Petróleo

En su huida, YPF y Tecpetrol bajaron la producción petrolera y provocaron el peor año para la Cuenca

El 2024 volvió a mostrar un descenso de la producción petrolera en Chubut y se encadenaron cinco años consecutivos de retrocesos productivos. El año pasado la caída fue de 3 millones de barriles y representó un retroceso del 6,2%. Fue el cuarto año de mermas consecutivas con precios del crudo por arriba de los 70 dólares. La mayor responsabilidad de la retracción productiva fue de la salida y desinversión de YPF y Tecpetrol en la provincia. La petrolera del Grupo Techint retrocedió la extracción de crudo Escalante un 19,1%; mientras que YPF se fue de los yacimientos chubutenses con una caída del 12,7% interanual. Entre ambas petroleras dejaron de producir 2,1 millones de barriles en el 2024.

La producción petrolera de Chubut concluyó el 2024 con una nueva caída que se tradujo en 3.067.059 barriles menos que en el 2023. Las principales fueron YPF y Tecpetrol que en medio de su salida y desinversión afectaron fuertemente los niveles productivos, aunque también impactó en menor medida el temporal de nieve y viento que se suscitó en el invierno.

Esa contracción extractiva se tradujo en menor actividad en el sector y en un nivel de retracción importante en las regalías petroleras, las que de manera interanual acumulada quedaron un 10,7% debajo de los niveles inflacionarios y dejaron de ingresar a las arcas provinciales alrededor de 45.324 millones de pesos a lo largo de todo el año; un equivalente a la mitad de una masa salarial completa abonada a trabajadores estatales y jubilados provinciales.

A pesar del fuerte impacto positivo que generó la devaluación de diciembre del 2023 sobre las regalías que se pagan en dólares, ese efecto alentador se licuó por la retracción productiva y la suba inflacionaria de todo el 2024.

Los datos de la Secretaría de Energía de Nación reflejaron que durante los doce meses del año pasado los yacimientos chubutenses produjeron 46.710.703 barriles frente a los 49.777.763 barriles del mismo período del 2023.

La merma interanual fue de 3.067.059 barriles que representaron una contracción del 6,2% interanual para terminar de encadenar cinco años consecutivos de retrocesos productivos en la provincia.

Solamente en diciembre pasado los datos oficiales mostraron que el achicamiento productivo fue del 3,8% con un total de 156.984 barriles menos contabilizados en la producción provincial.

Si bien el nivel de caída en diciembre fue menor a los meses anteriores, sumó un resultado negativo que acumuló doce meses consecutivos de merma extractiva en los yacimientos chubutenses.

Retroceso a pesar del alto precio del barril

Los 127.975 barriles diarios producidos en Chubut a lo largo de todo el 2024 fueron el indicador que mostró el peor nivel productivo de la provincia en 20 años.

Después de un leve repunte generado en el 2019, todos los años posteriores tuvieron caídas permanentes hasta alcanzar en punto más bajo de las últimas dos décadas.

Desde hace largos años, especialmente después de la privatización de YPF y las renegociaciones anticipadas que la provincia se desligó casi por completo del manejo del recurso natural y quedó casi completamente en manos de las compañías privadas que ahora desinvierten casi sin importarle las consecuencias para Chubut y sus habitantes.

La contracción productiva del 2024 fue la tercera más significativa de las últimas dos décadas y sólo fue superada por los 4.074.766 barriles menos extraídos en el 2012 cuando se dio la estatización de Repsol en YPF y los 4.181.463 del 2017 cuando el precio del crudo cayó a los 50 dólares, después de haber tocado los 48 dólares en el 2016.

Lo novedoso de este nuevo proceso de caída productiva es la contradicción con el precio del crudo Escalante que se genera en Chubut, ya que durante todo el 2024 promedió los 73,7 dólares por barril.

El elevado precio del barril no impidió que la producción declinara notablemente más allá del declino natural que tienen los yacimientos hacia su agotamiento a largo plazo, pero que se potenció por fuera de cualquier curva de caída natural.

En la industria petrolera se menciona con insistencia que el precio de equilibrio del petróleo ronda los 50 y los 55 dólares por barril, pero en Chubut esa armonía entre precio y producción se rompió de manera muy marcada; mientras el Estado, que es el dueño del recurso y lo concesiona a los privados, se muestra inerte para revertir el proceso contractivo.

YPF y Tecpetrol encabezaron la parálisis

Por magnitud y porcentaje las dos principales operadoras que protagonizaron en retroceso productivo en Chubut fueron YPF y la empresa del Grupo Techint.

La petrolera con mayoría accionaria estatal encabezó su proceso de desinversión en Chubut y la Cuenca del Golfo San Jorge para volcarse de lleno a Vaca Muerta, por eso dejó de invertir y producir en Chubut vendiéndole dos de sus tres principales áreas PECOM, la empresa del Grupo Pérez Companc.

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Mientras que Techint de Paolo Rocca se encuentra en una situación similar y desinvirtió fuertemente en Chubut como parte de un proceso que ya viene llevando a cabo desde hace largos años.

Entre ambas compañías dejaron de producir 2,1 millones de barriles de crudo a lo largo de todo el año pasado y dicha retracción significó el 66% de todo lo perdido en el 2024.

Conjuntamente a las retracciones de YPF y Tecpetrol en el 2024 se sumaron las caídas de las demás operadoras. Pan American Energy cerró el año con una contracción del 2,8% (-764.329 barriles); CAPSA retrocedió el 8% (-337.549 barriles) y CAPEX un 7,2% (-162.469 barriles).

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El proceso no es nuevo, lleva años de mal desarrollo en la provincia, pero ahora se potenció y generó un sinnúmero de incertidumbres con vistas al 2025 y las perspectivas de recuperar el terreno perdido en materia productiva, las regalías y las fuentes de trabajo que se fueron perdiendo con el paso del tiempo.

La salida de YPF dejó 1,7 millones de barriles menos

El proceso de retirada que inició y concretó en el 2024 desde Chubut le generó a la provincia un agujero en materia productiva y por ende una pérdida irrecuperable en el terreno de regalías no cobradas.

A lo largo de todo el año pasado YPF produjo en Chubut solamente 11.850.993 barriles y en el mismo período del 2023 había extraído 13.582.239 barriles. La retracción fue del 12,7% y se tradujo en 1.731.247 barriles menos de manera interanual.

Fue el segundo nivel productivo más bajo desde el 2012 cuando arrancó la voracidad por poner en marcha la explotación de los o convencionales de Vaca Muerta.

Mientras que bajaba las inversiones, la petrolera con mayoría accionaria estatal fue desinvirtiendo paralelamente en los yacimientos chubutenses y además disminuyó notablemente los niveles de reservas de crudo en el territorio chubutense.

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La desinversión de Tecpetrol provocó 426 mil barriles menos

En medio de un proceso de completa incertidumbre, Tecpetrol no definió si se queda o se va de los yacimientos de Chubut y el Estado no presiona a la compañía para evitar que siga deteriorando los niveles productivos y el estado en que se encuentran las áreas que tiene concesionadas.

Lo cierto es que la petrolera del Grupo Techint extrajo en el 2024 solamente 1.807.137 barriles frente a los 2.233.514 barriles del 2023, lo que significó una caída del 19,1% que se tradujo en 426.377 barriles menos en todo el año.

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Desde el 2017 Tecpetrol mantiene niveles bajísimos de producción en Chubut y especialmente el yacimiento de El Tordillo, situación que se reflejó contundentemente el año pasado cuando extrajo menos de la mitad de lo que había producido con los 4 millones de barriles del 2016 o los 5,2 millones del 2015.

Así como el nivel extractivo del 2024 fue el más bajo en la historia de Tecpetrol en Chubut, lo mismo sucedió con la inversión realizada por Paolo Rocca en la provincia.

El desmadre es de importancia y nadie le marca la cancha a una petrolera que tiene sus prioridades en Vaca Muerta, pero en paralelo deja a la deriva sus yacimientos en territorio chubutense.

El panorama es complejo de remontar si el Estado no asume su rol directriz como propietario de los recursos que están concesionados a compañías privadas y específicamente en el caso de Tecpetrol lleva adelante un abandono similar al de YPF, pero casi sin anunciarlo y generando una enorme perplejidad.