Cultura

El poema trinchera: mirar el mundo desde la Patagonia a través de la poesía

En un año signado por desfinanciamiento cultural, el ataque a los Pueblos Originarios y una sensación de cansancio generalizada, las poetas Liliana Ancalao y Viviana Ayilef reflexionan sobre la realidad social, la potencia de la poesía y los circuitos alternativos de consumos. En un repaso por sus trayectorias personales, las dos celebran la producción literaria en Patagonia que, lejos de detenerse, es cada vez más lúcida.

Vivian Ayilef inicia recordando la partida de Cristian Aliaga, poeta, periodista y director de Espacio Hudson, editorial que publicó títulos de los tres autores: "Esa fue una piña más que se sumó a todos estos procesos nacionales de violencia sistemática. Entonces a partir de allí me parece que se puede dimensionar de manera extrema todo lo que nos pasó; por lo menos hablo por mí, allí encontraba una respuesta y una solución a mis inquietudes; en cambio este año fue como quedar en orfandad ante la pregunta ¿qué hacemos ahora?"

Habla de un año cansador en términos de sostenimiento de distintos frentes, desde los amigos, hasta los estudiantes y los lectores. En este sentido, sostiene que "la poesía también hace un gran trabajo de contención en ese aspecto. Entonces creo que hubo que extremar el esfuerzo respecto de ese sostén porque el panorama humano, el panorama emocional de todos nuestros interlocutores habituales se encontraba bastante desmoronado".

Si bien remarca que muchos autores navegan entre circuitos más alternativos, este año encontró una merma del entusiasmo y una falta de interlocutores en el Estado.

"Pienso en el Estado provincial que es donde uno siempre encuentra formas de interlocución, donde se podía pensar o imaginar cosas, y el eslogan de que no hay dinero se ha ampliado. Nosotros siempre fuimos autogestivos, pero le pedíamos cositas al Estado, hoy ese acompañamiento ya no lo tenemos. Pienso en los sindicatos, a mí el sindicato que siempre me ha ayudado es Sadop, que es de docentes privados, pero también uno entiende que incluso esos organismos, que siempre están ahí ayudando, cada vez tienen menos posibilidades".

Ayilef rescata la particularidad de los circuitos de poesía patagónica en estos contextos: "Haber generado otros espacios de circulación y de autogestión nos encuentra a nosotros más fuertes, ante este embate, porque tenemos infinitas vías de resolución de conflictos y estamos todos tan entrecruzados, tan interceptados, tan dispuestos a hacer tribu que por ahí visto desde afuera, yo me imagino que debe cerrar porque estos tiempos de mayor hostilidad hacia la vida, hacia el carácter creativo de la existencia a nosotros nos encuentra produciendo y produciendo y produciendo; entonces el panorama editorial autogestivo de Patagonia por ahora está activo, esto creo que ocurre porque tenemos otras redes y circuitos más preparados para la autonomía".

La respuesta de la poesía en un contexto cruel

Liliana Ancalao, por su parte, relata los distintos espacios en los que participó este año, ocasiones en las que emergieron debates sobre la realidad cultural y política de la Argentina.

"El último fue un encuentro de poetas que se llama ‘Como un rayo' que se hace en Furilofche en noviembre y que se organiza desde una biblioteca popular que se llama Carilafquen. En ese encuentro se armó una mesa en la que estuvimos charlando con otras poetas, pensadoras, filósofas, si se las puede definir de ese modo, sobre desobediencia, sobre la respuesta de la poesía en este contexto cruel que nos toca sufrir".

Un contexto que atraviesa a la autora "como escritora, como militante de la memoria, como parte de la comunidad y del pueblo mapuche".

El encuentro en Bariloche, al igual que muchos eventos culturales, no contó con aporte oficial del municipio, fue autofinanciado mediante las colaboraciones de los distintos participantes.

"Hay militantes de la poesía; veo gente muy joven que necesita encontrarse, que tiene la energía, la fuerza y los rebusques de todo tipo para para lograr su propósito, porque buscan la solidaridad a donde la van a encontrar, van sumando detalles y se ganan como una especie de reputación de que lo van a hacer rendir muy bien, y entonces la gente va aportando", señala Ancalao.

"En el encuentro no faltó nada y el momento de los agradecimientos duraba por lo menos 10 minutos porque era muchos aportes pequeñitos que sumaban eso". Escenario que obliga a "hablar de qué manera se sigue activando y logramos encontrarnos gracias a estas energías y a estas fuerzas".

Del silenciamiento a la poesía como memoria

Desde hace tres años, Ancalao es convocada a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y hoy ya forma parte del Comité de Honor que organiza el Encuentro. Este año se llevó adelante el noveno Encuentro de Literaturas en Lenguas Originarias, espacio en el que la poeta reflexionó sobre la dimensión política de las lenguas y el territorio.

"El título de una de las mesas en las que estuve hablando era ‘Soñamos en diferentes idiomas: la dimensión política de las lenguas' entonces yo hice mi apunte hablando de cuáles eran las lenguas que más se hablaban en la Argentina según el censo 2022 -que son el quechua, el guaraní y el aymara- y expliqué que no era mérito del Estado argentino que las lenguas sobrevivan, sino que se debía a otros factores, por ejemplo, el que pertenecían a pueblos cuyos territorios fueron tardíamente despojados en relación a otros, como 300 años más tarde o que fueran comunidades cuyos orígenes estaban en estados que eran vecinos al Estado argentino, entonces la vecindad geográfica hacía que el idioma originario se mantuviera en el ir y venir entre fronteras", relató.

La situación actual de los Pueblos Originarios no es más que otro episodio en la historia reciente, marcado por la mirada colonial y el despojo: "Esto que mencioné fue para mostrar que, por lo menos en este caso, el racismo del estado de derecha que hoy nos gobierna, no ha marcado diferencia, por lo menos en ese sentido".

Ancalao señaló, sin embargo, el temor ante el avance de los recursos de los territorios: "Ahí está el gran peligro, porque una lengua es un territorio y es una espiritualidad, es una unidad. Entonces el avance de la derecha y su política económica es terriblemente peligroso y yo estoy personalmente asustada".

El rol político de la poesía

Frente a la pregunta del rol político de la poesía, tanto Ancalao como Ayilef ensayan una respuesta que no se agota en la poesía en sí. Para dos autoras que se posicionan desde su identidad mapuche, ni la poesía ni el arte son ajenos a las situaciones de violencia que se han profundizado en el último tiempo, pero que no son nuevas.

"De eso charlábamos en Furilofche, de la posibilidad de por lo menos tener tiempo para para charlar, hacerse un tiempo como son esos encuentros, para detenerse y charlar y pensar en cómo responder a este discurso", explica Ancalao, "porque tiempo es lo que nos falta, podemos reaccionar, reaccionar, reaccionar y vivir reaccionando sin tener un fundamento armado, un acuerdo armado y justamente lo que nos sucede es eso. Que cada vez se van realizando más este tipo de acciones provocativas y desconcertantes que parece que quieren hacernos reaccionar a cada rato".

Para la poeta, una de las respuestas es la recuperación de las lenguas originarias: "Pienso que uno de los modos de hacer fuerza es aprender el idioma originario del territorio que te toca habitar, porque de ese modo vamos a poder convocar a las fuerzas espirituales del territorio para que nos ayuden".

La segunda tiene que ver con "practicar la interhistoricidad, que es el diálogo entre nosotros, entre los pueblos originarios y entre lo que hoy es el pueblo argentino o pueblo chileno -en realidad no sé qué es el pueblo argentino hoy- pero me parece que nos debemos un diálogo entre nosotros para charlar sobre nuestras historias y de qué modo nuestras historias se cruzan, se enredan, se chocan, se complementan y van juntas porque tenemos que estar juntos en esta avanzada".

"No puede ser esto de que estemos pensando que la historia de los pueblos originarios va por un lado, la historia del pueblo argentino va por otro y no nos detengamos un rato a ver qué otros momentos catastróficos ha habido en la historia, este no es el único. Empecemos hablando del genocidio fundante de la región y sigamos hablando; qué pasó después, en qué estamos hoy y cómo nos tenemos que juntar, no por el espanto sino por el amor o por lo que tengamos en común", agregó.

Entre sus actividades, este año Ancalao también estuvo presente en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en una mesa de escritores en lenguas indígenas, otro espacio en el que emergió la urgencia de debate, así como la consistente participación de un público lector que sobrevive al cansancio.

"Ya el presidente del Comité Organizador se había peleado con (el presidente Javier) Milei que había querido presentar su libro ahí cuando había desfinanciado a la Feria del Libro. Así que justo nos toca ese espacio, nos toca también por el laburo y la decisión tanto la Biblioteca Nacional como la organización de la Feria del Libro para llevar adelante esta jornada, fueron jornadas importantísimas porque fueron centrales dentro del cronograma de actividades que hubo en la feria", relata.

Y agrega que presenció "una asistencia tremenda en los cuatro días, a pesar de que hubo un paro, a pesar de varias cosas hubo mucho público, y no quise mirar los haters, me dijeron que había estado bravo con lo que se publicaba en redes. Con esto quiero decir que seguimos haciendo fuerza, que se siguen haciendo las cosas y que no es la primera vez que hay desfinanciamiento cultural; sí es la primera vez que hay una política tan cruda hacia los pueblos originarios con esto de la defensa de la propiedad privada y todo el circo".

En la misma línea, Ayilef sostiene que "como pueblo venimos bastante vapuleados hace tiempo como para que esto sea grave, en el contexto de gravedad esto es tan grave como como lo que hemos vivido los años anteriores salvo que ahora estamos viviendo otro fenómeno que me parece que es importante, y es que es que siempre la sociedad no mapuche estuvo entera y dispuesta a acompañar y ayudar en los procesos de las luchas territoriales, los procesos vinculados con el pueblo mapuche, y ahora esa misma sociedad no mapuche está destruida, debilitada, ocupándose de la supervivencia, entonces tampoco es que es mucho lo que pueda ayudar, pero ayuda igual".

Decirse o no decirse patagónico

El territorio patagónico también aparece como configuración identitaria en la producción poética, aunque Ayilef apuesta por una poesía capaz de atravesar toda frontera.

"Lo que veo desde siempre es que una productividad permanente, un colectivo de escritores en los distintos géneros cada vez mayor; uno no termina nunca de conocer y leer a todos los compañeros. Nunca fue de mi importancia el debate centro-periferia pero porque para mí precisamente mi interlocutor ha sido siempre mi compañero, el compañero del ámbito de la literatura patagónica y me parece que las literaturas más centrales por ahí están ocupadas de sus propios autores, pero sí sé que el centro nos lee y eso me parece de importancia porque veo a los trabajos incluso académicos de las universidades del centro, como les decimos, que leen a los autores patagónicos, que están enterados y que los valoran mucho, entonces me parece que si tal vez antes, hace muchos años, existía como alguna diferencia o desconocimiento ahora no", sostiene.

Y a eso le suma que "el estallido de redes sociales del circuito del mercado alternativo ha hecho que esos debates estén como obsoletos, o no sean reales porque no hay lugar; la poesía que es el género específico al que me dedico atraviesa todos esos esas fronteras".

"Hace poco en una entrevista me preguntaban si había tenido alguna vez la sensación de tener menos posibilidades por ser poeta del Sur, por ser poeta indígena y por ser mujer, y mi respuesta es no, no niego que a muchas compañeras le puede haber pasado que sientan esa diferencia en los circuitos literarios pero a mí me parece que siempre estamos en equivalencia, por ahí es la forma en la que me ha tocado acercarme al mundo de la literatura, pero siempre me ha tocado que la poesía que uno escribe sea bien recibida en todos lados sin necesidad de que el ser patagónica funcione como un plus negativo o como un plus positivo, o sea, no es un lugar de identificación de la poesía, que es autónoma", relata.

El próximo libro de la autora "Choz Rayen" está en imprenta, próximo a salir a la venta a través de la Editorial Las Guachas, un hecho que para ella habla de lo "paradójico del momento que vivimos y sintomático de lo que hacemos en Patagonia, que mientras un mundo tal como lo veníamos habitando en Argentina se está desmoronando diariamente quienes hacemos poesía en Patagonia tenemos estos otros circuitos territoriales interconectados que constelan sentidos y que no paran de producir, entonces hay libros y libros y libros. Acá estamos súper vivos y activos con la producción literaria".

Ancalao, por su parte, celebra la producción en Patagonia, que suele desplazarse en editoriales independientes y circuitos autogestivos: "Pienso que se produce acá en la Patagonia una poesía bellísima. Se sigue publicando del mismo modo, nos seguimos leyendo, nos seguimos intercambiando libros cuando nos encontramos; en mi caso, cuando hago una presentación los libros se venden igual".

"Hay recitales de poesía, hay presentación de novelas también y todo va girando y ampliando su espacio de lectores. No te sé decir si se está leyendo en el mundo, pero yo creo que no está faltando ningún escritor patagónico, por ejemplo en la Feria del Libro internacional de Rosario o en la Medellín; yo creo que se está abriendo cada vez más la poesía patagónica en la medida en que van surgiendo nuevos autores, en la medida en que vamos compartiendo lo que producimos", cierra.

En medio de un contexto que, aunque no es nuevo, es desafiante, las autoras coinciden en un punto fundamental: la producción literaria de la Patagonia no se detiene.

*Liliana Ancalao (Comodoro Rivadavia, 1961) es poeta, escritora y docente argentina, considerada una de las voces más reconocidas de la poesía mapuche contemporánea. Es parte de un grupo de investigación universitario e integra los colectivos culturales Peces del desierto y Trovadores patagónicos. Ha publicado distintos títulos de poesía, entre los que se encuentran Tejido con lana cruda (2001), Mujeres a la intemperie-pu zomo wekuntu mew (2009) y Rokiñ, provisiones para el viaje (2020), y el libro de ensayos Resuello-neyen (2018).

*Viviana Ayilef (Trelew, 1981) es poeta, docente, Licenciada y Magister en Letras por la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB). Entre sus títulos de poesía se destacan Agua de Otoño/Kelleñü (2011), Cautivos (2013), Meulen (Lo que puede un cuerpo) (2017), Mailen (2020) y Choz Rayen (2024), además de Malvinas en fragmentos (2011) y Los Cositos (2017).