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Constanza Taricco es criminalizada por proteger a sus hijos, y la comunidad exige que la Justicia escuche a los niños

La semana pasada, luego de ratificar la decisión de la Jueza de Villa Dolores de avanzar con una restitución internacional, la Justicia ordenó a Constanza Taricco que se presentara en Tribunales para entregar a sus hijos a Soroen Hans -su ex pareja, de nacionalidad alemana-, sin garantías de volver a verlos. Junto a la comunidad, el equipo legal denuncia una decisión patriarcal, que criminaliza a la madre y descalifica el relato de los niños, que dijeron explícitamente que querían quedarse en su país de residencia, en Bolivia. La madre nunca se presentó el día pactado para la restitución y estuvo prófuga de la Justicia en medio de lo que los vecinos llamaron una "cacería" de las Fuerzas de Seguridad. Finalmente se presentó ante la Justicia el jueves por la noche, quedando en condición de prisión domiciliaria. Mientras tanto, la familia y las abogadas luchan para que los menores no sean restituidos.

Los hechos

La pareja vivió junto a los niños un tiempo en Berlín y luego en Hamburgo, entre el 2018 y el 2021. Ese año se mudaron a Bolivia y en 2022 él le otorgó un poder a la madre que le reconocía la custodia y le daba libertad para viajar con los hijos fuera del país.

Se separaron y ella permaneció viviendo en Bolivia con los niños. Recientemente volvieron a Traslasierra (Córdoba) lugar de nacimiento de sus hijos y de residencia de la familia materna.

Si bien el pedido de restitución lleva más de un año, el caso tomó notoriedad y empezó a generar preocupación la semana pasada, cuando el Superior Tribunal de Justicia de Córdoba ratificó la decisión de la Jueza Sandra Elizabeth Cuneo, del Tribunal de Villa Dolores, que dictaminó que el 25 de julio Constanza debía presentarse a la Justicia para entregar a los niños. Desde ese día, se produjeron importantes movilizaciones sociales en la localidad para impedir la restitución de los niños y, sobre todo, para exigir que la Justicia respete los derechos de las infancias.

Constanza exige que la Justicia tome en consideración las pruebas que aportó en los últimos meses, que apuntan sobre todo a considerar el interés superior de los niños, quienes expresaron que desean permanecer con su madre y en su lugar de residencia, en Bolivia.

En el medio, se desarrolla una causa penal contra el alemán por supresión de identidad de la hija, a quien busca restituir junto al hermano pese a no ser su padre biológico. La jueza Cuneo ya había dictaminado una fecha de restitución cuando aún no se realiza la Cámara Gesell a la niña, establecida para el 16 de agosto.

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El equipo legal que representa a Constanza y su familia -conformado por Natalia Lescano, Eugenia Scarpinello y Natalia Bilbao- denuncia además la información falseada que presentó el alemán al momento de exigir la restitución y que no fue tomada en cuenta por la justicia alemana y la argentina. De avanzar con el proceso de restitución, se vulnerarían los derechos de los niños al obligarlos al desarraigo del lugar de residencia al que desean permanecer.

Uno de los principales argumentos de la Justicia es el cumplimiento del Convenio de la Haya 1980 que dicta la restitución inmediata de niños, niñas y adolescentes cuando han sido secuestrados de su residencia. Sin embargo, Constanza expresó que ese cumplimiento es en realidad una mala interpretación que no considera el contexto social y desacredita la opinión de los niños. No es un caso aislado: la Red de Madres de la Haya ha denunciado en todo el mundo el mal uso de este convenio, que en teoría protege a los menores pero en su instrumentalización muchas veces termina vulnerando sus derechos y los de las madres.

Una muralla humana protegiendo a las infancias

Desde el día uno en que Constanza denunció públicamente esta situación, el acompañamiento de la comunidad se hizo presente. Vecinos, familiares y activistas se apostaron tanto en Tribunales como en la vivienda de Constanza para impedir que se llevaran a los niños.

En diálogo con El Extremo Sur, María Luque -integrante de la mesa de Derechos Humanos de Traslasierra- relató lo vivido el día que estaba pactado para la restitución, cuando Constanza no se presentó en Tribunales, donde se encontraba el alemán y un grupo de vecinos autoconvocados a favor del reclamo de la madre.

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"Yo conocí a Constanza el día 23, el martes. El 25 se tenía que presentar y no fue, por lo que la comunidad fue hasta la casa, yo llegué sobre las 17 horas", recuerda. Remarcó que no hubo episodios de violencia, pese a que más tarde arribó a la vivienda la policía antimotín y un grupo especializado.

"Esta vez era novedoso lo de la muralla humana que se formó al frente de la casa. Estaba la Policía común y los de antimotín, con los escudos, la visera, el casco, y los del Poder Judicial que fueron a hacer cumplir la orden. A partir de las 18 vallaron toda la cuadra, no se permitía el acceso, pero como la casa estaba al frente del río los que eran del lugar accedieron por ahí", continúa el relato.

Luque recordó la presencia de una ambulancia, algo que intimidó a los militantes: "no entendimos que significado tenía, pensamos que nos iban a pegar e iba a haber heridos. Pero nada de eso pasó."

Según comenta, la hermana de Constanza era la mediadora, a quien los representantes del Poder Judicial junto a la policía le pidieron que hablara con la madre de los niños para que se entregaran. Sobre las 23 horas, el Comisario Mayor Jorge Funes anunció que había un pedido de la justicia para llevar a los niños a una pericia psicológica, actuación que para la Mesa de Trabajo de Derechos Humanos fue de "mucha desprolijidad": "A esta hora cualquier menor duerme", fue la respuesta de la comunidad.

"Todo se transmitía en vivo por Instagram; cerca de la medianoche llegó la Policía de Infantería con los casos y escudos y se puso frente a la muralla humana. Los vecinos habían ya consensuado que ellos no iban a insultar ni hacer nada violento. La policía tenía la misma intención. Pero ahí notaron de pronto que entraron por atrás, rompieron una puerta y entraron con rapidez. La puerta estaba sin llave, no había necesidad de romperla. Cuando la gente se da cuenta que es el E.T.E.R (Equipo de Tácticas Especiales Recomendable) y que sale por atrás, ahí recién anuncian que ni Constanza ni los niños están adentro. Ahí si entran desde el frente, el Poder Judicial y la policía común, con la hermana, constatan que no están. Era casi la una de la madrugada", detalló Luque.

Los argumentos jurídicos a favor de la restitución

El análisis de la Justicia es que el "centro de gravedad de los niños continuaba estando situado en Alemania", ignorando las pruebas presentadas por Constanza que indican que el lugar de residencia de los hijos, su entorno conocido, sus vínculos afectivos y su cultura están en Bolivia.

Uno de los principales reclamos es que se tome en cuenta la opinión de los niños. Según la sentencia, "los niños no ponen de manifiesto una resistencia u oposición irreductible a regresar a Alemania fundada en serios motivos que así lo autoricen, sino solo una simple preferencia respecto de continuar residiendo en el lugar en donde expresan se encuentran integrados y sin poder precisar si desearían vivir con su padre a quien, sin embargo, A. ha manifestado querer verlo y M. que le ‘intriga' conocer la casa del padre en Alemania", posición que no es equiparable a un deseo explícito de irse a vivir a Alemania. El equipo legal de la familia de Constanza expresó que los niños dijeron que quieren quedarse con su madre y en su país de residencia, testimonio que fue avalado por un equipo psicológico.

El TSJ de Córdoba no ignoró las denuncias contra el alemán por violencia familiar, pero las relativizó al considerarlas genéricas, considerando que el desacuerdo de la pareja no es motivo de análisis en el trámite de restitución internacional: "La incidencia en la vida de los niños de las situaciones de violencia genéricamente mencionadas no habían sido probadas a efectos de incidir en la resolución de este proceso restitutorio".

Aclaró que "la decisión asumida de ningún modo implica formular juicio alguno sobre el efectivo acaecimiento de los hechos de violencia invocados".

El abogado de Soeren -Fabio Mastrangelo- dijo que Constanza tiene derecho a realizar planteos pero éstos deben desarrollarse en Alemania.

En esta línea, insistió en que el centro de residencia de los menores está en Hamburgo, y expresó que es necesario ejecutar la sentencia debido a que "ya no hay desde el sistema jurídico recurso alguno".

Desestimó que haya desarraigo "porque el lugar de residencia se ha fijado que era Alemania. El tiempo que han estado en Argentina no puede ser tenido en cuenta, porque han estado de manera ilegal".

Las abogadas de la familia de Constanza, por el contrario, señalaron en reiteradas ocasiones la falsedad de las pruebas aportadas por el alemán, desde la dirección de su vivienda hasta la omisión del poder que firmó a la madre y que le otorgaba la custodia total y la libertad de desplazarse con los niños a cualquier parte del mundo.

La posición de la defensa

El martes las abogadas brindaron una conferencia de prensa donde repasaron las claves del caso y enfatizaron la falta de perspectiva de género y Derechos de las infancias del fallo de Cuneo.

"El Convenio de la Haya pretende una recuperación pronta cuando un niño ha sido secuestrado, y en eso, nosotras que somos militantes de la infancia, estamos de acuerdo. Pero no es el caso de esta situación", explicó Natalia Lescano, y dijo que para el cumplimiento de este Convenio hacen falta dos requisitos, de los cuales ninguno es aplicable en esta situación: que el traslado y la retención de los niños haya sido ilícito y que deban ser restituidos para volver a su lugar de residencia.

Recordó que el alemán cometió fraude procesal "a los fines de obtener una sentencia satisfactoria, con el objetivo de inducir a error a la propia autoridad", ya que falseó datos sobre la residencia de los niños en Alemania y omitió el Poder 108 firmado en 2022 que le entregó a la madre, donde reconocía la custodia absoluta y la autorización para viajar con los menores a destinos internacionales.

La sentencia es el resultado de una larga cadena de omisiones y malas interpretaciones, desde las autoridades alemanas y argentinas que no verificaron la documentación hasta la utilización incorrecta del Convenio por parte de la Jueza. Lescano subrayó que el Convenio contempla dos excepción: la opinión explícita de los menores si no quieren volver al lugar de la restitución y el interés superior de los niños. Sobre este punto, especificó que el Convenio de los Derechos de los Niños -establecido en la Constitución argentina en el Artículo 76, inciso 22- está por sobre la Convención de la Haya, y que garantizar los derechos de las infancias es "la ley suprema".

"La jueza ha desacreditado la palabra de los niños, diciendo que parece que están influenciados por la mamá. La mirada patriarcal de la jueza desacredita sin fundamentos los dichos de la mamá y verifica y pondera como verdaderos los dichos del papa", apuntó Lescano y habló de un fallo patriarcal que carece de "una mirada de protección de los derechos de los niños y las mujeres".

La denuncia contra Hans

El miércoles el padre de Constanza y abuelo de los niños presentó una denuncia penal en contra de Hans por fraude procesal, poniendo de manifiesto que consiguió una sentencia favorable a la restitución mediante la presentación de datos falsos.

En esta dirección, solicitó la suspensión de la restitución de los niños "para evitar un daño irreparable en espera de valorar las pruebas aportadas y que se llegue a la verdad".

"La comunidad de Traslasierra y los Organismos de Derechos Humanos pedimos a la justicia que averigue la verdad real, y que proteja los derechos establecidos en la Convención de los Derechos del Niño como el derecho a la identidad, el derecho a ser oído y que su opinión sea tenida en cuenta", agrega el comunicado de prensa.

La decisión fue tomada luego de que las abogadas intentaran dialogar con el STJ y el Fiscal General. "Así como entraron salieron", destaca Luque.

"A Hans le dan una especie de Asignación Universal por Hijo en su país y ahora el Estado alemán le pidió que certifique que los chicos viven allá, entonces empezó a falsear que los niños estaban allá, y como no puede falsear todo, está pidiendo que se vayan a vivir a Alemania", detalló.

El abuelo, por su parte, denunció que el domicilio declarado como lugar de residencia en Alemania y a donde supuestamente llevarían a los niños es un edificio, con varios departamentos, pero en ninguno de los pisos conocen a Sóren Hars. Se interrogó a los vecinos de los alrededores de Lohbrügger Wg 13 Hamburg de Alemania, y ningún vecino dice conocerlo.

"Cacería" policial contra una madre

Desde la desaparición de Constanza y los niños el día 25, los vecinos denuncian un estado constante de controles policiales en la localidad y regiones aledañas. Allanamiento de viviendas, autos e incluso el secuestro de los teléfonos de los familiares y amigos de la madre son algunas de las medidas que ordenó la Justicia en los últimos días para dar con el paradero de Constanza, antes de que se entregara por su cuenta la noche del jueves.

"Están allanando casas, llegaron desde Nono a La Rosa unos 30 km,", detalla Luque, "secuestran teléfonos, secuestraron los de todos los hermanos, fueron a la casa y se llevaron las computadoras, ahora llegaron a un grupo de amigos y conocidos de Constanza que viven en La Rosa".

"Más que una búsqueda, la sensación es de una cacería. Nunca lo vivenciamos, creo que pasa por ahí, uno no está acostumbrado acá a que la policía haga esto, que te pare, pare un auto, sacar los celulares, las computadoras. Estamos viendo actitudes de ese tipo, No ha habido falta de respeto, no hemos sabido de resistencia de la gente pero si hay temor", agregó la referente local de Derechos Humanos.

En la misma línea se expresó Scarpinello en la conferencia de prensa, criticando la actuación policial durante la noche del 25 de julio y sobre todo los controles de los últimos días: "La casa de la abuela materna fue rodeada por la fuerza policial para buscar a los niños, no es el modo. Se hizo el allanamiento, que se permitió en horas de la noche, con un procedimiento agresivo, armados y rodeando la vivienda para buscar a dos criaturas que estaban con su mamá."

"En un comienzo las instrucciones de la Fiscalía apuntaban a la búsqueda de paradero, cita a los parientes más cercanos a declarar en calidad de testigos. Nunca se negaron a colaborar. Lo que piden es que la Justicia los escuche y garantice el bienestar de los tres. Constanza no es una criminal, no está huyendo de la justicia, quiere una justicia que la escuche", agregó.

"Se hicieron una serie de allanamientos en poco tiempo a los familiares y allegados de Constanza donde se han secuestrado celulares, tablets y computadoras. No estamos hablando de una banda criminal", dijo, calificando las medidas como "excesivas", al comentar que incluso se allanaron autos y viviendas de vecinos que dicen haber visto a Constanza una o dos veces en su vida, al cruzarla en el pueblo.

Mientras se desconocía el paradero de Constanza, en la conferencia de prensa de las abogadas se hizo hincapié en el reclamo más urgente. "Pido garantías de no atropellos, de que no sea criminalizada, de que esos pequeños no salgan de Argentina hasta tanto y en cuanto se realice un proceso correcto, coherente, según el proceso y sobre todo protegiendo los derechos fundamentales de los niños y de la mamá", subrayó Scarpinello.

La abogada fue contundente al referirse a las responsabilidades de la Justicia: "Está al servicio de la ciudadanía, y no al revés. La ciudadanía no tiene que temerle a la Justicia ni verla como algo inalcanzable."

La justicia patriarcal y adultocéntrica

Luque remarcó el acompañamiento constante de la comunidad, y subrayó que "la gente que acompaña en esta causa es distinta, no la hemos visto a la mayoría en otras causas. El día que estaban al frente de la casa había 200 personas, cuando el instragram transmitía había otras 200 mirando lo que pasaba. Vemos que es un nuevo grupo social que se está comprometiendo con este caso, hay un sentido común, que es la madre ha estado siempre, hay algo que están entendiendo es que el alemán necesitaba mantener un subsidio que no va a poder mantenerlo".

Lejos de ser un caso aislado, habló de casos similares, casi siempre con reclamos encabezados por las madres protectoras, donde se obliga a los niños a la revinculación o restitución con progenitores que tienen denuncias por violencia o abuso. En el caso de Taricco, señaló que "no hay perspectiva de género ni cuidado de las infancias. Es muy difícil que retroceda la Justicia".

En diálogo con El Extremo Sur unos días antes de ausentarse en Tribunales, Constanza se expresaba en el mismo sentido: "Argentina tiene un historial restituidor. El convenio de La Haya es una problemática mundial, se mal aplica mucho y se mal usa".

Además dijo que formaba parte de una red donde hay "madres de todo el mundo a quienes les han sacado a sus hijos a través de este convenio, que las han obligado a volver a sus países de origen."

El 1° de agosto, sobre las 21 horas, Scarpinello comunicó que Constanza ya había aparecido: quedó en condición de arresto domiciliario, imputada por el presunto delito de "sustracción indebida de menores".

Ahora los niños quedaron a cargo del abuelo materno, de manera provisoria, mientras la madre permanece en libertad condicional y con custodia policial. La jueza insiste, sin embargo, con el pedido de restitución.

La Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra reitera que "no se ha garantizado la escucha real y efectiva de los niños y no se les ha permitido contar con la figura del abogado del niño". El resto de la causa está bajo secreto de sumario.

A pesar de presentar pruebas y testimonios en pos de los derechos de sus hijos, Constanza se vio obligada a ocultarse durante casi una semana para asegurar las garantías mínimas. Concretamente, que la causa de restitución no avance en tanto no se investigue la supresión de identidad de la hija y en tanto no haya una expresión del Comité Internacional de Derechos de los Niños, frente a un fallo misógino y adultocéntrico que lejos de representar un caso aislado, refleja una Justicia que desoye a las infancias y criminaliza a las madres.