El fuego arrasa y Bullrich mira Disney: incertidumbre para los brigadistas y recorte en políticas ambientales
Los brigadistas, que son la primera línea de combate contra el fuego, sufren una situación de precarización de larga data que hoy se agudiza con la ola de despidos y el achicamiento de contratos. A esto se suma el inédito desfinanciamiento del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, actualmente a cargo de Patricia Bullrich. Mientras tanto, se mantiene la emergencia ígnea en el sur patagónico, donde a la fecha se contabilizan más de 20 mil hectáreas quemadas y varios focos activos.
Los incendios en la zona patagónica ya llevan consumidas 22.800 hectáreas de bosque nativo, chacras productivas y viviendas, según el último cálculo de Greenpeace, con cinco focos aún activos: 10.764 hectáreas en el Parque Nacional Nahuel Huapi (Río Negro), 2.723 en Mallín Ahogado (Río Negro), 3.530 en Epuyén (Chubut, controlado), 3.200 en Aldea Las Pamas/Atilio Viglione (Chubut) y 2.671 hectáreas en el Parque Nacional Lanín (Neuquén). Además, se contabilizan alrededor de 800 mil vecinos evacuados y 120 viviendas quemadas, aunque los números se engrosan día a día, en la medida en que el clima no ayuda y los recursos se revelan insuficientes.
El primer incendio fue el del Parque Nahuel Huapi, que inició el 25 de diciembre. Actualmente son cerca de 200 personas trabajando en la zona, entre brigadistas de Parques Nacionales, del Servicio Nacional de Manejo del Fuego y SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales) junto con personal de logística y coordinación. Con apenas algunas semanas de diferencia, el 15 de enero se desató otro foco en Epuyén, que luego siguió en Atilio Viglione y El Hoyo.
El 30 de enero inició el incendio en el Parque Nacional Lanín, y allí trabajan unos 103 brigadistas tanto del Parque como del Sistema Provincial de Manejo de Fuego y de la Corporación Forestal Neuquina (Corfone), además de personal técnico y logístico.
El mismo día se produjo otro incendio en Mallín Ahogado, en las afueras de El Bolsón. Actualmente son seis los focos activos. El Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SMNF) envió 45 brigadistas, y provincia aportó el resto: 54 del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales de Río Negro, y unos 120 pertenecientes a bomberos voluntarios locales y de municipios aledaños, junto a brigadistas de Chubut. A ello se suman otros 5 combatientes que envió el Parque Nacional Lago Puelo. El SMNF también aportó tres aviones hidrantes, dos helicópteros y móviles.
Por el momento, las condiciones climáticas son adversas, con pronóstico de vientos y sin lluvia en los próximos días. El abandono estatal es contrastado por la solidaridad de vecinos y pobladores, así como las distintas campañas organizadas en otros puntos de la Patagonia para enviar donaciones a familias afectadas y brigadistas que trabajan en la zona.
La situación de los brigadistas
A fin de año, desde las delegaciones de ATE en Parques Nacionales expusieron la delicada situación laboral de los 2000 trabajadores de las distintas áreas, entre cientos de despidos injustificados e incertidumbre sobre el futuro de los contratos.
Hacia el principio de la gestión se contabilizaban unos 440 brigadistas -número que ya era cuestionado considerando las temporadas de incendios en distintos puntos del país-, y actualmente son cerca de 400. Quienes conservaron su trabajo, lo hicieron en un estado de total incertidumbre, con contratos precarios y sin garantía de renovación. Además, sostuvieron que la dirección de Parques Nacionales planteó la posibilidad de despedir a otros 400 trabajadores de las distintas áreas con el objetivo de "racionalizar el gasto", una idea que generó fuerte repudio no sólo por la vulneración de los derechos laborales sino por la situación extrema que atraviesa la Patagonia, que exige cada vez más recurso humano y técnico.
Mediante un comunicado, denunciaron el accionar arbitrario de las autoridades en despidos injustificados incluso por cuestiones ideológicas, como es el caso de la brigadista Andrea Torres -trabajadora del Parque Nacional El Chaltén- a quien el 30 de diciembre le comunicaron que su contrato no sería renovado por ser "antigestión" y "anticobro", a raíz de un posteo en sus redes sociales sobre el cobro de entrada al Parque Nacional.
Además de otros casos similares, desde ATE también señalaron despidos de trabajadores que se encontraban bajo tratamiento médico e incluso otros que fueron despedidos porque "desde el Directorio pidieron un número". Durante 2024 se produjeron un total de 100 despidos en Parques Nacionales.
"Esto ocurre en el marco de una absoluta incertidumbre porque todos estos compañeros y compañeras que colaboran para apagar los incendios están con contratos trimestrales. En algún momento tuvieron contratos anuales y ahora con el cambio de gestión retrocedieron en su estado de precarización laboral. Es decir que van a luchar contra el fuego y no saben si después van a seguir siendo contratados o despedidos, como ha venido ocurriendo. A fin del 2024, en la última revisión trimestral, 30 compañeros/as -desde administrativos a personal científico técnico- fueron despedidos, 10 de ellos/as brigadistas de incendios forestales", explicó el delegado de ATE del Parque Nacional Quebrada del Condorito, Gabriel Brizuela, en diálogo con La Izquierda Diario.
"Esos 400 compañeros, que forman parte de la áreas de incendios, comunicaciones y emergencias, van llevando de un lado a otro porque es un personal escaso y muy capacitado. Todos ellos tienen en común la falta de estabilidad laboral después de años de pelear el pase a planta permanente", agrega.
Además sostuvo que existe un Convenio Colectivo de Trabajo Sectorial que no se cumple, ya que tenía como objetivo central el pase a planta permanente del personal precarizado, hecho que aún no ocurre, así como tampoco se reconoce su actividad de riesgo de vida y para la salud, "por ende, ni se cobra ítem de insalubridad ni tampoco la jubilación anticipada que está prevista en el CCT". "Hemos retrocedido a contratos trimestrales que aumentan la incertidumbre y la angustia de no saber si van a seguir trabajando o no a cumplirse el contrato trimestral", detalla.
A la precarización se suma la cuestión salarial, que durante 2024 percibieron recomposiciones que no superan el 2%. En la actualidad, un brigadista en la Patagonia cobra un básico de alrededor de 500 mil pesos, un número ínfimo en relación a la actividad que desempeñan y considerando que en 2024 la Canasta Básica superó el millón de pesos.
La escasez de personal se agrava mientras se multiplican los focos en distintas partes del país. En diálogo con El Extremo Sur, a principios de año el delegado de ATE del Parque Nacional Los Alerces, Hernán Mondino, explicaba: "Cuando dicen que en un incendio grande van a usar todos los recursos, en realidad esos recursos no son suficientes". Para el refuerzo de temporada general en Parques, por ejemplo, la gestión habilitó casi un tercio del número de brigadistas necesarios para afrontar el panorama.
"Un avión es importante, pero el último brazo, lo más eficiente, lo más objetivo es el tipo que está en la línea y ahí somos pocos", advirtió.
Desfinanciamiento de las políticas ambientales
La situación precaria de los trabajadores de Parques Nacionales va de la mano con el desfinanciamiento de las políticas ambientales y de manejo del fuego que encara el Gobierno nacional desde su asunción. Las críticas apuntan sobre todo a Patricia Bullrich, quien está a cargo del Servicio Nacional del Manejo del Fuego y hasta la fecha no emitió declaraciones sobre la situación en Patagonia ni reforzó los recursos para aplacar los incendios.
Mediante un comunicado titulado "No normalicemos el desastre", la Asociación Argentina de Abogadxs Ambientalistas repudió el avance de los incendios en el sur patagónico que reflejan la falta de planificación y prevención estatal.
"Mientras los megaincendios continúan, más de 500 brigadistas que dependen del Estado enfrentan una situación crítica. Arriesgan sus vidas combatiendo el fuego en condiciones extremas, mientras despidos masivos y la precarización laboral acechan", sostienen.
Y en esta línea responsabilizan a Bullrich "por la falta de recursos y la desprotección de quienes arriesgan su vida en cada incendio": "No podemos normalizar la negligencia de los funcionarios públicos y la ausencia del Estado".
"La situación en Parques Nacionales y el Servicio Nacional de Manejo del Fuego es insostenible. Contratos trimestrales para brigadistas y áreas técnicas; sin planificación o recursos. Tienen órdenes de no hablar sobre la crisis climática ni sobre los incendios y son controlados en redes sociales. El resultado: territorio cada vez más expuestos al fuego", argumentan, y exigen "un Estado Ecosocial que esté a la altura de la situación, derechos laborales para trabajadorxs de primera línea, y respuestas efectivas organizadas ante el fuego".
El programa de manejo del fuego a nivel nacional sufrió una reducción de un 43% durante el 2024, y de ese total sólo se ejecutó el 27%. Brizuela lo ejemplifica de manera clara: de cada 100 pesos sólo se destinaron 3 al plan de manejo del fuego.
Un análisis detallado de FARN (Fundación Ambiente y Recursos Naturales) sobre las partidas nacionales para las políticas ambientales muestra que esta ejecución resulta muy baja comparada con la de otros años: 45%, 70% y 78% ejecutado en la primera mitad del año de 2021, 2022 y 2023. La Administración de Parques Nacionales, por su parte, sufrió una caída que supera el 40%.
Y en un inicio de año marcado por los incendios, el SNMF hasta el momento no ejecutó ni un sólo peso, y cerró el 2024 con una ejecución que no superó el 30%.
Pedido de informes para el SNMF: el silencio de la ministra
Mientras ardía el Parque Nahuel Huapi, Bullrich se hizo presente en la Patagonia para encabezar el desalojo a la Lof Pailako, aunque poco dijo sobre la situación de los incendios. A pesar de estar a cargo del Servicio Nacional del Manejo del Fuego, se mantuvo alejada de la catástrofe ambiental que sacudía a Río Negro y Chubut.
Pocos días después, el 17 de enero el diputado socialista, Esteban Paulon, presentó un pedido de informes para que el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich de explicaciones sobre el desfinanciamiento del Plan de Manejo del Fuego y la eliminación de fondos específicos.
"En los distintos debates del 2024 por la Ley Bases o Presupuesto advertimos y reclamamos por la eliminación del fideicomiso que brindaba fondos al Plan Nacional del Manejo del Fuego y el desfinanciamiento de las áreas", detalló Paulon en su proyecto legislativo, y sostuvo que "Estado se desentiende" del escenario crítico que hoy atraviesa la Patagonia.
"Hoy Christian Larssen, el Director Nacional de Parques Nacionales, aparece en los medios más preocupado por la reestructuración y ajuste de las áreas de su dependencia que por articular las acciones necesarias para que los focos de incendio sean controlados cuanto antes", agregó Paulon.
En concreto, la iniciativa pide que el Gobierno nacional brinde detalles sobre las medidas adoptadas en 2024 en la prevención de incendios forestales, en el manejo del entorno y de la vegetación, formación y capacitación de recursos humanos, en vigilancia y monitoreo con herramientas tecnológicas, entre otros ítems, además de precisar los montos presupuestos y efectivamente devengados en 2024 y 2025 para las actividades vinculadas a la prevención.
Recién este miércoles, en medio del ataque a los vecinos que reclamaban por la liberación de los detenidos en El Bolsón, la ministra se refirió a la emergencia ígnea en el sur.
"Guerra sin cuartel contra el fuego en la Patagonia: destinamos todos nuestros recursos para ganar esta batalla", escribió en la red social X, y afirmó: "En esta gestión, la seguridad es acción. A través del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, desplegamos todos los medios aéreos y combatientes necesarios para enfrentar los incendios en la Patagonia. No especulamos, actuamos".
A continuación, detalló los distintos recursos que desplegó Nación en cada uno de los focos activos, aunque evitó referirse a la situación de los brigadistas, que más allá de los helicópteros y los aviones hidrantes, son la primera línea de defensa de la "guerra sin cuartel" a la que se refiere Bullrich.