Política

El desafío de contener a una juventud plural y desencantada: adónde irá a parar el voto sub 30

Desde la aprobación del Voto Joven en 2012, se profundizó la disputa de los distintos espacios por el voto Sub-30, que se conforma hoy como un sector clave del electorado. Las propuestas van desde lo estilístico -con propuestas a través de Tik Tok, con emojis y canciones de trap, no siempre con éxito-, hasta lo programático, orientadas a las necesidades de las juventudes en contextos de crisis.

En esta elección se suman 2 millones de jóvenes al electorado. El 27% del padrón está compuesto hoy por el voto joven, sólo superado por el padrón de Buenos Aires. El desafío es la contención de reclamos colectivos -que parecen virar a la derecha-, la participación efectiva en las urnas y la superación del desencanto político.

De acuerdo al informe "Juventudes argentinas y prioridades de política pública" (2022), elaborado por CIPPEC y UNICEF, los niveles de participación electoral han sido altos desde el regreso de la democracia, y junto a ello, también el sector Sub-30 aumentó su participación. La implementación del Voto Joven en 2012 fue un hito y permitió que jóvenes de 16 y 17 también pudiesen participar en las urnas. Sin embargo, esto no implica que sus inquietudes estén representadas en las propuestas de las y los candidatos. Pese a la participación electoral y la movilización en espacios políticos no partidarios, el informe sostiene que "las juventudes no sienten que sus intereses y necesidades esten reflejados en la agenda publica actual".

Durante la última elección en 2021, el desafío era capitalizar el voto bronca y resolver los índices alarmantes que pronosticaban votos en blancos y electores ausentes.

Últimos apuntes antes de votar: cómo buscaron facturar la bronca, seducir a los jóvenes y ser una "verdadera alternativa"

Hoy, todos los espacios que disputan el poder en la provincia incorporan -en mayor o menor medida- a los distintos sectores de la juventud. Lo hacen tanto los espacios más alternativos (la izquierda, con su acompañamiento histórico de juventud, y los nuevos espacios liberales) como los tradicionales (expresados en la participación ciudadana de los Sub-30 en las propuestas de Juntos por Chubut y Arriba Chubut).

También aparecen perfiles jóvenes que parecen marcar un nuevo rumbo en la estructura política. Es el caso de Ignacio Torres, que en 2019 se convirtió en el senador más joven de la historia argentina, las candidatas a la intendencia de Comodoro y Rawson -Paula Morale y Tatiana Dambrauskas, respectivamente-, y la única candidata mujer a la Gobernación, Emilse Saavedra, todos ellos en sus 30. Su participación por sí sola no asegura una agenda innovadora y orientada a las juventudes, pero marca un hito.

Contener a la juventud

Juan Ignacio Lastra es estudiante avanzado de la Licenciatura en Ciencia Política, Representante del Consejo Superior de la UNPSJB, militante de La Cámpora y de la representación política de las juventudes. Recientemente, comenzó a investigar la incidencia del voto joven en las elecciones de este 2023, tema que presentó en la ponencia "En la fragmentación política de la Argentina actual, ¿Cuánto vale el voto joven?" en el Congreso de la SAAP.

En diálogo con El Extremo Sur, repasó los ejes fundamentales de un sector que apenas empieza a participar de manera activa en la política partidaria, la construcción de proyectos y el armado de listas.

Lo central, según Lastra, es ver si los escenarios de tercios se mantienen o no después de las PASO. En esta elección, el voto joven (16-29), representa el 27% del padrón electoral. El desafío es que el total, o al menos la mayoría de ese grueso, vaya efectivamente a votar. Reconoce que la baja participación en las urnas es generalizada, y los jóvenes se ven afectados por esa generalidad.

Si bien la participación juvenil está lejos de ser total, y se asocia a la juventud con un sector desvinculado de la política partidaria, lo cierto es que están presentes en la coyuntura social y adquieren otras formas de participación distintas a los mecanismos tradicionales: "La menor participación electoral no implica necesariamente un profundo desinterés por los temas públicos", sostiene el informe del CIPPEC.

El activismo digital, las movilizaciones y la cultura son algunas de las vías en las que el sector juvenil hace efectivo su rol en los asuntos públicos.

"Si bien los niveles de participación electoral de este segmento pueden ser menores en términos relativos a los de otros segmentos etarios, y teniendo en cuenta que existe una gran variación a lo largo de nuestro país, lo cierto es que las y los jóvenes no son apáticos, están interesados en la política y la participación política en su conjunto es relativamente saludable", agrega el informe.

Para Lastra, esto conlleva la discusión sobre la figura de Javier Milei y la forma en que viene conteniendo y convocando a las juventudes: "Es su gran desafío, ver si puede graficar eso en votos. Son jóvenes que, en general, están desencantados con la política, es difícil que vayan a votar".

Se suman otros espacios que no han sabido encantar a este sector: "Por otro lado, son jóvenes que no vivenciaron el kirchnerismo de la década ganada, lo atravesaron en políticas públicas, pero quizás no lo vieron tan tangible, se desencantan con el gobierno de Macri y las propuestas neoliberales que tienen recortes en educación y distintas consignas que la juventud las sufrió. Y el Frente de Todos, que no termina nunca de convencerlos y realmente encantarlos. Por eso ven esa alternativa en Milei, desde lo discursivo, porque no lo han visto nunca en la acción. Eso es lo que veo riesgoso de probar con Milei".

Lo cierto es que, hasta el momento, no hay índices contundentes que muestren que la masividad del discurso de Milei y las expresiones juveniles que lo apoyan se traduzcan en votos.

Lastra cree que no, y considera que "tampoco quisiera que la juventud vaya por esa idea política de querer abolir todo y empezar de vuelta. Por otro lado veo que pregonar diferentes ideas no es lo mismo que llevarlas a cabo, creo que hay que ver que cumplimiento tiene". El apoyo al candidato liberal significa, para Lastra, un "llamado de atención para todo el arco político": "La alarma que me enciende es ver por qué los demás partidos más tradicionales, y quizás con ideas más acabadas de gobierno no han podido ser contenidos y por tal motivo se vuelcan a esta elección de Milei. Ojalá la fuerza que gane logre contener a esa juventud y no siga la juventud desencantada con la política, con Cambiemos, Frente de Todos y la izquierda".

A nivel personal, plantea que desde su trabajo y militancia la búsqueda es la participación juvenil, en ámbitos educativos y partidarios: "Siempre buscamos la participación de los jóvenes, más allá de las distintas expresiones que existen. Me encantaría que ese parámetro de participación de voto sea lo más cercano al padrón electoral de la juventud".

"Durante el encuentro de juventudes (INJUVE) en Comodoro Rivadavia, estuve en una mesa, con chicos muchos más chicos, de secundaria. Hablamos sobre los 40 años de la democracia. Les preguntaba que era la democracia para ellos, algunos ni idea, otros muy por encima, algunos creían que era solo ir a votar. No es solo ir a votar, uno le está dando al candidato sus derechos, su intención. Yo los insto a seguir a los candidatos cuando termina la elección, de esa manera vamos a saber que va a ser y si cumple", relató Lastra.

El desencanto con las fuerzas políticas

Los sub-30 de esta elección presenciaron tanto el kirchnerismo como el macrismo, dos fuerzas que vuelven a disputar el poder. Durante su ponencia, Lastra explicó que la candidatura de Milei genera expectativa, precisamente, porque nunca fue gobierno.

Consultado sobre la posición de la izquierda, que comparte este rasgo, explicó que ya está consolidado como un movimiento histórico y que varios años atrás fue el gran contenedor de la juventud, especialmente en la crisis del 2001.

"De los 2000 hasta acá se han mantenido en ese porcentaje que no logra llegar a ser una tercera fuerza real, si bien ha tenido buenas expresiones -como en Jujuy-, en este caso continúa en ese techo que no llega a veces a 10% de voto, por eso no se lo podría considerar como un tercio. Veremos que pasa en las PASO. Ellos habían sido un faro para la juventud en su momento, como lo fue el kirchnerismo en la primera etapa, había contenido mucho a la juventud", analiza y agrega que a pesar de que "todas las expresiones tienen juventud en sus listas y militancia" a la política todavía le falta pensar en los jóvenes: "Hay poco lugar para la juventud en el armado de la lista o la plataforma de gobierno, en las diferentes propuestas".

Los jóvenes patagónicos: enfrentar el desarraigo

Un dato no menor es el nivel dispar de participación hacia el interior del país. Mientras algunas provincias alcanzan el 70% y 80% de participación de votantes de 16 y 17 años -como CABA, La Rioja, Santiago del Estero, Corrientes y Formosa-, otras, como Chubut (47.01%), apenas llegan al 50%, de acuerdo a datos publicados por la Subsecretaría de Asuntos Políticos en relación a la elección general del 2019.

Lastra se refirió a los distintos encuentros de los espacios con las juventudes, especialmente Arriba Chubut y Juntos por el Cambio, que ha ido virando hacia este sentido. Otros sectores como la izquierda han contado históricamente con una población Sub-30 entre sus electores. Las demandas de las juventudes en nuestro territorio son particulares, y según Lastra, tienen que ver con la necesidad de generar vivienda, empleo y un sentido de pertenencia.

"Durante el encuentro con profesionales del frente Arriba Chubut, se habló de la juventud, se habló de la idea de construir viviendas para jóvenes profesionales, un proyecto que se está haciendo, en búsqueda de evitar el desarraigo de las juventudes acá. Si bien tenemos una Universidad Nacional y Pública, tenemos un montón de pibes y pibas que se van a estudiar afuera y nunca vuelven a ejercer como profesionales en su ciudad", sostiene.

De acuerdo al estudio del CIPPE, entre las temáticas que las juventudes consideran más relevantes se encuentran la calidad educativa (31,65%), el cuidado de la salud mental (26,10%) y la pobreza y la desigualdad (18,63%). En menor medida, aparecen la violencia de género y acoso (7,79%), la formación laboral (7,07%), medio ambiente y crisis climática (5,70%).

Los reclamos de las juventudes no siempre coinciden con las propuestas de las y los candidatos. Pero al menos en la elección local y provincial, la cuestión educativa sí aparece como una prioridad para la mayoría de los espacios, incluso con protagonistas Sub-30 representando sus demandas en los spots, como es el caso de la campaña de Ana Clara Romero en Comodoro.

Para Lastra, las plataformas en general abordan las problemáticas de las juventudes: "El tema de la vivienda está muy presente. Creo que el eje para contener a la juventud es la generación de políticas públicas, que los hagan sentir representados, el desarraigo. En Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, sobre todo, poner en pie el sentido de pertenencia. En ámbitos educativos, y después desde los partidos políticos. Si uno quiere su lugar, su ciudad, todo el tiempo se va a intentar mejorar, o volver a aplicar lo conocido afuera".

Otra problemática generalizada es la falta de proyección, la idea lejana de la casa propia y el ingreso estable, un síntoma de la crisis estructural a nivel nacional: "Nos pasa a los jóvenes en general. Hay un interés por invertir en cosas más efímeras, como una entrada a un espectáculo, un celular, una compu, y ya nos hacemos la cabeza de que vamos a alquilar toda la vida, con esta idea de que, si traigo un hijo al mundo, tengo que mantenerlo, no se planea como se hacía en otros momentos", sostiene Lastra.

Y agrega: "Hay una sociedad más efímera y falta todavía generar políticas más estructurales, más allá de que hay problemas atraviesan a toda la población. El tema habitacional es una problemática que nos atraviesa, desde la juventud hasta los 50 años".

Otro tema clave es el empleo, y en este sentido, la juventud plantea múltiples desafíos: "El tema del empleo es algo que desde la Universidad lo tenemos muy presente", apunta Lastra, "queremos que las carreras que son licenciaturas tengan un corte a los años, de tecnicatura, poder de esa manera ya darle al estudiante herramientas para salir al mercado laboral, pensando en las nuevas carreras. Hoy se habla del tema de los nuevos empleos jóvenes, hay muchos empleos nuevos, en redes sociales, plataformas de video. Eso se puede regularizar, darle contenido, una legislación, sustento institucional. Buscar la manera de dar innovación al tema laboral. Va de la mano de los problemas estructurales que tenemos en términos educativos o sueldos de la educación".

En el informe del CIPPE, una de las principales preocupaciones expresadas por las y los encuestados es la inserción laboral, una percepción "consistente con la realidad argentina".

"Uno de los problemas estructurales más grandes de nuestro país es el alto nivel de desempleo juvenil junto con la incidencia de la informalidad, que en 2018 alcanzaba a casi el 60% de las y los jóvenes. Esta situación se ve profundizada más aún como resultado de la crisis económica durante la pandemia de COVID-19. Según los últimos datos publicados por el INDEC, la desocupación en el último trimestre del 2021 se ubicó en un 18% para las mujeres entre 14 y 29 años y en un 16.6% para los varones del mismo rango etario, en promedio, más de 3 veces que la tasa para la población entre 30 y 64 años (6,1% para mujeres y 4,9% para hombres)", detalla el informe.

Una de las vías para resolver estas problemáticas y plantear la construcción de los "empleos del futuro" y todo lo que ello conlleva es la efectiva inclusión de las juventudes en las construcciones políticas de proyectos.

"En los grupos de trabajo deben estar las juventudes, tienen esa mirada, pueden aportar al que gobierna. En Secretarias de Juventud, pero no solo encasillada en eso. Tenemos muchos jóvenes profesionales y estudiantes avanzados. Encargados de ir al contacto más directo con la juventud, formar y llevar esas políticas, esos preproyectos a quienes están gobernando. Si solo nos quedamos con equipos de trabajo generacionales al que conduce, nunca vamos a llegar a la juventud.

El discurso "juvenil" de los partidos

Desde la sanción del Voto Joven en 2012, las plataformas se han esforzado por construir discursos que apelen a este sector. El resultado fue, hasta hace poco años, la homogeneización de la juventud en algunas expresiones culturales, la banalización de los mensajes y una mera elección de formato, con mensajes políticos que aparecían con estilo de videojuegos o géneros asociados a este rango etario.

Al respecto, Lastra subraya que "a los jóvenes hay que hablarle como a los adultos. A partir de los 16 años ya pueden votar, deciden sobre muchas cosas en su vida, por tal motivo, los partidos deben hablarle de igual a igual como al resto del electorado, no intentar hacer un video como si fuese para niños, o con el mismo candidato ridiculizándose. No es por ahí. El tema es hablarle como a cualquier otra persona, con cosas claras, de manera central y convocarlos a saber cuales son las problemáticas".

"Los candidatos son generacionalmente más grandes que los jóvenes, pese a que hay excepciones, pero se debe convocar a sectores de la juventud para saber sus problemáticas. Escucharlos. Se puede hacer en las escuelas, las universidades, y con eso hacer un panorama, para dar forma a una política pública", agrega.

Descreimiento

El descreimiento generalizado -y acentuado en las juventudes- de las instituciones y el Estado también forma parte de las preocupaciones políticas de los últimos años. En este sentido, Lastra ensaya una respuesta que se encuentra en el sistema mismo.

"Estamos transitando el período democrático más extenso en nuestra historia. El sistema que se está llevando adelante es un sistema democrático con régimen presidencial, es decir, aquel en el cual el presidente tiene el poder, junto al poder judicial y legislativo".

"Con este se pudieron llevar adelante estos 40 años, pero tenemos muchas deudas pendientes y ahí se llega al desencanto y la decepción que puede generar la política. Creo que este sistema, esta forma es el que tenemos que tener para poder seguir viviendo en democracia y con el mayor grado representatividad. También se basa en eso, yo voto y doy mi representatividad. Si la fuerza que yo voto pierde, termina teniendo representatividad en la Cámara legislativa, por ejemplo", detalla.

El desencanto proviene, mayormente, de la falta de construcción de la alteridad. "Esos gobiernos que han ido sucediéndose no han contenido al electorado. También hay una incisión de las diferentes fuerzas cuando no les toca gobernar, de fomentar este descreimiento, que de tal manera nunca termina dándose una oposición constructiva, en donde realmente se construya en favor de esa democracia, o que exista la alternancia, que se mantengan diferentes proyectos de país. Viene de ahí, un gobierno viene con un plan, llega otro, comienza de cero, nunca termina dándose la alternancia, ni proyectos sostenidos", concluye.

También surge en un panorama de extrema violencia política, como se vio recientemente en los hechos sufridos por el intendente de Comodoro y candidato a la Gobernación Juan Pablo Luque en su caminata en Trelew.

"Veo, por ejemplo, en los debates de candidatos, el exceso de chicana, de violencia política verbal o hasta física, como pasó en Trelew, que no suman a la construcción política ni al electorado. Si una persona espera a quien votar y ven un debate donde se pelean todos contra todos, no va a estar seguro su voto", analiza Lastra.

Lejos de estar homogeneizado, el sector juvenil presenta múltiples aristas, pero evidencia, en última instancia, modos alternativos de concebir y ejercer la política, con la participación de sectores hasta hace poco relegados del debate: "Las juventudes se expresan en los distintos sentidos de la política, hay jóvenes de izquierda, de centro o derecha. Pero creo que, si son más cercanos a las juventudes, deberían poder estar más alineados con la mayoría de las juventudes, y de esa manera poder alentar la participación. Si ves que en las listas hay jóvenes que están pujando por el poder, te va a dar más ganas de participar. El objetivo es que vean a la política como un lugar sano, cómodo, donde poder llevar a cabo sus ideas", resume Lastra.

"Es el trabajo militante que nos toca a nosotros. Se busca contener a la juventud, mostrar que es posible que la política sea también para los jóvenes, donde pueden llevar a cabo las ideas que tienen y las transformaciones sociales. El lugar debería ser ese. Hoy vemos que se futbolizó la política, pero se puede y se debe llevar consenso y negociaciones con todos los espacios", opinó.

Nuevos perfiles

De acuerdo al informe del CIPPEC, la Ley 2.584 de Voto Joven "generó un cambio de paradigma en términos de política legislativa", e impulsó la participación de candidatos menores de 34 años en la escena legislativa. Durante el período 2007-2011 hubo sólo cuatro diputadas y diputados jóvenes integrando el cuerpo. A partir de la modificación normativa, el número de diputadas y diputados jóvenes fue mayor en un solo periodo legislativo que de forma acumulada en los 20 años previos. Esta incorporación genera más representatividad, pluralidad y una democracia fortalecida, remarcando el lugar fundamental de un sector fuerte del electorado.

Más allá de la coyuntura, Lastra cree que esta es una tendencia que se va a profundizar: "Diferentes fuerzas políticas le van dando lugar a la juventud, y necesitamos fortalecer esa participación, que tengamos juventudes dispuestas y decididas a sumarse a la política. Es un segmento cada vez más grande, tiene cada vez más peso en el electorado, y a su vez, también son los que mayoritariamente van a votar, de los 16 a los 35 el mayor porcentaje electoral. Quiero que la juventud participe y encuentre cada vez más espacio y participación, ya sea en espacios de gobierno, plataformas y políticas públicas que lo incentiven", concluye.