Integrante de la familia Braun, dueña de La Anónima, aparece como principal aportante de Milei Sebastián Braun, uno de los herederos de la familia, aportó 30 millones de pesos a las finanzas de La Libertad Avanza solo entre agosto y septiembre de este año. Te contamos cómo hizo la fortuna la familia Braun: entre genocidios, negocios con el Estado y timbas financieras.
Si hacemos un enfoque sobre la financiación de la campaña de Javier Milei tendremos una buena imagen de los mitos y verdades de los libertarianos.
Critican los "gastos del Estado" pero el 90% de su campaña la financió con fondos oficiales. Pero si nos detenemos en quién fue el principal aportante privado, el apellido Braun también revela mucho. De cómo hicieron su fortuna los pro-hombres del liberalismo argentino.
Primero, el dato. Sebastián Braun, heredero de la familia y empresario hotelero, aportó 30 millones de pesos a la campaña de La Libertad Avanza durante las distintas elecciones de 2023. Cuatro aportes: 1, 15 y 4 millones en agosto, 10 millones en septiembre. Falta contabilizar los últimos aportes previos a la general y el ballotage. ¿A cuánto llegará? Eso dentro de lo declarado, aunque sabemos que en cada campaña de los partidos patronales hay plata por debajo de la mesa a cambio de favores del ganador.
Segundo, la trayectoria. ¿Quién es Sebastián Braun? O, mejor dicho, ¿quiénes son los Braun Menéndez?Saqueo original. Los Braun Menéndez no hicieron su fortuna gracias al esfuerzo y la oferta y la demanda, como dicen los libertarianos. Fueron parte de las familias que se apropiaron de la Patagonia antes de la fundación del Estado argentino, y la consolidaron a puro genocidio. La formación del Estado. Llegaron a tener 1,4 millones de hectáreas, que en 1870 fueron consignadas por los estados de Chile y Argentina. Desde allí fueron diversificando sus negocios, asociados al Estado oligárquico y el imperialismo inglés. Llegaron a manejar controló no solo la ganadería, sino también el comercio de la Patagonia, con la cadena de tiendas La Anónima. En base a ese saqueo luego se asociaron a negocios eléctricos, mineros, bancarios y del transporte Sables y bales no tan "anónimas". Pero esa riqueza fue a costa de mucha sangre obrera e india. Los Braun Menéndez fueron parte de los organizadores de las masacres de la Patagonia rebelde (1921), entre ellas la de la Estancia La Anita. Pero además conquistaron sus tierras en base al genocidio originario. Hasta lo relata el diario La Nación: "en el proceso hubo capítulos bastante oscuros como el exterminio de los selknam: los empleados de las estancias de Menéndez tenían entre sus quehaceres la caza de indios". Una familia militar. Los Braun apoyaron el golpe de Estado de 1976 con ganas. Armando Braun conducía la Cámara Argentina de Comercio, la Asociación de Bancos (ADEBA) y fundó la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), todas corporaciones que realizaron el paro patronal de febrero de 1976 y luego apoyaron el golpe. Los Braun tenían entonces la cadena de supermercados La Anónima, los Astilleros Astarsa, Aconcagua Seguros, los bancos General de Negocios y Argentino de Comercio y parte de Austral Líneas Aéreas. Todas fueron favorecidas por la dictadura. La "estatización" de Austral fue uno de los negociados más corruptos de la dictadura. Y la represión de los obreros de Astarsa (Tigre) una de las más brutales, dejando 16 desaparecidos. Además se benefició con la estatización de parte de su deuda privada en 1982: 26,447 millones de dólares, además de 87 millones del Banco General de Negocios.
Ese capítulo de la historia es quizás el símbolo más crudo de la alianza entre Javier Milei y Victoria Villaruel.
Quién te banca. Otro de los grandes negocios ha sido el Banco Galicia, al que se asociaron en la década del 50. Parte de la patria financiera, hicieron negocios con todos los gobiernos, se beneficiaron con la estatización de la deuda privada en 1982 y hoy ganan miles de millones de pesos por trimestre gracias al negocio de las Leliqs. Ladrónima. Pero el negocio más conocido de los Braun es su cadena de supermercados La Anónima. En el Sur el ingenio popular la rebautizó "Ladrónima". Hicieron su imperio saqueando los bolsillos de sus trabajadores y clientes. Ese espíritu capitalista quedó expresa en una conocida anécdota de hace un par de años. Fue en el evento de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Le preguntaron a Federico Braun "¿Qué hace La Anónima con la inflación?", y respondió, entre risas: "Remarcar precios todos los días". El hecho repicó en los medios, por la obscenidad con que se burlan los ricos de los problemas populares. Ese día Braun presentó una filmina que decía "Ser un país normal: capitalismo, NO comunismo". Bastante parecido al relato de Milei, ¿no? Por las palabras y también por la confusión. Casta. Esa "confusa" relación de los empresarios "liberales" con el Estado tuvo otro capítulo cuando Miguel Braun, primo de Sebastián, asumió como secretario de Comercio de Macri. Era el encargado de controlar los precios y la inflación. Fue como el lobo cuidando el gallinero. La inflación se desató. Después fue funcionario de Política Económica, justo en tiempos del fraudulento pacto con el FMI.
Podríamos seguir, pero suficiente ilustración.
Sebastián Braun, como niño rico, heredó parte de esa fortuna. Se dedicó al negocio hotelero en el que compite con los Kirchner. Decidió apostar algunos de esos millones al candidato que, cree, mejor representa esos intereses de clase. No tenemos dudas que fue una decisión familiar, más allá de quién ponga la cara.
No está claro cuál es el compromiso de Milei con los Braun si llegara a ganar. Tampoco qué acuerdos mantiene con Massa. Mal que le pese al relato peronista, las familias terratenientes y empresarias argentinas hicieron excelentes negocios durante cada gobierno menemista, kirchnerista o albertista.
Pero vale recuperar esa historia para entender la tradición reaccionaria de la oligarquía y el verso de los liberales que hicieron su fortuna en complicidad con leyes y fusiles del Estado argentino. De todos los que gobernaron.
Fuente: La Izquierda Diario
Sebastián Braun, uno de los herederos de la familia, aportó 30 millones de pesos a las finanzas de La Libertad Avanza solo entre agosto y septiembre de este año. Te contamos cómo hizo la fortuna la familia Braun: entre genocidios, negocios con el Estado y timbas financieras.
Si hacemos un enfoque sobre la financiación de la campaña de Javier Milei tendremos una buena imagen de los mitos y verdades de los libertarianos.
Critican los "gastos del Estado" pero el 90% de su campaña la financió con fondos oficiales. Pero si nos detenemos en quién fue el principal aportante privado, el apellido Braun también revela mucho. De cómo hicieron su fortuna los pro-hombres del liberalismo argentino.
Primero, el dato. Sebastián Braun, heredero de la familia y empresario hotelero, aportó 30 millones de pesos a la campaña de La Libertad Avanza durante las distintas elecciones de 2023. Cuatro aportes: 1, 15 y 4 millones en agosto, 10 millones en septiembre. Falta contabilizar los últimos aportes previos a la general y el ballotage. ¿A cuánto llegará? Eso dentro de lo declarado, aunque sabemos que en cada campaña de los partidos patronales hay plata por debajo de la mesa a cambio de favores del ganador.
Segundo, la trayectoria. ¿Quién es Sebastián Braun? O, mejor dicho, ¿quiénes son los Braun Menéndez?Saqueo original. Los Braun Menéndez no hicieron su fortuna gracias al esfuerzo y la oferta y la demanda, como dicen los libertarianos. Fueron parte de las familias que se apropiaron de la Patagonia antes de la fundación del Estado argentino, y la consolidaron a puro genocidio. La formación del Estado. Llegaron a tener 1,4 millones de hectáreas, que en 1870 fueron consignadas por los estados de Chile y Argentina. Desde allí fueron diversificando sus negocios, asociados al Estado oligárquico y el imperialismo inglés. Llegaron a manejar controló no solo la ganadería, sino también el comercio de la Patagonia, con la cadena de tiendas La Anónima. En base a ese saqueo luego se asociaron a negocios eléctricos, mineros, bancarios y del transporte Sables y bales no tan "anónimas". Pero esa riqueza fue a costa de mucha sangre obrera e india. Los Braun Menéndez fueron parte de los organizadores de las masacres de la Patagonia rebelde (1921), entre ellas la de la Estancia La Anita. Pero además conquistaron sus tierras en base al genocidio originario. Hasta lo relata el diario La Nación: "en el proceso hubo capítulos bastante oscuros como el exterminio de los selknam: los empleados de las estancias de Menéndez tenían entre sus quehaceres la caza de indios". Una familia militar. Los Braun apoyaron el golpe de Estado de 1976 con ganas. Armando Braun conducía la Cámara Argentina de Comercio, la Asociación de Bancos (ADEBA) y fundó la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), todas corporaciones que realizaron el paro patronal de febrero de 1976 y luego apoyaron el golpe. Los Braun tenían entonces la cadena de supermercados La Anónima, los Astilleros Astarsa, Aconcagua Seguros, los bancos General de Negocios y Argentino de Comercio y parte de Austral Líneas Aéreas. Todas fueron favorecidas por la dictadura. La "estatización" de Austral fue uno de los negociados más corruptos de la dictadura. Y la represión de los obreros de Astarsa (Tigre) una de las más brutales, dejando 16 desaparecidos. Además se benefició con la estatización de parte de su deuda privada en 1982: 26,447 millones de dólares, además de 87 millones del Banco General de Negocios.
Ese capítulo de la historia es quizás el símbolo más crudo de la alianza entre Javier Milei y Victoria Villaruel.
Quién te banca. Otro de los grandes negocios ha sido el Banco Galicia, al que se asociaron en la década del 50. Parte de la patria financiera, hicieron negocios con todos los gobiernos, se beneficiaron con la estatización de la deuda privada en 1982 y hoy ganan miles de millones de pesos por trimestre gracias al negocio de las Leliqs. Ladrónima. Pero el negocio más conocido de los Braun es su cadena de supermercados La Anónima. En el Sur el ingenio popular la rebautizó "Ladrónima". Hicieron su imperio saqueando los bolsillos de sus trabajadores y clientes. Ese espíritu capitalista quedó expresa en una conocida anécdota de hace un par de años. Fue en el evento de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Le preguntaron a Federico Braun "¿Qué hace La Anónima con la inflación?", y respondió, entre risas: "Remarcar precios todos los días". El hecho repicó en los medios, por la obscenidad con que se burlan los ricos de los problemas populares. Ese día Braun presentó una filmina que decía "Ser un país normal: capitalismo, NO comunismo". Bastante parecido al relato de Milei, ¿no? Por las palabras y también por la confusión. Casta. Esa "confusa" relación de los empresarios "liberales" con el Estado tuvo otro capítulo cuando Miguel Braun, primo de Sebastián, asumió como secretario de Comercio de Macri. Era el encargado de controlar los precios y la inflación. Fue como el lobo cuidando el gallinero. La inflación se desató. Después fue funcionario de Política Económica, justo en tiempos del fraudulento pacto con el FMI.
Podríamos seguir, pero suficiente ilustración.
Sebastián Braun, como niño rico, heredó parte de esa fortuna. Se dedicó al negocio hotelero en el que compite con los Kirchner. Decidió apostar algunos de esos millones al candidato que, cree, mejor representa esos intereses de clase. No tenemos dudas que fue una decisión familiar, más allá de quién ponga la cara.
No está claro cuál es el compromiso de Milei con los Braun si llegara a ganar. Tampoco qué acuerdos mantiene con Massa. Mal que le pese al relato peronista, las familias terratenientes y empresarias argentinas hicieron excelentes negocios durante cada gobierno menemista, kirchnerista o albertista.
Pero vale recuperar esa historia para entender la tradición reaccionaria de la oligarquía y el verso de los liberales que hicieron su fortuna en complicidad con leyes y fusiles del Estado argentino. De todos los que gobernaron.
Fuente: La Izquierda Diario