Opinión

La rececsión como malaria

Soy de los que opinan que la recesión es el nombre que la ciencia económica usa para disfrazar la malaria.

La recesión -su etimología- nos llevan a la acción de ir hacia atrás, ir a menos, en retroceso, contra la asunción de desarrollo que asume que siempre se marcha, se camina hacia adelante. La recesión es una suerte de contranatura, una involución económica.

Mientras que malaria es el mal aire, un ambiente insano, hostil. En el habla popular, la malaria inunda lo doméstico. Una mentalidad desesperanzada. Huele y se siente todo mal en la malaria. Hay inacción, desgano, desinterés. La malaria es una expresión global de la miseria provocada.

Recesión es economía, se mide con números estadísticos de producto bruto, ingreso nacional, exportaciones, desocupación, y decenas de indicadores más. Malaria es social, indefinida, es lo que respiramos, lo que observamos, nuestro contexto, nuestro ambiente, nuestro ánimo.

La recesión se crea y se fomenta -como lo hace el Milei argento- mientras que la malaria es consecuencia social de decisiones de política. Hay una diferencia entre "estoy en la mala" por circunstancias personales y "es una malaria" como entorno. Lo más negativo es estar en la mala en la malaria. Es la mayor desgracia que atraviesan hoy los indigentes, los pobres y buena parte de la clase media: se deterioran sus ingresos y patrimonios, mientras viven un ambiente cargado de miserias de todo tipo.

A diferencia de la recesión, la malaria no puede medirse. Es casi sicológica y nos involucra a todos y todas, o al menos, a la gran mayoría. La reducción de la inflación no contribuye a mejorar el aire de la malaria. La causa de la recesión no oxigena la vida económica de trabajar y producir.

Algunas empresas respiran en la malaria. La aprovechan porque aún en ese clima desesperanzado, los pueblos necesitan satisfacer sus necesidades básicas. Por eso la tasa de beneficio de las empresas del sector alimenticio han aumentado un 1.300% en 2024 y el complejo exportador de granos un 4900%, entre noviembre y julio pasado. En ese mismo periodo, los precios de los alimentos aumentaron un 128%.

La verdadera causa de la malaria es el proceso de mercado que permite la fijación de precios oligopólicos a un grupo de empresas que dominan el contexto, explotan los recursos naturales y fugan las finanzas. Los amigos del poder.

Siendo la recesión económica un componente esencial de la malaria social, observando que es la política neoliberal la que busca esa situación y advirtiendo la desesperanza de la malaria, sólo queda la acción política como reducto popular para poder diseñar otro mejor ambiente humano.

*Profesor, contador y ex Rector de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco