Política

Seis años en un tren fantasma a punto de descarrilar: cómo sepultar al dasnevismo y dejar una provincia quebrada

Difícilmente la gestión de seis años de Mariano Arcioni pueda ser recordada como un hito positivo en la historia provincial. Su destino más probable es el olvido. Dos conflictos sindicales con estatales lo pusieron al borde del colapso, llegó a pagar los sueldos en cuotas y hasta con tres meses de atrasos. Los constantes intentos por habilitar la minería terminaron con una de las movilizaciones sociales más importantes de la historia de Chubut y el propio gobernador estuvo a punto de renunciar.

Desde que asumió como vice de Mario Das Neves duplicó la deuda provincial en dólares. El ubicuo Oscar Antonena le acomodó las cuentas para surfear la crisis y patear los vencimientos para que caigan sobre la gestión del próximo gobernador. Rodeado de presuntos hechos de corrupción y casi ninguna transparencia en las cuentas públicas, Arcioni logró esquivar a la Justicia, superar la conflictividad estatal, maniobrar represivamente durante la pandemia. Terminó llegando al final de su mandato con la ayuda inestimable de Sergio Massa, quién hasta logró desactivar una iniciativa de juicio político que preparaba el PJ.

Muerte y ascenso

Le tocó asumir como gobernador el 1 de noviembre de 2017, luego del fallecimiento de su mentor Mario Das Neves. Empezó tambaleante y sin un proyecto propio, pero dos años después ganó las elecciones del 9 de junio de 2019, con el 39% de los votos, y encaró cuatro años de gobierno repletos de conflictos, aumentos de deuda y causas de corrupción.

Los seis años de gobierno de Arcioni estuvieron marcados por una de las crisis económicas más importantes de la historia chubutense, quizás solamente superada por la Néstor Perl en los años '90.

La conflictividad social se extendió a lo largo de todo el mandato, con picos de estallidos protagonizados por los trabajadores estatales y los movimientos ambientalistas y antimineros; e inclusive se extendió hasta la pandemia cuando los métodos represivos dominaron el cumplimiento de la cuarentena.

Ajuste y conflictividad social permanente

A poco de asumir a finales del 2017 Arcioni se puso como meta aplicar un brutal ajuste sobre el gasto público chubutense y la principal variable de achicamiento fueron los sueldos de los empleados estatales; anticipándose largamente Milei.

Las cuentas públicas de la provincia estaban en crisis por los enormes vencimientos de deuda. En 2016 Chubut se había endeudado por un total de 650 millones de dólares, que se terminaban consumiendo la casi totalidad de las regalías petroleras. Ese problema se generó en el mismo año 2016 pero se profundizó en 2017 y estalló en 2018.

De Das Neves a Arcioni

En 2015 los pagos de deuda que tenía la provincia representaban el 9,6% de las regalías petroleras y el 1,7% de la totalidad de los ingresos. Al año siguiente pasaron a representar el 76,3% de las regalías y el 13,5% de los ingresos; mientras que en el 2017 las cancelaciones de la deuda fueron el 122% de las regalías y el 18% de los fondos recaudados por la provincia.

Para satisfacer los pagos de la deuda la gestión de Arcioni eligió el tradicional camino del ajuste sobre los empleados públicos y los servicios del Estado, así quedó plasmado en el informe que reveló la consultora y calificadora de la deuda chubutense FIX Scr.

Ver el artículo: Quiénes van a perder con el ajuste: el gobierno de Chubut tiene una receta para reducir el gasto público

Al mismo tiempo y como los ingresos no alcanzaban para el funcionamiento cotidiano, el pago de la deuda y la cancelación de los salarios, el gobierno instrumentó desde marzo del 2018 el Decreto 170/18 con el que se impuso el pago escalonado a los estatales y jubilados provinciales.

La situación económica ya estaba en estado crítico por las políticas de Mauricio Macri, con enormes subas en las tarifas y servicios en la Patagonia. En Chubut se le sumó el mazazo del atraso en el pago de los salarios y falta de actualización ante una inflación que comenzaba a levantar vuelo. El IPC Patagonia rondaba el 30% para mediados del '18 y seguiría subiendo hasta finales de año.

El combo enumerado hizo que desde marzo comenzaran las huelgas, protestas y reclamos de los trabajadores estatales por los sueldos pagados en cuotas y exigiendo una recomposición salarial.

En julio se cumplían 100 días de la huelga estatal que ya era protagonizada por la casi totalidad de los gremios provinciales y que a su vez había desembocado en la toma de edificios públicos, cortes de ruta y carpas que ocupaban la casi totalidad de las grandes ciudades chubutenses.

Ver: Ajuste, protestas y represión en Chubut

Al igual que lo había hecho Das Neves en 2005, Arcioni envió a la policía provincial y la infantería a reprimir y desalojar a las docentes y demás estatales que protestaban en buena parte de la ciudad capital de Rawson.

Esos fueron los primeros cimbronazos que pusieron al gobernador al borde del nocaut. Logró sobrevivir por la sustentabilidad que le venía dando el macrismo a nivel nacional, con quien coqueteaba especialmente en el tema minero.

Tras una enorme derrota del ajuste que quiso implementar, Arcioni debió aumentar salarios con cláusula gatillo por inflación y salir del pago escalonado; apuntando al 2019 donde intentaría revalidar su gestión conquistando el triunfo electoral.

El segundo round de protestas

Curiosamente y tras casi estar al borde de la renuncia, el escribano comodorense recibido en la Universidad de Belgrano ganó los comicios de septiembre del 2019 con el 39% al imponerse al Frente para la Victoria. Muchos de los mismos estatales que lo habían combatido un año antes en el frío invierno del 2018 lo consagraron gobernador en los comicios provinciales desenganchados.

Quizás ese haya sido su máximo momento de esplendor político, ya que triunfó en los comicios contra el 30% de Carlos Linares; pero posiblemente vaya a ser más recordado por los rumores de "noviazgo", jamás confirmados, con Luciana "Luly" Salazar.

Unos pocos meses después de ganar las elecciones Arcioni reinstaló el pago escalonado y volvió con la política de ajuste del gasto público, lo que indefectiblemente tuvo la respuesta los gremios estatales.

Las protestas, marchas y costes de ruta volvieron a ser moneda corriente en la provincia y tras un masivo reclamo de docentes y estatales en Rawson, el 19 de septiembre de 2019 dos trabajadoras de la educación fallecieron en un accidente producido en la Ruta 3 camino de regreso a Comodoro Rivadavia.

La muerte de Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilar disparó aún el índice de conflictividad y la indignación popular desembocó en el incendio de la Legislatura provincial y el ingreso de la Casa de Gobierno en Rawson.

Nuevamente Arcioni estuvo contra las cuerdas y logró subsistir milagrosamente mientras miles de chubutenses, en especial en Comodoro Rivadavia, marchaban recordando a las docentes y en repudio a las políticas de ajuste.

El 2019 cerró con un gobierno muy golpeado y el presagio de un 2020 que lo volvería a poner al borde del nocaut porque la crisis provincial no cedía, pero en marzo irrumpió la pandemia y terminó beneficiando a Arcioni con el famoso "quedate en casa" que el COVID-19 instaló por largos meses en todo el país.

Represión y persecución

Un análisis aparte merecen los mecanismos represivos y persecutorios instrumentados por el ministro de Seguridad, Federico Massoni, en tiempos de pandemia; los que fueron llevados a la Justicia e inclusive ameritaron el repudio de organismos de Derechos Humanos nacionales.

La pandemia, el ajuste y la imposibilidad de salir a luchar hicieron mella en los salarios de los empelados públicos y los jubilados provinciales, aunque ahora ya no eran los únicos, sino que el padecimiento era similar en todas las provincias.

Con el acompañamiento del gobierno de Alberto Fernández y especialmente de su amigo y compañero universitario Sergio Massa, Arcioni se fue reacomodando lentamente en el poder provincial y con la instrumentación de su último ministro de Economía, Oscar Antonena.

El funcionario del área económica trabajó para el endeudamiento constante, la renegociación del BOCADE y algunos ajustes que facilitó la pandemia, para de esa manera contribuir al final casi agónico del mandato.

Minería y nuevo estallido

Arcioni había coqueteado con el macrismo la apertura de la provincia a la minería y así quedó plasmado cuando el ministro Juan José Aranguren llegó -en febrero de 2018- a Telsen con su plan extractivista que fue acompañado por el gobernador y buena parte de la clase dirigente.

Ver: La "Navidad" de Juanjo: los argumentos de Aranguren para forzar la minería en Chubut

Esa avanzada pro minera quedó en el olvido transitoriamente y Arcioni decidió encarar su campaña a la gobernación con un discurso antiminero, pero el convencimiento le duró poco ya que en diciembre del 2021 envió a Legislatura el proyecto de zonificación con el que se habilitaba la megaminería en la meseta chubutense y especialmente se le daba vía libre al proyecto minero de Pan American Silver.

La ley fue aprobada por los diputados, pero miles de chubutenses inundaron nuevamente las calles de la capital y demás ciudades, a pesar de la persecución y la cacería de manifestantes.

El grito de rechazo fue contundente y tras varios días de pulseada entre la política y las calles movilizadas, la zonificación terminó siendo derrumbada y Arcioni zafó de tener que escapar en helicóptero de una Casa de Gobierno que terminó incendiada en casi su totalidad.

Ver: Zonificación envenenada: Chubut vive su propio 2001 y Arcioni trata de evitar el helicóptero

Otra vez el gobernador había zafado por poco y se encaminaba a sus últimos dos años de gobierno, ya con una deuda renegociada y la perspectiva de cierta tranquilidad social que casi no había experimentado en los años anteriores.

Deuda en alza

La deuda en dólares en la madre de todos los problemas que acarrea Chubut en materia económica y financiera, pero lo peor de todo es que fue emitida para realizar obras públicas que en su gran mayoría no se terminaron y algunas ni siquiera se iniciaron.

Todo arrancó en 2010 cuando Mario Das Neves emitió los primeros 150 millones de dólares de deuda garantizada por regalías petroleras; luego le siguió el turno de los dos endeudamientos de Martín Buzzi por 220 y 89 millones de dólares en los años 2013 y 2015. Finalmente se sumaron los 700 millones de dólares que emitió nuevamente Das Neves con Arcioni como vice para pagar las emisiones anteriores, terminar las obras y distribuir el resto con los Municipios.

Luego el propio Arcioni con su ladero Antonena seguirían emitiendo deuda en dólares por montos menos significativos y para el funcionamiento de los gastos corrientes.

Obras fantasmas

El endeudamiento original de Buzzi fue emitido para la construcción de dos Hospitales de Alta Complejidad, uno en Trelew y otro en Comodoro Rivadavia; pero el primero sigue sin inaugurarse 10 años después y el segundo jamás se comenzó. Además, la mayoría de los diez Centros de Encuentros no se finalizó y fueron transferidos a los municipios para su terminación.

La deuda en dólares del 2010 representaba el 3% del total de lo que se había endeudado la provincia, pero pasó a representar el 88% en el 2016 y en los últimos años fluctúa entre el 70 y el 80%; ubicándose en el segundo semestre del año en el 73%.

El conjunto de la deuda provincial ascendió en junio a los 230.090 millones de pesos y representó el 90,4% de los ingresos corrientes de la provincia; mientras que los pagos de deuda sumaron 28.126 millones de pesos y significaron el 12,7% de los gastos corrientes.

Antonena renegoció a finales del 2021 la deuda hasta el 2030, se sacó de encima la mayor parte de los vencimientos y se los plantó a la gestión que comenzará el 10 de diciembre. Sólo en el 2024 Ignacio Torres deberá abonar 135 millones de dólares por la deuda renegociada y en los cuatro años de gestión deberá destinar 495 millones de dólares de regalías petroleras para saldar esos vencimientos.

Para afrontar los pagos del primer año Torres proyecta emitir nueva deuda en dólares por 200 millones de dólares y para que en verdad resulte un beneficio para la provincia debería obtener uno o dos años de gracia y una menor tasa de interés que la del BOCADE; condiciones que parecen difíciles de conseguir.

Menos petróleo y regalías

La deuda aumenta y como está encajada en dólares se presume que seguirá creciendo exponencialmente frente a cada devaluación que sufra el peso, algo que seguramente sucederá en la gestión de Javier Milei. No menos cierto es que la provincia cada vez recauda menos regalías petroleras cómo producto de la baja extractiva en los pozos chubutenses.

La declinación de la producción petrolera comenzó en el 2017 y tuvo repuntes en el 2018 y 2019, pero de ahí en adelante tanto sea por la pandemia como por la desinversión el retroceso fue constante hasta la actualidad.

Cuando asumieron Das Neves y Arcioni a finales del 2015 Chubut había producido 58,3 millones de barriles anuales y en el 2017 se decreció a los 51,1 millones. El 2022 cerró con solamente 50,7 millones de barriles producidos y lo que es peor aún es que el crudo Escalante promedió los 76 dólares por barril. En siete años se perdieron 7,5 millones de barriles de producción.

El problema es que las inversiones petroleras se han ido mudando a Vaca Muerta y esas consecuencias se traducen en menor flujo de fondos en los yacimientos de la Cuenca del Golfo San Jorge y Chubut.

En la medida que bajan los niveles de extracción crudo a la provincia le ingresan menos regalías mientras que en paralelo aumentan los pagos de deuda garantizados por regalías, una ecuación completamente negativa que se viene profundizando en el último año.

Chubut en este año recaudó en los primeros diez meses 34 millones de dólares promedio de regalías, mientras que el año pasado el promedio había sido de 38 millones.

La tendencia negativa se profundiza y no se avizoran cambios significativos con vistas al futuro, pero la herencia de Arcioni en materia de deuda y petróleo es absolutamente negativa.

Corrupción desbocada y transparencia cero

La corrupción parece haber sido una cualidad inherente a la gestión de Mario Das Neves y el propio Mariano Arcioni. Las causas iniciadas desde la aparición del famoso "sobre bomba" -encontrado solo un par de meses antes de la muerte de Das Neves- fueron aumentando en cascada no sólo en la misma gestión dasnevista sino también en los últimos cuatro años del arcionismo.

Las investigaciones y posteriores condenas por las causas "Embrujo", "Revelación", "Emergencia Climática", "Royal Canin", "Lotería", "TESLA", "Ñoquis calientes" y varias más que se iniciaron por el manejo de los fondos para la reparación de escuelas y otras obras públicas, mostraron un entramado de corrupción enquistado en el corazón mismo de la clase dirigente que ocupó cargos públicos en el Estado.

Curiosamente Arcioni salió ileso de todas ellas, aunque muchos de los funcionarios cayeron en desgracia por haber sido encontrados culpables por la Justicia. Ahora que se aleja del poder, aunque todavía mantiene fueros del Parlasur, le llegarán esquirlas judiciales por tamaña cantidad de causas que involucraron a funcionarios cercanos.

Al mismo tiempo, desde los tiempos del dasnevismo la gestión pública tuvo una opaca o casi nula trasparencia de los fondos públicos. La información oficial se manipulo y se hizo pública de manera discrecional, tanto en tiempos de Das Neves como en los de Arcioni.

Sólo se echó un poco de luz en el primer año de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía de la Nación, cuando obligó a las provincias a publicar trimestralmente los números de las arcas del Estado; pero ese proceso se esfumó con la salida del ministro.

Peor aún fue el panorama en Chubut desde diciembre del 2021 cuando se incendió la Casa de Gobierno, ya que nunca más se publicaron ejecuciones presupuestarias y las páginas de difusión oficial desaparecieron.

Arcioni deja el gobierno sin ninguna información pública disponible por los canales oficiales y sólo podía accederse a algún dato si el ministro Antonena disponía de filtrarlos o si la prensa conseguía acceder a través de vías no oficiales.

Torres sobre la corrupción

Resulta interesante releer en la actualidad un artículo que escribió en 2020 el nuevo gobernador de Chubut Ignacio Torres sobre el tema de la corrupción en la provincia.

"Lucro indebido, asociación ilícita, fraude al Estado, malversación de fondos, son solo algunos de los conceptos del decálogo de la corrupción que tanto daño nos hace a todos. Honestidad, transparencia, trabajo y solidaridad deberían ser los vocablos que nos representen y, aunque parezca increíble, hay que trabajar mucho para lograrlo... El camino por recorrer es largo, las herramientas que empoderan a los vecinos facilitando la participación ciudadana son claves para ejercer el control activo de la sociedad civil. Asimismo, todo avance en la transparencia de los procesos administrativos del Estado, y toda regulación que tienda a garantizar la independencia de los poderes, resulta fundamental para asegurar el rol de las instituciones en general y el de los organismos de contralor en particular", escribía Torres en julio de hace tres años y ahora deberá llevarlo adelante siendo la cabeza del Poder Ejecutivo.

Ver: Chubut y la vieja normalidad de la corrupción

Arcioni: el sepulturero del dasnevismo

Seguramente Mariano Arcioni no será recordado por una exitosa gestión de seis años al frente de la provincia de Chubut, pero quizás quede en el recuerdo colectivo como quien se transformó en el enterrador del dasnevismo y sus partidos provinciales como el Chubut Somos Todos (ChuSoTo).

Si bien es cierto que el dasnevismo como corriente política cerró su círculo con el fallecimiento de su fundador y que los hijos del mismo -Marivi y Pablo, ni tampoco los máximos referentes históricos- consiguieron hacer perdurar en el tiempo la impronta política de su padre; no menos real es que Arcioni posiblemente haya sido el último dirigente con poder ejecutivo que haya surgido directamente de las huestes dasnevistas.

Aliado al massismo y con enfrentamientos durísimos al peronismo tradicional provincial, especialmente al de vertiente kirchnerista, Arcioni se fue quedando sólo y quemando vínculos con propios y extraños.

Sólo hasta mediados del 2020 y a lo largo de 31 meses había incinerado a 40 ministros para once ministerios. Luego la cuenta siguió aumentando y superó ampliamente el medio centenar de funcionarios fusibles que fueron recambiados por acusaciones de corrupción o por incapacidad para llevar adelante la función pública.

Los pedazos de lo que otrora fuera el dasnevismo han quedado diseminados y esparcidos en diferentes formatos, pero posiblemente no vayan a unirse como en antaño

Mucho tuvo que ver el rol jugado por Arcioni. No deja en pie al dasnevismmo que llevó al poder, pero tampoco deja ninguna estructura política propia.

Gracias a su amigo Massa, especialmente desde que se unió al Frente de Todos y más aún desde que asumió en el Ministerio de Economía, consiguió que le tiraran salvavidas financieros para ir capeando los problemas que se iban presentando.

Sin ir más lejos el aguinaldo de julio pasado lo pudo pagar gracias a que Massa le habilitó un endeudamiento con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, por la suma de 14.000 millones de pesos provenientes del ANSES.

Gracias a Massa también consiguió ser colocado en las listas de Unión por la Patria como diputado del Parlasur, donde asumirá el próximo 18 de diciembre en Montevideo y quizás ese sea su último paso por la política mientras tenga protección de los fueros, los mismos que por ejemplo usufructúa el operador judicial y prófugo macrista "Pepín" Rodríguez Simón.

El propio Arcioni dijo en los últimos días que "Me voy con la sensación del deber cumplido y con la tranquilidad de haber dado absolutamente todo... Han tenido un gobernador que se hizo cargo de la crisis más importante de esta provincia".

Un triunfador extraño

Agrandado y con ansias de mostrar que no esta acabado en la política, indicó en una entrevista a Canal 12 que "En todas las elecciones que yo encabecé, gané. Es más, fijate que en la del Parlasur saqué 4.000 votos más que Glinski".

"Tratar de imponerse en un lugar personalista, habla de lo mal que está la política. Yo voy a estar para colaborar y ayudar. Quien diga que va a comandar la oposición deja mucho que desear", concluyó.

Mariano Arcioni logró terminar su mandato, algo de lo que muchos dudaron a lo largo de los seis años que estuvo al frente del Ejecutivo. Enterró al dasnevismo y su gestión tiene chances de ser recordada como una de las peores de los tiempos democráticos de Chubut.