Patagonia

La angustia de los vecinos de El Bolsón que lo perdieron todo

El incendio que azota la región de El Bolsón deja un rastro de destrucción y angustia entre los vecinos, quienes, en muchos casos, vieron cómo las llamas consumieron sus hogares y pertenencias en cuestión de minutos. Los relatos de quienes vivieron el desastre en primera persona reflejan la desesperación, pero también la solidaridad que se despertó en la comunidad para hacer frente a la emergencia.

Miriam Mansilla es una de las vecinas que logró escapar de las llamas con apenas lo puesto. "Pudimos salir gracias a la ayuda de los vecinos. Apenas logramos rescatar un poco de ropa, un colchón y nada más", contó. "Cuando vi el humo, avisé a todos y empezamos a rescatar lo que pudimos: motos, documentos, cosas esenciales".

La vecina también participó en el rescate de otras personas. "Me llevé gente al polideportivo, especialmente niños. En medio de la adrenalina, les decía que era algo de la naturaleza, que lo importante era la salud. Un niño lloraba por sus cosas y yo le explicaba que lo material va y viene", relató. Sin embargo, no todo pudo ser salvado. "Perdí a mi perrita Delfina, una caniche blanca que saltó del auto y no la pudimos encontrar".

El fuego arrasó con viviendas, animales y medios de vida. "Perdimos todo, no tenemos nada", lamentó Mansilla. "Estamos sin agua, sin luz. Pedimos ayuda, aunque sea materiales de construcción para empezar de nuevo. Somos muchas familias en la misma situación".

Mauro Cifuentes también vivió la intensidad del incendio. "Nos enteramos que había un foco en el campo y salimos a combatirlo, pero el fuego nos superó. Los bomberos nos dijeron que nos fuéramos a proteger las casas porque esto iba a ser un infierno, y así fue", narró. "Estuvimos 24 horas sin dormir, peleando con cada foco que se encendía una y otra vez".

Según su testimonio, el viento fue el factor determinante que propagó las llamas con rapidez. "El fuego recorrió más de 10 kilómetros en 40 minutos, pasaba sobre calles y cortafuegos como si nada", describió. "A las dos de la mañana nos quedamos sin combustible y bajamos al pueblo para cargar. Desde la ruta se veía el infierno: casas quemándose a ambos lados".

Para Susana Infante, la tragedia tiene un componente personal devastador. "Cuatro de mis hermanos perdieron todo. Al llegar por la mañana, ver solo cenizas donde me crié fue desgarrador", expresó. "Mis hermanos quedaron con lo puesto y los animales sin alimento. La mayoría de la gente que vivía de la actividad rural lo perdió todo".

Infante pidió colaboración para las familias afectadas. "Se necesita ropa de cama, garrafas, utensilios de cocina y, sobre todo, alimento para los animales. Muchas personas apenas tienen para comer, pero ni siquiera tienen un plato o una taza", destacó. "Ver mi tierra natal en este estado es tristísimo. Anoche, dos de mis hermanos no aparecían y estuvimos en vilo hasta las tres de la mañana. Es un dolor inmenso".

A pesar del desastre, la solidaridad de los vecinos ha sido clave para sobrellevar la crisis. Ahora, los damnificados esperan la ayuda necesaria para reconstruir sus vidas desde cero.

Fuente: El Cordillerano