Géneros

"Gorda, tenés que hacer ejercicio": Jueza mandó a empresa de Madryn a hacer curso de género

Se trata de la sentencia por una causa de violencia laboral y discriminación de género iniciada por una empleada en contra de una firma de prestaciones médicas de Madryn. Una jueza ordenó una multa y además, que todo el personal (en especial el jerárquico) se capacite a través de un curso de sensibilización para la prevención de la violencia de género. "Es la garantía de no repetición", dijo Cecilia Russo de la Universidad del Chubut, desde donde realizará la capacitación.

Por Lorena Leeming

Profesionales de la Universidad del Chubut tendrán a su cargo el dictado de un curso a toda una empresa de prestaciones médicas respondiendo a la sentencia dictada por la jueza laboral Carolina Barreiro de Puerto Madryn que impuso esa pena (además de otras indemnizaciones) en una causa por violencia y discriminación por razones de género cuya víctima es una mujer que cumplía funciones allí.

El fallo con esta perspectiva es inédito y se refuerza aún más en un escenario en que desde el Gobierno Nacional se asfixia las políticas inclusivas, planteando un marco de justicia reparatoria. "Intenta que no quede en una condena de daños patrimoniales. Es la garantía de no repetición", expresó a Jornada y Cadena Tiempo, la coordinadora del Observatorio de Género de la UCH Cecilia Russo, quien liderará el trabajo a realizar.

La actividad, se dispuso en el cumplimiento de 20 horas cátedra y si bien deberá asistir "todo" el personal de la firma a quien impusieron la condena, será prioritario que asistan los directivos y/o gerentes y personal jerárquico, entre los que por supuesto, deberá estar el principal acusado de la agresión causada a la empleada. Además, elaborar un protocolo de actuación ante casos de violencia y acoso en un máximo de un mes.

Se trata del caso en el que la jueza relató en su sentencia, varias situaciones ya inaguantables para la víctima incluyendo malos tratos que comprometían su salud. "El vínculo laboral en sus comienzos, fue de camaradería, con sus compañeros e incluso con el superior cuestionado, pero más tarde comenzó a mutar su comportamiento "mediante comentarios ofensivos, agresivos y discriminatorios como por ejemplo: "Gorda, tenés que hacer ejercicio", le contaba chistes relacionados con la gordura para humillarla, conductas que se incrementaron al nivel de hostigamiento, cuando la mujer le manifestó que le incomodaba y molestaba. Agregó que ante ello, recibía burlas y amenazas: "Ojo si hablás con la Gerencia atenete a las consecuencias" o ante manifestaciones de la denunciante sobre que iba a renunciar y conseguir otro trabajo, el ofensor le decía: "Adónde te van a tomar a vos": "Vos no servís para nada": "Agradecé que tenés este trabajo".

Russo, quien advirtió que en estas horas la rectora ya firmará el convenio para llevar adelante la capacitación, indicó que "me parece importante destacar el fallo. Plantea un marco de justicia reparatoria. Intenta que no queda en una condena de daños patrimoniales. Es la garantía de no repetición. Es aplicar leyes vigentes. Es lo novedoso de lo que viene de la mano en espacios públicos y privados. Toma la temática con seriedad. Entiende que más allá de la condena, hubo entrevistas para llevar adelante la capacitación. Hay percepción de cosas que no se conocen", explicó.

La prestigiosa profesional se refirió a la modalidad del trabajo que se dictará. "Vamos a tener espacios presenciales. Talleres. La formación es cambiar el espacio cultural. Un cambio de prácticas. Los talleres son para poder registrar acciones y prácticas. Vamos a hacerlo en los espacios áulicos. La rectora va a firmar el convenio en las próximas horas y habrá material disponible para realizar lectura e intercambios y encuentros lúdicos y de reflexión", agregó.

Se mostró satisfecha con la sentencia con clara perspectiva de género. "No es un tema menor que se efectivice. Hace muy poco la Argentina adoptó el artículo Nº 190 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que habla sobre violencia en el ámbito laboral en general y de género. Se empezó a visualizar que los actos están perjudicando costos en las empresas", reveló.

Explicó al respecto que "cuando hay violencia empiezan con cuestiones psicológicas, físicas y demanda de obras sociales. Es por eso, que se aplicará todo un proceso de buenas prácticas de la garantías de desarrollos sostenibles. Se intentará cubrir los objetivos para un mundo mejor y los ámbitos más productivos", deslizó.

Se refirió Cecilia Russo al primer contacto que tomó la Alta Casa de Estudios con la empresa que debe cumplir la condena. "Nos contacta el gerente de la empresa. A partir de ese contacto, se realizó una reunión presencial para ver de qué se trataba la situación. Hay algunos contenidos particulares y se tiene que trabajar con el sector donde se va. Es aplicar el trabajo de la UCH en esta temática (género) con la que venimos capacitando a sindicatos y sectores privados", subrayó.

Russo fue más precisa: "Lo que sucede cuando existe violencia laboral, es que el impacto es colectivo. Lo que le pasa a una empleada repercute en el resto. El clima laboral es complejo", manifestó.

Indicó al respecto que "la sentencia plantea también que la empresa empiece a actuar en protocolo de actuación. Tienen que participar todos" dijo, a la vez que reiteró que lo que se aplica es el "principio de justicia reparativa. Es un mensaje esperanzador. Por el otro lado, lo discursivo: la cuestión de lo que se dice y el accionar político y representantes nacionales que estamos viviendo. Hay normativas vigentes y que hay que cumplirlas. Se retrocedería más si la justicia mira a otro lado. Acá se aplicó", concluyó.

Fuente: Jornada