Pueblos originarios

El Camino de los Vuriloches

Por Adrián Moyano 

El trazado del mítico paso fue objeto de polémicas entre militares chilenos y argentinos. Se atribuyó su "descubrimiento" Jorge Rohde, alemán al servicio de la Argentina que cabalgó por las actuales jurisdicciones de Dina Huapi y Bariloche en su búsqueda.

En fechas relativamente tardías como 1885, aún se polemizaba sobre el auténtico trazado del Paso de Bariloche o Camino de los Vuriloches. Mientras un explorador de la Armada de Chile sostenía que coincidía con el actual recorrido del paso Vicente Pérez Rosales, el coronel del Ejército Argentino Jorge Rohde se atribuyó su descubrimiento por otro recorrido. El mítico trazado fue noticia día atrás, ante la intención trasandina de revalorizarlo turísticamente.

El Boletín del Instituto Geográfico Argentino replicó parte de la polémica en su edición correspondiente a ese año. En realidad, la institución se hizo eco de la discusión epistolar que había publicado el diario La Prensa con anterioridad, en cuyas páginas se dio a conocer "el informe oficial del teniente coronel de la Armada Chilena don Emilio Valverde sobre las dos últimas exploraciones, que hizo con el objeto de reencontrar el célebre Paso de Bariloche", enmarcó por su parte Rohde.

Aunque de origen prusiano, el polemista sirvió en el Ejército Argentino durante el período de la Campaña al Desierto y, de hecho, transitó por las actuales jurisdicciones municipales de Dina Huapi y Bariloche, precisamente en la búsqueda del antiguo camino. Fue cuando integró las tropas que llegaron al Nahuel Huapi en abril de 1881 al mando del general Conrado Villegas, durante una segunda fase del avance militar.

Valverde llegó a negar que existiera el Camino de los Vuriloches, su contrincante recogió el guante y acusó al chileno de sufrir "alguna ignorancia de todos aquellos documentos y datos, que demuestran evidentemente la existencia real del mencionado paso". El chileno se había basado en la experiencia del sacerdote Francisco Menéndez, en particular en sus viajes de 1791 y 1792. Rohde no dejó pasar la fragilidad de la fuente.

"Esto es lo mismo como si se tomara una partitura de ópera para estudiar en ella las matemáticas, pues el padre Menéndez no solamente no ha estado en el Paso Bariloche, sino asegura también en el mismo documento, que no pudo encontrar boquete alguno al sur del Tronador en la latitud por donde él buscaba. Por eso regresó y tomó el conocido camino, que pasa al norte del Tronador a lo largo del río Peulla, bajando por el río Frío al Nahuel Huapi", aclaró el militar al servicio de la Argentina.

"He pasado sin dormir una noche entera tratando de comprender el raciocinio que ha podido inducir al señor Valverde a buscar el paso allá, donde no podía pasar Menéndez, un hombre valiente y emprendedor, de la estirpe de los padres conquistadores, aventurero de espíritu, de hábito un santo y del carácter un héroe", según puede leerse en el Boletín que el IGA publicó casi 140 años atrás.

Para Rohde la conclusión de su contrincante era inentendible, porque según averiguó "los misioneros han pasado por Bariloche siete veces con mulas cargadas, sin mayores dificultades y obstáculos, mientras que el padre Menéndez cuenta en su manuscrito con aterradora minuciosidad las peripecias sufridas. ¿O cree el señor Valverde, que las mulas en aquel tiempo salvaron los abismos donde Menéndez a pie no ha podido pasar sino con ayuda de lazos y andarivel?"

Tal vez por no contar con "otros datos mejores, el señor Valverde había resuelto seguir las huellas del padre Menéndez, es decir, marchó del puerto Ralun a lago Cayutue o Gabultué, tomó de allá el camino al oeste, orillando el río Concha 9 millas hasta las juntas con el pequeño río Quita Calzones, como lo bautizaron gráficamente las gentes de Menéndez y siguió entonces por el valle de este último río, 15 kilómetros, línea recta 8, hasta el río Blanco".

La expedición chilena continuó con dirección al norte y al noreste hasta que cerca de las nacientes del río Blanco, el contingente "se vio detenido por un inmenso derrumbe de cordillera caído adentro del río, que le cerró toda marcha adelante. Fue por causa de esto que ya no insistió más en hallar el paso de Bariloche al sur del Tronador y tomó en seguida el boquete de Pérez Rosales, para ir al Nahuel Huapi", cuestionó Rohde.

El militar cuestionó que el marino chileno desoyera sus propias observaciones, a las que había publicado en 1883 en forma de croquis. "Esto ya era un dato preciso, que debía tomar en cuenta el comandante Valverde. Sin embargo, no lo hizo y contentándose con no encontrar el paso de Bariloche allá, donde no lo pudo encontrar tampoco el padre Menéndez, declaró la tradición de un paso al sur del Tronador un mito y bautizó el conocidísimo boquete de Pérez Rosales con el célebre nombre de Bariloche". Error que el propio Rohde trató de enmendar.

Fuente: El Cordillerano