invasión militar. Deja las tierras incendiadas a la merced de un proceso de extranjerización (ver nota Va Con Firma). El Estado nacional abandona la protección de las provincias y la mitigación del fuego es asumida por los brigadistas voluntarios y las comunidades. Un Estado ausente frente a este drama es un Estado que abandona el territorio como si lo hiciera frente a una invasión militar. No a cualquier territorio, es a la Patagonia, la zona más sensible y más codiciada por los intereses geopolíticos internacionales, es la llave para el ingreso a la Antártida y la zona estratégica que nos define como país bicontinental. No se puede dejar de vincular esto con la presencia de Joe Lewis que es una especie de virrey británico en la región y es el poseedor de miles de hectáreas a ambos lados de la Cordillera y un aeropuerto frente a las Islas Malvinas a la altura del paralelo 42".

"El concepto de ecosistemas no entra en la dirigencia política argentina", plantea Koenig. "Es necesario pensar en términos de Ecosistema al río Paraná, el Mar argentino, el Atlántico, la región andina. Son los ecosistemas de donde salen las riquezas naturales. Si destruís un ecosistema destruís todo. Hay que salir de la visión puramente cuantitativa desde lo económico que destruye los ecosistemas por dinero y pensar con otros criterios donde el valor esté en cuidar el agua, los alimentos, el aire. Cuidar los recursos es cuidar la riqueza, entender que la distribución equitativa de esa riqueza no es lo mismo que la distribución del ingreso monetario, podemos vender por plata la soberanía y distribuir esa plata, pero ahí perdemos diseño territorial, perdemos la capacidad de cuidar el ambiente para las próximas generaciones. Vaca Muerta es un ejemplo de eso. EE.UU. aportó la información de las reservas a través del Servicio Geológico de ese país y vendió la forma de extracción, el fracking, un método contaminante y violento que es discutido en los debates presidenciales de ese país, lo que da la idea de la gravedad del tema. Argentina participa en este negocio gigantesco de los EE.UU. como furgón de cola aportando y sacrificando su ambiente. Otro lugar a ver en este momento porque es un faro para las luchas ambientales, es Uspallata, donde la población se está manifestando contrala instalación de la minera San Jorge, en defensa del agua y del perfil productivo de la provincia. Nadie va a querer consumir el vino de Mendoza que está llena de emprendimientos mineros que envenenan el agua con productos tóxicos como el cianuro. Lo que están haciendo los mendocinos es defender su cultura y su identidad. Esto también nos sirve para entender que la política no pasa solo en Buenos Aires, se tiene una visión unitaria de la política que nos hace creer que lo que importan son las grandes movilizaciones a Plaza de Mayo, pero en las provincias hay muchas movilizaciones por la cuestión ambiental porque se ven afectados directamente. En esos conflictos por el extractivismo es donde se producen los saltos de conciencia."

"El peronismo no es industrialista, es industrializador. Es crítico al consumismo y al productivismo.

En la tercera posición se plantea que tanto una como la otra anulan la dimensión espiritual del ser humano. En ambas quedamos convertidos en una cosa. Scalabrini Ortiz hablaba de "el espíritu de la tierra" para referirse al 17 de Octubre. Rodolfo Kusch, el filósofo que adhirió al peronismo, analiza la tensión entre cultura y desarrollo. No dejamos de ser un pueblo andino. Argentina es un país recorrido por la Cordillera de los Andes. Todas las cosmovisiones de los pueblos andinos están muy impregnadas en nuestra cultura. El peronismo sintetiza muchos aspectos de la cultura que expresan valores telúricos. En el mundo hay una cuestión en pugna entre el paradigma materialista impulsado por el tecno progresismo, que lleva hasta plantear mutaciones humanas y cosmovisiones que anclan la esencia y la dignidad del ser humano en la naturaleza. Por eso es necesario volver a leer La Comunidad Organizada. El peronismo no es un partidito liberal que hizo algunas obras y gana elecciones. Es un movimiento filosófico profundamente ecológico", define Koenig con convicción.

El libro de Gustavo Koenig es una herramienta de debate y construcción valiosa en un momento crítico, una herramienta para actuar sobre una realidad y exigir a las dirigencias políticas que las cuestiones ambientales no sean un color más de las campañas sino el eje en una forma de construir.

Este libro abre la posibilidad de discutir los problemas del ambientalismo, los recursos naturales y el extractivismo desde el peronismo y meter la ecología en el campo popular, lo que es también una forma de discutir la razón de ser del Movimiento. Hay una toma de posición que vincula el bienestar del pueblo con una patria soberana partiendo de una lectura histórica de lo que ha ido sucediendo con nuestros territorios y recursos para entender cómo hemos quedado entrampados en políticas y situaciones que encubren formas de dominación.

Fuente: Va Con Firma