YPF pone a Santa Cruz al borde de un posible colapso: fuerza miles de despidos, rompe la paz social y profundiza la crisis laboral Finalmente, tal como ya lo había anunciado, YPF se va del norte santacruceño por la fuerza y sin acuerdo aparente con la gestión del gobernador Claudio Vidal. La petrolera libertaria que conduce Horacio Marín adelantó que en febrero abandona definitivamente los yacimientos maduros de Santa Cruz. Previo a su salida total habilita en enero el retiro "involuntario" o jubilación forzada de alrededor de 2.600 trabajadores petroleros para bajar los costos operativos; los que no se adhieran, en febrero serán despedidos. Así se confirma lo anticipado por El Extremo Sur en marzo del 2024. El impacto laboral es aún mayor a lo impulsado por YPF ya que afectaría en total alrededor de 3.000 obreros vinculados en las empresas contratistas y podría romper la paz social. CGC de Eurnekian se haría cargo de las concesiones con la mitad del personal. Tamaña decisión puede interpretarse como una vendetta histórica de las petroleras tras casi dos décadas de alto nivel de conflictividad y cuestionable desorganización en los pozos petroleros. A ese panorama muy complejo se le suman los miles de despidos que se produjeron en la construcción con la paralización de las represas y la obra pública que achicaron un 52% los obreros del sector; aunque también cayó fuerte el empleo en la pesca y no habría que descartar más desvinculaciones en YCRT por una posible privatización. Frente a este panorama Santa Cruz se pone a las puertas de una crisis laboral casi sin precedentes.
El panorama laboral, político y social en la provincia de Santa Cruz se adentra en un terreno incierto, crítico y altamente inestable. La volatilidad se profundiza por los miles de despidos que dejará YPF con su brusca salida de los yacimientos santacruceños, la incapacidad de contener a la multitud de desocupados que se suma a la ya existente en el ámbito de la construcción donde el empleo cayó a la mitad según los últimos datos oficiales, pero donde también impactan con fuerza otros sectores afectados como la pesca.
Desde hace un año que la YPF libertaria de Horacio Marín (ex CEO de Tecpetrol, petrolera del Grupo Techint) viene impulsando el plan de abandono de los yacimientos maduros en Santa Cruz, el conjunto de la Cuenca del Golfo San Jorge y otras áreas del país.
Por ahora sólo avanzó con dos concesiones en Chubut, algunas en Neuquén y otras en Mendoza, pero la gran mayoría están concentradas en el flanco norte santacruceño donde la compañía no habría conseguido un acuerdo estable con el gobernador Claudio Vidal.
La noticia estalló a finales de esta semana al conocerse los plazos que fijó la operadora. Hace alrededor de dos meses Marín expresó en los medios de comunicación nacionales que en el comienzo del 2025 YPF se iba "sí o sí" de los yacimientos que quería abandonar en Santa Cruz.
En marzo del año pasado El Extremo Sur publicó que eran cerca de 5.000 los puestos de trabajo en riesgo producto del abandono de YPF de la Cuenca del Golfo San Jorge (CGSJ) y allí se detalló que en norte santacruceño se especulaba con alrededor de 2.500 desvinculaciones.
Diez meses más tarde se termina confirman aquel anticipo del EES y la petrolera con mayoría accionaria estatal avanza sin miramientos con los despidos antes de abandonar Santa Cruz para bajar los costos operativos y "normalizar" los yacimientos para quienes lo sucedan en las operaciones.
Forzando retiros "involuntarios" y despidos
Finalmente, se le puso fecha a la salida definitiva, pero antes de concretarlo YPF se encargará de hacer el "trabajo sucio" en los yacimientos. Con la misma metodología de hace 30 años cuando se privatizó, ahora la YPF libertaria convoca a un proceso de retiros voluntarios (que son más bien "involuntarios" sino se ofrece resistencia y predomina la resignación o el acuerdo político-sindical) y además apresura la jubilación forzada de todos aquellos obreros que se encuentren en edad de retirarse de la actividad.
Durante enero YPF pagaría indemnizaciones del 120% para todos aquellos trabajadores que se adhieran a los retiros "involuntarios" y a los que lo hagan en febrero les abonaría el 100% de la indemnización.
A decir verdad, la primera propuesta es la única que contiene algún tipo de beneficio reflejado en el 20% extra de lo que corresponde por ley; mientras que el segundo caso es un despido liso y llano con el pago de lo que mínimamente corresponde a cualquier trabajador que es despojado de su fuente laboral.
Lo que busca la compañía es que por migajas y frente a un panorama desolador en el terreno laboral, los 2.600 obreros relacionados a YPF en el norte de Santa Cruz apresuren sus retiros "involuntarios" en enero a cambio de un 20% adicional de indemnización; de lo contrario en febrero serán despedidos como cualquier hijo de vecino.
La ecuación le cierra a YPF y a la petrolera que se hago de sus yacimientos en Santa Cruz en la búsqueda de imponer una reducción del costo de producción existente en la provincia, pero para lograrlo no solamente necesita de las desvinculaciones, sino que también le es imprescindible evitar la conflictividad social que curiosamente parece imponerse por ahora como la paz de los cementerios en los primeros días del 2025.
Paz de cementerio, sin conflicto social. Esa parece ser la clave que impera parcialmente por ahora en tierras santacruceñas donde el concepto de "paz social" se había llegado a convertir, en medio de las luchas de décadas anteriores, como un ítem que las petroleras pagan mensualmente a los obreros para evitar huelgas y tomas de yacimientos.
Más de 3.000 desvinculaciones y peores condiciones laborales
Los 2.500 retiros "involuntarios" y los despidos que se generen hasta febrero generarían un efecto cascada en la industria petrolera de la CGSJ, especialmente en Santa Cruz donde además se prevé la paralización total del movimiento de los equipos perforadores de torre.
Si YPF no consigue las 2.500 desvinculaciones nadie puede asegurar que luego no comiencen a llegar los telegramas de despido directo para ajustar el número de trabajadores en los yacimientos santacruceños.
Mientras la petrolera libertaria liderada por Marín reduce el personal con sus métodos, es casi inevitable que eso se traduzca en un fuerte impacto sobre las pequeñas y medianas empresas contratistas del flanco norte, las que casi indefectiblemente podrían sumar otros centenares de despidos por inactividad o quiebra superando inclusive las 3.000 cesantías.
El propio Rafael Güenchenen, secretario general del Sindicato Petrolero Privado de Santa Cruz, admitió en una carta crítica hacia YPF que "Marín llegó, dijo que se iba de Santa Cruz y buscó empresarios para regalarles los yacimientos. No vamos a permitir que negocien con 2.800 puestos de trabajo en juego".
Pero no todo termina con el descuartizamiento laboral, sino que además la búsqueda empresarial apunta a "normalizar" el funcionamiento de los yacimientos evitando todo de conflictividad y aumentando la productividad con mayor intensidad de trabajo, inclusive por fuera de los marcos establecidos por el Convenio Colectivo de Trabajo del sector.
Eso es justamente lo que ya está sucediendo en la empresa Crown Point, que se hizo cargo recientemente de las áreas Piedra Clavada y Koluel Kaike. Desde finales de esta semana los trabajadores petroleros de las contratistas que trabajan para la concesionaria en cuestión se encuentran de paro para "garantizar que las empresas cumplan con las condiciones laborales pactadas y respeten los acuerdos establecidos".
Ese parece ser el panorama que azolará en norte de Santa Cruz en las próximas semanas y meses, salvo que la resistencia se extienda.
Por ahora el conflicto sindical está circunscripto a Piedra Clavada y Koluel Kaike. Los intentos del EES por contactarse con referentes sindicales del sector petrolero santacruceño fueron poco fructíferos y tampoco hicieron declaraciones públicas sobre el panorama imperante.
Se especula, cada vez con más fuerza, que tras los despidos la petrolera CGC, del Grupo Eurnekian, se haría cargo formalmente de las áreas maduras de YPF en Santa Cruz Norte, aunque la operación de varias de las mismas sería redistribuida entre un grupo de empresas interesadas y entre las que aparecen la ya mencionada Crown Point, Roch y PECOM.
Lo cierto es que lo harían con cerca de la mitad del personal con que contaba YPF para la operación de los campos maduros que ahora abandona y eso le posibilitaría a las compañías bajar considerablemente el costo operativo (OPEX).
La maximización de la rentabilidad
La clave es bajar los costos de producción como ya anticipó El Extremo Sur en noviembre pasado y en ese objetivo se enfocan las petroleras con YPF haciendo el trabajo sucio antes de abandonar Santa Cruz.
Si se termina achicando en 2.500 obreros el sector petrolero santacruceño la retracción del empleo total en la provincia será del 30%.
En base a los datos oficiales del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (dependiente del Ministerio de Capital Humano) hasta el segundo trimestre del año pasado había en toda la provincia de Santa Cruz -el dato no se discrimina por cuencas contemplando la porción del sur en la Austral y la del norte en la San Jorge- un total de 8.394 obreros petroleros. De ese total 1.508 estaban vinculados a la extracción y perforación, mientras que otros 6.886 se vinculaban a las tareas de servicios con la producción de crudo.
Si avanza el plan de YPF quedarían alrededor de 5.900 trabajadores activos en toda la provincia; pero si las desvinculaciones aumentan por encima de las 3.000 el achicamiento terminaría siendo del 35% y solamente quedarían en funciones 5.400 obreros.
Ese famoso 30% de ajuste para alcanzar la productividad es el que se viene imponiendo como una necesidad imperiosa en la CGSJ para hacer más rentables los yacimientos de Chubut y Santa Cruz, para de esa manera bajar los costos de producción a una banda que ronde los 30 dólares por barril.
En el norte santacruceño los costos operativos rondan entre los 39 dólares en Cañadón Seco, pasando por los 46 dólares en Los Perales y los 49 dólares en Las Heras. Con costo menor del 30% bajarían a los 27 y 34 dólares respectivamente.
La vendetta por años de luchas y caos
En el mundo petrolero de la CGSJ se menciona hace largos años que el norte de Santa Cruz es un "caos" en materia laboral y que el rol sindical no acompaña el proceso de "normalización" de la actividad. Muchas voces del sector empresario sostienen que es mucho más "caótico" que en Chubut, donde para su entender el sindicalismo tiene más encorsetado al mundo laboral.
Ese panorama tiene larga data aparentemente y se vio de alguna manera reflejado en los años de altísima conflictividad que se produjeron por el 2006 y 2007.
En Chubut las protestas fueron encabezadas, por convicción u obligación, por la dirigencia sindical, tanto en las huelgas como en las tomas de yacimientos y TERMAP; pero en el norte santacruceño la situación de reclamos fue más parcializada y desmadrada.
Así se vio el conflicto en Las Heras cuando la huelga y la detención de un dirigente de base desembocó en un enfrentamiento armado y la muerte del policía Jorge Sayago en febrero del 2006.
La respuesta a ese conflicto en el yacimiento terminó siendo la militarización y cuasi estado de sitio que se montó en Las Heras con las fuerzas de seguridad y la persecución casa por casa de los presuntos responsables del hecho; aunque aquella situación también posibilitó la instalación de la Gendarmería en los yacimientos del flanco norte.
Hasta la conducción de Claudio Vidal, que asumió en el 2013, el panorama seguía "desmadrado" y eso se refleja que el sindicalista ganó las elecciones compitiendo con diez listas diferentes. Con el paso de sus dos reelecciones consiguió establecer un "cierto orden parcial" en el gremio y ahora esa tarea quedó en manos de su segundo, Güenchenen, quien tendrá el desafío de enfrentar lo que apunta a ser el mayor recorte de personal después de la privatización de YPF en tiempos del menemismo.
Si las petroleras, con la embestida de YPF, logran imponer su política de reducción de personal y baja de costos de producción posiblemente consigan un objetivo que tienen pendiente desde hace casi dos décadas y de alguna manera se cobrarán "venganza" por tantos años de desequilibrio y desorden en tierras santacruceñas.
Hasta el momento el devenir de los acontecimientos tiene final abierto y no está claro cómo se van a suscitar los hechos, ninguna de las partes se ha impuesto sobre la otra y tampoco se sabe públicamente de negociaciones entre los sectores involucrados.
Del arreglo a la imposición de Marín a Vidal
El gobernador Claudio Vidal seguramente fue anoticiado por YPF de la movida final con vistas a febrero y las desvinculaciones, pero ahora no se ha expresado al respecto.
Vale recordar que, al poco tiempo de asumir la gobernación y tras desplazar al kirchnerismo, Vidal tuvo varios encuentros con Marín por el traspaso de las áreas maduras en Santa Cruz.
Al principio todo parecía encaminado hacia una salida "ordenada" de YPF, pero algo sucedió entre ellos que esos acuerdos originales se convirtieron en disputas que se extendieron hasta el final del 2024.
Vidal rechazó la salida de YPF en los términos de la primera propuesta de Marín que contemplaba el traspaso de las áreas a la estatal Formicruz porque no se ponían de acuerdo en el monto a pagar a la provincia por el pasivo ambiental y los fondos nacionales para costear algunas obras.
Luego el CEO de YPF metió los yacimientos santacruceños en la bolsa del Plan Andes de venta de áreas maduras, pero allí fracasó al no poder encontrar un comprador para todo el paquete a la venta producto de que se trata de una sola unidad operativa indivisible.
"Se plantearon 70 puntos iniciales y acordamos sobre 68. En ese momento el gobernador anunció un acuerdo histórico con la petrolera de bandera", recordó a LPO un colaborador del gobernador. "Cuando quedaban solo dos puntos a resolver, YPF desembarcó con una docena de abogados y dio vuelta todas las condiciones contractuales", agregó el referente de la gestión Vidal.
Las negociaciones se empantanaron durante varios meses y las partes tensaron la cuerda con acusaciones de todo tipo, pero ahora Marín le marcó la cancha a Vidal hasta imponerle un camino sin alternativas como el actual.
Atrapado entre Milei, los despidos y posible estallido
El gobernador santacruceño buscó a lo largo del año tener buena relación con el presidente Javier Milei, hasta el punto que sus legisladores jugaron roles claves en la aprobación de la Ley Bases y el RIGI; pero parece que eso no fue suficiente para frenar la embestida de Marín y tampoco para dejar ser ninguneado desde la Rosada, donde se ríen de él porque no terminó la secundaria.
Vidal no solamente tiene que enfrentar los miles de despidos que dejará YPF en el ámbito petrolero, porque también se suma el desastre generado por el gobierno libertario al paralizar la obra pública que terminó afectando en paralelo la construcción de las represas en territorio santacruceño.
Los datos oficiales del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial reflejaron que al segundo trimestre del año pasado el empleo en la construcción había caído más de un 50% en Santa Cruz. A mediados del 2023 había registrados 7.326 empleos formales en la construcción y a mitad del 2024 había decrecido a 3.450, reflejando una merma del 52,9% que significaron 3.876 empleos formales menos en el sector.
Ese no ha sido el único problema como consecuencia de las políticas nacionales libertarias, ya que Milei también propiciaría la privatización de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) que cuenta con cerca 2.200 empleados que dependen del Estado nacional y se formula desde el gobierno libertario que podría funcionar con la mitad del personal.
En los últimos días se supo que Vidal busca mantener el control estatal de la firma y por eso aceleró el diálogo con capitales chinos a los fines de garantizarse fondos para sostener la actual operatividad de Río Turbio, según publicó el portal IProfesional; aunque los chinos le reclaman por la paralización de las represas.
Otro rubro que asomó como fuertemente afectado de manera interanual en el empleo privado fue el de la pesca que pasó de 4.247 trabajadores registrados en el segundo trimestre del 2023 a 3.817 en el mismo período del 2024, mostrando una contracción del 10,1% (430 empleos).
Si se suman los números de estos sectores mencionados se alcanza una problemática de empleo que involucra a cerca de 8.500 obreros -casi 7.000 son del petróleo y la construcción- que representan alrededor del 14% del total del empleo registrado privado en toda la provincia de Santa Cruz y que asciende a los 56.500 ocupados.
Ese es el problema que enfrentan los trabajadores y con el que tiene que lidiar Vidal en una provincia que se acerca al precipicio de una crisis desconocida, lo que podría generar una enorme conflictividad.
"Nuestro temor es que se genere un nuevo Cutral-Co" -refriéndose al estallido social en tierras neuquinas durante 1996 y 1997 en tiempos del menemismo- afirmaron a La Política Online en septiembre fuentes santacruceñas frente al altísimo nivel de despidos que ahora parece que podría incrementarse.
Hasta el momento ni Vidal ni los sindicatos del sector petrolero se expresaron sobre las últimas novedades entorno de la salida forzada ya fijada por YPF, pero en el horizonte cercano se asoma un temporal laboral que puede desmadrar la situación hacia una alta conflictividad o hacia "una paz de cementerio" que tampoco puede afirmarse cuánto tiempo podría durar.
Finalmente, tal como ya lo había anunciado, YPF se va del norte santacruceño por la fuerza y sin acuerdo aparente con la gestión del gobernador Claudio Vidal. La petrolera libertaria que conduce Horacio Marín adelantó que en febrero abandona definitivamente los yacimientos maduros de Santa Cruz. Previo a su salida total habilita en enero el retiro "involuntario" o jubilación forzada de alrededor de 2.600 trabajadores petroleros para bajar los costos operativos; los que no se adhieran, en febrero serán despedidos. Así se confirma lo anticipado por El Extremo Sur en marzo del 2024. El impacto laboral es aún mayor a lo impulsado por YPF ya que afectaría en total alrededor de 3.000 obreros vinculados en las empresas contratistas y podría romper la paz social. CGC de Eurnekian se haría cargo de las concesiones con la mitad del personal. Tamaña decisión puede interpretarse como una vendetta histórica de las petroleras tras casi dos décadas de alto nivel de conflictividad y cuestionable desorganización en los pozos petroleros. A ese panorama muy complejo se le suman los miles de despidos que se produjeron en la construcción con la paralización de las represas y la obra pública que achicaron un 52% los obreros del sector; aunque también cayó fuerte el empleo en la pesca y no habría que descartar más desvinculaciones en YCRT por una posible privatización. Frente a este panorama Santa Cruz se pone a las puertas de una crisis laboral casi sin precedentes.
El panorama laboral, político y social en la provincia de Santa Cruz se adentra en un terreno incierto, crítico y altamente inestable. La volatilidad se profundiza por los miles de despidos que dejará YPF con su brusca salida de los yacimientos santacruceños, la incapacidad de contener a la multitud de desocupados que se suma a la ya existente en el ámbito de la construcción donde el empleo cayó a la mitad según los últimos datos oficiales, pero donde también impactan con fuerza otros sectores afectados como la pesca.
Desde hace un año que la YPF libertaria de Horacio Marín (ex CEO de Tecpetrol, petrolera del Grupo Techint) viene impulsando el plan de abandono de los yacimientos maduros en Santa Cruz, el conjunto de la Cuenca del Golfo San Jorge y otras áreas del país.
Por ahora sólo avanzó con dos concesiones en Chubut, algunas en Neuquén y otras en Mendoza, pero la gran mayoría están concentradas en el flanco norte santacruceño donde la compañía no habría conseguido un acuerdo estable con el gobernador Claudio Vidal.
La noticia estalló a finales de esta semana al conocerse los plazos que fijó la operadora. Hace alrededor de dos meses Marín expresó en los medios de comunicación nacionales que en el comienzo del 2025 YPF se iba "sí o sí" de los yacimientos que quería abandonar en Santa Cruz.
En marzo del año pasado El Extremo Sur publicó que eran cerca de 5.000 los puestos de trabajo en riesgo producto del abandono de YPF de la Cuenca del Golfo San Jorge (CGSJ) y allí se detalló que en norte santacruceño se especulaba con alrededor de 2.500 desvinculaciones.
Diez meses más tarde se termina confirman aquel anticipo del EES y la petrolera con mayoría accionaria estatal avanza sin miramientos con los despidos antes de abandonar Santa Cruz para bajar los costos operativos y "normalizar" los yacimientos para quienes lo sucedan en las operaciones.
Forzando retiros "involuntarios" y despidos
Finalmente, se le puso fecha a la salida definitiva, pero antes de concretarlo YPF se encargará de hacer el "trabajo sucio" en los yacimientos. Con la misma metodología de hace 30 años cuando se privatizó, ahora la YPF libertaria convoca a un proceso de retiros voluntarios (que son más bien "involuntarios" sino se ofrece resistencia y predomina la resignación o el acuerdo político-sindical) y además apresura la jubilación forzada de todos aquellos obreros que se encuentren en edad de retirarse de la actividad.
Durante enero YPF pagaría indemnizaciones del 120% para todos aquellos trabajadores que se adhieran a los retiros "involuntarios" y a los que lo hagan en febrero les abonaría el 100% de la indemnización.
A decir verdad, la primera propuesta es la única que contiene algún tipo de beneficio reflejado en el 20% extra de lo que corresponde por ley; mientras que el segundo caso es un despido liso y llano con el pago de lo que mínimamente corresponde a cualquier trabajador que es despojado de su fuente laboral.
Lo que busca la compañía es que por migajas y frente a un panorama desolador en el terreno laboral, los 2.600 obreros relacionados a YPF en el norte de Santa Cruz apresuren sus retiros "involuntarios" en enero a cambio de un 20% adicional de indemnización; de lo contrario en febrero serán despedidos como cualquier hijo de vecino.
La ecuación le cierra a YPF y a la petrolera que se hago de sus yacimientos en Santa Cruz en la búsqueda de imponer una reducción del costo de producción existente en la provincia, pero para lograrlo no solamente necesita de las desvinculaciones, sino que también le es imprescindible evitar la conflictividad social que curiosamente parece imponerse por ahora como la paz de los cementerios en los primeros días del 2025.
Paz de cementerio, sin conflicto social. Esa parece ser la clave que impera parcialmente por ahora en tierras santacruceñas donde el concepto de "paz social" se había llegado a convertir, en medio de las luchas de décadas anteriores, como un ítem que las petroleras pagan mensualmente a los obreros para evitar huelgas y tomas de yacimientos.
Más de 3.000 desvinculaciones y peores condiciones laborales
Los 2.500 retiros "involuntarios" y los despidos que se generen hasta febrero generarían un efecto cascada en la industria petrolera de la CGSJ, especialmente en Santa Cruz donde además se prevé la paralización total del movimiento de los equipos perforadores de torre.
Si YPF no consigue las 2.500 desvinculaciones nadie puede asegurar que luego no comiencen a llegar los telegramas de despido directo para ajustar el número de trabajadores en los yacimientos santacruceños.
Mientras la petrolera libertaria liderada por Marín reduce el personal con sus métodos, es casi inevitable que eso se traduzca en un fuerte impacto sobre las pequeñas y medianas empresas contratistas del flanco norte, las que casi indefectiblemente podrían sumar otros centenares de despidos por inactividad o quiebra superando inclusive las 3.000 cesantías.
El propio Rafael Güenchenen, secretario general del Sindicato Petrolero Privado de Santa Cruz, admitió en una carta crítica hacia YPF que "Marín llegó, dijo que se iba de Santa Cruz y buscó empresarios para regalarles los yacimientos. No vamos a permitir que negocien con 2.800 puestos de trabajo en juego".
Pero no todo termina con el descuartizamiento laboral, sino que además la búsqueda empresarial apunta a "normalizar" el funcionamiento de los yacimientos evitando todo de conflictividad y aumentando la productividad con mayor intensidad de trabajo, inclusive por fuera de los marcos establecidos por el Convenio Colectivo de Trabajo del sector.
Eso es justamente lo que ya está sucediendo en la empresa Crown Point, que se hizo cargo recientemente de las áreas Piedra Clavada y Koluel Kaike. Desde finales de esta semana los trabajadores petroleros de las contratistas que trabajan para la concesionaria en cuestión se encuentran de paro para "garantizar que las empresas cumplan con las condiciones laborales pactadas y respeten los acuerdos establecidos".
Ese parece ser el panorama que azolará en norte de Santa Cruz en las próximas semanas y meses, salvo que la resistencia se extienda.
Por ahora el conflicto sindical está circunscripto a Piedra Clavada y Koluel Kaike. Los intentos del EES por contactarse con referentes sindicales del sector petrolero santacruceño fueron poco fructíferos y tampoco hicieron declaraciones públicas sobre el panorama imperante.
Se especula, cada vez con más fuerza, que tras los despidos la petrolera CGC, del Grupo Eurnekian, se haría cargo formalmente de las áreas maduras de YPF en Santa Cruz Norte, aunque la operación de varias de las mismas sería redistribuida entre un grupo de empresas interesadas y entre las que aparecen la ya mencionada Crown Point, Roch y PECOM.
Lo cierto es que lo harían con cerca de la mitad del personal con que contaba YPF para la operación de los campos maduros que ahora abandona y eso le posibilitaría a las compañías bajar considerablemente el costo operativo (OPEX).
La maximización de la rentabilidad
La clave es bajar los costos de producción como ya anticipó El Extremo Sur en noviembre pasado y en ese objetivo se enfocan las petroleras con YPF haciendo el trabajo sucio antes de abandonar Santa Cruz.
Si se termina achicando en 2.500 obreros el sector petrolero santacruceño la retracción del empleo total en la provincia será del 30%.
En base a los datos oficiales del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (dependiente del Ministerio de Capital Humano) hasta el segundo trimestre del año pasado había en toda la provincia de Santa Cruz -el dato no se discrimina por cuencas contemplando la porción del sur en la Austral y la del norte en la San Jorge- un total de 8.394 obreros petroleros. De ese total 1.508 estaban vinculados a la extracción y perforación, mientras que otros 6.886 se vinculaban a las tareas de servicios con la producción de crudo.
Si avanza el plan de YPF quedarían alrededor de 5.900 trabajadores activos en toda la provincia; pero si las desvinculaciones aumentan por encima de las 3.000 el achicamiento terminaría siendo del 35% y solamente quedarían en funciones 5.400 obreros.
Ese famoso 30% de ajuste para alcanzar la productividad es el que se viene imponiendo como una necesidad imperiosa en la CGSJ para hacer más rentables los yacimientos de Chubut y Santa Cruz, para de esa manera bajar los costos de producción a una banda que ronde los 30 dólares por barril.
En el norte santacruceño los costos operativos rondan entre los 39 dólares en Cañadón Seco, pasando por los 46 dólares en Los Perales y los 49 dólares en Las Heras. Con costo menor del 30% bajarían a los 27 y 34 dólares respectivamente.
La vendetta por años de luchas y caos
En el mundo petrolero de la CGSJ se menciona hace largos años que el norte de Santa Cruz es un "caos" en materia laboral y que el rol sindical no acompaña el proceso de "normalización" de la actividad. Muchas voces del sector empresario sostienen que es mucho más "caótico" que en Chubut, donde para su entender el sindicalismo tiene más encorsetado al mundo laboral.
Ese panorama tiene larga data aparentemente y se vio de alguna manera reflejado en los años de altísima conflictividad que se produjeron por el 2006 y 2007.
En Chubut las protestas fueron encabezadas, por convicción u obligación, por la dirigencia sindical, tanto en las huelgas como en las tomas de yacimientos y TERMAP; pero en el norte santacruceño la situación de reclamos fue más parcializada y desmadrada.
Así se vio el conflicto en Las Heras cuando la huelga y la detención de un dirigente de base desembocó en un enfrentamiento armado y la muerte del policía Jorge Sayago en febrero del 2006.
La respuesta a ese conflicto en el yacimiento terminó siendo la militarización y cuasi estado de sitio que se montó en Las Heras con las fuerzas de seguridad y la persecución casa por casa de los presuntos responsables del hecho; aunque aquella situación también posibilitó la instalación de la Gendarmería en los yacimientos del flanco norte.
Hasta la conducción de Claudio Vidal, que asumió en el 2013, el panorama seguía "desmadrado" y eso se refleja que el sindicalista ganó las elecciones compitiendo con diez listas diferentes. Con el paso de sus dos reelecciones consiguió establecer un "cierto orden parcial" en el gremio y ahora esa tarea quedó en manos de su segundo, Güenchenen, quien tendrá el desafío de enfrentar lo que apunta a ser el mayor recorte de personal después de la privatización de YPF en tiempos del menemismo.
Si las petroleras, con la embestida de YPF, logran imponer su política de reducción de personal y baja de costos de producción posiblemente consigan un objetivo que tienen pendiente desde hace casi dos décadas y de alguna manera se cobrarán "venganza" por tantos años de desequilibrio y desorden en tierras santacruceñas.
Hasta el momento el devenir de los acontecimientos tiene final abierto y no está claro cómo se van a suscitar los hechos, ninguna de las partes se ha impuesto sobre la otra y tampoco se sabe públicamente de negociaciones entre los sectores involucrados.
Del arreglo a la imposición de Marín a Vidal
El gobernador Claudio Vidal seguramente fue anoticiado por YPF de la movida final con vistas a febrero y las desvinculaciones, pero ahora no se ha expresado al respecto.
Vale recordar que, al poco tiempo de asumir la gobernación y tras desplazar al kirchnerismo, Vidal tuvo varios encuentros con Marín por el traspaso de las áreas maduras en Santa Cruz.
Al principio todo parecía encaminado hacia una salida "ordenada" de YPF, pero algo sucedió entre ellos que esos acuerdos originales se convirtieron en disputas que se extendieron hasta el final del 2024.
Vidal rechazó la salida de YPF en los términos de la primera propuesta de Marín que contemplaba el traspaso de las áreas a la estatal Formicruz porque no se ponían de acuerdo en el monto a pagar a la provincia por el pasivo ambiental y los fondos nacionales para costear algunas obras.
Luego el CEO de YPF metió los yacimientos santacruceños en la bolsa del Plan Andes de venta de áreas maduras, pero allí fracasó al no poder encontrar un comprador para todo el paquete a la venta producto de que se trata de una sola unidad operativa indivisible.
"Se plantearon 70 puntos iniciales y acordamos sobre 68. En ese momento el gobernador anunció un acuerdo histórico con la petrolera de bandera", recordó a LPO un colaborador del gobernador. "Cuando quedaban solo dos puntos a resolver, YPF desembarcó con una docena de abogados y dio vuelta todas las condiciones contractuales", agregó el referente de la gestión Vidal.
Las negociaciones se empantanaron durante varios meses y las partes tensaron la cuerda con acusaciones de todo tipo, pero ahora Marín le marcó la cancha a Vidal hasta imponerle un camino sin alternativas como el actual.
Atrapado entre Milei, los despidos y posible estallido
El gobernador santacruceño buscó a lo largo del año tener buena relación con el presidente Javier Milei, hasta el punto que sus legisladores jugaron roles claves en la aprobación de la Ley Bases y el RIGI; pero parece que eso no fue suficiente para frenar la embestida de Marín y tampoco para dejar ser ninguneado desde la Rosada, donde se ríen de él porque no terminó la secundaria.
Vidal no solamente tiene que enfrentar los miles de despidos que dejará YPF en el ámbito petrolero, porque también se suma el desastre generado por el gobierno libertario al paralizar la obra pública que terminó afectando en paralelo la construcción de las represas en territorio santacruceño.
Los datos oficiales del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial reflejaron que al segundo trimestre del año pasado el empleo en la construcción había caído más de un 50% en Santa Cruz. A mediados del 2023 había registrados 7.326 empleos formales en la construcción y a mitad del 2024 había decrecido a 3.450, reflejando una merma del 52,9% que significaron 3.876 empleos formales menos en el sector.
Ese no ha sido el único problema como consecuencia de las políticas nacionales libertarias, ya que Milei también propiciaría la privatización de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) que cuenta con cerca 2.200 empleados que dependen del Estado nacional y se formula desde el gobierno libertario que podría funcionar con la mitad del personal.
En los últimos días se supo que Vidal busca mantener el control estatal de la firma y por eso aceleró el diálogo con capitales chinos a los fines de garantizarse fondos para sostener la actual operatividad de Río Turbio, según publicó el portal IProfesional; aunque los chinos le reclaman por la paralización de las represas.
Otro rubro que asomó como fuertemente afectado de manera interanual en el empleo privado fue el de la pesca que pasó de 4.247 trabajadores registrados en el segundo trimestre del 2023 a 3.817 en el mismo período del 2024, mostrando una contracción del 10,1% (430 empleos).
Si se suman los números de estos sectores mencionados se alcanza una problemática de empleo que involucra a cerca de 8.500 obreros -casi 7.000 son del petróleo y la construcción- que representan alrededor del 14% del total del empleo registrado privado en toda la provincia de Santa Cruz y que asciende a los 56.500 ocupados.
Ese es el problema que enfrentan los trabajadores y con el que tiene que lidiar Vidal en una provincia que se acerca al precipicio de una crisis desconocida, lo que podría generar una enorme conflictividad.
"Nuestro temor es que se genere un nuevo Cutral-Co" -refriéndose al estallido social en tierras neuquinas durante 1996 y 1997 en tiempos del menemismo- afirmaron a La Política Online en septiembre fuentes santacruceñas frente al altísimo nivel de despidos que ahora parece que podría incrementarse.
Hasta el momento ni Vidal ni los sindicatos del sector petrolero se expresaron sobre las últimas novedades entorno de la salida forzada ya fijada por YPF, pero en el horizonte cercano se asoma un temporal laboral que puede desmadrar la situación hacia una alta conflictividad o hacia "una paz de cementerio" que tampoco puede afirmarse cuánto tiempo podría durar.