Epuyén más allá del fuego, una historia de mapuches y hippies de los ‘60Por Adrián Moyano
Otra vez la vecina localidad chubutense es noticia a raíz del fuego. Pero su pasado tiene ingredientes particulares que merecen conocerse.
De rinconada donde la población era mayoritariamente mapuche a pueblo que funcionó como imán para hippies en la década de 1960. Antes de ser noticia todos los años por padecer un incendio detrás de otro, la atribulada localidad chubutense fue zona ganadera, cabecera departamental, productora maderera. y abastecedora de alimentos para una estancia inglesa cercana. Más allá del humo recurrente que la caracteriza en los últimos veranos, Epuyén tiene una historia que merecese contar.
"La realidad es que la cordillera fue poblándose a fines del siglo XIX y primeras décadas del XX mayoritariamente por campesinos de origen mapuche, reconocidos por el Estado nacional como chilenos, que cruzaron la frontera por los pasos del Neuquén y fueron descendiendo en busca de los valles que les permitan mantener sus pautas de vida, con ganadería y agricultura de subsistencia".
Así comienza el capítulo que se refiere al pasado del poblado vecino en el artículo "Una experiencia temprana de ecología política. Epuyén, Chubut 1987-1991. Un valle dibujando su propio destino". Tiene como autor a Pablo Blanco, investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (Chubut). El texto agrega que "el Valle de Epuyén y la cuenca del Cholila aparecen definidas por Bailey Willis, como zonas ganaderas en las que se encontraron ovejas, vacunos y cabras".
La mención hace referencia al geólogo estadounidense que trabajó para el Gobierno argentino en tiempos del ministro Ezequiel Ramos Mexía, entre 1911 y 1914. "Para 1913 la Estancia Leleque era el punto central de una compañía de tierras que se había establecido tres décadas antes y que había tenido mucho éxito en la cría de ovejas, vacunos, caballos y mulos, la Argentina Southern Land Co (ALSCO). Más recientemente, se habían iniciado experiencias con plantaciones de trigo, avena y frutales. Las propiedades de la compañía abarcaban más de 100 leguas", puntualiza la investigación de Blanco. Es la que, desde mediados de los 90, está en manos del Grupo Benetton.
"Epuyén, a comienzos del siglo XX, era la cabecera del departamento y toda la colonia se denominaba Colonia Mixta Epuyén", establece el texto. "El primer Juzgado de Paz y Registro Civil del noroeste del Chubut se instaló allí. Era desde la perspectiva del Gobierno territorial ubicado en Rawson, sobre el mar, el lugar ideal para esa decisión. Todavía estaba en pie el ambicioso proyecto del ministro Ramos Mexía que, asesorado por Bailey Willis, promovía un desarrollo cordillerano a través de un ferrocarril eléctrico, generando colonias agrícolas en todo el noroeste entre Bariloche y Esquel".
Al margen del progreso
Como está a la vista, esos planes no prosperaron. "La presión de los intereses ingleses logró que el ferrocarril a Esquel se desviara por el interior de sus estancias y Epuyén terminó a un costado de la dinámica del siglo. La posterior construcción de la ruta entre Bariloche y El Bolsón" ayudó a que la segunda población se convirtiera en ciudad, cuanto hasta la década de 1930 fue "una simple aldea rural". En ese sentido, fue decisiva la intervención del gobernador rionegrino Adalberto Pagano.
Alrededor de un siglo atrás, el rol que asumió Epuyén fue "el de proveedor de madera, mano de obra estacional, verduras y hortalizas para la estancia inglesa y para El Maitén, favorecido por la llegada del ferrocarril y la instalación allí de los talleres de mantenimiento ferroviario". Entonces, "a esa población que a principios de siglo era mayoritariamente de origen mapuche, se suman, en las primeras décadas, los funcionarios que el Estado nacional instala, al levantar escuelas y Juzgado de Paz. Ello implica la llegada de argentinos a cubrir esas vacantes públicas y paralelamente europeos, mayoritariamente españoles e italianos y sirio libaneses que, al igual que en la Pampa Húmeda, llegan en busca de oportunidades".
Blanco encontró que "salvo los funcionarios argentinos, el resto centró su vida en la actividad agropecuaria" y en la "forestal", es decir, "tala y aserrado del bosque nativo". También surgieron "unos pocos y tempranos comercios. La poca moneda circulante en esas primeras décadas era la de los sueldos del empleo público o de la provisión de maderas, trabajo temporario o productos de la huerta" que se vendían "a la Compañía de Tierras. Lo demás era básicamente autosubsistencia, trueque y cuentas corrientes en los boliches de la zona a compensar por frutos del país en la época debida".
La vecina localidad chubutense no fue la excepción a la regla. "La tendencia regional predominante en las primeras décadas del siglo en la que Epuyén estaba inserta, como lo atestiguan numerosos testimonios, fue la de volcarse hacia los mercados chilenos, especialmente en cuanto a la venta de ganado". Al igual que Bariloche. "Estas transacciones se efectivizaban a través de largos arreos, desde nuestra región hasta los pasos neuquinos, o a través de la venta a compradores chilenos que recorrían la zona".
"Las dificultades que presentaba la primera modalidad hicieron que, desde 1893 y hasta mediados de la década del 30 recurrentemente, se hicieran gestiones, sin demasiado éxito, para abrir caminos a través de la cordillera más cercanos que los hasta entonces utilizados". Más o menos al mismo tiempo, "la llegada de argentinos y extranjeros de Europa u Oriente Medio iniciada en las primeras décadas del siglo se vio reforzada, en toda la Comarca Andina, a partir del avance del ferrocarril desde Ingeniero Jacobacci a El Maitén".
Contrariedades del ferrocarril
No obstante, "Epuyén, por estar pobremente comunicada, vio lentificado su crecimiento en relación con las vecinas localidades de El Hoyo y El Maitén. Estos recibieron más extranjeros, en especial polacos en El Hoyo y argentinos -empleados del ferrocarril- en El Maitén. Al igual que en toda la cordillera la llegada del ferrocarril implicó el cierre de los molinos regionales, el de Epuyén no fue la excepción y hacia el año 50 ya estaba cerrado. Y la septiembre de cereales empezó casi a desaparecer", comenta Blanco.
También de forma coincidente con otros parajes, "en Epuyén los migrantes europeos y sirio libaneses fueron quedándose con las mejores tierras del valle, desplazando a los antiguos pobladores a las zonas altas, más áridas y frías, en parte por las presiones que las mensuras ejercieron sobre las poblaciones de pueblos originarios, clasificados como chilenos, que vivían mayoritariamente del pastoreo de sus animales", indica el investigador.
"La economía entonces se estructuró alrededor de la actividad agroganadera, siendo importante la zafra lanera hasta mediados de los 60". En forma simultánea, "el aserradero de la Empresa Forestal Epuyén le dio impulso a la industria maderera" y "llegó a tener 130 empleados. Pero a fines de los 70 la situación había empeorado notablemente, el aserradero se quemó en un incendio y nunca recuperó su pujanza anterior, mientras que un oscuro episodio significó el sacrificio del ganado de toda la zona del paraje El Coihue, lo que implicó el inmediato. despoblamiento de esa zona". Como consecuencia, "los campesinos no tenían de qué vivir y la posterior y oscura entrega de esas tierras 'abandonadas', a través del Instituto Autárquico de Colonización y Fomento Rural Provincial" favoreció "a la empresa Vicente Robles SA", bien conocida en Bariloche. .
Cincuenta años atrás, "se dio un cambio en el tipo de migraciones en toda la región que [...] tuvo particular influencia en la historia de Epuyén. Llegaron por esos años nuevos migrantes identificados con lo que se entendía en aquella época como cultura hippie. Más por su aspecto y sus ansias de libertad que por encajar perfectamente con la versión de esta cultura al modo del hemisferio norte", aclara el investigador.
"Surge a partir de las entrevistas que estos nuevos migrantes, habiendo recorrido muchos de ellos otros países de América y Europa, tenían conciencia de los límites del capitalismo, de la crisis del petróleo, de la contaminación y de la alienación consumista". En consecuencia, "descreían del sistema político imperante" y en el marco de sus búsquedas, algunos venían al sur. Pero esa es historia no tan lejana y más o menos conocida. Ojalá que el próximo verano tengamos otra excusa para ahondar en el pasado de Epuyén sin que nada vuelva a arder.
Fuente: El Cordillerano
Por Adrián Moyano
Otra vez la vecina localidad chubutense es noticia a raíz del fuego. Pero su pasado tiene ingredientes particulares que merecen conocerse.
De rinconada donde la población era mayoritariamente mapuche a pueblo que funcionó como imán para hippies en la década de 1960. Antes de ser noticia todos los años por padecer un incendio detrás de otro, la atribulada localidad chubutense fue zona ganadera, cabecera departamental, productora maderera. y abastecedora de alimentos para una estancia inglesa cercana. Más allá del humo recurrente que la caracteriza en los últimos veranos, Epuyén tiene una historia que merecese contar.
"La realidad es que la cordillera fue poblándose a fines del siglo XIX y primeras décadas del XX mayoritariamente por campesinos de origen mapuche, reconocidos por el Estado nacional como chilenos, que cruzaron la frontera por los pasos del Neuquén y fueron descendiendo en busca de los valles que les permitan mantener sus pautas de vida, con ganadería y agricultura de subsistencia".
Así comienza el capítulo que se refiere al pasado del poblado vecino en el artículo "Una experiencia temprana de ecología política. Epuyén, Chubut 1987-1991. Un valle dibujando su propio destino". Tiene como autor a Pablo Blanco, investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (Chubut). El texto agrega que "el Valle de Epuyén y la cuenca del Cholila aparecen definidas por Bailey Willis, como zonas ganaderas en las que se encontraron ovejas, vacunos y cabras".
La mención hace referencia al geólogo estadounidense que trabajó para el Gobierno argentino en tiempos del ministro Ezequiel Ramos Mexía, entre 1911 y 1914. "Para 1913 la Estancia Leleque era el punto central de una compañía de tierras que se había establecido tres décadas antes y que había tenido mucho éxito en la cría de ovejas, vacunos, caballos y mulos, la Argentina Southern Land Co (ALSCO). Más recientemente, se habían iniciado experiencias con plantaciones de trigo, avena y frutales. Las propiedades de la compañía abarcaban más de 100 leguas", puntualiza la investigación de Blanco. Es la que, desde mediados de los 90, está en manos del Grupo Benetton.
"Epuyén, a comienzos del siglo XX, era la cabecera del departamento y toda la colonia se denominaba Colonia Mixta Epuyén", establece el texto. "El primer Juzgado de Paz y Registro Civil del noroeste del Chubut se instaló allí. Era desde la perspectiva del Gobierno territorial ubicado en Rawson, sobre el mar, el lugar ideal para esa decisión. Todavía estaba en pie el ambicioso proyecto del ministro Ramos Mexía que, asesorado por Bailey Willis, promovía un desarrollo cordillerano a través de un ferrocarril eléctrico, generando colonias agrícolas en todo el noroeste entre Bariloche y Esquel".
Al margen del progreso
Como está a la vista, esos planes no prosperaron. "La presión de los intereses ingleses logró que el ferrocarril a Esquel se desviara por el interior de sus estancias y Epuyén terminó a un costado de la dinámica del siglo. La posterior construcción de la ruta entre Bariloche y El Bolsón" ayudó a que la segunda población se convirtiera en ciudad, cuanto hasta la década de 1930 fue "una simple aldea rural". En ese sentido, fue decisiva la intervención del gobernador rionegrino Adalberto Pagano.
Alrededor de un siglo atrás, el rol que asumió Epuyén fue "el de proveedor de madera, mano de obra estacional, verduras y hortalizas para la estancia inglesa y para El Maitén, favorecido por la llegada del ferrocarril y la instalación allí de los talleres de mantenimiento ferroviario". Entonces, "a esa población que a principios de siglo era mayoritariamente de origen mapuche, se suman, en las primeras décadas, los funcionarios que el Estado nacional instala, al levantar escuelas y Juzgado de Paz. Ello implica la llegada de argentinos a cubrir esas vacantes públicas y paralelamente europeos, mayoritariamente españoles e italianos y sirio libaneses que, al igual que en la Pampa Húmeda, llegan en busca de oportunidades".
Blanco encontró que "salvo los funcionarios argentinos, el resto centró su vida en la actividad agropecuaria" y en la "forestal", es decir, "tala y aserrado del bosque nativo". También surgieron "unos pocos y tempranos comercios. La poca moneda circulante en esas primeras décadas era la de los sueldos del empleo público o de la provisión de maderas, trabajo temporario o productos de la huerta" que se vendían "a la Compañía de Tierras. Lo demás era básicamente autosubsistencia, trueque y cuentas corrientes en los boliches de la zona a compensar por frutos del país en la época debida".
La vecina localidad chubutense no fue la excepción a la regla. "La tendencia regional predominante en las primeras décadas del siglo en la que Epuyén estaba inserta, como lo atestiguan numerosos testimonios, fue la de volcarse hacia los mercados chilenos, especialmente en cuanto a la venta de ganado". Al igual que Bariloche. "Estas transacciones se efectivizaban a través de largos arreos, desde nuestra región hasta los pasos neuquinos, o a través de la venta a compradores chilenos que recorrían la zona".
"Las dificultades que presentaba la primera modalidad hicieron que, desde 1893 y hasta mediados de la década del 30 recurrentemente, se hicieran gestiones, sin demasiado éxito, para abrir caminos a través de la cordillera más cercanos que los hasta entonces utilizados". Más o menos al mismo tiempo, "la llegada de argentinos y extranjeros de Europa u Oriente Medio iniciada en las primeras décadas del siglo se vio reforzada, en toda la Comarca Andina, a partir del avance del ferrocarril desde Ingeniero Jacobacci a El Maitén".
Contrariedades del ferrocarril
No obstante, "Epuyén, por estar pobremente comunicada, vio lentificado su crecimiento en relación con las vecinas localidades de El Hoyo y El Maitén. Estos recibieron más extranjeros, en especial polacos en El Hoyo y argentinos -empleados del ferrocarril- en El Maitén. Al igual que en toda la cordillera la llegada del ferrocarril implicó el cierre de los molinos regionales, el de Epuyén no fue la excepción y hacia el año 50 ya estaba cerrado. Y la septiembre de cereales empezó casi a desaparecer", comenta Blanco.
También de forma coincidente con otros parajes, "en Epuyén los migrantes europeos y sirio libaneses fueron quedándose con las mejores tierras del valle, desplazando a los antiguos pobladores a las zonas altas, más áridas y frías, en parte por las presiones que las mensuras ejercieron sobre las poblaciones de pueblos originarios, clasificados como chilenos, que vivían mayoritariamente del pastoreo de sus animales", indica el investigador.
"La economía entonces se estructuró alrededor de la actividad agroganadera, siendo importante la zafra lanera hasta mediados de los 60". En forma simultánea, "el aserradero de la Empresa Forestal Epuyén le dio impulso a la industria maderera" y "llegó a tener 130 empleados. Pero a fines de los 70 la situación había empeorado notablemente, el aserradero se quemó en un incendio y nunca recuperó su pujanza anterior, mientras que un oscuro episodio significó el sacrificio del ganado de toda la zona del paraje El Coihue, lo que implicó el inmediato. despoblamiento de esa zona". Como consecuencia, "los campesinos no tenían de qué vivir y la posterior y oscura entrega de esas tierras 'abandonadas', a través del Instituto Autárquico de Colonización y Fomento Rural Provincial" favoreció "a la empresa Vicente Robles SA", bien conocida en Bariloche. .
Cincuenta años atrás, "se dio un cambio en el tipo de migraciones en toda la región que [...] tuvo particular influencia en la historia de Epuyén. Llegaron por esos años nuevos migrantes identificados con lo que se entendía en aquella época como cultura hippie. Más por su aspecto y sus ansias de libertad que por encajar perfectamente con la versión de esta cultura al modo del hemisferio norte", aclara el investigador.
"Surge a partir de las entrevistas que estos nuevos migrantes, habiendo recorrido muchos de ellos otros países de América y Europa, tenían conciencia de los límites del capitalismo, de la crisis del petróleo, de la contaminación y de la alienación consumista". En consecuencia, "descreían del sistema político imperante" y en el marco de sus búsquedas, algunos venían al sur. Pero esa es historia no tan lejana y más o menos conocida. Ojalá que el próximo verano tengamos otra excusa para ahondar en el pasado de Epuyén sin que nada vuelva a arder.
Fuente: El Cordillerano