El país

Almada: "No hay espacios de recuperación para los niños que padecen violencias"

Sonia Almada es psicóloga y activista por los derechos de las infancias. En 2003 creó Aralma, una asociación civil que trabaja para la prevención y erradicación de las violencias contra niños, niñas y adolescentes. En diálogo con El Extremo Sur y en el marco del Día de la Niñez, habló sobre el panorama actual en materia de políticas públicas para este sector.

Sonia Almada enfatiza el cambio cultural que se protagonizó en los últimos años, orientado a hablar de niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho. Panorama que hoy sufre un atraso frente a un discurso estatal que busca "una niñez más tutelada, como si ayudando a los padres, de alguna manera se llega a los niños". Remarcó la vulneración de niños y niñas ante el desmantelamiento de programas como la Línea 137 y la situación extrema que se vive con el aumento de la pobreza infantil.

En este sentido, se refirió a una "situación de mucha desesperanza", reflejada sobre todo en casos como el de Loan: "antes Sofia Herrera, Bruno Gentiletti, Guadalupe Lucero, se nota mucho la corrupción. Entonces, ¿a quién le importa la infancia? Porque la trata existe desde siempre. Un niño que todo el país sabe que se lo llevaron no puede ser encontrado, por más marcha, grito, o Burlando que haya".

"La Justicia en ese aspecto y más en este momento tiene un discurso muy naturalizado de violencia contra las mujeres, las disidencias y las infancias", apuntó.

En relación con los avances y retrocesos en materia de derechos de las infancias, ¿Qué panorama ves en Argentina en este momento?

Este momento me parece aterrador. El desmantelamiento que se ha hecho, por ejemplo, de la Línea 137, donde podían llamar las personas y niños cuando padecían alguna forma de violencia, deja en un nivel mayor de desamparo a la infancia. Todo el discurso del Estado ha cambiado profundamente, hoy se habla de una niñez más tutelada, como si volviéramos un siglo atrás, como si ayudando a los padres, de alguna manera se llega a los niños. El informe de UNICEF muestra que el nivel de pobreza ha aumentado bestialmente, 1 millón de niños en Argentina se van a dormir sin comer. En general la infancia no está en agenda: se piensa que, con las políticas destinadas a la familia, por la teoría del derrame, le llega algo a los niños. Pero ahora esto se ha profundizado, es muchísimo peor porque es un gobierno totalmente antiderechos, que está en contra de las mujeres, las diversidades y de la infancia.

La mirada hacia la infancia es una mirada objetal, como si a los niños se los pudiera poner aquí o allá, y lo que necesiten, lo que deseen los niños no importa. Todo esto agudizado por una crisis bestial donde hay hambre, pero también cuestiones sociales, psicológicas, todo esto afecta la salud mental y los niños en situación de vulnerabilidad social también tiene más posibilidades de vivir otro tipo de violencias. No sólo tiene solo que ver con lo alimenticio, hay algo del orden del apoyo de las familias que también desampara a la infancia. Se ha recortado en todos los aspectos, la decisión del ejecutivo es demoler el Estado, es un Estado no presente, y eso afecta profundamente a la infancia, no hay políticas públicas destinadas a los niños y niñas ni espacios para la recuperación y sanación cuando se padecen violencias, ni siquiera hay lugares para comer, porque los merenderos están repletos.

¿Existen nuevos desafíos en cuanto al abordaje de las violencias que padecen niños y niñas, a la luz de las tecnologías digitales? El tema de las apuestas online, por ejemplo, ha estado en agenda en los últimos meses.

Vi varios legisladores que están intentando trabajar y poner en agenda la ludopatía, como la diputada Claudia Balagué de Santa Fe, que hizo una jornada al respecto, y presentó un proyecto. Algunos legisladores se están moviendo, pero tampoco desde el Estado hay una respuesta a estas temáticas, porque el avance en relación a lo digital y la infancia, es muy rápido. Nosotros como psicólogos nos tenemos que ir acelerando para poder ir a la par de lo que van encontrando los niños. El tema de las apuestas online, de los slots, es algo gravísimo como adicción en este momento. Ahora en muchos colegios han prohibido el uso de celulares porque estaban en clases y estaban apostando. A la salida de la escuela se juntan a apostar. Se prestan plata, sacan plata de donde pueden. Es un problema grave, sobre todo si desde el Estado no hay una política destinada a campañas de prevención, de sensibilización. Desde la ONG hacemos talleres, capacitaciones, yo escribo sobre Salud Mental en Infobae donde explico esto, pero no alcanza. El impulso que se necesita es del Estado. Algunos legisladores, algunas ONG están intentando contar lo que pasa en la post-pandemia, cómo se han agravado estas cuestiones. No queda más que tratar de ampararnos entre nosotros, y tratar de hacer lo que podamos.

Más allá de que sea necesario institucionalizar ciertas políticas para la infancia, ¿crees que tiene que ver también con las leyes que están vigentes y no se cumplen?

Sí. El ataque a la ESI, por ejemplo, es impresionante. Vemos una narrativa desde el Estado donde hay minimización de temas urgentes, o metáforas en relación a la violencia sexual que el mismo Presidente ha hecho. Escuchar eso es realmente aterrador. Ahora se cuida, pero uno nota que, en lo discursivo, no solo de la Presidencia sino de sus voceros, todo el tiempo hay violencia, desestimación, desprestigio de las mujeres, del género, de la infancia, es como si no existiera. Vemos algo que es familiar para nosotros, un Estado presente, algo con lo que nos criamos, más o menos presente en distintos momentos, y ahora nos encontraos ahora con lo siniestro. Alguien que viene y es votado democráticamente, pero viene a romper el Estado, y cuando eso pasa, nos quedamos todos desamparados, especialmente los más vulnerables del sistema, que para mí es la infancia. Es una situación muy aterradora, uno puede analizar todo lo que quiera, pero se la está pasando muy mal. A mí me llegan videos de compañeras de todos lados, de niños que se acercan a los merenderos muertos de hambre, de diferentes lugares de Argentina. Esa postal hace años que no la teníamos, había hambre en Argentina, pero no al nivel de esta indigencia total. Había mucho para hacer, pero esto ha venido a destrozar lo poco que se había hecho.

¿De qué manera vivís este momento como psicóloga y, sobre todo, como activista?

Estoy aterrada como activista, como psicóloga, como Asociación Civil también, nosotros tenemos conversaciones con diferentes referentes políticos importantes que también se los ve aterrados. No ves algo organizado como para pechear esto, entonces es una complicación importante. No sabemos dónde va a terminar, a dónde vamos a parar y qué va a pasar con la infancia. Pensemos en lo de Loan, antes Sofia Herrera, Bruno Gentiletti, Guadalupe Lucero, se nota mucho la corrupción, ¿y que hizo el Ejecutivo con esto? Además de Bullrich diciendo que iba a escanear la panza de los animales. Es vergonzoso. Entonces, ¿a quién le importa la infancia? Porque la trata existe desde siempre. Un niño que todo el país sabe que se lo llevaron no puede ser encontrado, por más marcha, grito, o Burlando que haya. Hay una situación de mucha desesperanza.

Las coberturas periodísticas de casos tan mediáticos como los de Loan, ¿sirven para expandir el reclamo por las infancias o puede suceder, en algunos casos, que individualicen las violencias y den la sensación de que no es un problema estructural?

En general, los medios lo usan de una manera amarillista, se vulneran muchos derechos de los niños y sus familias. Esta vez me parece que la sociedad sí pudo darse cuenta de que es un problema más estructural y sistémico, y se dieron cuenta no porque el Estado haya hecho algo sino porque las ONG hicimos mucho: charlas, pronunciamientos, comunicaciones, y siguen llegando. Ahora vamos a retomar en nuestro Podcast "La voz de la Infancia" el tema de Loan. En Argentina no está tipificada la compra de niños a pesar de que se presentaron más de 30 proyectos, a pesar de que la Corte Interamericana le exigió a Argentina en 2012 que tipificara el delito, todavía no se ha hecho. Hay mucho por hacer y no se hace, no se entiende bien por qué. Son cosas que se hacen desde unidades académicas, desde ONG's, desde redes en Argentina y Latinoamérica, somos los que todo el tiempo estamos tratando de visibilizar esto, pero nunca tenemos ayuda del Estado.

¿Las instituciones -especialmente las judiciales- escuchan a los niños y niñas? ¿Cuál es el panorama en ese sentido?

En general, no se los escucha. Hay casos que sí, donde se los respeta, también hay jueces honorables. Pero en general el sistema no cree que los niños puedan contar su verdad. En violencia sexual esto se ve muchísimo y son luchas bestiales que tenemos que dar para que se escuche a los niños cuando relatan la violencia sexual y el maltrato. Vengo trabajando fuertemente el concepto de violencia sexual y maltratos concomitantes, la violencia sexual no viene solo como el ataque a la integridad sexual del sujeto infantil, hay una cantidad de violencias que también tiene un peso específico y profundizan el trauma y el dolor. Es lo que tratamos de explicarle a los juzgados, a todos los que atienden a los niños en primera instancia, que puedan evaluar estas circunstancias, y que se crea. Corre mucho lo de la falsa denuncia, el falso síndrome de Alienación Parental. Todo lo que está pasando con Alberto Fernández también, porque hay una corriente en contra, que puede no creerle a la víctima. Nuestro postulado feminista es "yo te creo". Es importante después demostrar todo lo que ha pasado, pero los niños lo pueden demostrar si uno los escucha, un niño no miente sobre violencia sexual, porque no conoce los términos y la sexualidad adulta. Pero la justicia, en general, sigue mirando para otro lado y poco le importa lo que le pase a la infancia en ese punto. Se necesita una reestructuración de todo este sistema, de las narrativas que se manejan, hay mucha criminalización de las mamás que cuando se enteran del abuso apoyan a sus niños. La Justicia en ese aspecto y más en este momento tiene con un discurso muy naturalizado de violencia contra las mujeres, las disidencias y las infancias. Nosotros presentamos un proyecto para que se cree un Ministerio de la Infancia. Me acuerdo cuando Fernández anunció la creación del Ministerio de las Mujeres, puse el tuit "¿Y para cuando el ministerio de la Infancia?" Este año presentamos el proyecto de nuevo, como gesto, como desafío, porque entendemos que se necesita un rango ministerial para la infancia, que siempre ha sido el último orejón del tarro.

Por otro lado hay un cambio cultural, ya en el decir de las Infancias o la Niñez antes que "el niño", y en las concepciones que ello implica, ¿ese proceso también es resistido?

En el decir cotidiano ves a Manuel Adorni decir "el Dia del Niño", a los periodistas que trabajan para ellos, en el mismo sentido. Es un atraso de todo lo que habíamos logrado. Ellos están proponiendo un sistema que supone derechos para los hombres, blancos, cis. Los demás, todos afuera. Tenemos pocos espacios donde se señala lo que pasa con la infancia, vemos organismos que solo piensan en esto, en el tutelaje, entonces ante la propuesta que tenemos, de los niños como protagonistas de sus propias vidas, sujetos de derecho y decisión, ahí hay algo que no les termina de gustar. Hay un retroceso en muchos sentidos, mucha gente se ha subido a ese carro porque es más cómodo. Hay que tener mucho cuidado, siempre estamos en riesgo las mujeres, diversidades e infancias, pero ahora es más profundo. ¿Nos van a creer si denunciamos? ¿Cualquiera nos puede hacer cualquier cosa? Si desde el Estado se está casi fomentando la violencia.