En el segundo trimestre la deuda de Chubut bajó el 3,9% y se ubicó en los $700.000 millonesPor primera vez en mucho tiempo el endeudamiento de Chubut experimentó un baja de 28.000 millones de pesos durante el segundo trimestre del año y consolidó una deuda total de 702.317 millones de pesos. El descenso del 3,9% relevado hasta mitad de este año es un dato que se vincula estrechamente al achicamiento de la deuda provincial con Nación a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. Tras las negociaciones del gobernador Ignacio Torres con la administración de Javier Milei se contrajo en un 24,5% respecto del primer trimestre. No obstante, hay que tener en cuenta la suba de la deuda en los otros rubros que conforman el endeudamiento chubutense.
El gobernador Ignacio "Nacho" Torres puede exhibir haber reducido la deuda de Chubut por primera vez en varios años, ya que en la primera mitad del año consiguió bajarla de los 730.565 millones de pesos que había en el primer trimestre a los 702.317 millones que se informó oficialmente para el segundo trimestre.
La contracción del endeudamiento provincial representó un achicamiento del 3,9% trimestral y se tradujo en 28.248 millones de pesos menos, según consta en los datos oficiales difundidos esta semana por la Subsecretaría de Gestión Presupuestaria de Chubut.
El acuerdo Torres-Milei por la deuda con el FFDP
La principal explicación de este achicamiento surge de las negociaciones efectuadas por Torres con los funcionarios de Javier Milei sobre la deuda que la provincia tenía judicializada con Nación por los préstamos tomados a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP).
A finales de septiembre el gobernador del Chubut presentó un detalle de la situación del endeudamiento y aseguró que "al día de hoy no solo no emitimos un solo peso de deuda, sino que además puedo decir que voy a terminar mi gestión dejando a la provincia totalmente desendeudada, con solo una cuota a pagar de 65 millones de dólares".
El propio Torres había manifestado a mediados del mes pasado que "nosotros planteamos la compensación y hacer una quita de la tasa usurera atada a la inflación. Había una deuda de 200.000 millones de pesos".
Esa deuda es la que disparó el conflicto entre Torres y Milei a finales de febrero cuando Nación comenzó a ejecutar los descuentos de los vencimientos sobre la Coparticipación Federal de Impuestos -mientras que la provincia argumentó que buscaba renegociar los plazos de pago y los montos- y que desembocó en la judicialización del tema, que se mantuvo frenado por la vía judicial hasta llegar al acuerdo entre las partes.
Más allá de algunas diferencias en los números expresados por el gobernador, la información oficial reflejó que a finales del 2023 la deuda con el FFDP ascendió a los 96.753 millones de pesos y producto de la disparada inflacionaria de diciembre y el primer trimestre de este año trepó a los 157.722 millones.
Luego del acuerdo descendió a los 119.091 millones de pesos generándose un achicamiento del 24,5% que significó para la provincia reducir el endeudamiento con el FFDP en 38.631 millones.
Allí radica la principal explicación de por qué la deuda chubutense se contrajo en el segundo trimestre del año, aunque habrá que esperar que se haga público el decreto presidencial que enmarque los alcances de la reducción y cómo se desenvolverán los próximos vencimientos, a qué tasa de interés y con qué plazos.
La evolución del endeudamiento
Si bien Torres puede aplaudir que consiguió bajar la deuda en un trimestre, el logro está estrictamente vinculado a que no se produzca ninguna devaluación abrupta del peso y que no se dispare la inflación en lo que resta del año.
Es que el 82% del total de la deuda provincial fue contraída en dólares, especialmente la relacionada al BOCADE emitido por Mario Das Neves en 2016 y que se termina de pagar en octubre del 2030; la contraída con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la que queda pendiente en el rubro de los títulos públicos entre los que la mayoría (como el TIDECH -que se renegoció en tiempos de Facundo Ball extendiendo los plazos de pago hasta el 2027- y otros) fue colocada en billete estadounidense convertible a pesos para su cancelación.
Todas estas deudas fluctúan al alza cada vez que se mueve el dólar oficial y se dispara con cada devaluación como sucedió en el último cuatrimestre del año pasado con las devaluaciones de Sergio Massa en agosto y Javier Milei en diciembre.
Efectos negativos de la devaluación y la inflación
En el segundo trimestre del año pasado la deuda de Chubut se ubicaba en los 231.697 millones de pesos, pero las dos devaluaciones la hicieron subir a los 702.317 millones de mismo período de este año.
El saldo interanual fue del 203% producto de la suba del dólar y las posteriores estampidas inflacionarias; pero los rubros de la deuda que más aumentaron fueron el de los títulos públicos con una suba del 332%; 275% la tomada con el BID y un 184% la del BOCADE.
Detrás de ellos se ubicó el endeudamiento con el FFDP que subió el 173% a pesar de la quita acordada con Nación.
Cualquier cimbronazo que se produzca en el dólar afecta de manera combinada a Chubut, aunque el saldo siempre termina siendo negativo porque las subas de la deuda son siempre mayores que las vinculadas a la recaudación de regalías petroleras.
Por un lado, cuando sube el tipo de cambio oficial aumenta al mismo tiempo el impacto positivo de las regalías petroleras que se cobran en moneda estadounidense; pero en paralelo sube de manera exponencial la deuda contraída en billete verde y se dispara la inflación que a su vez afecta la deuda colocada en pesos que aumenta según los índices inflacionarios.
Estos sacudones de tipo de cambio e inflación que se dieron a finales del 2023 y principios del 2024 hicieron que, a pesar del achicamiento de deuda que consiguió Torres, en el segundo trimestre el endeudamiento provincial sea un 7,5% más alto que al 31 de diciembre del año pasado y experimentara una suba de 49.073 millones de pesos.
El apartado que más se incrementó en seis meses fue el vinculado al FFDP con una suba del 23,1% (22.338 millones de pesos); seguido por la deuda con el BID con un 19,6% (3.675 millones); la de los títulos públicos con el 12,6% (16.603 millones) y la del BOCADE que experimentó un incremento del 1,5% (6.115 millones).
El impacto de la deuda sobre los gastos de la provincia se achicó considerablemente en este 2024 y en el segundo trimestre el endeudamiento representó el 65,3% del crédito vigente en los gatos totales previstos en el presupuesto para este año.
Ese nivel de efecto sobre las cuentas públicas fue notoriamente menor al 126,9% que se había alcanzado en el cuatro trimestre del año pasado cuando concluía la gestión de Mariano Arcioni y arrancaba la del actual gobernador.
Pero los efectos negativos antes mencionados hicieron que, más allá del achicamiento de la deuda conseguido por Torres, hicieron que el impacto sobre los gastos totales sea muy similar al 69,9% que se había registrado en el cuatro trimestre del 2022.
Por primera vez en mucho tiempo el endeudamiento de Chubut experimentó un baja de 28.000 millones de pesos durante el segundo trimestre del año y consolidó una deuda total de 702.317 millones de pesos. El descenso del 3,9% relevado hasta mitad de este año es un dato que se vincula estrechamente al achicamiento de la deuda provincial con Nación a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. Tras las negociaciones del gobernador Ignacio Torres con la administración de Javier Milei se contrajo en un 24,5% respecto del primer trimestre. No obstante, hay que tener en cuenta la suba de la deuda en los otros rubros que conforman el endeudamiento chubutense.
El gobernador Ignacio "Nacho" Torres puede exhibir haber reducido la deuda de Chubut por primera vez en varios años, ya que en la primera mitad del año consiguió bajarla de los 730.565 millones de pesos que había en el primer trimestre a los 702.317 millones que se informó oficialmente para el segundo trimestre.
La contracción del endeudamiento provincial representó un achicamiento del 3,9% trimestral y se tradujo en 28.248 millones de pesos menos, según consta en los datos oficiales difundidos esta semana por la Subsecretaría de Gestión Presupuestaria de Chubut.
El acuerdo Torres-Milei por la deuda con el FFDP
La principal explicación de este achicamiento surge de las negociaciones efectuadas por Torres con los funcionarios de Javier Milei sobre la deuda que la provincia tenía judicializada con Nación por los préstamos tomados a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP).
A finales de septiembre el gobernador del Chubut presentó un detalle de la situación del endeudamiento y aseguró que "al día de hoy no solo no emitimos un solo peso de deuda, sino que además puedo decir que voy a terminar mi gestión dejando a la provincia totalmente desendeudada, con solo una cuota a pagar de 65 millones de dólares".
El propio Torres había manifestado a mediados del mes pasado que "nosotros planteamos la compensación y hacer una quita de la tasa usurera atada a la inflación. Había una deuda de 200.000 millones de pesos".
Esa deuda es la que disparó el conflicto entre Torres y Milei a finales de febrero cuando Nación comenzó a ejecutar los descuentos de los vencimientos sobre la Coparticipación Federal de Impuestos -mientras que la provincia argumentó que buscaba renegociar los plazos de pago y los montos- y que desembocó en la judicialización del tema, que se mantuvo frenado por la vía judicial hasta llegar al acuerdo entre las partes.
Más allá de algunas diferencias en los números expresados por el gobernador, la información oficial reflejó que a finales del 2023 la deuda con el FFDP ascendió a los 96.753 millones de pesos y producto de la disparada inflacionaria de diciembre y el primer trimestre de este año trepó a los 157.722 millones.
Luego del acuerdo descendió a los 119.091 millones de pesos generándose un achicamiento del 24,5% que significó para la provincia reducir el endeudamiento con el FFDP en 38.631 millones.
Allí radica la principal explicación de por qué la deuda chubutense se contrajo en el segundo trimestre del año, aunque habrá que esperar que se haga público el decreto presidencial que enmarque los alcances de la reducción y cómo se desenvolverán los próximos vencimientos, a qué tasa de interés y con qué plazos.
La evolución del endeudamiento
Si bien Torres puede aplaudir que consiguió bajar la deuda en un trimestre, el logro está estrictamente vinculado a que no se produzca ninguna devaluación abrupta del peso y que no se dispare la inflación en lo que resta del año.
Es que el 82% del total de la deuda provincial fue contraída en dólares, especialmente la relacionada al BOCADE emitido por Mario Das Neves en 2016 y que se termina de pagar en octubre del 2030; la contraída con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la que queda pendiente en el rubro de los títulos públicos entre los que la mayoría (como el TIDECH -que se renegoció en tiempos de Facundo Ball extendiendo los plazos de pago hasta el 2027- y otros) fue colocada en billete estadounidense convertible a pesos para su cancelación.
Todas estas deudas fluctúan al alza cada vez que se mueve el dólar oficial y se dispara con cada devaluación como sucedió en el último cuatrimestre del año pasado con las devaluaciones de Sergio Massa en agosto y Javier Milei en diciembre.
Efectos negativos de la devaluación y la inflación
En el segundo trimestre del año pasado la deuda de Chubut se ubicaba en los 231.697 millones de pesos, pero las dos devaluaciones la hicieron subir a los 702.317 millones de mismo período de este año.
El saldo interanual fue del 203% producto de la suba del dólar y las posteriores estampidas inflacionarias; pero los rubros de la deuda que más aumentaron fueron el de los títulos públicos con una suba del 332%; 275% la tomada con el BID y un 184% la del BOCADE.
Detrás de ellos se ubicó el endeudamiento con el FFDP que subió el 173% a pesar de la quita acordada con Nación.
Cualquier cimbronazo que se produzca en el dólar afecta de manera combinada a Chubut, aunque el saldo siempre termina siendo negativo porque las subas de la deuda son siempre mayores que las vinculadas a la recaudación de regalías petroleras.
Por un lado, cuando sube el tipo de cambio oficial aumenta al mismo tiempo el impacto positivo de las regalías petroleras que se cobran en moneda estadounidense; pero en paralelo sube de manera exponencial la deuda contraída en billete verde y se dispara la inflación que a su vez afecta la deuda colocada en pesos que aumenta según los índices inflacionarios.
Estos sacudones de tipo de cambio e inflación que se dieron a finales del 2023 y principios del 2024 hicieron que, a pesar del achicamiento de deuda que consiguió Torres, en el segundo trimestre el endeudamiento provincial sea un 7,5% más alto que al 31 de diciembre del año pasado y experimentara una suba de 49.073 millones de pesos.
El apartado que más se incrementó en seis meses fue el vinculado al FFDP con una suba del 23,1% (22.338 millones de pesos); seguido por la deuda con el BID con un 19,6% (3.675 millones); la de los títulos públicos con el 12,6% (16.603 millones) y la del BOCADE que experimentó un incremento del 1,5% (6.115 millones).
El impacto de la deuda sobre los gastos de la provincia se achicó considerablemente en este 2024 y en el segundo trimestre el endeudamiento representó el 65,3% del crédito vigente en los gatos totales previstos en el presupuesto para este año.
Ese nivel de efecto sobre las cuentas públicas fue notoriamente menor al 126,9% que se había alcanzado en el cuatro trimestre del año pasado cuando concluía la gestión de Mariano Arcioni y arrancaba la del actual gobernador.
Pero los efectos negativos antes mencionados hicieron que, más allá del achicamiento de la deuda conseguido por Torres, hicieron que el impacto sobre los gastos totales sea muy similar al 69,9% que se había registrado en el cuatro trimestre del 2022.