El país

El Alfonsín anti peronista que en 1987 seguía reivindicando a la Revolución Libertadora

Entrevista de Pablo Giussani*

(Fragmentos)

En una entrevista con Pablo Giussani, el ex presidente Raúl Alfonsín brindó en 1987 su visión más ácida y apasionada sobre el peronismo, Evita y la paradójicamente llamada Revolución "Libertadora". No es habitual que un jefe de Estado en ejercicio brinde testimonios y reflexiones que suelen expresarse tras el retiro. Alfonsín afirma que recibió al golpe de 1955 "como una liberación" y que "no todo lo hecho por esta vertiente liberal de la Revolución Libertadora puede considerarse negativo". En este documento histórico, asegura que siempre vio a Pedro Eugenio Aramburu -sometido a un "tribunal popular" y ejecutado por Montoneros por su responsabilidad en el secuestro del cadáver de Eva Perón- como "un hombre bien intencionado" que "cuando lo asesinaron, estaba decidido a trabajar para la democracia". Tras reafirmar que el peronismo "es antidemocrático", admite que él "juzgaba negativamente" a Evita. Giussani, autor de "Montoneros. La soberbia armada" y "Los días de Alfonsín", grabó casi cincuenta horas de entrevistas con Alfonsín.

Giussani: ¿Cómo recibió usted la Revolución Libertadora?

Alfonsín: Como una liberación (...). No tengo la menor duda de que la inmensa mayoría de los políticos no peronistas recibieron la Revolución Libertadora con un estado de ánimo similar al mío (...). En mi partido era prácticamente unánime la esperanza de que se produjera un hecho como el conocido posteriormente con el nombre de Revolución Libertadora.

Giussani: ¿No le parece que esta actitud se contradice con su prédica actual en defensa de las instituciones?

Alfonsín: No. Siempre he sostenido el derecho a resistir a la opresión.

Giussani: Usted ha hecho una distinción entre el acto insurreccional de setiembre de 1955 y el gobierno surgido de ese acto. Ha quedado en claro ya su suposición frente a lo primero; falta ahora saber cómo evalúa lo segundo.

Alfonsín: (...) A mi juicio, no todo lo hecho por esta vertiente liberal de la Revolución Libertadora puede considerarse negativo (...) Hubo bajo este régimen militar una libertad de expresión superior a la existente en los tiempos del gobierno peronista (...). Yo diría que la Revolución Libertadora se produjo en un contexto histórico que no permite juzgarla a partir del criterio de evaluación general con el que estamos acostumbrados a encarar los golpes de Estado. Los golpes encierran generalmente en su misma naturaleza la voluntad de poner fin a una experiencia democrática; y sería erróneo caracterizar de esta manera, sin más ni más, la naturaleza de la Revolución Libertadora.

Giussani: ¿Cómo ve la figura del general Aramburu?

Alfonsín: Siempre lo he visto como un hombre bien intencionado (...). Estoy persuadido de que, cuando lo asesinaron, Aramburu era un hombre decidido a trabajar para la democracia.

Giussani: ¿Cómo recibió usted el 17 de octubre?

Alfonsín: (...) En los días previos al 17 de octubre vi algunas manifestaciones de peronistas en las calles de la Capital. A mí me impresionaban como una amenaza a la democracia. Yo creía que el peronismo era una estrategia para encubrir las actividades nazis en la Argentina. Encaré el 17 de octubre con la misma óptica, asociando la concentración en la Plaza de Mayo con los actos de masas del fascismo

Giussani: ¿Y la visión que tiene usted hoy del 17 de octubre es la de 1945?

Alfonsín: Yo mantengo en gran parte hoy las ideas y convicciones que tenía hace cuarenta años sobre la naturaleza del proyecto peronista, con su prédica claramente antidemocrática, su hostilidad a los dirigentes y partidos políticos genéricamente considerados, sus ataques de tono inconfundiblemente mussoliniano a la partidocracia y el acento que ponía sobre las formas corporativas de organización popular.

Giussani: Usted dice haber vivido la aparición del peronismo como una prolongación del autoritarismo fascista en la Argentina. ¿Diría usted que el régimen peronista del período 1946-1955 confirmó esa apreciación inicial?

Alfonsín: En cierto sentido sí (...). Deben ser señalados: (...) La dilapidación de la riqueza nacional. Con un distribucionismo demagógico y un mal ordenamiento de las prioridades de inversión (...). Se sustituyó una cultura del esfuerzo por una cultura de la viveza (...). En medio de una economía esencialmente dilapidadora y de una cultura glorificadora de la viveza no hubo un real crecimiento.

Giussani: ¿Cómo evaluó usted en aquellos años la figura de Eva Perón?

Alfonsín: La juzgábamos negativamente.

*La entrevista fue publicada posteriormente en el libro "¿Por qué, Dr. Alfonsín? Conversaciones con Pablo Giussani" (Sudamericana-Planeta, 1987),