Política

Chubut en default técnico: Antonena admitió situación "angustiante"

Aunque el anuncio quedó bajo la nueva definición de "reperfilamiento", Chubut no puede pagar sus vencimientos de la deuda en dólares y debe conseguir un acuerdo con los tenedores de bonos para cancelarlos en plazos diferentes y extendidos. Técnicamente se trata de un default. Chubut se transformó en la primera provincia altamente endeudada que no puede pagar los vencimientos de su deuda en dólares. Más allá de las definiciones técnicas, la provincia no podrá pagar los vencimientos de deuda y necesita renegociar los plazos con los bonistas para ganar tiempo y evitar caer en cesación de pagos.

El propio ministro de Economía de Chubut, Oscar Antonena, anunció este lunes que la provincia "se vio obligada a renegociar o reperfilar la deuda (pública) en los próximos dos meses"; así lo confirmóormó el portal ADNSur luego de entrevistar al funcionario que integra el nuevo gabinete de la iniciada gestión de Mariano Arcioni.

El Extremo Sur anticipó que Chubut estaba al borde del default, porque sus ingresos no le permitían pagar esencialmente los enormes vencimientos de la deuda en dólares; que ascendería a 700 millones de dólares que hoy en día representan 43.750 millones de pesos. En realidad la provincia tiene que afrontar vencimientos por 922,6 millones de dólares hasta 2026 y la mayor parte recae de ellos sobre en el período que Arcioni acaba de iniciar.

Más allá de la forma que presente la renegociación de la deuda provincial con los bonistas durante próximos dos meses, lo cierto es que nadie renegocia sus vencimientos si los puede pagar en tiempo y forma. Solamente se dejan de cancelar los empréstitos cuando los fondos líquidos ingresados a las arcas provinciales no son suficientes para afrontar las cancelaciones. Ese panorama sólo tiene un nombre y es el de default técnico.

Un término ambiguo

El término "reperfilamiento" fue instalado en los últimos tiempos por el gobierno saliente de Mauricio Macri, vinculándose esencialmente con las deudas en pesos del Estado nacional.

Inclusive ahora quedaría pendiente en ese mismo ámbito la renegociación de los vencimientos en dólares con el Fondo Monetario Internacional y los tenederos privados de bonos en dólares emitidos por el país.

Ministro sincero

El propio Antonena reconoció la gravedad de la crisis generada por la deuda en dólares que tiene Chubut y admitió que "se trata de unos 700 millones de dólares en total que tenemos que renegociar o reperfilar en los próximos dos meses para paliar la situación financiera que es angustiante".

El ministro de Economía quiso despegarse -al igual que el macrismo a nivel nacional- de la definición de default que tanto asusta a los mercados y los tenedores de bonos.

Antonena negó que se trate de una cesación de pagos. Eso por ahora es cierto, pero habrá que ver cómo terminan las negociaciones en los próximos dos meses.

Antonena afirmó que habría "una propuesta para los tenedores de bonos con el objetivo de obtener mejoras en el tiempo, plazos de pago y tasas de interés que nos permita mejorar el perfil de ingresos".

La admisión de la gravedad y complejidad del problema llegó a través del propio Antonena, quien admitió que "incorporaremos esta discusión con los bonistas para reperfilar la deuda porque de lo contrario no podemos hacer frente al cúmulo de obligaciones".

Arcioni ya había enviado a la Legislatura a finales del mes de junio un proyecto de ley para reestructurar los vencimientos de esta misma deuda que ahora busca encarar hacia el mismo horizonte que le posibilite estirar los plazos y los montos de los pagos que la provincia deba efectuar durante los próximos años (ver el artículo www.elextremosur.com/nota/20708)

Según la publicación de ADNSur, la deuda tomada por el último gobierno de Mario Das Neves en dólares alcanzó los 650 millones, y se distribuyó de la siguiente manera: "Según se explicó en su momento, el motivo de ese endeudamiento fue para usar la mitad en el pago de deuda anterior, el 16% para los municipios y el 34 % restante para aplicarlo a construir obras de infraestructura. Con el correr del tiempo la Legislatura chubutense autorizó la liquidación de esos recursos extraordinarios para el pago de gastos corrientes hasta la realidad actual en la que la provincia tiene un déficit de caja de unos 1.000 millones de pesos".

Si bien no se trata de un textual del propio Antonena, el portal informativo lo coloca en su boca. Si es así habría que llegar a la conclusión de que como mínimo más de un tercio de la deuda tomada en 2016 fue utilizada para gastos corrientes y se esfumó sin dejar una sola obra en pie a lo largo y lo ancho de todo Chubut.

Si esto se confirma ameritaría el análisis minucioso de lo acontecido para determinar las responsabilidades políticas de tales decisiones; sin descartar que lo sucedido derive en una causa penal por malversación de fondos públicos y endeudamiento impagable para la provincia. Como ya publicó El Extremo Sur (ver el artículo www.elextremosur.com/nota/21708), la madre de casi todos los problemas de Chubut se responde con la famosa frase "Es la deuda, estúpido".

¿Cuánta deuda está en juego?

Antonena mencionó que la deuda a renegociar es por aproximadamente 700 millones de dólares, pero los números de la deuda chubutense son mucho mayores y no coinciden con las aseveraciones del ministro; al menos que se haya referido solamente a los vencimientos que deberá afrontar el gobierno de Arcioni durante los próximos cuatro años (del 2020 al 2023). En ese caso sí la cifra se acerca mucho más, ya que asciende a los 591 millones de dólares.

En ese enorme paquete de deuda a "reperfilar" no está solamente la del próximo período de gobierno, sino que el monto total asciende a 922,6 millones de dólares que deben cancelarse desde el 2020 hasta el 2026.

Vencimientos futuros

Los vencimientos futuros de la actual deuda chubutense son:

125,6 millones de dólares a pagar en 2020 (71,3 millones de amortización y 54,3 millones de intereses)

170 millones de dólares pagaderos en 2021 (123,3 millones de dólares en amortizaciones y 46,9 millones en intereses)

155 millones de dólares que se deben pagar en 2022 (117,8 millones en amortización y 37,6 en intereses)

141 millones de dólares a vencer en 2023 (113,2 millones de amortización y 28,4 millones en intereses)

128 millones de dólares pagaderos en 2024 (108,3 millones de amortización y 19,9 millones en intereses)

119 millones de dólares a pagar en 2025 (106 millones de amortización y 11,5 por intereses)

84 millones de dólares que se deberán pagar en 2026 (81,2 millones por amortización y 3,1 millones de intereses).

Sobre ese total de 922,6 millones de dólares que la provincia debe pagar hasta 2026, un total de 591,6 millones de dólares deben ser pagados por Arcioni en los próximos cuatro años y representan el 64% de toda la deuda colocada en bonos en moneda extranjera y garantizados por las regalías petroleras.

El 35,8% restante representa una deuda de 331 millones de dólares, pero pagaderos entre los años 2024 y 2026.

Al observar el esquema actual de vencimientos y los que tiene que afrontar Arcioni en los próximos cuatro años se entiende la premura con la que el primer día de la nueva gestión el ministro Antonena salió rápidamente a anunciar lo que él denomina "reperfilamento" pero que en realidad consiste en una renegociación por incapacidad de pago que técnicamente se denomina default.

¿Reperfilamiento o renegociación?

El default de la deuda con bonistas en dólares contiene como definición la imposibilidad de pagar, algo que el propio ministro Antonena admitió con claridad y profundidad al reconocer que "no podemos hacer frente al cúmulo de obligaciones". Eso no estaría en discusión aunque se trate de ocultar el término que suena tan alarmante.

La discusión también se centra sobre qué saldrá a hacer la gestión de Arcioni y Antonena al mercado. El ministro mencionó -como si se tratara de lo mismo- el "reperfilamiento" y la "renegociación" de la deuda chubutense.

Para comprender la diferencia, recurrimos a una entrevista efectuada en agosto por el diario El Cronista al actual ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán. Cuando se le consultó si "refinanciamiento y reestructuración" eran lo mismo, respondió que "No. Refinanciamiento no tiene nada que ver con reestructuración. Refinanciar sería hacer lo que hace todo el mundo. Cuando vence el capital, se refinancia pidiendo nueva deuda o pagando intereses obteniendo un nuevo financiamiento para pagar esos intereses a tasas que no sean más altas que a las que te hayas endeudado".

En la misma línea argumental que planteó sin tantas explicaciones Antonena, Guzmán agregó que "En Argentina el término reestructuración es visto como una mala palabra y yo creo que eso tiene que ver con que la reestructuración que el país experimentó fue bien complicada y procedió a un default. Pero hay reestructuraciones que no son tan traumáticas como la que Argentina vivió luego de la crisis, que fue estrepitosa".

Llevando tranquilidad sobre las chances de renegociar la deuda, el actual ministro encargado de reestructurar la deuda nacional manifestó que "Acá una posibilidad es hacer una cosa técnica que se llama reperfilamiento... lo que se buscaría es que cuando se accede al mercado, si la tasa es muy alta, es tratar de cambiar los plazos y en particular refinanciar intereses pero no con el mercado sino directamente con los con los acreedores aunque a una tasa más baja que la del mercado".

Tras sostener que "nadie quiere el default" de la deuda nacional, Guzmán complementó diciendo que "en un contexto en el que las tasas de interés en el mundo van a continuar siendo bajas, de echo la Reserva Federal de Estados Unidos recientemente ha invertido su patrón en cuanto a las tasas, para los acreedores puede tener sentido mantener a Argentina como una oportunidad de negocios y voluntariamente entrar en una forma de negociación que es distinta a la que el público argentino está acostumbrado".

Existe un paralelismo entre los dichos de Guzmán antes de transformarse en ministro nacional y Antonena, que saldrá a buscar que la prueba piloto de Chubut funcione con los bonistas poseedores de la deuda en dólares de la provincia.

Tiene dos meses para lograrlo y evitar la catástrofe. Si no lo logra, Chubut entrará en cesación de pagos porque la plata que recauda no alcanza para pagar al mismo tiempo los salarios, el gasto público de funcionamiento del Estado y la deuda en dólares.