Política

Qué hay detrás del ultimátum de Milei a Macri

Por Pedro Lacour

Los caminos de Javier Milei y Mauricio Macri parecen comenzar a bifucarse de cara al 2025. Lo que arrancó como una alianza estratégica con miras a fortalecer la oposición al kirchnerismo, condensada en el ballotage de 2023 que convirtió al libertario en Presidente, derivó en un vínculo cruzado por las tensiones y la desconfianza mutua. El quiebre se hizo evidente hace un mes, tras la frustrada votación de la ley de Ficha Limpia en Diputados, un episodio que puso de manifiesto las profundas diferencias conceptuales entre La Libertad Avanza y el PRO.

"En las elecciones o vamos con el PRO juntos en todos lados o iremos separados. Trampas al electorado, no", sostuvo el mandatario este fin de semana en una entrevista con la revista Forbes, en referencia a la estrategia que el partido violeta buscará llevar a cabo en cada uno de los distritos el año que viene. La frase llama la atención por un detalle: el libertario no se caracteriza por plantear posicionamientos políticos tan tajantes, un terreno que pertenece casi exclusivamente a su hermana Karina, la titular de La Libertad Avanza a nivel nacional.

El viernes pasado, Milei ya había dado otra definición audaz. Fue en Tucumán, donde viajó a recibir el premio "Juan Bautista Alberdi", otorgado por la Fundación Federalismo y Libertad. Brindó un discurso en el que defendió al diputado Cristian Ritondo, jefe de la bancada del PRO en la Cámara baja, luego de que una investigación del elDiarioAR revelara que el legislador y su esposa, Romina Aldana Diago, figuran en un complejo entramado de sociedades offshore armadas para adquirir propiedades en Estados Unidos.

El Presidente destacó como "fundamental" el rol del bloque de diputados del PRO y afirmó sobre Ritondo: "Hoy está siendo víctima de operaciones justamente por ayudarnos y colaborar". Este gesto fue interpretado como un mensaje implícito a Macri, quien en ningún momento salió a respaldar al jefe de bloque, pese a los embates del resto de la oposición. Milei le ganó de mano a quien debería ser el "jefe político" de Ritondo.

Un movimiento similar tuvo lugar la semana pasada, con la incorporación de Diego Kravetz a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Kravetz, que dejó el cargo de secretario de Seguridad porteño en términos poco amistosos con Jorge Macri y que además enfrenta una denuncia por golpear a un joven detenido por la policía, fue desginado en un un rol clave en el reestructurado organismo de inteligencia, consolidando su cercanía con Milei. Una jugada de laboratorio de Santiago Caputo, el estratega presidencial, que se encarga de alardear que ahora cuenta con un personaje con recursos propios y experiencia para operar en uno de sus ámbitos predilectos.

Peligro de fuga (de votantes)

La metáfora conyugal de la que echó mano Macri en agosto a la hora graficar el vínculo entre su partido y LLA parece estar más cerca de la figura del divorcio que de la del matrimonio. "Antes de casarse hay que convivir", había sostenido el líder del PRO en el acto de relanzamiento de la fuerza política que fundó hace más de 20 años.

El PRO, que alguna vez fue sinónimo de cambio y renovación, hoy lucha por sobrevivir a una tormenta que combina desgaste interno, presiones externas y un electorado que comienza a darle la espalda. La última encuesta a nivel nacional de la consultora Aresco reveló que los libertarios no necesitarían de Macri para ganarle al peronismo en las elecciones 2025. De no aliarse con Milei, el partido amarillo apenas cosecharía el 6,4%/7% de los votos.

Sobre estos números se sostiene el Caputo asesor para afianzarse en una premisa: cree que el PRO vale mucho menos de lo que se vende y que su poder de fuego tiene fecha de vencimiento: 10 de diciembre de 2025, día que cambiará la conformación del Congreso.

En ese sentido, cada vez son más las voces que sostienen que, como refleja la encuesta de Aresco, lo conveniente para el partido amarillo es hacer todo lo posible para ir en una alianza con La Libertad Avanza. Y agregan que Macri corre el riesgo de quedar aislado si insiste con su estrategia de delimitarse.

Lo primero que inquieta al expresidente es el armado de las listas, sobre todo en su bastión, la ciudad de Buenos Aires. Es que la cada vez más lejana "fusión" choca de frente con la voluntad de Macri de preservar la identidad de su partido, hoy parado en una vereda antagónica a la de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. A lo largo de estos meses, el exjefe de gobierno porteño no dudó en presentarse como la salvación a los problemas de "calidad" en la gestión libertaria. Un balance que poco tuvo de desinteresado: no es un secreto para nadie que su intención era poner un pie en áreas como Transporte, además de influir en el control de la Hidrovía. Este último tema está cruzado por una fuerte denuncia de que los pliegos para la futura concesión están amañados por el Gobierno para favorecer al actual contratista.

Ahora, a punto de comenzar el nuevo año electoral, la situación se vuelve cada vez más complicada el expresidente. Decisiones como priorizar el territorio porteño en detrimento de otros distritos generó descontento en figuras como los gobernadores Ignacio Torres (Chubut) o Rogelio Frigerio (Entre Ríos), quienes ya anunciaron que manejarán las listas de sus provincias sin intervención externa. A esto se suma la toma de distancia del cordobés Luis Juez, consolidando un escenario de fragmentación interna que el PRO no había experimentado con esta intensidad desde su creación. "En Córdoba vamos a acompañar a la Libertad Avanza sin pedir absolutamente nada", apuntó el senador.

Como si eso fuera poco, se sumó al coro Jaime Durán Barba, el gurú de Macri durante la presidencia de Cambiemos, quien lanzó una sentencia contundente. "Cuando Mauricio Macri cedió el espacio del cambio a los libertarios, se murió. Fue una equivocación y una estrategia brutal en esta etapa", aseguró el consultor ecuatoriano en las últimas horas, que además consideró que hoy, después de un año de gestión, Milei "no necesita del PRO".

Sus palabras reflejan el desafío existencial que enfrenta hoy Macri y su partido: redefinir su rol en la política argentina o resignarse a un lugar secundario bajo la sombra de Milei. El 2025 podría dar el veredicto final.

Fuente: elDiarioAr