Petróleo

"Drill baby drill": ¿Logrará Trump que caiga el precio del petróleo?

Por I. Fidanza y L. Glezer

"Le voy a pedir a Arabia Saudita y la OPEP que bajen el precio del petróleo, algo que francamente esperaba que hicieran antes de las elecciones, no mostraron mucho amor", afirmó Trump amenazante, 48 horas después de asumir la presidencia de Estados Unidos. Lo hizo en la teleconferencia que dio en Davos, ante los principales hombres de negocios del mundo. Pero aún con el enorme peso de conducir a la superpotencia mundial, no está claro que consiga lo que quiere. Se trata de una pelea de gigantes.

Trump fue claro en su objetivo: quiere que baje el petróleo para poder forzar a la FED a bajar la tasa de interés. Su idea es usar el precio de la gasolina como ancla antinflacionaria y de esa manera evitar que la Reserva Federal mantenga o suba la tasa, preocupada por el impacto inflacionario de su política de aranceles altos y expulsión de trabajadores extranjeros, lo que podría aumentar el precio de los bienes que se producen en Estados Unidos. La pelea por el precio del petróleo está en el corazón del proyecto trumpista.

Esto abre dos preguntas importantes: La OPEP y en especial Arabia Saudita atenderán su pedido de bajar los precios? Los petroleros norteamericanos aumentarán su producción?

"Difícil que los árabes le hagan caso, la OPEP está cómoda con estos precios del petróleo en torno a los 75 dólares el barril y me parece que quieren seguir así por un tiempo", explicó a LPO un petrolero argentino. Es un lugar común en el mundo petrolero que el estado de gracia de las compañías se alcanza cuando el barril se ubica entre los 60 y los 80 dólares.

En efecto, la mayoría de los analistas de research esperan un crudo mas en el rango de 70-75 dólares este año. "Esto debido a que hay bajo crecimiento de la economía China y se espera un aumento de la demanda global de aproximadamente 1% (en años normales es mas cerca de 1.5-2%) al tiempo que hay volúmenes adicionales de proyectos nuevos en US, Canada Brasil y Guyana que van a crear un mercado menos tight que en 2024, asumiendo que la OPEP acompaña los recortes", explicó a LPO el petrolero consultado.

"Dicho esto, la semana pasada hubo un pico del barril de 80 porque dólares porque Estados Unidos le metió nuevas sanciones a Rusia e Irán, pero el mercado esta reaccionando a este riesgo y hay que ver si el barril se estabiliza en 70-75 dólares cuando pase la novedad. Generalmente siempre hay un overshoot con estos eventos", agregó.

Las políticas arancelerias van a presionar sobre los precios de la economía norteamericana por eso Trump quiere garantizar tarifas baratas para compensar el reacomodamiento de los precios domésticos.

Un dato no menor es que la valuación bursatil del las compañías petroleras suele seguir la evolución del precio del petróleo, de manera que desde el punto de vista de los intereses de sus inversores no hay motivo para favorecer una caía del precio del barril.

Estados Unidos es el mayor productor de petróleo y gas del mundo, y también es el principal comprador. Aún así el flamante presidente declaró la emergencia energética, como incentivo para que los petroleros cumplan su famoso: "Drill baby drill", es decir que expandan sus perforaciones, sobre todo de fracking, en los megayacimientos de Texas.

"Estados Unidos no está en emergencia energética, el suministro energético del país no está en peligro, la seguridad energética está garantizada", explicó a LPO Victor Bronstein director de la consultora Ceepys. Esto deja aún más en evidencia que el objetivo real de Trump es la inflación, no el combustible.

"Las políticas arancelerias van a presionar sobre los precios de la economía norteamericana por eso Trump quiere garantizar tarifas baratas para compensar el reacomodamiento de los precios domésticos", confirmó a LPO el economista jefe de la filial local de una empresa norteamericana.

"Trump quiere revertir las políticas energéticas y climáticas de los demócratas, quiere reindustrializar EEUU y para eso necesita energía barata que le dé competitividad. Tiene claro los problemas de Alemania y Gran Bretaña que gracias a su impulso a la transición energética se están desindustrializando por el costo de la energía. Además, ser proveedor de gas y petróleo a Europa le da fortaleza política. La geopolítica está siempre presente en los temas energéticos", agregó Bronstein.

El punto a dilucidar es si efectivamente Donald Trump puede cumplir su objetivo de bajar el precio del barril del petróleo. Todo parece indicar que no. "El drill baby drill no es la política que bajará el precio, y tampoco está claro que se pueda implementar", agregó Bronstein.

El precio actual del barril no favorece la política del drill baby drill, como bien lo expresara hace dos semanas el CEO de Exxon. Las petroleras en EEUU se manejan con cautela, presionadas por sus accionistas que prefieren cobrar dividendos, los objetivos geopolíticos los trascienden.

Al considerar una baja de precio por el aumento de la producción los datos indican que EEUU puede llegar a aumentar la producción en 2025 en alrededor de 200 mil barriles por día (bdp). Actualmente está produciendo aproximadamente 13,1 millones de bpd. La clave es la OPEP, un jugador crucial cuyo rol se soslaya en la mayoría de los análisis y que tiene actualmente una política de recorte por dos millones de bpd hasta marzo. La OPEP+ podría tranquilamente retrasar el levantamiento de los recortes de producción para compensar ese aumento. Recordemos que dentro del cartel de países petroleros, además de los árabes, se encuentra Venezuela.

A esto se sobreimprime un gran interrogante. Cual es el incentivo de las grandes petroleras norteamericanas de volcar mas recursos a la perforación si en definitiva el objetivo es derrumbar el precio.

"El precio actual del barril no favorece la política del drill baby drill, como bien lo expresara hace dos semanas el CEO de Exxon. Las petroleras en EEUU se manejan con cautela, presionadas por sus accionistas que prefieren cobrar dividendos, los objetivos geopolíticos los trascienden", explicó Bronstein.

"Trump dice drill baby drill pero toda la zona Permian está al límite y a punto del declino. No hay petróleo para más inversión. Casi dos tercios de los petroleros y fondos que invirtieron fuerte en esa zona en los últimos años salieron quemados", afirmó a LPO un petrolero que conoce muy bien el mega yacimiento de shale de Texas.

En paralelo corre el impacto sobre el sector energético argentino. En Vaca Muerta la cuestión de los precios no parece alterar el statu quo. Según el ex subsecretario y consultor energético Nicolas Gadano la cuenca neuquina sigue funcionando con un barril a 30 dólares.

No coincide con el número de Gadano, el ex secretario de Energía, Daniel Montanmat:"Vaca Muerta se sostiene por encima de los 60 dólares el barril". Montamat como la mayoría de las fuentes consultadas para este artículo, cree que Trump no conseguirá derrumbar el precio del barril.

Para Montanmat el problema para la Argentina está en el GNL. "Estados Unidos profundiza la política de inundar los mercados europeos. Cuando Argentina desarrolle gas licuado va a resulta mucho más complicado encontrar compradores", afirmó el ex secretario.

Fuente: LPO