Política

El difícil equilibrio que deben hacer los legisladores de Chubut en tiempos de intereses cruzados

Llegaron a sus bancas por distintas alianzas, pero tienen orígenes peronistas, radicales, macristas y hasta vecinales. Hoy, sus posturas varían en función de las necesidades de referentes nacionales y provinciales. A veces estas coinciden con el juego político que se espera de Chubut, pero lo cierto es que el estrés del último año aumentó tanto para Glinski, Linares y Alianiello, como para Romero, Avila, Cristina o Terenzi. Solo hace la plancha César Treffinger.

A algunos el mandato se les termina dentro de poco más de un año, mientras al resto aún les quedan cuatro de presencia en el Congreso. Son los cinco diputados y los tres senadores nacionales que representan a Chubut desde 2021 y que hasta las últimas elecciones nacionales tenían un panorama más nítido sobre los posicionamientos que debían adoptar. Para ellos estaban claros los liderazgos de Cristina Kirchner o Mauricio Macri, por ejemplo, y lo que ocurría en la provincia iba en sintonía con las aspiraciones de Sergio Massa por heredar el puesto que ocupaba Alberto Fernández.

Pero hubo un balotaje y un ganador impensado; un Presidente disruptivo; resbaloso; dogmático; distante y sin pruritos a la hora de enviar a su ejército de troles a inundar de improperios a quienes osaran discutirle alguna medida. El gobernador Ignacio Torres y la senadora Edith Terenzi pueden dar fe.

Mi enemigo de ayer puede ser mi aliado de hoy

Próximo a cumplir 11 meses de gobierno, Javier Milei adoptó otros modos, al menos para una parte de los que están en la vereda de enfrente, lo cual ahora parece no quitarles la categoría de "argentinos de bien".

En ese sentido, siempre estuvo a salvo César Hernán Treffinger, el financista que hizo un pobre papel cuando quiso ser gobernador de Chubut, pero que ya en la misma boleta que Milei pudo acceder a una banca como diputado nacional, donde permanecerá hasta 2027. El se limitó a decirle que sí a todo lo que impuso el "triángulo de hierro" (hermanos Milei más Santiago Caputo) y posó sonriente en cada foto en la que había que mostrar unidad, aún en la adversidad. Fue uno de los "87 héroes" que celebró con asado no haberle concedido 18 mil pesos de aumento a los jubilados.

Por lo demás, no tuvo un descollante papel. De hecho, sus discursos en las sesiones solo fueron un apagado eco de las frases hechas que pronuncia Milei desde que era un simple panelista gritón.

El juego en la interna peronista

Los peronistas José Glinski, Carlos Linares y María Eugenia Alianiello tuvieron un año más claro en certezas hasta las últimas semanas, cuando surgió la resistencia a Cristina Kirchner como conductora del movimiento fundado por Juan Domingo Perón hace casi 80 años. El mandato de los primeros concluye en 2027, mientras que el de la exconcejal de Madryn vence en 2025.

Como parte de Unión por la Patria, las posturas políticas que adoptaron desde el tratamiento de la primera "ley bases" no dejó lugar a dudas. Se opusieron rotundamente a lo que iba a ser prácticamente una reforma constitucional. Avalaron las leyes más discutidas (mejora de haberes para jubilados y de presupuesto universitario) y rechazaron -en el caso de los diputados porque al Senado no llegó- los vetos del Poder Ejecutivo que terminaron imponiéndose.

El dilema de este trío es cómo pararse en la interna por la conducción partidaria. En ese sentido, Linares es sin dudas el que más claro tiene el panorama por ser cristinista de la primera hora y mantenerse en ese lugar aún en los tiempos más difíciles, que no fueron pocos desde 2015 a esta parte.

Glinski fue referenciado siempre en La Cámpora, pero en esta provincia se lo conoció como un leal de Martín Buzzi que hasta alguna vez se postuló para ser funcionario de Mario Das Neves. Además, hasta su designación como candidato, el dedo de la agrupación en la provincia lo tenía Santiago Igon, dos veces diputado nacional y sin legado para resaltar en lo que hace a concreciones para Chubut. Aunque todo indica que jugaría con Cristina en la interna, Glinski no aparece en la lista que en principio competirá contra Ricardo Quintela el 17 de noviembre.

Alianiello, por su parte, optó por ser parte de la lista del gobernador riojano. Ella fue electa en 2021 y poco tiempo después fue noticia por radicarse en la provincia de Buenos Aires; más específicamente en la localidad de Bragado, donde vivía antes de mudarse a Puerto Madryn y enrolarse en el sector de los hermanos Sastre. El actual intendente de esa ciudad justificó su postura en cierta afinidad ideológica con Victoria Tolosa Paz, la diputada que tuvo aquella frase poco feliz sobre el peronismo y el sexo poco antes de las elecciones legislativas de 2021.

Oficialistas en casa y con reparos en Buenos Aires

El caso de los diputados nacionales Ana Clara Romero y Jorge Antonio Avila es un tanto más complejo, más aún que el de la senadora de su mismo espacio, Andrea Marcela Cristina. Es que esta no ha dejado lugar a dudas que su máximo referente es Macri, aún por sobre el gobernador Torres. Aunque se debe aclarar que siempre es difusa la diferencia entre "Nacho" y el expresidente y, si bien es probable que los separe sobre todo cierta posición sobre el peronismo en particular, lo generacional pesa más a la hora de adoptar miradas sobre el vértigo de los acontecimientos que se han sucedido en los últimos años en este país, no solo en política.

Generalmente, Torres y Macri actúan en tándem y el gobernador ha mostrado cierta independencia a la hora de defender intereses de Chubut, como ocurrió en febrero cuando Nación le cortó el envío de fondos por las deudas que dejó Mariano Arcioni. No obstante, es inconcebible que Torres actúe sin avisarle sus movimientos al máximo referente del PRO.

En este contexto, Romero y Avila deben medir cada una de sus acciones, como simplemente la de sentarse en su banca cuando hay un tema áspero para votar. El sindicalista petrolero, además, debe contemplar que su incorporación a Juntos por el Cambio obedeció a la defensa de los intereses de los trabajadores de su sector, lo cual significa que pueda tener que adoptar posturas que no le caigan simpáticas al gobernador que afanosamente busca inversiones para lograr que Chubut despegue económicamente más temprano que tarde.

Juego propio en Comodoro

La exconcejal Romero, en tanto, atiende otro juego. Dos veces quiso ser intendenta de Comodoro y perdió. Con Juan Pablo Luque en 2019 y con Othar Macharashvili el año pasado. Sin embargo, tras la decisión del radical Tomás Buffa de dejar su banca para irse a un sitio más confortable en la Justicia federal, Romero controla a los cinco legisladores de los 12 que integran el Concejo Deliberante. Su presencia está latente en cada sesión. En la última, el radical Omar Lattanzio la acusó de acomodar parientes y amigos en la función pública.

Además, es ostensible la tirria que existe entre la diputada y el gobernador, quien parece llevarse mejor con el intendente peronista de la ciudad más grande de la provincia. Romero aspira a ser reelecta el año que viene y mientras tanto hay consultoras que preguntan si algún elector podría votar por el vicegobernador Gustavo Menna o por su antecesor en el cargo, Ricardo Sastre, un eterno aliado de los oficialismos de turno.

Otro caso de escopeta

Finalmente, aparece en escena Edith Terenzi, de origen radical y electa senadora por Juntos por el Cambio en 2021; es decir que aún le quedan 4 años para lidiar con situaciones en las que se ponen en juego principios; intereses sectoriales, provinciales y nacionales; y la tradición de la UCR.

Aliada de Torres, la politóloga ha protagonizado sin embargo ciertos hechos que le valieron las groserías de ocasión por parte de los que insultan en las redes antisociales. Y aunque ahora pasó a integrar el flamante bloque "Provincias Unidas", Terenzi sintoniza con los radicales del Senado y de la Cámara de Diputados. Siguió de cerca los vaivenes que se dieron en esta última desde que aparecieron los cinco "radicales con peluca" y parece estar más cercana a los que optaron por permanecer dentro del bloque que preside Rodrigo de Loredo, aunque con reparos a muchas de las posturas del yerno de Oscar Aguad.

En este sentido, se diferencia de la diputada santacruceña Roxana Reyes, quien casi no disimula sus ganas de pasarse a La Libertad Avanza. Claro que su mandato concluye el año próximo y en su provincia tiene que competir contra un peronismo más fuerte que el de Chubut y contra el partido provincial que pudo destronar al kirchnerismo tras más de 30 años.