No hay derrame: Ni Vaca Muerta salvó a Neuquén del aumento de la pobreza y la indigenciaPor Ariel Boffelli
La tragedia social que impone el sensible aumento en los índices de pobreza obliga al gobierno de Rolando Figueroa a hacerle frente a la demanda de los sectores vulnerables de Neuquén, protegidos por un nuevo esquema de contención e inserción laboral.
Sin importar que los índices fueron menores a la media nacional, que ostenta la lapidaria cifra de 52,9% de personas bajo la línea de pobreza y un 18% en la indigencia, en la tierra donde Vaca Muerta genera riqueza el 40% de sus habitantes no puede sustentar los ingresos básicos y un 11% está sumergida en el drama de no poder cubrir sus necesidades básicas.
La cifra no deja de ser indignante por los beneficios que la joya energética nacional le otorga a las empresas de gas y petróleo, principales beneficiadas por el modelo libertario propuesto por el presidente Javier Milei.
Ordenar y distribuir
Figueroa llegó al poder en 2023 para reordenar el Estado. Anunció medidas que aspiran a mejorar la distribución de ingresos destinados a los sectores vulnerables y encomendó a su gabinete acciones concretas.
Según datos suministrados a Letra P por el gobierno neuquino, se multiplicaron los montos de los programas de protección familiar integral, al igual que otras partidas para capear la galopante crisis económica. La ayuda, gestionada por el Ministerio de Gobierno, se elevó sensiblemente: pasó del 17% al 46%.
A través de la Subsecretaría de Familia, a cargo de Martín Giusti, se aceleró la apertura de los denominados Centros de Desarrollo Infantil (CDI), espacios estratégicos para la contención de las infancias. Actualmente funcionan 15 CDI en todo Neuquén, que complementan otras instituciones destinadas a contener la constante demanda de ayuda.
Emplea Neuquén, el programa que suplantó el cuestionado sistema de planes sociales, es otro de los esquemas que funciona como "incentivo de empleabilidad". Aproximadamente 10 mil personas se encuentran dentro del diagrama para insertarse en el mercado laboral.
Mediante capacitación, siempre ordenados en la ayuda estatal, se orienta al sector desocupado en la búsqueda de empleo genuino. Es un sistema decreciente hasta insertarse en un puesto estable.
En los albores del gobierno de Figueroa, se puso en marcha un relevamiento para detectar irregularidades en la distribución y asignaciones de programas sociales durante años anteriores hasta diciembre pasado inclusive.
Quienes fueron beneficiaros de programas de desocupación laboral y subsidio social transitorio (SST) tuvieron que presentarse a justificar los pagos.
A pesar de esas acciones, Neuquén no escapó al contexto nacional, donde el casi el 53% de la población se sumerge en la pobreza.
El impacto en Neuquén
La pobreza e indigencia en la provincia marcan uno de los índices más bajos en el país, pero no dejan de ser preocupantes. Según un informe de Isepci, una organización que se dedica a relevar datos de consumo, una familia neuquina necesitó 1.099.191 pesos para no ser pobre y 495.131 pesos para no caer en la indigencia, en agosto de este año.
Esos son los números que desnudan el altísimo costo de vida en la Patagonia, una región históricamente castigada por el clima, el elevado nivel de insumos traducidos en productos y servicios.
Números aplastantes
La devaluación de diciembre de 2023 fue un golpe para el último sector de la pirámide social neuquina. El 36% de pobreza y el 14% de indigencia demostraron, a mediados de este año, que en la región más próspera el impacto de las políticas libertarias es letal. El informe publicado en la jornada aumentó el porcentual en varios puntos.
El informe de condiciones de vida en 31 aglomerados urbanos que se publicó este jueves, ejemplifica a la Patagonia en diversos ejes. Neuquén-Plottier superó el 40% de pobreza y 11% de indigencia. Un dato que revela el impacto menor al promedio nacional de la crisis reinante, pero no menos impactante.
Fuente: Letra P
Por Ariel Boffelli
La tragedia social que impone el sensible aumento en los índices de pobreza obliga al gobierno de Rolando Figueroa a hacerle frente a la demanda de los sectores vulnerables de Neuquén, protegidos por un nuevo esquema de contención e inserción laboral.
Sin importar que los índices fueron menores a la media nacional, que ostenta la lapidaria cifra de 52,9% de personas bajo la línea de pobreza y un 18% en la indigencia, en la tierra donde Vaca Muerta genera riqueza el 40% de sus habitantes no puede sustentar los ingresos básicos y un 11% está sumergida en el drama de no poder cubrir sus necesidades básicas.
La cifra no deja de ser indignante por los beneficios que la joya energética nacional le otorga a las empresas de gas y petróleo, principales beneficiadas por el modelo libertario propuesto por el presidente Javier Milei.
Ordenar y distribuir
Figueroa llegó al poder en 2023 para reordenar el Estado. Anunció medidas que aspiran a mejorar la distribución de ingresos destinados a los sectores vulnerables y encomendó a su gabinete acciones concretas.
Según datos suministrados a Letra P por el gobierno neuquino, se multiplicaron los montos de los programas de protección familiar integral, al igual que otras partidas para capear la galopante crisis económica. La ayuda, gestionada por el Ministerio de Gobierno, se elevó sensiblemente: pasó del 17% al 46%.
A través de la Subsecretaría de Familia, a cargo de Martín Giusti, se aceleró la apertura de los denominados Centros de Desarrollo Infantil (CDI), espacios estratégicos para la contención de las infancias. Actualmente funcionan 15 CDI en todo Neuquén, que complementan otras instituciones destinadas a contener la constante demanda de ayuda.
Emplea Neuquén, el programa que suplantó el cuestionado sistema de planes sociales, es otro de los esquemas que funciona como "incentivo de empleabilidad". Aproximadamente 10 mil personas se encuentran dentro del diagrama para insertarse en el mercado laboral.
Mediante capacitación, siempre ordenados en la ayuda estatal, se orienta al sector desocupado en la búsqueda de empleo genuino. Es un sistema decreciente hasta insertarse en un puesto estable.
En los albores del gobierno de Figueroa, se puso en marcha un relevamiento para detectar irregularidades en la distribución y asignaciones de programas sociales durante años anteriores hasta diciembre pasado inclusive.
Quienes fueron beneficiaros de programas de desocupación laboral y subsidio social transitorio (SST) tuvieron que presentarse a justificar los pagos.
A pesar de esas acciones, Neuquén no escapó al contexto nacional, donde el casi el 53% de la población se sumerge en la pobreza.
El impacto en Neuquén
La pobreza e indigencia en la provincia marcan uno de los índices más bajos en el país, pero no dejan de ser preocupantes. Según un informe de Isepci, una organización que se dedica a relevar datos de consumo, una familia neuquina necesitó 1.099.191 pesos para no ser pobre y 495.131 pesos para no caer en la indigencia, en agosto de este año.
Esos son los números que desnudan el altísimo costo de vida en la Patagonia, una región históricamente castigada por el clima, el elevado nivel de insumos traducidos en productos y servicios.
Números aplastantes
La devaluación de diciembre de 2023 fue un golpe para el último sector de la pirámide social neuquina. El 36% de pobreza y el 14% de indigencia demostraron, a mediados de este año, que en la región más próspera el impacto de las políticas libertarias es letal. El informe publicado en la jornada aumentó el porcentual en varios puntos.
El informe de condiciones de vida en 31 aglomerados urbanos que se publicó este jueves, ejemplifica a la Patagonia en diversos ejes. Neuquén-Plottier superó el 40% de pobreza y 11% de indigencia. Un dato que revela el impacto menor al promedio nacional de la crisis reinante, pero no menos impactante.
Fuente: Letra P