Política

Ganadores y perdedores del primer año del experimento económico de Milei

Por Alejandro Rebossio 

A Javier Milei le encanta que lo llamen doctor. Pero nunca hizo un doctorado. Recibió un doctor honoris causa de la Escuela de Economía y Administración de Empresas (Eseade), el instituto universitario que fundó Alberto Benegas Lynch (h), apodado "Prócer" por el presidente y padre del diputado libertario del mismo nombre, al que llaman Bertie. Pues el doctor Milei, el mismo que considera que merecerá el Nobel de economía si le sale bien, ha puesto en marcha un experimento poco visto en el mundo de motosierra fiscal y monetaria -incluidos jubilados con sus haberes y acceso a remedios, empleados públicos e informales, docentes, obreros de la construcción, científicos y artistas-, desregulaciones -menos del cepo cambiario, que sigue firme- y rebaja de impuesto a los ricos que dejaron ganadores y perdedores. Varios economistas elaboraron su análisis al respecto.

"Una aproximación a esa suerte de mapa de ganadores y perdedores es la que resulta de evaluar qué sectores (y actores) aumentaron su participación en la estructura económica y cuáles la vieron mermar entre 2023 y 2024", sostienen en un reciente paper los investigadores económicos Lucía Ortega y Martín Schorr.

"Los rubros ganadores representan el 32% del PBI total. Esto expresa que el modelo Milei es regresivo para los trabajadores y otros perceptores de ingresos fijos, y también para un sector mayoritario del capital. El podio de ganadores es ocupado por la intermediación financiera", se refieren a los bancos, las fintech y el mundillo bursátil, y continúan: "Un conjunto de producciones primarias de exportación ligadas a grandes capitales transnacionales (agricultura, petróleo y gas, minería, pesca), actividades con precios regulados por el Estado que resultaron muy favorecidas por la convalidación de subas de tarifas despiadadas (transporte y comunicaciones, electricidad, gas y agua), y sectores que se desregularon en favor de grandes empresas (servicios sociales y de salud, donde se observan comportamientos contrapuestos: aumenta el gravitación de la salud privada y decrece la de la pública)".

A la hora de observar los perdedores, Ortega y Schorr identifican lo que ellos llaman dos realidades. "Por un lado, un grupo de actividades perjudicadas por el drástico recorte del gasto público que se ha instrumentado sobre prácticamente todas las partidas (empleo y sueldos estatales, obras e inversiones, transferencias a provincias, programas asistenciales, etc.), con excepción de las ligadas a los pagos de la deuda estatal. Es el caso de los renglones correspondientes a enseñanza, construcción, y administración pública y seguridad social.

Por otro lado, sobresalen muchos sectores afectados sobre todo por la retracción del consumo interno ante la caída del poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones, las pensiones, etc. Se destacan aquí algunas actividades asociadas al esparcimiento y la recreación de la población (hoteles y restaurantes), la producción fabril y el comercio mayorista y minorista."

Pero dentro del sector manufacturero el impacto no es homogéneo, advierten Ortega y Schorr. "Ua reestructuración sectorial regresiva se refleja en una mayor ponderación dentro del espectro productivo de unas pocas ramas más bien orientadas al mercado mundial (alimentos y bebidas, industria petrolera y algunos segmentos de la química), y un retroceso en la incidencia de las demás (en manufacturas de lo más variadas como, por ejemplo, equipos y aparatos de radio, televisión y comunicaciones, artículos de marroquinería, prendas de vestir, productos textiles, muebles y colchones, vehículos automotores, maquinarias y equipos, minerales no metálicos, y derivados de caucho y plástico)".

Para la economista y el sociólogo especializado en economía, "hay empresas, en particular de grandes dimensiones, que han establecido mecanismos compensatorios que les han posibilitado mantener o incluso mejorar su ciclo de negocios. Por caso, al comenzar la gestión, luego del shock devaluatorio que se habilitó, muchas corporaciones (más que) compensaron el declive en la actividad con aumentos de precios. Finalmente, no se puede soslayar que muchas grandes compañías han canalizado porciones más o menos relevantes del excedente generado en el proceso productivo a la esfera especulativa a instancias del festival financiero que ha estimulado la política económica".

En el Instituto de Pensamiento y Política Pública (IPyPP), Agustina Haimovich, Claudio Lozano, Javier Rameri y Ana Rameri publicaron en octubre pasado un informe sobre ganadores y perdedores y para ello analizaron los resultados operativos y netos (después de operaciones financieras y pago de impuestos) de las 26 empresas del panel general de la bolsa porteña. "Los resultados operativos como los netos se quintuplicaron en el año considerando la información correspondiente a los primeros semestres 2024 versus 2023. Algunos sectores se despegaron de la media del panel. Sobresalen los resultados operativos del sector de hidrocarburos (+709,6%) y el sector bancario (+450,6%). Al considerar otros conceptos de ganancia, los resultados netos se vieron especialmente engrosados nuevamente en el sector del petróleo y gas (+740%) y se suma el sector productor de alimentos (+683%)", señalan Haimovich, Lozano y los Rameri.

"También algunas empresas se diferenciaron notablemente del ya extraordinario comportamiento de las empresas más grandes que cotizan en la Bolsa de Comercio", aclaran. "El selecto grupo cuenta con firmas como Molinos Agro, la cerealera de Pérez Companc, que expandió el resultado operativo en +7.543%, Metrogas lo hizo en un 2.581% y Mirgor, de la familia Caputo, con una ampliación de 1.097%", identifican. Las ganancias netas volvieron a tener como protagonista a la compañía de electrónica de los Caputo con un aumento del 2.788%.

"Otras empresas que multiplicaron sus beneficios finales por 20 en tan solo un año fueron: Telecom (+2.080%), que aprovechó la desregulación de los precios de todos sus servicios de internet y telefonía móvil; Mastellone Hermanos (controlada por Arcor) engrosó el volumen de sus ganancias en un 2.050% a pesar de que en ese mismo período el consumo de lácteos en el país cayó un 17,6%; Tecpetrol (del grupo Techint) se expandió en un 1.860,4% y Laboratorio Richmond en un 1.325%."

Los investigadores del IPyPP ya están actualizando los números con los resultados del tercer trimestre de 2024 y a partir de ello elaboraron el siguiente cuadro que evidencia los mayores beneficios de aquellas firmas que ganaron en pesos más que la inflación interanual. Aquí se destacan la estatal YPF y Tecpetrol, en la ganancia operativa Mirgor y en la neta Pampa Energía (de Marcelo Mindlin), la eléctrica Central Puerto (de Carlos Miguens Bemberg, la familia Escasany, Guillermo Reca y los hermanos Ruete Aguirre), Arcor (de los Pagani), Loma Negra (que el grupo brasileño Camargo Corrêa busca vender) y el banco español Santander.

Entre los perdedores, Haimovich, Lozano y los Rameri mencionan a los asalariados, tanto los del sector privado, que redujeron 2,6% de poder adquisitivo desde que Milei asumió el gobierno en diciembre pasado con la frase "no hay plata", hasta los públicos, que retrocedieron 16,8%. Los que cobran el salario mínimo, que influye sobre el trabajo informal, perdieron 26,5%, según estos economistas. El millón de beneficiarios del desaparecido plan Potenciar Trabajo, que gestionaban organizaciones sociales pero también provincias, municipios y hasta Cáritas, vio recortado en un 56% su poder de compra. Los jubilados que cobran la mínima, que son la mayoría, perdieron 2,9% por la falta de actualización del bono.

El Centro de Estudios Económicos Scalabrini Ortiz (CESO), que dirige Andrés Asiain, también elaboró su informe por el primer aniversario de Milei en el poder. Comparó también evolución del peso de cada actividad económica, sus precios, los salarios, el empleo, los resultados de empresas y los rubros de ajuste presupuestario. "Se observan grandes diferencias en el andar de los distintos sectores económicos, en particular, entre quienes destinan su producción al mercado doméstico en competencia con importaciones o son proveedores del Estado, por un lado, y los sectores primarios exportadores tradicionales (agro, minería e hidrocarburos), la banca (valorización de activos financieros), empresas de servicios regulados (aumentos de tarifas), y otros sectores beneficiados por cambios (des)regulatorios".

De acuerdo al documento, los perdedores se ven muy afectados por la caída de los ingresos, el ajuste en el gasto público y el proceso de apreciación cambiaria en combinación con una creciente apertura importadora. Los sectores beneficiados van desde el primario exportador favorecido por condiciones climáticas (fin de la sequía), maduración de inversiones (gasoducto Néstor Kirchner), una legislación favorable (RIGI, Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones) y una competitividad por condiciones naturales que le permiten sostener su expansión aún cuando el tipo de cambio se fue apreciando.

También la banca, que se benefició de la desregulación de las tasas y la fuerte valorización de los títulos públicos; empresas de servicios públicos regulados que incrementaron sus tarifas y otros sectores específicos beneficiados por la liberación de precios en combinación con demandas inelásticas (medicamentos y algunos alimentos como lácteos) o la ampliación de los negocios en esferas antes controladas desde el Estado (por ejemplo, la gestión de los pagos de la Administración Nacional de la Seguridad Social, Anses, por Mercado Pago, antes realizada exclusivamente vía el sistema bancario tradicional). "El crecimiento exponencial de la rentabilidad de las grandes corporaciones de estos sectores y la valorización financiera de sus acciones son la confirmación de que fueron los grandes ganadores", concluyen en el CESO.

Por otra parte, se observan diferencias en la evolución del empleo registrado, tanto entre sectores económicos como entre las provincias. "Buenos Aires, CABA, Santa Fe y Córdoba, son las que más puestos de trabajo registrado han perdido", puntualiza el centro que dirige Asiain. "También observamos una gran disparidad en las funciones del gasto público en donde recae el ajuste; siendo la obra pública (24%) y las propias jubilaciones (22%) las que más contribuyeron al equilibrio fiscal", calcula.

En el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) están confeccionando también un reporte sobre el primer año libertario. En esta entidad en la que investigan Hernán Letcher y la diputada Julia Strada, calcularon ya cuáles fueron los sectores que más expandieron su valor agregado bruto entre el segundo trimestre de 2023 y el de 2024 e identificaron al financiero, al energético y al minero. El problema es que representan el 4% del empleo formal, unos 250 puestos de trabajo. En cambio, el incremento del valor agregado bruto fue menor al promedio en construcción, industria y comercio, que emplean al 44,5% de los registrados, unos 2,8 millones.

En el Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), los economistas Pablo Manzanelli y Leandro Amoretti no discriminaron ganadores y perdedores, pero identificaron fenómenos del gobierno anarcocapitalista que pueden ayudar a situar a unos y otros. "Se advirtieron dos burbujas financieras en el primer año de gobierno de Milei que se sustentaron en tasas de interés en moneda local que superan la tasa de devaluación de los dólares financieros, generando altas tasas de retorno en moneda dura. Así, la primera de ellas duró apenas tres meses y alcanzó rendimientos en dólares en torno al 35% para quienes entraron en febrero y salieron a fines de abril, cuando se interrumpió la burbuja por la reducción del interés y la suba de los dólares financieros en el marco del estancamiento en la acumulación de reservas. La segunda burbuja, en cambio, se puso en marcha a partir de agosto y su principal financiamiento externo fue el blanqueo extraordinario que implicó el ingreso de 23.300 millones de dólares".

"Esta situación excepcional permitió la convergencia de la reducción del dólar financiero con tasas de interés en pesos en torno al 4% mensual que se reflejaron en rendimientos en dólares de 30,1% para quienes ingresaron en agosto y salieron en noviembre", señalan Manzanelli y Amoretti. "Se trata del veranito financiero que aún no finalizó pero que ya empezó a exponer las contradicciones propias de los ciclos de valorización financiera que históricamente se estrangulan por el lado del sector externo", se refieren a la falta de dólares del país. A su vez, el blanqueo permitió "un verdadero festival de obligaciones negociables en moneda extranjera por parte de grandes empresas, cuyos montos superan a los del primer bienio de la valorización financiera de Cambiemos (US$7.619 millones versus US$4.000 millones). Sus vencimientos son de corto plazo y van a requerir divisas para cancelarlos si no logran retroalimentar la valorización financiera con endeudamiento."

Manzanelli y Amoretti también apuntan a los que perdieron el trabajo. La actividad que registró una mayor pérdida de empleo fue la construcción. Aunque en una magnitud menor, el empleo industrial también experimentó una contracción superior hasta junio (-2,4%) y luego se tendió a recomponer en niveles inferiores a los de noviembre de 2023 (en este caso -2,1%). "El agregado del sector de comercio y servicios muestra una dinámica del empleo, si bien a la baja, más estable que en los otros rubros. La destrucción del empleo en este caso fue del 1% entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024", detallan. También alertan sobre el cierre de compañías a partir de datos de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA): "Se constata una reducción de la cantidad de empleadores durante el gobierno de la Libertad Avanza: 11.178 empresas menos entre noviembre de 2023 y junio de 2024, lo que equivale a una reducción de 2,1% de la cantidad de empresas".

Y pese a todos estos números, la popularidad de Milei crece, según una última encuesta de los consultores políticos Julio Burdman y Viviana Isasi. Su imagen positiva es del 53%, frente al 44% que a esta altura de su gobierno tenían Mauricio Macri y Alberto Fernández. El 40% dice que este año le fue mejor que en 2023 y el 39%, peor. El 51% confía en que 2025 mejorará y sólo el 28% teme que empeore. El 68% anticipa inflación menor o igual que ahora. Entre los principales problemas del país, el mayor ahora es la pobreza (27%), le sigue la corrupción (19%, lo que refleja el impacto del discurso anticasta, aunque habrá que ver si no se convierte en bumerán con el caso Kueider), la inflación quedó relegada al tercer lugar (16%), escoltada por dos fenómenos que objetivamente crecieron este año, la inseguridad (14%) y el desempleo (11%).

Fuente: elDiarioAr