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La Justicia cordobesa avanzó con la restitución de los hijos de Constanza Taricco

Desde hace poco más de un mes, Constanza Taricco exige que no fuercen a sus hijos a ser restituidos a un ciudadano alemán con quien no tiene vínculos, a un entorno cultural que les resulta ajeno. El hombre solicitó la restitución internacional hace un año, invocando el Convenio de la Haya de 1980, y tanto la justicia cordobesa como el Superior Tribunal ratificaron su pedido, aunque está plagado de irregularidades e información falseada. La comunidad se viene movilizando para evitar que los menores sean llevados a Alemania; sin embargo, ignorando toda prueba y testimonio de las infancias, la jueza Sandra Elizabeth Cuneo mantuvo firme el pedido y este fin de semana el hijo menor fue obligado a irse con el alemán. La hija mayor no fue restituida porque en el medio se tramita una causa penal contra el hombre por vulnerar su derecho a la identidad.

Un fallo patriarcal

Si bien el caso tomó visibilidad a mediados de julio, el proceso judicial lleva más de un año. Constanza y Soeren Hans vivieron en Alemania con los dos niños -de 6 y 10 años- un tiempo para luego trasladarse a la localidad boliviana de Samaipata. Durante la pandemia, Soeren volvió a Alemania por motivos laborales, y Constanza se quedó en Bolivia con los menores.

Una vez concretado el divorcio, la madre y los niños se trasladaron a Nono, Córdoba. De acuerdo al demandante, esta decisión se tomó sin su consentimiento, y fue en ese marco en el que inició la demanda de restitución. Sin embargo, las abogadas de Constanza remarcan que ella tenía un poder firmado por el alemán en el que reconocía su custodia y la libertad de trasladarse internacionalmente con los menores.

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En el medio, se denunciaron irregularidades en la información que presentó Soeren, quien habría falsificado su dirección, además de sostener que los niños tienen su centro de vida en Hamburgo, Alemania, cuando no es así. Lo más grave, tanto para el equipo legal como para la comunidad y las organizaciones que acompañan el reclamo de Constanza, es que en ningún momento se tomó en consideración la opinión de los hijos, lo que implica una vulneración a sus derechos.

Las pruebas presentadas por las abogadas de Taricco muestran que en este caso no se cumple la condición necesaria del Convenio de la Haya 1980 para exigir una restitución inmediata, que es el traslado ilícito de los menores.

Luego de que la jueza Cuneo dictara la restitución, la madre acudió al Superior Tribunal de Justicia de Córdoba, que falló en el mismo sentido. Luego se dirigió a la Corte Suprema, que no tomó el caso. Como último recurso, presentó un pedido ante la Corte Internacional del Niño, que aún no se expide sobre el asunto. Las abogadas remarcaron, en conferencia de prensa, que la Convención está por encima del Convenio (que igualmente exige contemplar el interés superior del niño).

El día en que Constanza tuvo que presentarse a la audiencia para entregar a sus hijos, el 25 de julio, para que se fueran a Alemania, se perdió el rastro. La semana pasada, se entregó a la Justicia, y desde entonces permanece en prisión domiciliaria con tobillera electrónica por presunta sustracción de menores.

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"La jueza ha desacreditado la palabra de los niños, diciendo que parece que están influenciados por la mamá. La mirada patriarcal de la jueza desacredita sin fundamentos los dichos de la mamá y verifica y pondera como verdaderos los dichos del papa", apuntó la abogada, Natalia Lescano, en conferencia de prensa y caracterizó la decisión como un fallo patriarcal que carece de "una mirada de protección de los derechos de los niños y las mujeres".

En este proceso, el abuelo materno de los niños denunció penalmente a Soeren por "estafa procesal", es decir, por aportar información falsa para obtener un fallo a su favor. José Luis Taricco asegura que el hombre no reside en la dirección aportada en Hamburgo y que sus hijos no iban a la escuela en esa ciudad sino en Berlín.

El conflicto legal de Soeren habría iniciado al tener que presentar pruebas de que los niños vivían con él para mantener el cobro de un subsidio aportado por el Estado alemán.

"Son niños y merecen tener una vida normal"

Mientras Constanza cumple con la prisión domiciliaria, las abogadas Natalia Lescano y Alina Dutto presentaron la semana pasada un recurso para solicitar que la orden de restitución fuera anulada.

Por otro lado, anunciaron en conferencia de prensa la presentación de un jury por "mal desempeño, negligencia grave y desconocimiento del derecho" contra Sandra Cuneo.

Lescano denunció, además, que el Equipo Técnico de Intervención en Regímenes Comunicacionales (ETIRC) citó a los menores a una audiencia de revinculación que no estaba programada. "El abuelo tuvo que llevar a los niños ayer al encuentro, los agarraron, los introdujeron a la habitación del ETIRC, ahí permanecieron durante varias horas con el papá, la jueza, un psicólogo y una trabajadora social", detalló.

Los menores fueron separados de su abuelo "a pesar de que la mayor manifestó que no quería entrar". A las abogadas no se les permitió ingresar a la reunión en la que participaron la jueza y el ciudadano alemán.

"Cuando la palabra de un niño con tanta certeza dice que no quieren irse, que no quieren estar con esta persona, es totalmente contrario a derecho", explicaron las abogadas, en relación al pedido de suspensión de la restitución.

Hasta el momento, no se privilegiaron medidas de protección hacia los menores, a quienes no se les explicó de manera clara cómo sería el proceso, a quienes no escucharon, cuyos testimonios deslegitiman, incluso en contra del interés superior del niño que prevé el propio Convenio de la Haya.

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"Obligaron a la niña a revincularse con ese señor que ella ya había pedido que no quiere tener contacto", contó Lescano en conferencia de prensa, y subrayó que incluso "hay un dictamen del asesor letrado complementario de Villa Dolores que dice que no se la puede obligar".

Ahora, su hermano menor se encuentra bajo la tutela de Soeren, y de acuerdo a lo dispuesto por el fallo favorable restitución, permanecería en Alemania junto a su padre. La hija mayor, por su parte, no pudo ser restituida ya que en el medio se tramita una causa penal contra el alemán por vulnerar el derecho a la identidad de la menor, quien exigía la restitución a pesar de no ser su padre biológico. En este sentido, se prevé que en los próximos días la niña asista a una Cámara Gesell.

Constanza, por su parte, permanece con prisión domiciliaria. En una entrevista con ElDocetv, confesó que tomó la decisión de esconderse como un "acto de impulsividad", frente al temor de que sus hijos fueran forzados a trasladarse a Alemania, sin garantías de volver a verlos.

"Son niños y ellos merecen tener una vida normal. Volver a su escuela, que los están esperando, volver a su casa", expresó. Y planteó que todo esto se trataría de una estrategia para obligarla a viajar al país europeo, a pesar de que la relación se dio por terminada en 2021, con denuncias de violencia de género de por medio.

"No solamente corren riesgo ellos, sino que también corro un riesgo yo, porque yo ahí estoy en desventaja. Totalmente en desventaja, porque soy una mujer migrante, que no hablo el idioma, que no tengo recursos para pagarme ningún tipo de abogado", agregó, subrayando que las denuncias que intentó radicar por violencia en el pasado fueron desestimadas.

Lo que entiende el equipo legal es que hay un uso inadecuado de las cláusulas del Convenio de la Haya, y que, en el medio, se han vulnerado los derechos de los niños y de la madre. Más allá de la resolución que pudiera tener, este caso refleja una problemática estructural con una justicia que no siempre garantiza derechos ni aplica perspectiva de género.