Las Guachas "soviéticas" y una trinchera de resistencia literaria patagónicaTamara Padrón, directora de Las Guachas, relata cómo un proyecto accidental se convirtió en una editorial independiente que hoy une poesía, compromiso social y una administración artesanal. Desde San Martín de los Andes, Las Guachas se alza como un espacio para autoras y proyectos con perspectiva de mala feminista.
En el mundo editorial, pocas historias son tan singulares como la de Las Guachas. La escritora y editora Tamara Padrón narra a El Patagónico que todo comenzó a principios de 2020, entre los meses finales de 2019 y el inicio de la pandemia. Lo que inicialmente sería un único libro sobre la lucha por la legalización del aborto terminó por dar vida a un proyecto editorial.
"El libro era un compromiso con más de 20 organizaciones. No podíamos dejarlo ahí, la editorial con la que lo íbamos a publicar no fue lo que esperábamos y decidimos ir por nuestra cuenta", comenta Padrón, quien destaca que el nombre Las Guachas surgió entre bromas y reflexiones. "Por esa idea de la orfandad, pero también de lo pícaro. Las guachas no somos carmelitas descalzas".
Sin experiencia previa como editorial, Padrón y sus compañeras enfrentaron desafíos logísticos, como la búsqueda de imprentas honestas y económicas. "La relación con Semilla Creativa fue clave. Su honestidad nos permitió confiar en un proyecto donde trabajamos con convicción, intentando que sea sustentable, incluso en estos tiempos", señala.
Daniela Catrileo y Tamara Padrón presentando Todas quisimos ser el sol en la 18° Feria del Libro de San Martín de los Andes.
EDITAR Y ADMINISTRAR CON "ESFUERZO SOVIÉTICO"
El equipo de Las Guachas es diverso y colaborativo. Julieta Santos, con una década de experiencia editorial, trabaja desde Bariloche; Florencia Nobre diseña desde Menorca y ahora Stuttgart; Flavia Carballo desde Buenos Aires y Melisa Fort como asesora de artes visuales. "Somos un colectivo horizontal. Todas las decisiones las tomamos en equipo, con mucho diálogo y compromiso", explica Tamara.
Hoy, Las Guachas tiene presencia en San Martín de los Andes y Bariloche, y colabora con autoras de diversas regiones y países. Aunque continúa siendo una trinchera cultural más que un negocio "rentable", porque lo ganado se reinvierte en la construcción de catálogo, la editorial refleja el ideal de tratar los libros con el respeto que merecen, como ellas querrían que trataran sus propios textos.
"El esfuerzo soviético que ponemos en cada recurso demuestra nuestra pasión por lo que hacemos. Si vamos a trabajar a pulmón, que sea con honestidad y amor por la literatura", agrega Padrón.
Además de los desafíos iniciales, Las Guachas ha establecido un claro perfil editorial que combina feminismo, poesía y compromiso social. Según Tamara, la editorial se centra en publicar obras de mujeres y disidencias, con un proceso curatorial que valora tanto la estética como el contenido.
El objetivo de la editorial trasciende las fronteras de la Patagonia: buscan que los libros circulen en otras regiones y países como España, Alemania y Chile. Sin embargo, mantienen una postura política clara: "No editamos textos de personas que apoyen ideas fascistas. Es un proyecto político y ético además de estético", subraya Padrón. Este principio guía tanto la selección de autoras como el tratamiento de las obras, donde se prioriza la calidad literaria y visual.
"CHOZ RAYEN" DE VIVIANA AYILEF
En este contexto, Tamara se encuentra emocionada por el lanzamiento del próximo libro, "Choz Rayen" de Viviana Ayilef. Este título representa un punto alto en la trayectoria de Las Guachas, combinando crónica, poesía y ensayo para abordar con fuerza política la situación del pueblo mapuche que en el contexto actual cobra aún más relevancia. "Es una obra que habla con profundidad y precisión sobre los conflictos territoriales la resistencia y la memoria de los pueblos originarios a través de la mirada poética de su autora", comenta Padrón.
La obra incluye la crónica narrativa, poesía inédita, algunos textos inhallables y ensayos literarios bajo el título "La poesía es otra forma de levantamiento", resaltando su enfoque multidisciplinar. Además, el colectivo Rañgituleufu, de Ngulumapu (Chile), participa en este proyecto, fortaleciendo la conexión entre ambos lados de los Andes.
Para Las Guachas, este libro simboliza su compromiso con la literatura como herramienta de transformación y resistencia cultural. "Nos importa que el libro circule, que llegue a quienes más lo necesitan. Es un proyecto que mezcla corazón, política y poesía", reafirma Padrón, volviendo a resaltar el espíritu combativo y creativo de la editorial.
COMUNIDAD LECTORA Y VUELTA AL "FIADO"
En un contexto adverso, Las Guachas mantiene firme su compromiso de construir una comunidad lectora. Más que un simple proyecto editorial, se ha convertido en un espacio que fomenta vínculos de cooperación y resistencia frente a las dificultades económicas y políticas. Tamara Padrón destaca que la editorial no solo milita los precios, haciendo que los libros sean accesibles, sino que implementa un sistema fiado para quienes no pueden costearlos de inmediato. "Entendemos la realidad de la gente. Si alguien no puede pagar ahora, le anotamos los libros. Este es el tipo de relación que queremos construir con nuestras lectoras y lectores", explica.
El impacto de las políticas económicas y culturales del actual gobierno ha sido evidente en su actividad. Tras la asunción de Javier Milei y la feroz devaluación que le siguió, la editorial enfrentó desafíos para mantener su producción. Sin embargo, gracias a su alianza con Semilla Creativa, lograron sortear las dificultades. "Esta red de confianza y apoyo mutuo es clave para seguir adelante. Pero las industrias culturales necesitamos políticas públicas que apoyen el sector, no este desguace que hoy enfrentamos", comenta.
A pesar de estos retos, Las Guachas sigue ampliando su catálogo. Este año fue particularmente significativo, con la creación de nuevas colecciones, Citar la fuente', dedicada a ensayo y no ficción y la realización de nuevos proyectos para el 2025. "Creemos que la buena literatura no tiene edad. Queremos que nuestros libros lleguen a todas y todos, y que sigan siendo objetos hermosos y accesibles", dice Padrón.
Con una perspectiva que integra lo político, lo estético y lo comunitario, Las Guachas se posiciona como un faro en el panorama editorial argentino. En palabras de su fundadora, "cada libro que publicamos es una forma de decir que seguimos aquí, creando y resistiendo. La literatura es un campo simbólico donde también se da la lucha, pero también belleza y conmoción".
"COMETIERRA", LITERATURA PATAGÓNICA Y LAS GUACHAS
La censura y el cuestionamiento a las obras literarias contemporáneas como "Cometierra", de Dolores Reyes, son también temas que movilizan a Las Guachas. Tamara Padrón destaca que los libros más atacados suelen ser de autoras mujeres, lo cual revela una discriminación persistente en los ámbitos culturales. "Mientras nadie cuestiona textos canónicos escritos por hombres, los libros de autoras contemporáneas están constantemente bajo escrutinio. Esto no es un hecho aislado", subraya. Sin embargo, reconoce que estas restricciones a menudo generan un efecto inverso: un interés renovado en los textos señalados.
En cuanto al panorama literario de Patagonia, Padrón celebra la diversidad y riqueza de la poesía regional. Según explica, la distancia geográfica y cultural de los centros urbanos permite un desarrollo único de las voces literarias, ajeno a las modas dominantes de Buenos Aires. "El diálogo aquí es con Chile, con el territorio y con los pueblos originarios. La poesía patagónica tiene un carácter antimoda que es una bendición. No rinde cuentas", describe.
Pensando en quienes deseen iniciarse en el catálogo de Las Guachas, Padrón propone varias obras representativas. Desde Hotel Triunfo de Liliana Campazzo, una exploración de la pérdida en clave de ruta, hasta Todas quisimos ser el sol de Daniela Catrileo, que aborda identidad y territorio a parir de volver sobre el nombre propio. También menciona Intersticios, de Guadalupe Colombo Paz, un relato íntimo sobre la maternidad, y Mataperros de Natalia Belenguer, una colección de cuentos que desarman el imaginario idílico de la Patagonia. "Nuestros libros no buscan ser moralmente correctos; buscan ser buenos libros. Cada título que publicamos tiene un lugar especial, una razón para estar en el catálogo", afirma.
Las Guachas sigue consolidándose como un proyecto editorial que celebra la literatura como resistencia y futuro. "Cada libro es una invitación a escuchar otras voces, a mirar el mundo desde perspectivas que no encontrarás en los grandes medios. Eso es lo que nos impulsa a seguir", indica Padrón.
La historia de esta editorial independiente es un testimonio de resiliencia y creatividad en un entorno difícil. Nacida de la necesidad y moldeada por la convicción, Las Guachas ha sabido construir un espacio donde la literatura es tanto resistencia como refugio. Sus libros, cuidadosamente trabajados, son una invitación a explorar mundos que desafían lo establecido y a escuchar voces que rara vez encuentran eco en los circuitos comerciales.
En un cierre que resume la filosofía de Las Guachas, Padrón reflexiona: "Nosotras somos feministas, pero los libros pueden ser lo que quieran. Queremos que el catálogo sea amplio, diverso, y que cada título interpele a quien lo lea. Al final, lo importante es que son buenos libros, y eso habla por sí solo".
Fuente: El Patagónico
Tamara Padrón, directora de Las Guachas, relata cómo un proyecto accidental se convirtió en una editorial independiente que hoy une poesía, compromiso social y una administración artesanal. Desde San Martín de los Andes, Las Guachas se alza como un espacio para autoras y proyectos con perspectiva de mala feminista.
En el mundo editorial, pocas historias son tan singulares como la de Las Guachas. La escritora y editora Tamara Padrón narra a El Patagónico que todo comenzó a principios de 2020, entre los meses finales de 2019 y el inicio de la pandemia. Lo que inicialmente sería un único libro sobre la lucha por la legalización del aborto terminó por dar vida a un proyecto editorial.
"El libro era un compromiso con más de 20 organizaciones. No podíamos dejarlo ahí, la editorial con la que lo íbamos a publicar no fue lo que esperábamos y decidimos ir por nuestra cuenta", comenta Padrón, quien destaca que el nombre Las Guachas surgió entre bromas y reflexiones. "Por esa idea de la orfandad, pero también de lo pícaro. Las guachas no somos carmelitas descalzas".
Sin experiencia previa como editorial, Padrón y sus compañeras enfrentaron desafíos logísticos, como la búsqueda de imprentas honestas y económicas. "La relación con Semilla Creativa fue clave. Su honestidad nos permitió confiar en un proyecto donde trabajamos con convicción, intentando que sea sustentable, incluso en estos tiempos", señala.
Daniela Catrileo y Tamara Padrón presentando Todas quisimos ser el sol en la 18° Feria del Libro de San Martín de los Andes.
EDITAR Y ADMINISTRAR CON "ESFUERZO SOVIÉTICO"
El equipo de Las Guachas es diverso y colaborativo. Julieta Santos, con una década de experiencia editorial, trabaja desde Bariloche; Florencia Nobre diseña desde Menorca y ahora Stuttgart; Flavia Carballo desde Buenos Aires y Melisa Fort como asesora de artes visuales. "Somos un colectivo horizontal. Todas las decisiones las tomamos en equipo, con mucho diálogo y compromiso", explica Tamara.
Hoy, Las Guachas tiene presencia en San Martín de los Andes y Bariloche, y colabora con autoras de diversas regiones y países. Aunque continúa siendo una trinchera cultural más que un negocio "rentable", porque lo ganado se reinvierte en la construcción de catálogo, la editorial refleja el ideal de tratar los libros con el respeto que merecen, como ellas querrían que trataran sus propios textos.
"El esfuerzo soviético que ponemos en cada recurso demuestra nuestra pasión por lo que hacemos. Si vamos a trabajar a pulmón, que sea con honestidad y amor por la literatura", agrega Padrón.
Además de los desafíos iniciales, Las Guachas ha establecido un claro perfil editorial que combina feminismo, poesía y compromiso social. Según Tamara, la editorial se centra en publicar obras de mujeres y disidencias, con un proceso curatorial que valora tanto la estética como el contenido.
El objetivo de la editorial trasciende las fronteras de la Patagonia: buscan que los libros circulen en otras regiones y países como España, Alemania y Chile. Sin embargo, mantienen una postura política clara: "No editamos textos de personas que apoyen ideas fascistas. Es un proyecto político y ético además de estético", subraya Padrón. Este principio guía tanto la selección de autoras como el tratamiento de las obras, donde se prioriza la calidad literaria y visual.
"CHOZ RAYEN" DE VIVIANA AYILEF
En este contexto, Tamara se encuentra emocionada por el lanzamiento del próximo libro, "Choz Rayen" de Viviana Ayilef. Este título representa un punto alto en la trayectoria de Las Guachas, combinando crónica, poesía y ensayo para abordar con fuerza política la situación del pueblo mapuche que en el contexto actual cobra aún más relevancia. "Es una obra que habla con profundidad y precisión sobre los conflictos territoriales la resistencia y la memoria de los pueblos originarios a través de la mirada poética de su autora", comenta Padrón.
La obra incluye la crónica narrativa, poesía inédita, algunos textos inhallables y ensayos literarios bajo el título "La poesía es otra forma de levantamiento", resaltando su enfoque multidisciplinar. Además, el colectivo Rañgituleufu, de Ngulumapu (Chile), participa en este proyecto, fortaleciendo la conexión entre ambos lados de los Andes.
Para Las Guachas, este libro simboliza su compromiso con la literatura como herramienta de transformación y resistencia cultural. "Nos importa que el libro circule, que llegue a quienes más lo necesitan. Es un proyecto que mezcla corazón, política y poesía", reafirma Padrón, volviendo a resaltar el espíritu combativo y creativo de la editorial.
COMUNIDAD LECTORA Y VUELTA AL "FIADO"
En un contexto adverso, Las Guachas mantiene firme su compromiso de construir una comunidad lectora. Más que un simple proyecto editorial, se ha convertido en un espacio que fomenta vínculos de cooperación y resistencia frente a las dificultades económicas y políticas. Tamara Padrón destaca que la editorial no solo milita los precios, haciendo que los libros sean accesibles, sino que implementa un sistema fiado para quienes no pueden costearlos de inmediato. "Entendemos la realidad de la gente. Si alguien no puede pagar ahora, le anotamos los libros. Este es el tipo de relación que queremos construir con nuestras lectoras y lectores", explica.
El impacto de las políticas económicas y culturales del actual gobierno ha sido evidente en su actividad. Tras la asunción de Javier Milei y la feroz devaluación que le siguió, la editorial enfrentó desafíos para mantener su producción. Sin embargo, gracias a su alianza con Semilla Creativa, lograron sortear las dificultades. "Esta red de confianza y apoyo mutuo es clave para seguir adelante. Pero las industrias culturales necesitamos políticas públicas que apoyen el sector, no este desguace que hoy enfrentamos", comenta.
A pesar de estos retos, Las Guachas sigue ampliando su catálogo. Este año fue particularmente significativo, con la creación de nuevas colecciones, Citar la fuente', dedicada a ensayo y no ficción y la realización de nuevos proyectos para el 2025. "Creemos que la buena literatura no tiene edad. Queremos que nuestros libros lleguen a todas y todos, y que sigan siendo objetos hermosos y accesibles", dice Padrón.
Con una perspectiva que integra lo político, lo estético y lo comunitario, Las Guachas se posiciona como un faro en el panorama editorial argentino. En palabras de su fundadora, "cada libro que publicamos es una forma de decir que seguimos aquí, creando y resistiendo. La literatura es un campo simbólico donde también se da la lucha, pero también belleza y conmoción".
"COMETIERRA", LITERATURA PATAGÓNICA Y LAS GUACHAS
La censura y el cuestionamiento a las obras literarias contemporáneas como "Cometierra", de Dolores Reyes, son también temas que movilizan a Las Guachas. Tamara Padrón destaca que los libros más atacados suelen ser de autoras mujeres, lo cual revela una discriminación persistente en los ámbitos culturales. "Mientras nadie cuestiona textos canónicos escritos por hombres, los libros de autoras contemporáneas están constantemente bajo escrutinio. Esto no es un hecho aislado", subraya. Sin embargo, reconoce que estas restricciones a menudo generan un efecto inverso: un interés renovado en los textos señalados.
En cuanto al panorama literario de Patagonia, Padrón celebra la diversidad y riqueza de la poesía regional. Según explica, la distancia geográfica y cultural de los centros urbanos permite un desarrollo único de las voces literarias, ajeno a las modas dominantes de Buenos Aires. "El diálogo aquí es con Chile, con el territorio y con los pueblos originarios. La poesía patagónica tiene un carácter antimoda que es una bendición. No rinde cuentas", describe.
Pensando en quienes deseen iniciarse en el catálogo de Las Guachas, Padrón propone varias obras representativas. Desde Hotel Triunfo de Liliana Campazzo, una exploración de la pérdida en clave de ruta, hasta Todas quisimos ser el sol de Daniela Catrileo, que aborda identidad y territorio a parir de volver sobre el nombre propio. También menciona Intersticios, de Guadalupe Colombo Paz, un relato íntimo sobre la maternidad, y Mataperros de Natalia Belenguer, una colección de cuentos que desarman el imaginario idílico de la Patagonia. "Nuestros libros no buscan ser moralmente correctos; buscan ser buenos libros. Cada título que publicamos tiene un lugar especial, una razón para estar en el catálogo", afirma.
Las Guachas sigue consolidándose como un proyecto editorial que celebra la literatura como resistencia y futuro. "Cada libro es una invitación a escuchar otras voces, a mirar el mundo desde perspectivas que no encontrarás en los grandes medios. Eso es lo que nos impulsa a seguir", indica Padrón.
La historia de esta editorial independiente es un testimonio de resiliencia y creatividad en un entorno difícil. Nacida de la necesidad y moldeada por la convicción, Las Guachas ha sabido construir un espacio donde la literatura es tanto resistencia como refugio. Sus libros, cuidadosamente trabajados, son una invitación a explorar mundos que desafían lo establecido y a escuchar voces que rara vez encuentran eco en los circuitos comerciales.
En un cierre que resume la filosofía de Las Guachas, Padrón reflexiona: "Nosotras somos feministas, pero los libros pueden ser lo que quieran. Queremos que el catálogo sea amplio, diverso, y que cada título interpele a quien lo lea. Al final, lo importante es que son buenos libros, y eso habla por sí solo".
Fuente: El Patagónico