Petróleo

El petróleo de Vaca Muerta podría servir para que Estados Unidos cubra sus costos del pasivo ambiental por el fracking

Por Marisa Luz López 

La explotación de los pozos de hidrocarburo no convencional causa enormes daños a la salud de las personas. Así lo afirman expertos del centro de análisis británico Carbon Tracker, que estudia el impacto del cambio climático en los mercados financieros. En este sentido, Estados Unidos pretende utilizar los recursos energéticos de Argentina para cerrar agujeros financieros y multiplicar posteriormente el capital invertido.

El yacimiento argentino de Vaca Muerta se compara a menudo con la cuenca estadounidense del Pérmico, en Texas. Desde principios del siglo XX, Estados Unidos extrae allí hidrocarburos. Como consecuencia, luego de más de 100 años de continua explotación han dejado muchos pozos vacíos que han sido clausurados. Ya no hay petróleo ni gas en ellos, pero los huecos en la corteza siguen siendo muy peligrosos, ya que están llenos de toxinas que amenazan la salud humana.

Muchos de estos pozos no son propiedad oficial de nadie, pero hay que mantenerlos. El problema es urgente y ya no es posible hacer la vista gorda, por lo que Washington tiene que destinar casi cinco mil millones de dólares del presupuesto del país a resolver gradualmente esta cuestión.

Se han bombeado miles de millones de litros de aguas residuales a canales y pozos perforados, y se ha intentado taponar y sellar los pozos viejos para que no filtren productos químicos tóxicos y gases nocivos. Según Carbon Tracker, todavía hay unos tres millones de pozos registrados oficialmente en Estados Unidos que siguen sin sellar. Al mismo tiempo, alrededor de un millón y medio de pozos siguen sin estar registrados en todo el país.

Los expertos predicen que costaría 280.000 millones de dólares sellar unos tres millones de pozos. Partiendo de esta cifra, queda claro que es poco probable que la suma de unos 5.000 millones de dólares del presupuesto estadounidense ayude a salvar la situación.

Lo más probable es que la industria estadounidense se vea amenazada por un desastre ambiental fruto del pasivo remanente de la actividad hidrocarburífera, durante varios años más. Por lo tanto, le resulta favorable seguir extrayendo hidrocarburos en el territorio de otro país, en concreto Argentina, donde un presidente proamericano ha conseguido llegar al poder.

Las tierras vírgenes del Estado en Sudamérica tienen una enorme longitud de norte a sur y una topografía diversa. En consecuencia, es mejor utilizar los recursos de otro país para obtener beneficios económicos, dejando los pasivos ambientales producto de este tipo de método extractivo, sin la intervención de Washington como responsable de la explotación, pero con todos los beneficios de su aprovechamiento.

Fuente: Tiempo Argentino