Política

"Una costosa fuga de cerebros": Milei profundiza el ajuste sobre la ciencia

SPUTNIK

El Ejecutivo argentino recortó más del 30% del presupuesto destinado a la ciencia, cerrando becas y licuando los ingresos de los investigadores. "El Gobierno considera que los científicos son la 'casta', pero está hipotecando nuestro futuro", dijo a Sputnik Roberto Salvarezza, exministro de Ciencia, Tecnología e Innovación.

La ciencia argentina languidece al calor del drástico ajuste fiscal impulsado por el Gobierno de Javier Milei. Durante el primer año de gestión, la "motosierra" blandida por el libertario sobre el gasto público redundó en un fuerte recorte del presupuesto destinado al sistema científico, redundando en el cierre de becas y en la licuación del poder adquisitivo de los investigadores, que crecientemente optan por migrar al exterior en busca de mejores horizontes.

De acuerdo al Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación, a lo largo del 2024 el Ejecutivo achicó en un 30,5% las partidas destinadas al estratégico sector. En dicho año se perdieron 2.696 empleos del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, con especial énfasis en el emblemático CONICET, el principal organismo donde confluye la investigación científico-técnica.

Según el último informe de la consultora Analytica, el Gobierno recortó el gasto público en un 27% durante su primer año en la Casa Rosada. Además del ajuste en la ciencia, el tan mentado superávit fiscal celebrado por Milei se alcanzó gracias al recorte en infraestructura (74%), desarrollo social (60%), educación (52%) y jubilaciones (15%).

Todo indica que la tendencia no se revertirá durante el 2025. En los primeros días de enero el Gobierno oficializó la eliminación de programas vinculados a la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología -que hasta el 2023 funcionó como Ministerio- que "deban rendiciones, que estén vencidos y no aporten al crecimiento del país".

A pesar de que la ley de Financiamiento Científico -sancionada por el Congreso nacional en 2021- establece que el Estado deberá destinar el 0,45% del Producto Interno Bruto (PIB) a la inversión en ciencia, especialistas alertan que las partidas destinadas durante el 2025 equivaldrán al 0,2%, menos de la mitad.

La incertidumbre se inscribe en un marco signado por la discrecionalidad con la cual podrá administrar las cuentas públicas de Gobierno, después de que el Congreso no tratara su denominada ley de leyes y, por ende, el Ejecutivo disponga de un presupuesto prorrogado por segundo año consecutivo, hecho inédito en la historia argentina.

El costo del desfinanciamiento

"El ajuste ha sido terrible, quizás el más violento en el sistema de ciencia de las últimas décadas. Se están paralizando proyectos enteros y también ingresos del personal científico", dijo a Sputnik Roberto Salvarezza, exministro argentino de Ciencia, Tecnología e Innovación (2019-2021).

El exfuncionario destacó el aspecto más preocupante de la actual coyuntura: la emigración de investigadores argentinos formados en el país. "Hay una costosa fuga de cerebros innegable. 250 jóvenes completaron el posdoctorado y, sin embargo, quedaron expulsados del sistema de ciencia, por lo que irán a estudiar al exterior, al igual que otros 800 investigadores debían haberse incorporado durante el año pasado. En total, los científicos que se han ido ascienden a 3.000", alertó.

"El Gobierno considera que los científicos son la 'casta', pero está hipotecando nuestro futuro. Esta es una pérdida de capital humano muy dañina para el desarrollo del país", remarcó Salvarezza.

A lo largo de la historia argentina hubo diversos episodios que redundaron en el éxodo de personal calificado. Acaso uno de los más elocuentes ocurrió durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), al calor del cierre del ajuste presupuestario y el cierre de institutos científicos. Durante dicha década, el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo mandó a "lavar los platos" a una investigadora del CONICET que protestaba por mejoras salariales.

El ajuste desde adentro

Jorge Aliaga es físico e integrante del Consejo Directivo del CONICET en representación de las universidades. En diálogo con Sputnik, el científico advirtió que "la situación es gravísima. Ya habíamos vivido momentos así, pero la diferencia es que esto no es transitorio sino que es una política activa y permanente del Gobierno, que considera que el Estado no debe llevar a cabo este tipo de tareas".

"Una cosa es que el salario que se cobra en el exterior sea superior al local, que puede ser hasta entendible, pero otra muy diferente es el maltrato permanente desde la cúspide del poder. El Estado está regalando recursos humanos que le costó muchísimo dinero formar", enfatizó.

Este último punto es, para Salvarezza, el más preocupante. "El desarrollo de los países se basa en el conocimiento: en Argentina hay tres investigadores por cada 1.000 habitantes de la población económicamente activa. En Europa es de 9 y en Israel de 13. Hoy estamos muy por debajo de estos números".

"Los jóvenes tienen que poder desarrollarse en su país, pero esto hoy no ocurre y esto es producto de la decisión del Gobierno", remarcó el exministro.