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A 65 años de la Revolución Cubana: rebeldía y desafíos para el progresismo latinoamericano

Por Danay Galletti Hernández (SPUTNIK)

El debate sobre los activismos y movimientos sociales en América Latina y el Caribe, a 65 años del triunfo de la Revolución Cubana, resultó la temática principal de un espacio de encuentro y reflexión crítica con sede en La Habana, del 30 de septiembre al 2 de octubre, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Darío Salinas Figueredo, profesor e investigador emérito del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, en México, e integrante de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, afirmó a Sputnik que ese hecho extraordinario representó un parteaguas respecto a las luchas políticas, sociales y populares en América Latina.

"Tras la caída del socialismo real en Europa y la institución del mundo unipolar, el internacionalismo y el impacto de la Revolución Cubana no desaparecen, sino que mutan y adquieren otras características. Actualmente, es innegable su relevancia en el terreno educativo y la presencia de sus profesionales sanitarios en diversas latitudes", aseguró el sociólogo.

El también doctor en ciencias sociales por la Universidad Iberoamericana indicó que ese suceso tiene hoy un enorme significado para las diversas causas populares en el continente, pues demuestra que el neoliberalismo no es el único camino, sobre todo, frente a la articulación de una "nueva derecha, que es en realidad un neofascismo".

Esa corriente, aseveró el académico, permea los escenarios políticos en la región y conquista a los estratos socioeconómicos bajos y a jóvenes menores de 30 años, "esto ahora es un gran desafío porque no solamente ofrece una nueva narrativa, además tiene la capacidad de incubarse y reproducirse ideológicamente, eso lo vemos en todos los países, incluso en Cuba".

Subrayó la enorme herencia, aún vigente, de la Revolución Cubana, asociada al "sentido de ver los problemas comunes y sumar fuerzas sin sectarismos, ante los desafíos también comunes" y reconoció los vínculos con México, "un capítulo especial dentro de las relaciones de solidaridad y fraternidad mutuas, con una larga historia que va más allá de cortes temporales y coyunturas".

¿Persiste el legado de la Revolución Cubana?

Según refirió a Sputnik, Mauricio Sandoval Cordero, investigador y docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en la sede académica de Costa Rica, la Revolución Cubana, cuyo triunfo aconteció el 1 de enero de 1959, simbolizó "rebeldía" y, al llegar al poder por la vía armada, "modificó las estrategias de emancipación a escala planetaria".

A su juicio, "la izquierda en ese momento pensaba en otras tácticas y métodos de enfrentamiento y ese suceso reconfiguró sus maneras de actuación, por tanto, resultó un gran aporte. La Revolución es hija de su tiempo y de quienes la impulsaron. Ahora los retos son diferentes, tenemos el desafío de que las nuevas generaciones pacten nuevamente con la idea de la transformación social".

Para Sandoval Cordero, experto en temáticas asociadas a la ciencia política, teoría marxista, movimientos sociales y partidos, no podemos asumir que los jóvenes, por haber nacido dentro de la Revolución, reciben la influencia de ese contexto, especialmente en el escenario actual, donde una nueva oleada de extremas derechas recorre el continente.

Por su parte, José Gandarilla, investigador titular del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló a Sputnik que el proceso gestado en la mayor de las Antillas ofreció, a mediados del siglo XX, una alternativa para la región.

Ello, apuntó, ocurre en un contexto donde los países eran presionados para asumir su condición de atraso y subdesarrollo. Además, se ofrecía únicamente el paradigma de la denominada Alianza para el Progreso, un programa de ayuda económica y social propuesto por el expresidente estadounidense John F. Kennedy (1961-1963) con el fin de cercenar el ejemplo de la isla.

"La Revolución Cubana marcó un hito, al tratar de conquistar, además, la soberanía y autodeterminación de nuestros pueblos, mediante un cambio en la condición de colonización y dependencia respecto a Estados Unidos, si bien, desde su comienzo, enfrentó dificultades como el bloqueo económico", añadió.

Actualmente, simboliza "un horizonte, paradigma y punto de mira tanto por la construcción de un nuevo proceso político, como por la capacidad de afrontar y resistir frente a enormes tropiezos. Todas nuestras experiencias posteriores, desde el Chile de 1973, las revoluciones centroamericanas o los escenarios más actuales, han sufrido condiciones, a veces, muy adversas".

De acuerdo con el académico, México experimenta la Cuarta Transformación, ejecutada bajo el principio de la revolución de las conciencias y con el respeto a los procederes internos: "no corromperse, actuar siempre digna y lealmente, no mentir, no robar y no traicionar, valores que inspirarían la consolidación de este escenario alternativo".

Las luchas del futuro

Sandoval Cordero consideró, asimismo, que la Revolución Cubana "puede ser un vínculo entre las luchas del pasado y las del futuro", aunque la edificación de ese puente supone la enseñanza popular y la difusión del pensamiento de transformación social, una manera de relacionar la emancipación con la pedagogía.

Sumado a ello, el uso de las redes sociales y las tecnologías de la información, pues cada vez es más difícil colocar mensajes progresistas, si bien, a su juicio, la nación caribeña "destaca por tener formas de comunicación alternativas que difícilmente emergen en otras latitudes del área, donde predominan los medios conservadores y de derecha".

Hassan Pérez Casabona, profesor auxiliar del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU) de la Universidad de La Habana y doctor en Ciencias Históricas, expresó a Sputnik que hoy estamos en un mundo diferente, orientado hacia la multipolaridad y en el cual Estados Unidos acentúa su declive en cuanto a dominación hegemónica.

"En ese contexto, Cuba, con enormes desafíos por delante y numerosos obstáculos, a partir del recrudecimiento del bloqueo estadounidense, continúa como una fuente de inspiración. Los últimos 25 años, con la llegada del presidente Hugo Chávez al Palacio de Miraflores, abrieron una nueva etapa hacia el progresismo, posiciones nacionalistas y cambios internos", evocó.

En consideración del entrevistado, los líderes de procesos similares en México, Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia, "reconocieron públicamente el impacto positivo en esas naciones de la Revolución Cubana, adaptado a sus condiciones concretas".

Además, valoró que este foro, cuyo propósito fue la recuperación del espíritu de las generaciones anteriores y la conexión con las luchas contemporáneas de los movimientos populares, demuestra la relevancia del proceso cubano, también desde la perspectiva académica y de las ciencias sociales.

La Revolución "tiene que reinventarse y buscar fórmulas lo suficientemente creativas y osadas para la continuidad de nuestro proyecto de desarrollo y de resistencia. Pertenecemos a un país con identidad y soberanía, que reta la dominación de los EEUU y posee una política exterior propia orientada hacia América Latina, el Caribe y el tercer mundo, basada en la solidaridad", concluyó.