Géneros

Un sistema político atravesado por el patriarcado y los feminismos ante la denuncia contra Fernández

La semana pasada se hizo pública la denuncia de la exprimera dama, Fabiola Yáñiez, contra Alberto Fernández, en un caso que suscitó expresiones variadas en el campo político, con un marcado apoyo de las referentes peronistas hacia Yáñez, el silencio de los varones; y los feminismos, una vez más, cuestionados. Aunque con algunas diferencias de enfoque, distintas referentes se expresaron al respecto para lograr que, más allá de toda discusión política el hecho central -la violencia de género como problemática estructural- no sea ignorado.

Las acusaciones salieron a la luz en el marco de una investigación por presunta malversación de fondos corrupción del expresidente Alberto Fernández.

Los investigadores encontraron fotografías de Fabiola Yáñez con el ojo morado y el brazo magullado en el teléfono de María Cantero, exsecretaria presidencial.

Luego, la exprimera dama radicó una denuncia contra Fernández por violencia física y "terrorismo psicológico" ante el juez federal Julián Ercolini. En los días que siguieron amplió algunos detalles de la violencia que sufrió durante su convivencia con el ex mandatario.

En este marco surgieron múltiples debates sobre los roles y responsabilidades del feminismo, al tratarse precisamente de un dirigente que dijo haberle puesto fin al patriarcado y bajo cuyo mandato se creó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.

La socióloga y militante del colectivo argentino Ni Una Menos, Lucía Cavallero, habló con Diario Universidad de Chile sobre las implicaciones de los feminismos en un caso de esta magnitud.

"La verdad es que causa una sensación de que estamos un momento de gran descomposición del sistema político en general, además hay una mezcla de indignación, de decepción, pero también es un momento de oportunidad, para defender la importancia de la lucha feminista sin la cual este hecho de violencia no hubiera sido percibido como un problema, de reivindicar nuestras luchas en relación a las políticas públicas de prevención de las violencia, que este gobierno de Javier Milei está desmantelando desde que asumió", expresó.

Subrayó que es necesario "aprovechar para poner en crisis estos pactos patriarcales, que son los que estructuran una forma de hacer política", sin desconocer el uso político de los movimientos de derecha, que apuntaron directamente contra los feminismos y las políticas de género: "Estamos en una relación de poder totalmente desigual porque la discusión siempre se da en una cancha marcada por ellos, en términos de cómo se filtró la información, cómo llegó desde el Poder Judicial a los medios de comunicación y como estos articulan desde el propio Gobierno un ataque en las redes sociales que impone un relato de los hechos".

"Frente a eso, hay una primera reacción que tiene que ver con que muchas de nosotras salimos a hacer declaraciones públicas tratando de instalar un relato inverso (...) porque ahí donde hay una fuerza la ultraderecha nos trata de devolver impotencia, responde con este latiguillo de ‘vieron que apoyaron a un violento' o dicen que las políticas de prevención de las violencias no sirven. Entonces, creo que hay un primer paso, que es construir desde el relato propio y es lo que estamos intentando, que parta de la afirmación de una fuerza, porque eso es justamente donde ellos intentan quebrarnos, crear un relato donde somos impotentes, usadas, comerciables", agregó.

Sobre las distintas vertientes del movimiento feminista, y especialmente su rol institucional en los últimos años, sostuvo que "es una operación más compleja en Argentina porque el movimiento feminista es autónomo, pero a la vez transversal. Entonces, contiene también al interior a compañeras que tuvieron roles institucionales y que militan en las fuerzas políticas del peronismo y el kirchnerismo".

"Por lo tanto, no creo que se trate de desmarcarnos de esas compañeras (...) Más bien se trata de apoyarlas, de reforzar nuestra autonomía y capacidad de construir un programa político que no nos arrepentimos de discutirlo con ninguna fuerza, porque también militamos para transformar todo, para hacer una revolución, pero en el medio conseguimos políticas públicas que cambian la vida de las personas, por ende, siempre hay un diálogo con las instituciones. Nosotras lo hicimos en el gobierno de Alberto Fernandez, donde estuvimos movilizadas en las calles, entonces, se tratan de reforzar esas instancias y de usar ese lugar también para que quienes estén dando esas disputas puedan extraer una fuerza a partir de la organización del movimiento feminista", cerró.

La palabra de las mujeres peronistas

A raíz de la denuncia, distintas referentes del peronismo hicieron explícita su posición y remarcaron su apoyo a Fabiola Yáñez. Para algunas militantes feministas, sin embargo, sigue siendo demoledor el silencio de los varones peronistas.

"No quiero esperar ni especular con estas cosas, jamás lo hice. De cualquier golpeador diría primero que es un hijo de puta. De Alberto Fernández creo también que es un psicópata por haber usado durante años al feminismo y a sus militantes. Y aunque sea molesto ver hoy a muchos soretes que en la vida le creyeron a una mujer que denunciaba querer colgarse de esto mientras se ríen, creo que corresponde hablarle a las miles de pibas a las que hace ya tiempo les pedí que me acompañaran a sumarse a esto que resultó una interminable decepción. Hacerme cargo de haber creído tanta basura. Pedirles perdón y decirles que la inmensidad de esta frustración tiene que ser la razón por la que, aprendizajes mediante, y sin creer mucho en nadie, volvamos a intentar", escribió la ex legisladora Ofelia Fernández.

"Fabiola nunca me comentó esta situación. Nadie puede dudar de lo que habría hecho en ese caso; como cuando se violaron derechos de mujeres indígenas y presenté mi renuncia", escribió Elizabeth Gómez Alcorta en la red social X, sobre todo luego de que Yáñez dijera que la sucesora de Alcorta en el Ministerio de las Mujeres -Ayelén Mazzina- ignoró su pedido de ayuda.

"La violencia de género existe. No hay color político. Siempre del lado de las mujeres. Mi solidaridad con Fabiola", escribió Mazzina, por su parte.

La ex titular de AySA, Malena Galmarini, dijo: "La violencia de género existe, no tiene color político y se condena siempre. Como dijimos ayer: no importa quién sea el agresor ni qué cargo haya ocupado, estamos del lado de la víctima".

La senadora Juliana Di Tullio, apuntó: "Los y las que caranchean tienen un único interés: que es peronista. Si fuese de otro espacio político dormirían como bebés. Le creo a ella. Punto". En la misma línea, Anabel Fernández Sagasti agregó: "Siempre, en todos los casos, y sin excepción, le creo a ella. Sin importar ideologías, partidos, amistades, nada. Repito, sin excepciones. Ojalá siempre nos crean y se preocupen cuando denunciamos que nos violentan".

"Las que venimos del movimiento feminista le creemos, respetamos los tiempos y acompañamos a quienes sufren violencia, siempre", remarcó Julia Strada, diputada de Unión por la Patria (UP). "Hay que seguir trabajando en erradicar la violencia de género en un mundo de hipócritas que se esconden". "Seguiremos luchando para construir un país sin machos ni fachos", sumó la ex titular del INADI, Victoria Donda.

Para la izquierda, se revela una fuerte contradicción hacia adentro de los feminismos institucionales, y marca la necesidad de "volver a las calles".

"Las contradicciones empezaron a aparecer de manera inexorable. Aquellas diputadas o legisladoras que fueron parte del enorme movimiento en la pelea por la campaña a favor del aborto, votaban unos meses después presupuestos miseria para financiar la salud, el Ministerio de Mujeres y Diversidades o a favor de reformas previsionales que perjudicaban en su gran mayoría a mujeres adultas. Se empezaba a desprender la idea de que ese feminismo estatal manifestaba enormes contradicciones entre la pelea por el género y no por la clase", escribió Jimena Puga - Delegada de ATE y miembro de la Agrupación Marrón Clasista- en La Izquierda Diario.

Y agregó: "Durante la última campaña electoral, las mujeres y las diversidades tuvimos que escuchar que los candidatos de los principales partidos políticos no pusieran en agenda durante los debates presidenciales, las peleas que aún este sistema capitalista y patriarcal tiene como deuda pendiente con nuestro movimiento. Incluso, tanto Massa como Grabois, dijeron que no era el momento para discutir sobre feminismos, debido a que el problema del hambre era acuciante. Mientras tanto el feminismo abandonó las calles y los niños y niñas siguen padeciendo el hambre y la pobreza".

El desguace de las áreas de Género

Al conocerse la denuncia contra Fernández, Javier Milei publicó en su cuenta de X que "la solución para la violencia que ejercen los psicópatas contra las mujeres no es crear un Ministerio de la Mujer".

Los feminismos, al contrario, expresaron que este tipo de situaciones dan cuenta de la necesidad de que la prevención de las violencias tenga rango ministerial, o al menos, que se le destine un presupuesto acorde.

https://www.elextremosur.com/nota/49919-desfinanciamiento-de-las-politicas-de-genero-en-argentina-despidos-programas-paralizados-y-violencia-sin-respuestas/

Natalia Gherardi, Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), dijo a Página12 que la situación en este sentido "es muy preocupante".

Gran parte de los programas y políticas públicas destinadas a prevenir y atender las situaciones de violencia de género fueron desmanteladas o sufrieron grandes recortes presupuestarios (como es el caso de la Línea 144, sobre la cual se ejecutó un 28% menos presupuesto que el año pasado, además de sufrir los despidos del 38% de su personal)".

Para Graciela Morgade -profesora de Educación Sexual Integral de la UBA- el hecho de que el denunciado sea un expresidente "es muy impactante y hasta decepcionante para muchas personas cercanas" y "obviamente la cadena nacional en el tema tiene aspectos partidarios".

En este sentido, subrayó que "ninguna política de ampliación de derechos es desarrollada desde un único lugar (el Ejecutivo) ni por una única persona 'elegida'. Las políticas más efectivas a lo largo de nuestra historia tuvieron que ver con sujetos populares, con protagonistas colectivos que, en el caso de los feminismos en nuestro país, se expresaron en luchas, con frecuencia transversales a los partidos. También, con apoyos de la militancia internacional, con alianzas y negociaciones que pueden señalar logros legislativos y políticos de varias décadas".

Aunque la mayoría de las referentes, incluso las mismas peronistas, expresaron públicamente su apoyo a la exprimera dama, el halo de sospecha permanece sobre los colectivos de mujeres y diversidades. Sin embargo, el reclamo es siempre el mismo: más presupuesto y políticas públicas para prevenir y combatir la violencia machista.

Para los feminismos, la denuncia de Yáñez no es incompatible con la necesidad de un Ministerio. Al contrario: lejos de desarticular la necesidad de políticas públicas, los reafirma, en tanto muestra que cualquier mujer puede ser víctima de violencia -aunque queda claro que hay casos que reciben más atención mediática que otros- y que los victimarios pueden tener cualquier posición y color político, lo que evidencia la dimensión estructural de las violencias machistas.