Géneros

Cuál es el rol electoral de las mujeres en una provincia machista: falsa paridad, ausencia de discurso feminista y listas con machirulos

El próximo 30 de julio se elegirá gobernador e intendentes en la provincia de Chubut, en un contexto de incertidumbre política y alianzas sorpresivas. Algunas localidades adelantaron la fecha y ya eligieron a sus representantes, cómo en el caso de Trelew que ya tiene definido a su intendente. Como en todos los años electorales, reaparecen las disputas personales, de fórmulas y programas. En Chubut es la segunda vez en que se presenta una candidata mujer para la Gobernación, situación que se había dado en 2019 con Gloria Sáez. Esto no refleja un compromiso de todos los espacios con los reclamos de género ni asegura que la discusión feminista está saldada. Un análisis más profundo revela que la política chubutense sigue siendo predominantemente masculina.

En términos de participación femenina, hay avances, no sólo por la candidata a la Gobernación sino por otras mujeres que se candidatean para ocupar intendencias, lo que se suma a la presencia de fórmulas mixtas, lo que da cuenta de la irrupción del feminismo en los sectores políticos más herméticos. Sin embargo, son cifras pesimistas si se tiene en cuenta la coyuntura, la masiva movilización en las calles, la conciencia sobre la desigualdad y los techos de cristal en la legislación, factores que deberían impulsar una elección más equitativa.

Por otra parte, el género es -nuevamente- el gran ausente de las campañas. El centro de la discusión está en la economía productiva, la educación y la crisis. Y si bien hay varias mujeres en espacios de poder, no todas son feministas.

Antecedentes

Desde la última elección legislativa en 2021, El Extremo Sur viene monitoreando la participación femenina en la política provincial y las distintas apuestas feministas de las candidatas.

Ese año, la participación fue del 50-50 por la Ley 27.412 de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política -sancionada en 2017- que establecía que las listas de candidatos para el Congreso y el Parlamento del Mercosur debían ubicar de manera intercalada a mujeres y varones. Aunque era raro encontrar fórmulas encabezadas por mujeres.

Ese mismo año, consultadas sobre el tema, algunas candidatas peronistas -como Allianello y Papaiani, quien fue finalmente excluida de las listas del PJ tras estar a punto de encabezar la lista de diputados- hablaban del rol de la mujer en la política como "complementario" y ni siquiera ponían la palabra "feminismo" sobre la mesa, además de sostener un discurso de los espacios de poder fuertemente ligado al esfuerzo personal y no relacionado a obstáculos estructurales.

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Otras eran más categóricas para hablar de los derechos de las mujeres, como Ana Clara Romero, y algunas incluso sostenían una militancia de años en este campo. Es el caso de la actual candidata a gobernadora, Emilse Saavedra.

La Ley de Paridad logró reconfigurar, al menos en esa elección, el esquema legislativo nacional, siendo Chubut la segunda provincia con mayor aumento de puntos porcentuales en 2019, con 48% de mujeres en las bancas y 11 puntos más respecto a la formación anterior.

Ahora que se formularon alianzas para el Ejecutivo -un espacio al que la Ley de Paridad todavía no llega- el escenario es distinto.

El panorama actual

Actualmente, son seis los espacios que compiten por la Gobernación y la intendencia de la mayoría de las localidades: Arriba Chubut, Frente de Izquierda-Unidad, Juntos por el Cambio Chubut, Por la Libertad Independiente y GEN (Generación para un Encuentro Nacional).

De todos, sólo la izquierda presentó una mujer para la Gobernación, y es además el único espacio con una de las fórmulas con 100% de presencia femenina. Se trata de la fórmula encabezada por Emilse Saavedra (MST) junto a Julieta Rosconi (PO), dos referentes locales de la militancia feminista y de izquierda. Saavedra es también la candidata más joven de esta elección.

En cuanto a las candidaturas para la intendencia de Comodoro Rivadavia, la situación es un poco mejor que en 2019, que sólo tenía a Ana Clara Romero en disputa de este espacio. Ahora, Romero vuelve a apostar por Comodoro y se suma Tatiana Dambrauskas (FIT-U), en una elección local histórica para la izquierda. Además, aparecieron más fórmulas mixtas: es el caso de Por la Libertad Independiente, GEN y Juntos por el Cambio.

De todos los espacios, sólo el FIT-U tiene más presencia de mujeres que varones, mientras que, en el peronismo, la disputa sigue siendo marcadamente masculina, sin ninguna mujer candidata para la Gobernación y la intendencia de Comodoro. La militancia de las mujeres del PJ, los proyectos de género -como los que han presentado Nancy González y Mónica Saso en los últimos años- y la reivindicación de líderes femeninas aparecen difuminadas en la fórmula Luque-Sastre, que parece tener otras prioridades.

Tanto en la elección provincial como local la presencia femenina es del 40%, aunque esto no significa una distribución equitativa, ya que la mayor concentración de mujeres sigue estando en la izquierda. En cuanto a la presencia femenina, le siguen Por la Libertad Independiente, GEN y Juntos por el Cambio.

La Ley de Paridad en ámbitos de representación política sólo alcanzaba el ámbito legislativo, por lo que la elección del 2021 contó con una participación femenina equitativa. Sin obligaciones legales ni cupos en la elección ejecutiva, la verdadera cara de la política salió a relucir este año con mujeres ausentes o sin encabezar fórmulas.

La reticencia a ver a una mujer manejar las arcas provinciales, ocupando espacios históricamente masculinos, no es sólo provincial: en la Argentina, sólo hubo 9 gobernadoras en toda la historia.

El gran ausente de las campañas

Más allá de la distribución por género, también es esencial analizar de manera crítica cuál es el lugar que el género y la lucha contra las violencias ocupa en las campañas, momento en que las y los candidatos sacan toda su artillería discursiva y definen -al menos provisoriamente- dónde están sus prioridades.

A excepción de la izquierda, las propuestas de género son secundarias o directamente están ausentes. Y suelen ser producto del impulso colectivo de candidatas, no necesariamente compartido colectivamente.

La presencia de mujeres en los espacios de poder tampoco garantiza la aplicación de la perspectiva de género. Basta pensar con las dos diputadas nacionales --Rosa Muñoz y Ana Llanos-, que en 2019 votaron en contra de la aplicación de la E.S.I o las tres juezas --Marcela Alejandra Pérez, Karina Breckle y María Laura Martini- que absolvieron a "Los hijos del poder" por la violación grupal en Playa Unión.

En Trelew, una de las candidatas para la intendencia fue Miriam Vázquez, con un posicionamiento explícito respecto al feminismo y a su propia militancia, un discurso poco común en las expresiones electorales y las trayectorias políticas.

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Incluso con estos perfiles disruptivos y una participación del 40%, la política encabezada por mujeres sigue estando concentrada en un solo espacio, no es equilibrado en términos de competitividad.

Para otras fórmulas, no hay ambivalencia sobre el rol de los feminismos en su propuestas: para el espacio de Treffinger -que encabeza Milei en su propuesta a la presidencia-, la orientación anti-derechos es clara, ya que su dirigente expresó públicamente su deseo de eliminar el Ministerio de las Mujeres y retroceder en la normativa del aborto legal si llegase a presidente.

Desde Juntos por el Cambio, Romero llevó adelante algunos proyectos en materia de género -como la ordenanza local que prevé capacitación de género para los medios que reciben pauta-, y se la vio, en algunas ocasiones, en las marchas feministas de Comodoro Rivadavia. Desde su rol de diputada nacional, el género aparece como uno de sus ejes de trabajo, pero no llega a ser central ni transversal a su labor.

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Su orientación tampoco es completamente compartida por su espacio político, que a nivel local ha sido reticente a hablar de temas relevantes en los últimos años como la legislación sobre el aborto, un tópico que para muchos fue un tema secundario (si no ausente o tabú) pese a su presencia ineludible en la agenda social, política y mediática durante el 2018 y el 2020.

En este sentido, y a nivel nacional, los feminismos han planteado divisiones interesantes incluso dentro de los partidos. Así se evidenció durante el primer debate parlamentario por la legalización del aborto en 2018, en el que los espacios se opusieron no tanto por color partidario, pero sí por un apoyo o rechazo contundente al proyecto de ley, con feminstas y pro-vidas conviviendo en las principales fuerzas.

En esta elección, mayoría de las candidatas viene de trayectorias profesionales alejadas de lo político partidario o instancias de acción con menos visibilidad, por lo que no hay instancias previas de proyectos. Pero en las campañas, el género no aparece.

La preocupación central se orienta a la educación o la economía, espacios los cuales el género es absolutamente transversal. En una provincia azotada por la crisis, las mujeres en las calles no ignoran la feminización de la pobreza, la marca de género en los empleos públicos más afectados por la problemática salarial y la vulnerabilidad de las víctimas de violencia de género en términos presupuestarios.

Sin embargo, la reactivación productiva y económica de la región parece pesar más que el creciente problema de la violencia, incluso con un escenario optimista como el de la provincia, con aumentos miserables para las áreas de Género, tasas de violencia que superan la media nacional y una Ley de Emergencia cajoneada.

Hasta el momento, la izquierda sigue siendo la única fuerza que se define de manera clara como feminista.

Qué hacer con los machirulos en la política

La iniciativa feminista de algunas candidatas no es suficiente si otros varones en sus alianzas sostienen prácticas patriarcales. Un caso paradigmático es el de Jorge Ávila, que en 2021 cuestionó el liderazgo de las mujeres y dijo que los varones estaban "unos puntitos más arriba" para encabezar el PJ.

"Las mujeres no tienen capacidad técnica para elaborar un proyecto y llevar algo a Nación que nos pueda representar", sostuvo en ese entonces. Sus dichos fueron repudiados por mujeres peronistas y de otras fuerzas, pero no modificó en absoluto la posición del dirigente sindical.

De hecho, el poderoso dirigente sindical hoy integra el mismo espacio que Ana Clara Romero.

Las violencias se aceptan, se legitiman y se incluyen en los armados de partido, que no escapan a la lógica verticalista y patriarcal de una forma de hacer política de larga data.

La paridad no alcanza para impulsar la autonomía de las mujeres en espacios políticos, romper las estructuras verticalistas en las que varones conservan el poder real de mover los recursos y organizar las fórmulas, mucho menos para pensar un programa político decididamente feminista. El ámbito legislativo ha sido pionero en la equidad, pero el Ejecutivo no deja de ser una mesa de debate integrada por varones con los mismos intereses. El Poder Judicial, por su parte, apenas empieza a resquebrajar -tímidamente- sus cimientos.

Este es un momento clave en el embate recargada de discursos de derecha, con el riesgo latente de que los espacios hasta ahora ocupados por mujeres y propuestas feministas sean desplazados En este contexto, volver a mirar las fórmulas en clave de género resulta urgente para evitar la hipocresía y evitar que la estructura patriarcal de la política utilice a las mujeres como señuelo decorativo, lejos de los avances en políticas de género y violencia machista.