Radiografía de un derecho en deuda: la cuota alimentaria y la brecha de géneroDebido al incumplimiento en el pago de la cuota alimentaria destinada a uno de sus hijos, el Juzgado de Familia y Minoridad Número 2 de Río Grande, en Tierra del Fuego, ordenó la retención del 10% del sueldo del diputado nacional Jorge Neri Araujo Hernández. La decisión tomada por la jueza Marina Montero el pasado 30 de septiembre refleja, en parte, una serie de cambios que los feminismos han logrado en el ámbito de la justicia, que paulatinamente ha incorporado la agenda de los cuidados, históricamente sostenida por las mujeres. El pago de la cuota alimentaria es uno de los principales ejes: se calcula que cerca de la mitad de los hogares en los que no vive el padre no reciben este ingreso, que resulta un derecho fundamental para las infancias.
La demanda contra Araujo Hernández fue interpuesta por su expareja, quien solicitó un aumento de la cuota alimentaria. La magistrada envió un oficio a la Cámara de Diputados para que retenga el monto correspondiente del salario del legislador, además de indicar que el dinero debía ser entregado dentro de las 48 horas de cobrados los haberes.
De esta forma, la jueza Marina Montero hizo "solidariamente responsable" a la Cámara de Diputados en caso de que Araujo Hernández no cumpla con el pago, lo que garantiza que los derechos de la madre y el hijo sean respetados. Al legislador se le retendría el 10% de su salario hasta que la jueza defina el monto definitivo.
El diputado dio su versión de los hechos luego de conocerse la decisión judicial, e indicó en declaraciones a La 97 La Radio Fueguina que no se trataba, tal como algunos medios habían indicado, de un embargo de su dieta. Confirmó que se trataba de un descuento del 10% de su salario.
"En algunos medios salió que habían embargado la dieta, pero eso no es real. Cobré mi sueldo completo y solo se espera que el mes que viene venga ese descuento, que es provisorio hasta que la jueza determine cuál es la cuota alimentaria, calculo que irá al 20%", explicó. Y agregó que en todos los cargos que ocupó siempre se descontó la cuota alimentaria directamente desde su cuenta.
Sin embargo, admitió que desde que asumió como diputado no se le ha descontado monto alguno destinado a su familia, por lo que arrastra una deuda de 10 meses, por la cual responsabiliza a su expareja, concretamente por dilatar el proceso de traspaso del descuento tras asumir en su nuevo cargo.
Araujo Hernández apuntó además contra ciertos medios por "distorsionar los hechos". Señaló que la madre de su hijo solicitaría un aumento del 30% de lo que él ha aportado, algo que, asegura, debe ser regulado por la jueza y no depende únicamente de sus decisiones.
"Yo tengo otros hijos, tengo cuatro hijos, tengo un hijo que además recibe su cuota alimentaria sin ningún tipo de inconveniente, porque es lo que corresponde como padre, y ahora surge esto por el cargo que yo estoy ocupando, es más que evidente que es por eso, que ese es el fin, que es una cuestión política de desprestigiarme a mí", concluyó.
La pobreza impera en los hogares monomarentales
La cuota alimentaria es uno de los ejes de debate incluidos en la agenda de cuidados que vienen impulsando los feminismos. Una agenda que buscar poner el ojo en advertir y transformar las inequidades entre varones y mujeres en las tareas de cuidado de niños, niñas y adolescentes. La exigencia del pago de esta cuota -que no siempre refleja los recursos mentales, físicos y económicos que implican la crianza de un niño- se produce en un escenario en el que la pobreza afecta más a las mujeres, sobre todo a aquellas que viven en hogares monomarentales. En estos casos, la tasa de pobreza es del 53%, mientras que para el total de los hogares es del 27%.
La desigualdad se profundiza cuando se mira la distribución de tiempo en las tareas de cuidado y el acceso al mercado laboral. Las mujeres dedican el doble de tiempo (6,31 h) a las tareas domésticas no remuneradas que los varones (3,49 h). Y solo el 49% participa del mercado de trabajo, frente a un 70,2% en el caso de los varones (según datos del 2022, elaborados por el INDEC).
Las tareas de cuidado no se agotan en la cuota alimentaria, sino que conllevan "el tiempo que destinamos las mujeres al trabajo no remunerado y la gestión monetaria de los cuidados. En algunos casos, las mujeres pagamos la mayoría de los gastos de un hogar", indica Verónica Baracat, coordinadora del programa país de ONU Mujeres en Argentina.
Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Economía, muestra que el 59% de los hogares monomarentales destina más de la mitad o casi todos sus ingresos al pago de deudas o atrasos y el 73% recurre al crédito para comprar comida o medicamentos. En muchos casos, ante la falta de cumplimiento de la cuota, las madres se ven en la necesidad de endeudarse para afrontar los gastos del hogar.
Además, son quienes asumen otras responsabilidades como el trabajo remunerado, las gestiones para acceder a programas de asistencia alimentaria y apoyos estatales.
Una deuda pendiente en la agenda de los cuidados
De acuerdo con los datos del INDEC, en Argentina hay más de 1.600.000 hogares monomarentales -el 11,7% del total de hogares- donde viven más de 3 millones de niñas, niños y adolescentes. Y en muchos casos, las madres deben afrontar distintos obstáculos para costear la crianza de niños y niñas.
Más de la mitad de las madres que viven en Argentina no reciben la cuota alimentaria (56%) cuando el padre no habita en la vivienda y esa proporción asciende (68%) si se toman en cuenta a quienes no la reciben de manera regular, según un análisis reciente de UNICEF sobre la situación de la niñez y adolescencia en hogares liderados por mujeres. Además, entre quienes no reciben este dinero, 6 de cada 10 indica que el progenitor tampoco se hace cargo de otros gastos de manera directa y, entre las que sí, un 24% afirma que no es suficiente para cubrir los gastos de las niñas y los niños.
Entre los motivos por los cuales los padres no pagan la cuota alimentaria, se destaca la falta o la mala relación con la madre y/o con las niñas y los niños (61%), y en un 24% es por falta de trabajo o insuficiencia de ingresos. En este sentido, la Convención de los Derechos del Niño establece el derecho de las chicas y los chicos a un nivel de vida digno y la responsabilidad de la familia y del Estado de brindarle las condiciones necesarias para su desarrollo.
"El incumplimiento de la cuota alimentaria supone, entonces, una vulneración a los derechos de niñas y niños con efectos concretos sobre sus condiciones de vida", explica Carolina Aulicino, Oficial de Políticas Sociales de UNICEF Argentina. "Las chicas y los chicos que viven en estos hogares enfrentan más dificultades para acceder a consumos básicos", enfatiza.
El informe de UNICEF remarca las dificultades que atraviesan los hogares monomarentales y con jefatura femenina para hacer frente a los gastos cotidianos. A partir de la octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes realizada por el organismo se desprende que los niveles de pobreza infantil en hogares con jefatura femenina (65%) y en los monomarentales (67%) son más altos que en los liderados por varones (53%), en consonancia con otras mediciones. Mientras tanto, la pobreza en la niñez y adolescencia en Argentina no para de crecer.
Cómo medir el costo de criar
"Tener hijos/as es una apuesta de amor, pero también tiene un costo económico. Ahora ese costo se podrá medir". Así resume el INDEC la presentación del Índice de Crianza, una estimación pionera llevada a cabo por el organismo desde marzo del 2023 que establece un valor de referencia para saber cuánto debe destinar una familia para alimentar, vestir, garantizar vivienda, trasladar y cuidar niños, niñas y adolescentes. Esta medida "permite contribuir a la organización y planificación familiar y a la gestión de los cuidados. Es una herramienta pionera, ya que se trata de la primera estimación llevada adelante por un organismo oficial a nivel continental y, que se tenga registro, en el mundo", indica el informe de presentación.
Fundamentalmente, este índice permite una distribución más igualitaria de los gastos de crianza, garantizando así los derechos de las infancias en los casos de padres separados. A la fecha, ha sido utilizado en 18 fallos en todo el país para establecer cuotas alimentarias y responsabilidades parentales. Estas decisiones judiciales no sólo ordenan porcentajes en base al Índice de Crianza sino que estipulan que la cuota debe ir aumentando en la medida en que el Índice lo hace.
La cuota es apenas una dimensión de un debate estructural. El costo de la crianza no se agota en los recursos económicos sino que también implica un uso del tiempo que tiene su correlato en la falta de oportunidades de acceso al mercado laboral o la formación técnica y académica, colaborando así con la histórica brecha económica de género.
Debido al incumplimiento en el pago de la cuota alimentaria destinada a uno de sus hijos, el Juzgado de Familia y Minoridad Número 2 de Río Grande, en Tierra del Fuego, ordenó la retención del 10% del sueldo del diputado nacional Jorge Neri Araujo Hernández. La decisión tomada por la jueza Marina Montero el pasado 30 de septiembre refleja, en parte, una serie de cambios que los feminismos han logrado en el ámbito de la justicia, que paulatinamente ha incorporado la agenda de los cuidados, históricamente sostenida por las mujeres. El pago de la cuota alimentaria es uno de los principales ejes: se calcula que cerca de la mitad de los hogares en los que no vive el padre no reciben este ingreso, que resulta un derecho fundamental para las infancias.
La demanda contra Araujo Hernández fue interpuesta por su expareja, quien solicitó un aumento de la cuota alimentaria. La magistrada envió un oficio a la Cámara de Diputados para que retenga el monto correspondiente del salario del legislador, además de indicar que el dinero debía ser entregado dentro de las 48 horas de cobrados los haberes.
De esta forma, la jueza Marina Montero hizo "solidariamente responsable" a la Cámara de Diputados en caso de que Araujo Hernández no cumpla con el pago, lo que garantiza que los derechos de la madre y el hijo sean respetados. Al legislador se le retendría el 10% de su salario hasta que la jueza defina el monto definitivo.
El diputado dio su versión de los hechos luego de conocerse la decisión judicial, e indicó en declaraciones a La 97 La Radio Fueguina que no se trataba, tal como algunos medios habían indicado, de un embargo de su dieta. Confirmó que se trataba de un descuento del 10% de su salario.
"En algunos medios salió que habían embargado la dieta, pero eso no es real. Cobré mi sueldo completo y solo se espera que el mes que viene venga ese descuento, que es provisorio hasta que la jueza determine cuál es la cuota alimentaria, calculo que irá al 20%", explicó. Y agregó que en todos los cargos que ocupó siempre se descontó la cuota alimentaria directamente desde su cuenta.
Sin embargo, admitió que desde que asumió como diputado no se le ha descontado monto alguno destinado a su familia, por lo que arrastra una deuda de 10 meses, por la cual responsabiliza a su expareja, concretamente por dilatar el proceso de traspaso del descuento tras asumir en su nuevo cargo.
Araujo Hernández apuntó además contra ciertos medios por "distorsionar los hechos". Señaló que la madre de su hijo solicitaría un aumento del 30% de lo que él ha aportado, algo que, asegura, debe ser regulado por la jueza y no depende únicamente de sus decisiones.
"Yo tengo otros hijos, tengo cuatro hijos, tengo un hijo que además recibe su cuota alimentaria sin ningún tipo de inconveniente, porque es lo que corresponde como padre, y ahora surge esto por el cargo que yo estoy ocupando, es más que evidente que es por eso, que ese es el fin, que es una cuestión política de desprestigiarme a mí", concluyó.
La pobreza impera en los hogares monomarentales
La cuota alimentaria es uno de los ejes de debate incluidos en la agenda de cuidados que vienen impulsando los feminismos. Una agenda que buscar poner el ojo en advertir y transformar las inequidades entre varones y mujeres en las tareas de cuidado de niños, niñas y adolescentes. La exigencia del pago de esta cuota -que no siempre refleja los recursos mentales, físicos y económicos que implican la crianza de un niño- se produce en un escenario en el que la pobreza afecta más a las mujeres, sobre todo a aquellas que viven en hogares monomarentales. En estos casos, la tasa de pobreza es del 53%, mientras que para el total de los hogares es del 27%.
La desigualdad se profundiza cuando se mira la distribución de tiempo en las tareas de cuidado y el acceso al mercado laboral. Las mujeres dedican el doble de tiempo (6,31 h) a las tareas domésticas no remuneradas que los varones (3,49 h). Y solo el 49% participa del mercado de trabajo, frente a un 70,2% en el caso de los varones (según datos del 2022, elaborados por el INDEC).
Las tareas de cuidado no se agotan en la cuota alimentaria, sino que conllevan "el tiempo que destinamos las mujeres al trabajo no remunerado y la gestión monetaria de los cuidados. En algunos casos, las mujeres pagamos la mayoría de los gastos de un hogar", indica Verónica Baracat, coordinadora del programa país de ONU Mujeres en Argentina.
Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Economía, muestra que el 59% de los hogares monomarentales destina más de la mitad o casi todos sus ingresos al pago de deudas o atrasos y el 73% recurre al crédito para comprar comida o medicamentos. En muchos casos, ante la falta de cumplimiento de la cuota, las madres se ven en la necesidad de endeudarse para afrontar los gastos del hogar.
Además, son quienes asumen otras responsabilidades como el trabajo remunerado, las gestiones para acceder a programas de asistencia alimentaria y apoyos estatales.
Una deuda pendiente en la agenda de los cuidados
De acuerdo con los datos del INDEC, en Argentina hay más de 1.600.000 hogares monomarentales -el 11,7% del total de hogares- donde viven más de 3 millones de niñas, niños y adolescentes. Y en muchos casos, las madres deben afrontar distintos obstáculos para costear la crianza de niños y niñas.
Más de la mitad de las madres que viven en Argentina no reciben la cuota alimentaria (56%) cuando el padre no habita en la vivienda y esa proporción asciende (68%) si se toman en cuenta a quienes no la reciben de manera regular, según un análisis reciente de UNICEF sobre la situación de la niñez y adolescencia en hogares liderados por mujeres. Además, entre quienes no reciben este dinero, 6 de cada 10 indica que el progenitor tampoco se hace cargo de otros gastos de manera directa y, entre las que sí, un 24% afirma que no es suficiente para cubrir los gastos de las niñas y los niños.
Entre los motivos por los cuales los padres no pagan la cuota alimentaria, se destaca la falta o la mala relación con la madre y/o con las niñas y los niños (61%), y en un 24% es por falta de trabajo o insuficiencia de ingresos. En este sentido, la Convención de los Derechos del Niño establece el derecho de las chicas y los chicos a un nivel de vida digno y la responsabilidad de la familia y del Estado de brindarle las condiciones necesarias para su desarrollo.
"El incumplimiento de la cuota alimentaria supone, entonces, una vulneración a los derechos de niñas y niños con efectos concretos sobre sus condiciones de vida", explica Carolina Aulicino, Oficial de Políticas Sociales de UNICEF Argentina. "Las chicas y los chicos que viven en estos hogares enfrentan más dificultades para acceder a consumos básicos", enfatiza.
El informe de UNICEF remarca las dificultades que atraviesan los hogares monomarentales y con jefatura femenina para hacer frente a los gastos cotidianos. A partir de la octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes realizada por el organismo se desprende que los niveles de pobreza infantil en hogares con jefatura femenina (65%) y en los monomarentales (67%) son más altos que en los liderados por varones (53%), en consonancia con otras mediciones. Mientras tanto, la pobreza en la niñez y adolescencia en Argentina no para de crecer.
Cómo medir el costo de criar
"Tener hijos/as es una apuesta de amor, pero también tiene un costo económico. Ahora ese costo se podrá medir". Así resume el INDEC la presentación del Índice de Crianza, una estimación pionera llevada a cabo por el organismo desde marzo del 2023 que establece un valor de referencia para saber cuánto debe destinar una familia para alimentar, vestir, garantizar vivienda, trasladar y cuidar niños, niñas y adolescentes. Esta medida "permite contribuir a la organización y planificación familiar y a la gestión de los cuidados. Es una herramienta pionera, ya que se trata de la primera estimación llevada adelante por un organismo oficial a nivel continental y, que se tenga registro, en el mundo", indica el informe de presentación.
Fundamentalmente, este índice permite una distribución más igualitaria de los gastos de crianza, garantizando así los derechos de las infancias en los casos de padres separados. A la fecha, ha sido utilizado en 18 fallos en todo el país para establecer cuotas alimentarias y responsabilidades parentales. Estas decisiones judiciales no sólo ordenan porcentajes en base al Índice de Crianza sino que estipulan que la cuota debe ir aumentando en la medida en que el Índice lo hace.
La cuota es apenas una dimensión de un debate estructural. El costo de la crianza no se agota en los recursos económicos sino que también implica un uso del tiempo que tiene su correlato en la falta de oportunidades de acceso al mercado laboral o la formación técnica y académica, colaborando así con la histórica brecha económica de género.