Cultura

Reimpresión necesaria

Es necesario leer este libro. No sólo como un recuerdo histórico del pasado político de la Argentina, sino para despertar(nos). El músculo de la memoria parece a veces dormido, en letargo.

Por Gerardo Burton

Tuvo una primera edición en 1988, fruto del trabajo pertinaz de su autora, empeñada en descubrir y contar los entresijos del terrorismo de Estado en estas tierras. Contra la sentencia del sentido común de la época, que minimizaba las acciones de la represión y la aplicación consecuente del plan de exterminio de la dictadura en esta parte de la Patagonia, Noemí Labrune se empecinó en demostrar lo contrario.

Cierto que su trabajo, como todo esfuerzo heroico, tiene el componente de lo colectivo. Fue ella, pero también fueron el obispo Jaime De Nevares, sus compañeros y compañeras de la Asamblea por los Derechos Humanos de Neuquén, dirigentes sindicales y políticos...

Un trabajo que descifró expedientes, ubicó en su lugar a jueces y fiscales enemigos del hábeas corpus, puso nombre y apellido a los torturadores y desaparecedores, encontró datos, rastros, detalles del cautiverio, y así reconstruyó el camino de regreso a casa si no del desaparecido, sí de su memoria.

Hay un cierto candor cuando ella se refiere al período con el nombre con el que se autodenominaron los militares genocidas: proceso. Es curioso: fue un sustantivo que el uso había impuesto, pocos nos atrevíamos a decir "dictadura" aun en pleno período alfonsinista. Tuvieron que pasar años para hablar de dictadura, más tiempo todavía para añadirle "militar" y más para decir "cívico-militar". Hoy en día se puede ser más preciso y completarlo con "eclesiástica".

Ese procedimiento de recuperación del lenguaje fue posible gracias, entre otros, a este libro. Labrune habla aquí de las desapariciones ocurridas en junio de 1976 y de las vicisitudes posteriores en busca de los cautivos y su destino. Lo mismo hizo con la familia Seguel en Cutral Co. Y trajinó expedientes judiciales, documentos militares. Reconstruyó con testimonios diversos la estructura de La Escuelita en los fondos del Batallón., una antigua caballeriza que quedó como centro de detención. Los caballos tuvieron mejor destino.

Y ella narra como si fuera una ficción: irónica, mordaz, califica y descalifica a los militares, policías, jueces y fiscales. Los pone en el lugar que estaban en esos duros años. Y nada de ancianos venerables. En todo caso, ancianos responsables de aquello que cometieron y se niegan a reconocer.

Así, con las hilachas del recuerdo, con los harapos del olvido, Labrune tejió este libro que, si fuese necesario, podría calificarse de pionero, en especial en una sociedad que gusta distribuir sin demasiado rigor ese mote.

Pero no, no lo necesita. Lo único que necesita -y que necesita la sociedad- es leerlo, en especial en estos días cuando la ultraderecha ignorante y videojuguetona se enseñorea para legitimar la injusticia y el sometimiento, el desprecio y la negación del otro, la venta del país con lo que tiene adentro. Hay eso que hoy se llama "línea de tiempo" entre la dictadura descripta por Labrune y los días que corren ahora. Ese profundo odio disfrazado antes con uniformes y hoy con vestuario de cosplayers (mejor conservar el sustantivo inglés, porque "esperpento" sería un premio para ellos) no ha sido vencido. No. El amor no ha vencido al odio. El odio volvió con todo su poder, y se despliega. Por eso es necesario leer este libro. No sólo como un recuerdo histórico del pasado político de la Argentina, sino para despertar(nos). El músculo de la memoria parece a veces dormido, en letargo.

Nota: La ApDH-Neuquén hizo reimprimir el libro, junto con otros dos títulos, como manera de obtener fondos para su funcionamiento.

Noemí Labrune: Buscados. Represores del Alto Valle y Neuquén. Neuquén, Educo, 2024. 206 págs. Reimpresión.

Fuente: Va Con Firma