El efecto Trump genera temores en Vaca Muerta y podría ayudar a la CGSJ que oscila entre la caída de regalías petroleras y la baja en los costos
El conjunto de la Cuenca del Golfo San Jorge atraviesa un nuevo proceso de crisis donde se conjugan varios factores. La retracción productiva de petróleo ha generado una disminución importante de las regalías tanto en Chubut como en Santa Cruz, mientras que en paralelo se disparan los ingresos en dólares de Neuquén triplicando a los chubutenses como consecuencia del avance de Vaca Muerta donde se vuelcan la mayoría de las inversiones de las operadoras. En paralelo las petroleras aprovechan en proceso crítico para impulsar la reducción de puestos de trabajo en ambas porciones de la cuenca para reducir los costos de producción y aumentar la productividad obrera. La CGSJ parece adentrarse en un largo proceso de contracción y la perspectiva sólo muestra una posible estabilización en medio de los retrocesos, mientras que el retorno a los tiempos de esplendor asoma como una difusa ilusión. Vaca Muerta parece crujir por las políticas proteccionistas de Donald Trump, la baja precio del petróleo y el caos económico recesivo generado por los aranceles, abriéndole una hendija de sostenimiento para los yacimientos convencionales.
El efecto Trump sacude Vaca Muerta
La inesperada aparición del presidente estadounidense Donald Trump con su política de suba de aranceles a nivel mundial encendió alarmas en Vaca Muerta y de manera indirecta podría ayudar a la Cuenca del Golfo San Jorge para mantenerse a flote o estabilizar las caídas que se vienen dando.
La secuencia es la siguiente: Trump sube los aranceles a la producción de todo el mundo que exporta a Estados Unidos. Eso eleva los costos de producción de manufacturas mundial, dispara la inflación, decrece el consumo y se podría encadenar un proceso recesivo internacional.
La guerra comercial desatada en el mundo y la recesión disminuyen el consumo de energía para la producción y con el mercado inundado de petróleo la tendencia apunta a que caigan de manera muy marcada los precios del crudo. En paralelo la OPEP ampliada aprovecha la oportunidad para aumentar su cuota de extracción de petróleo para competir y desplazar a los Estados Unidos como el máximo exportar mundial.
Estados Unidos, desde la época de Barack Obama, aprovechó los altos precios del petróleo para desarrollar la perforación y explotación no convencional en sus yacimientos de shale que son mucho más caros de perforar que los convencionales, pero que una vez que son puestos en marcha son más rentables en su funcionamiento que los yacimientos tradicionales.
En contrapartida la OPEP y especialmente los países de Medio Oriente tienen a su favor que los costos de perforación son menores que en el resto del mundo y los precios de extracción pueden competir a no mucha distancia con los del shale.
Tanto las políticas de Trump como las de la OPEP parecen apuntar en medio de posible proceso recesivo que haga bajar el precio internacional del petróleo por debajo de la banda de los 60 dólares. Ese es justamente el límite inferior que tienen los yacimientos de shale para ser rentables, cuando esa línea se supera hacia abajo comienzan a tomar preponderancia los pocos convencionales y allí es donde los yacimientos de Chubut y Santa Cruz pueden encontrar un poco de oxígeno para frenar la caída, aunque en paralelo los bajos precios impiden que haya una recuperación en este tipo de cuencas maduras.
Vaca Muerta entra en ese límite de los 60 dólares por barril como escalón más bajo para la rentabilidad productiva, con un elemento extra que tiene en su contra como es la falta de infraestructura para poder transportar y almacenar los hidrocarburos producidos.
A tal punto Vaca Muerta viene atrasada en ese sentido que recién a finales de esta semana se pudo poner en marcha el oleoducto Oldelval Plus que posibilitaría duplicar las exportaciones de crudo neuquino para obtener un saldo de la balanza comercial favorable en alrededor de 8.000 millones de dólares.
Además, los yacimientos no convencionales neuquinos aún no tienen ni el gasoducto ni la planta de licuefacción -que se pretende construir en Punta Colorada de Río Negro- para intentar meterse en el mercado mundial del Gas Natural Licuado. Es decir, que Vaca Muerta en la exportación de gas se encuentra mucho más atrás que la de petróleo, aunque en ambas se encuentran atrasadas por falta de infraestructura.
Si los precios del crudo se desploman por el efecto Trump, Vaca Muerta podría estar llegando tarde para desarrollarse y transformarse en un polo exportador de importancia a nivel mundial.
Petroleras obsesionadas por los costos de producción
Los costos de producción en los yacimientos maduros que abarcan a la Cuenca del Golfo San Jorge son una de las prioridades de las operadoras y en esta etapa aprovechan la salida de YPF y la reconfiguración regional para reducir el precio de extracción. En ese marco se inscriben los miles de trabajadores expulsados que se instrumentan a una y otra orilla de la cuenca junto al aumento de la productividad obrera.
En Vaca Muerta los costos ya son lo suficientemente competitivos y bajos respecto del resto de los yacimientos de fracking en el Estados Unidos y el resto del mundo, pero YPF y las demás compañías ahora pretenden achicar los costos de perforación a partir de encontrar mecanismos de aceleración "toyotista" en el mecanismo de montaje de los pozos no convencionales. En paralelo, aspiran a bajar la incidencia de los costos de las empresas servicios.
El último balance presentado por la YPF libertaria respecto de los indicadores del 2024 muestra claramente las conquistas obtenidas en materia de costos de producción y la perspectiva hacia adelante como meta para reducir la incidencia de los pozos convencionales.
La compañía que conduce Horacio Marín -ex CEO de Tecpetrol- anunció una fuerte reducción del lifting cost, que representa cuánto le sale extraer un barril de petróleo equivalente. Para toda la operación de YPF el valor se ubicó en los 15,6 dólares por BOE, pero hizo la diferenciación que en los convencionales el costo fue de 5,2 dólares por BOE y en los convencionales -como los de Chubut y Santa Cruz- promedió los 28,3 dólares por BOE. En el shale el costo de extracción fue aún más bajo y se ubicó en los 4,2 dólares por BOE.
En lo que respecta a los costos de perforación los pozos no convencionales rondan los 10 millones de dólares por tratarse de pozos de fracking horizontales con varias fracturas con un alto nivel de productividad durante lapsos relativamente cortos en años y su mantenimiento totaliza 13 dólares por pozo; mientras que los pozos convencionales rondan los 4 millones de dólares, pero su productividad es mucho menor a lo largo del tiempo y su mantenimiento es más caro y ronda entre 40 y 50 dólares por pozo.
Esa es una de las obsesiones principales de las operadoras. Por un lado, seguir achicando los costos de Vaca Muerta para hacerla más competitiva a nivel internacional, pero incide mucho más el precio del crudo que si baja de los 60 dólares pone en jaque la extracción no convencional.
Por otro lado, tienen la misma premisa en los yacimientos convencionales con el objetivo de la reducción de personal en varios miles en las dos orillas de la Cuenca del Golfo San Jorge para hacer más rentable la producción en los yacimientos maduros.
En el norte santacruceño ya consiguieron expulsar alrededor de 2.800 obreros petroleros en medio de la salida de YPF y ahora ese proceso se traducirá en Chubut con por los menos 2.000 trabajadores que abandonarían la actividad con "retiros voluntarios" que hagan caer notoriamente los costos de producción.
Reduciendo un 30% del personal en Santa Cruz Norte y cerca del 20% en Chubut, los costos retrocederán de manera considerable -especialmente en los yacimientos santacruceños donde eran más elevados que en los chubutenses- para hacer más rentables los campos maduros, un objetivo que las operadoras vienen persiguiendo hace largos años y no lo conseguían producto de una resistencia obrera y sindical que hoy no aparece en el horizonte cercano.
Junto al achicamiento de personal se busca avanzar en la multiplicidad de tareas en los yacimientos y la "eficientización" de los ritmos de trabajo para que aumente la productividad con menor cantidad de personal y una mayor cantidad de tareas concretadas en el menor tiempo posible.
Estos mecanismos de funcionamiento del ámbito laboral chocan con los convenios colectivos de trabajo en los yacimientos convencionales, no así en los no convencionales de Vaca Muerta donde se introdujeron adendas para la flexibilización laboral, lo que en la Cuenca Neuquina hizo crecer de manera muy notoria los accidentes y las muertes de trabajadores en las áreas petroleras.
Decrecimiento de las regalías en la CGSJ y suba en Vaca Muerta
A lo largo de los últimos 20 años las regalías petroleras al interior de la Cuenca del Golfo San Jorge y la provincia de Neuquén no solamente estaban equilibradas, sino que Chubut lideraba con mayores ingresos como consecuencia de los mayores niveles de producción petrolera.
Desde el 2006 y hasta el año 2012 los yacimientos chubutenses consiguieron rendirle a la provincia cerca de 31 millones de dólares en recaudación por regalías de promedio mensual. Mientras que los existentes en la provincia de Santa Cruz se ubicaban en los 21,4 millones de promedio y los de Neuquén en 21,8 millones de dólares de recaudación media mensual en dicho período.
Durante ese lapso analizado el precio del barril de petróleo en su modalidad Brent promedio los 85,4 dólares.
Entre los años 2013 y 2020 el promedio mensual se fue emparejando entre las tres provincias, aunque Chubut mantuvo la supremacía recaudatoria. Con un leve descenso a los 30,3 millones de dólares en promedio mensual lo yacimientos chubutenses encabezaron la región patagónica, mientras que los santacruceños crecieron a 24 millones por mes y los neuquinos a 24,9 millones de promedio.
Entre esos años el promedio del crudo Brent fue de 67,1 dólares por barril, marcando un descenso de casi 18 dólares y se mantuvo en los límites de rentabilidad que impulsa el sector empresario petrolero.
Desde el 2021 la diferencia se fue consolidando a favor de Neuquén a partir del despegue que fue protagonizando Vaca Muerta y desplazó a Chubut del liderazgo. Los yacimientos neuquinos pasaron a aportar 66,3 millones de dólares en promedio mensual hasta el 2024, seguidos por los chubutenses con 33,7 millones y los santacruceños que decrecieron a los 21,3 millones por mes.
El crecimiento de la producción en la Cuenca Neuquina le posibilitó al Estado provincial recaudar más de 40 millones extra en promedio mensual, mientras que los chubutenses aumentaron solamente 3,4 millones en promedio y los santacruceños decrecieron 3,6 millones.
Para el período el promedio del precio del Brent fue de 82,9 dólares por barril y se volvió a la etapa de los altos precios del crudo; sin picos tan elevados como los que se dieron entre el 2011 y el 2014 por arriba de los 100 dólares, pero sosteniendo un nivel elevado que posibilitó promediar por encima de los 80 dólares.
La ralentización o desaceleración de Vaca Muerta producto de la guerra comercial de Trump y sus aranceles puede impactar negativamente en la Cuenca Neuquina si sigue bajando el precio internacional del crudo, pero en paralelo podría abrir una pequeña hendija para que los yacimientos maduros de la Cuenca San Jorge estabilicen su caída o logren en pequeño repunte.
En cualquiera de las dos opciones, no asoman grandes oportunidades de desarrollo en el terreno petrolero de las principales cuencas productivas del país; lo que sí sobresalen son trabajadores fuera del mercado laboral y mayor flexibilización para los que quedan dentro del sistema.