El país

El club de fútbol que homenajeó a Nora Cortiñas en vida poniéndole su nombre

Publicado originalmente el 23 de diciembre del 2023

Por Estefanía Santoro

"Llevamos la democracia en los botines", es el lema del Norita FC. El año pasado se consagró oficialmente como un club social y deportivo al conseguir la personería jurídica. Su objetivo siempre estuvo claro: incorporar a personas de la comunidad LGBTIQNB+ y mujeres a la práctica del fútbol. Se distribuyeron las autoridades entre las compañeras que forman parte del club y las fundadoras, aunque la forma de gestionarlo sigue siendo colectiva y horizontal.

El club se formó en 2017 y eligieron el nombre de Norita, como una forma de reivindicación a Cortiñas: "A Norita, la veíamos en todos lados donde estábamos, si había una compañera detenida por abuso de autoridad o una compañera como Higui que fue injustamente procesada por defensa propia, ahí estaba Norita y nosotras también. Abrazar las causas que ella abraza de manera natural nos inspiró para salir a pelear la pelota en la cancha, así como también todas las Madres y Abuelas constituyen para nosotras una inspiración de mujeres que rompieron estereotipos, que salieron de los modelos tradicionales de la feminidad para disputar uno de los partidos más difíciles de nuestra democracia que fue contra la dictadura y a favor de la aparición de sus nietos e hijos desaparecidos", explica Tamara Haber, presidenta del club.

Entrenan una vez por semana y también organizan diferentes torneos haciendo especial hincapié en que sus referencias deportivas sean personas LGBTIQNB+ y mujeres que son quienes tienen menos visibilidad en este deporte. "Es muy sencillo conseguir un entrenador varón, pero es difícil cuando se trata de mujeres y disidencias porque son personas que, en general, no tienen proyección deportiva, hay pocos espacios para ellas y elles y terminan trabajando de otra cosa. Como directoras técnicas es muy valorable el conocimiento que tienen porque podemos practicar un fútbol diferente. Estamos muy acostumbradas y acostumbrades a un fútbol súper competitivo, que ha tomado muchos perfiles individualistas con la figura del ídolo, del héroe, que maneja la pelota de una manera creativa y resuelve un partido. Eso nos parece hermoso, amamos el fútbol, amamos a Messi y al Diego, pero nosotras creemos que se puede construir un fútbol en donde esas individualidades se potencien en un colectivo que es el equipo y pensamos que de esa manera tenemos más posibilidades de ganar que apostando solamente a las individualidades", asegura Tamara.

Una práctica deportiva diferente

Desde Norita FC piensan al fútbol como un juego, desde esa esencia que más lo define y "la mejor manera de jugarlo es divirtiéndose y pasándola bien", dice Tamara. Disfrutan las victorias, pero no solo las victorias deportivas, sino también el proceso de aprendizaje y los desafíos que plantean para construir una práctica deportiva diferente.

"En este equipo encontré compañeras con las que no solamente compartimos un cancha y un equipo, sino también, un lugar de escucha, de amistad, un lugar donde poder divertirme y también hacer un primer tiempo y principalmente un espacio donde compartimos los mismos valores. Para mí es un orgullo llevar la camiseta con el escudo de Nora Cortiñas en el pecho porque es nuestra principal referente de lucha, es una buscadora incansable de la verdad y la justicia y amo cada vez que puede venir a vernos jugar", cuenta Flavia, una de las arqueras de Norita FC. Llegó al club a finales de 2017 cuando jugaban en la canchita de una plaza. Por esos años, las pibas que se animaban a ocupar los potreros comenzaron un proceso de conquista de esos espacios que históricamente lo ocupaban los varones. "Si sos mujer tenes que jugar muy bien para legitimarte en un lugar y por eso muchas mujeres directamente no juegan porque no alcanzan las expectativas. Lo mismo pasa con las disidencias y para las personas no binarias ni siquiera el mundo está organizado y mucho menos el deporte que tiene una base biologicista muy impregnada y fuerte sobre la distinción entre varones y mujeres", detalla.

Sobre la situación del deporte y las disidencias, aclara: "Durante años el fútbol no fue un deporte para mujeres, asumido hegemónicamente así, a pesar de que hay un montón de mujeres que juegan al fútbol desde hace muchísimos años, como son las pioneras de fútbol femenino que donde podían y veían un hueco de resistencia se organizaban para jugar a la pelota. Hace por lo menos 100 años que en la Argentina hay fútbol femenino y en todas las provincias, sin embargo, los medios gráficos y televisivos no lo cubrían. Nosotras siempre decimos -para dimensionar el asunto- que en muchos países del mundo el fútbol femenino estaba prohibido, incluso consideraban que atentaba contra los atributos de feminidad y lo relacionaban con imposibilidades para la reproducción. Eso era un mecanismo más para controlar y disciplinar los cuerpos femeninos, porque preferían que no estén en esos espacios en donde el cuerpo es potencia. Para nosotras cuando jugamos al fútbol, el cuerpo deja de ser un problema. A las mujeres y a las disidencias nos enseñaron que nuestro cuerpo es un problema, desde la gordofobia y la mirada hegemónica de belleza y también desde la victimización porque nuestro cuerpo en el espacio público a veces está en peligro, en cambio, cuando jugamos a la pelota el cuerpo es nuestro mejor amigo y aliado. Ahí hay algo muy poderoso que sucede cuando te apropias de lo que sos y de tus potencias corporales."

Algunas personas llegan a la política pasando antes por el fútbol, en el caso de Norita FC fue al revés, un grupo de militantes políticas que consideran al fútbol más que un deporte, lo tomaron como identidad, convirtiéndolo en un hecho colectivo y social: "Mientras nosotras estábamos afuera del fútbol, no solamente estamos afueras de las canchas, sino también estábamos afuera de cierto sentido común colectivo. Se nos impedía participar de ese sentido común colectivo que se construía a través del fútbol. Pensemos el lenguaje y las metáforas del fútbol que se usan habitualmente, en ese sentido la política nos acercó al fútbol como una forma de reivindicar nuestro nuestras corporalidades y lo colectivo", explica Tamara.

Una apuesta a la memoria del fútbol femenino

Betty García tiene 84 años, es la directora técnica de Norita FC, integró el primer seleccionado argentino que participó en el Mundial Fútbol Femenino de 1971 y en la cancha fue la número nueve. Es una de las pioneras históricas del fútbol femenino, en Norita FC la definen como una persona que transmite una energía que trastoca toda lógica de tiempo y se sale de todos los esquemas. Se sienten muy afortunadas de tenerla. "Para mí formar parte del Norita FC fue lo más, es un grupo hermoso. Ellas me devolvieron a las canchas y ver la unión del equipo es maravilloso. Creo que con este grupo voy a seguir hasta el fin, son parte mía", cuenta Betty, conocida como la leyenda de Racing. En ese espacio fue parte de "La Academia", el primer equipo de fútbol femenino del club. En 1978, en un campeonato con más de 20 equipos, "La Academia" triunfó y Betty cumplió el sueño de salir campeona con el club de sus amores.

La formación del equipo de Norita FC fue cambiando a lo largo de los años y eso es algo que lxs enorgullece porque significa que hay continuidad y les da la certeza que la figura del club deportivo puede tener proyección. "Además de tener el nombre de Norita y apostar a la memoria en la perspectiva de derechos humanos por aprendizaje de las madres y abuelas, nos parece importante apostar a la memoria del fútbol femenino porque creemos que a través del fortalecimiento de las raíces nos vamos a sentir convocadas a construir un fútbol más fuerte, por eso tenemos a Betty García como directora y también tenemos una relación muy cercana con algunas de las pioneras del fútbol femenino argentino."

La historia de las pioneras del fútbol femenino en Argentina empieza mucho antes de los 70, ya habían jugado en los potreros de sus barrios, armaron equipos y algunas viajaron para jugar en Uruguay y otros certámenes. En la actualidad Betty participa de distintas instancias para fortalecer el fútbol femenino en el país y tiene un compromiso social fuerte con las niñas y adolescentes que juegan al fútbol. "De Betty aprendimos todo sobre fútbol y ella nos dice que aprende mucho de nosotras con respecto a los feminismos y los derechos humanos. Con ella compartimos encuentros plurinacionales participando de talleres de fútbol feminista", agrega Tamara.

Fuente: El Destape