La guerra sin fin: El costo humano para el Líbano de la invasión israelíNACIONES UNIDAS - El 23 de septiembre, Israel comenzó a lanzar una andanada de ataques aéreos sobre Líbano, dirigidos oficialmente contra la milicia armada Hezbolá, respaldado por Irán. Según declaraciones de la Fuerza de Defensa Israelí (IDP, en inglés), se han atacado aproximadamente 3600 emplazamientos, lo que la convierte en la campaña aérea más mortífera contra Líbano de los últimos 20 años.
Informes del gobierno libanés indican que los ataques han causado la muerte de al menos 1400 personas, entre ellas los altos cargos de Hezbolá Hasan Nasrallah y Nabil Kaouk. En respuesta, Hezbolá lanzó una serie de cohetes y aviones no tripulados contra bases israelíes, la mayoría de los cuales fueron interceptados.
El 2 de octubre, el grupo lanzó un ataque con misiles contra una base militar israelí cerca de Tel Aviv, un día después de que Irán también lanzase cientos de misiles contra Israel que fueron en su mayoría interceptados, gracias al «escudo de hierro» de defensa aérea del país.
Se prevé que el número de muertos aumente, ya que los bombardeos continúan sin que haya indicios de un alto el fuego. El miércoles 2, Israel lanzó una invasión terrestre en las fronteras del sur de Líbano, desplegando unos 10 000 soldados para avanzar hacia el norte.
Este mismo jueves 3 se produjo el mayor ataque israelí sobre Beirut desde el inició de su ofensiva, mientras desde Tel Aviv se exigía a los pobladores de localidades del sur libanés su desalojo para no ser víctimas de su ofensiva por tierra.
Hilal Khashan, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Americana de Beirut, considera que los ataques de Israel contra Beirut y otros puntos de Líbano son un intento de debilitar las respuestas de Hezbolá, a fin de que la invasión terrestre tenga poca oposición.
«Una vez que (los militares israelíes) consideren que han ablandado lo suficiente la resistencia de Hezbolá, lanzarán su ofensiva terrestre. Se están centrando en los activos estratégicos de Hezbolá», afirmó.
Bloques residenciales enteros de Beirut han quedado diezmados, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares. Las Naciones Unidas informan de que aproximadamente 900.000 personas han sido desplazadas, con 260 000 desplazamientos internos y 100 000 desplazamientos a Siria.
La Oficina de Naciones Unidas de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) declaró que se espera que los desplazamientos masivos aumenten en los próximos días, ya que las FDI han emitido órdenes de evacuación en 30 pueblos del sur del Líbano entre desde el martes.
Además, las instalaciones médicas del Líbano luchan por prestar asistencia en primera línea. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que se han cerrado más de 30 centros de atención primaria de salud en zonas muy afectadas debido a los daños y la inseguridad.
Mohamed Arkadan, socorrista de emergencias en Líbano, declaró: «Cerca de una docena de apartamentos se habían derrumbado sobre la ladera [que] antes pasábamos por alto, enterrando a más de 100 personas». Arkadan y su equipo, contó, sacaron más de 40 cadáveres de entre los escombros, entre los que había niños.
Los ataques y bombardeos comenzaron a cobrarse ya un importante tributo psicológico en Líbano, sobre todo en primera línea con el personal de emergencias.
Basil Abdallah, director médico del Hospital Rayak, en Beirut, explicó: «Ver niños bombardeados, ver pacientes ancianos y mujeres bombardeadas, es difícil. La mayoría de las enfermeras y los médicos están deprimidos. Tenemos emociones. Somos humanos».
Karim Bitar, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Saint Joseph de Beirut, describió las tácticas ofensivas de Israel como una «guerra psicológica».
Las organizaciones humanitarias temen que los ataques, cada vez más indiscriminados, señalen el inicio de una guerra.
«La forma en que Israel libra la guerra difiere notablemente de la de sus aliados en cuanto a frecuencia e intensidad de los ataques», afirmó Emily Tripp, directora de Airwars, organización británica sin ánimo de lucro que realiza un seguimiento de las víctimas civiles de los conflictos internacionales.
«Estados Unidos lanzó 500 municiones en un día durante el pico de su campaña de 2017 contra el Estado Islámico en Raqqa. Israel superó con creces esta potencia de fuego, informando de ataques contra 1600 objetivos solo el 23 de septiembre», dijo la activista.
Este mismo jueves, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha hablado con el primer ministro libanés, Najib Mikati, asegurando que la ONU está plenamente movilizada para proporcionar ayuda humanitaria directa a las zonas afectadas.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha proporcionado suministros esenciales a más de 200 refugios, mientras que La Organización Mundial de la Salud (OMS) está proporcionando apoyo financiero y técnico a los trabajadores médicos en Líbano.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha proporcionado comidas calientes y dinero de emergencia a 10 000 hogares. La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) mantendrá su posición y ajustará sus actividades de acuerdo con su mandato.
Fuente: IPS
NACIONES UNIDAS - El 23 de septiembre, Israel comenzó a lanzar una andanada de ataques aéreos sobre Líbano, dirigidos oficialmente contra la milicia armada Hezbolá, respaldado por Irán. Según declaraciones de la Fuerza de Defensa Israelí (IDP, en inglés), se han atacado aproximadamente 3600 emplazamientos, lo que la convierte en la campaña aérea más mortífera contra Líbano de los últimos 20 años.
Informes del gobierno libanés indican que los ataques han causado la muerte de al menos 1400 personas, entre ellas los altos cargos de Hezbolá Hasan Nasrallah y Nabil Kaouk. En respuesta, Hezbolá lanzó una serie de cohetes y aviones no tripulados contra bases israelíes, la mayoría de los cuales fueron interceptados.
El 2 de octubre, el grupo lanzó un ataque con misiles contra una base militar israelí cerca de Tel Aviv, un día después de que Irán también lanzase cientos de misiles contra Israel que fueron en su mayoría interceptados, gracias al «escudo de hierro» de defensa aérea del país.
Se prevé que el número de muertos aumente, ya que los bombardeos continúan sin que haya indicios de un alto el fuego. El miércoles 2, Israel lanzó una invasión terrestre en las fronteras del sur de Líbano, desplegando unos 10 000 soldados para avanzar hacia el norte.
Este mismo jueves 3 se produjo el mayor ataque israelí sobre Beirut desde el inició de su ofensiva, mientras desde Tel Aviv se exigía a los pobladores de localidades del sur libanés su desalojo para no ser víctimas de su ofensiva por tierra.
Hilal Khashan, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Americana de Beirut, considera que los ataques de Israel contra Beirut y otros puntos de Líbano son un intento de debilitar las respuestas de Hezbolá, a fin de que la invasión terrestre tenga poca oposición.
«Una vez que (los militares israelíes) consideren que han ablandado lo suficiente la resistencia de Hezbolá, lanzarán su ofensiva terrestre. Se están centrando en los activos estratégicos de Hezbolá», afirmó.
Bloques residenciales enteros de Beirut han quedado diezmados, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares. Las Naciones Unidas informan de que aproximadamente 900.000 personas han sido desplazadas, con 260 000 desplazamientos internos y 100 000 desplazamientos a Siria.
La Oficina de Naciones Unidas de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) declaró que se espera que los desplazamientos masivos aumenten en los próximos días, ya que las FDI han emitido órdenes de evacuación en 30 pueblos del sur del Líbano entre desde el martes.
Además, las instalaciones médicas del Líbano luchan por prestar asistencia en primera línea. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que se han cerrado más de 30 centros de atención primaria de salud en zonas muy afectadas debido a los daños y la inseguridad.
Mohamed Arkadan, socorrista de emergencias en Líbano, declaró: «Cerca de una docena de apartamentos se habían derrumbado sobre la ladera [que] antes pasábamos por alto, enterrando a más de 100 personas». Arkadan y su equipo, contó, sacaron más de 40 cadáveres de entre los escombros, entre los que había niños.
Los ataques y bombardeos comenzaron a cobrarse ya un importante tributo psicológico en Líbano, sobre todo en primera línea con el personal de emergencias.
Basil Abdallah, director médico del Hospital Rayak, en Beirut, explicó: «Ver niños bombardeados, ver pacientes ancianos y mujeres bombardeadas, es difícil. La mayoría de las enfermeras y los médicos están deprimidos. Tenemos emociones. Somos humanos».
Karim Bitar, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Saint Joseph de Beirut, describió las tácticas ofensivas de Israel como una «guerra psicológica».
Las organizaciones humanitarias temen que los ataques, cada vez más indiscriminados, señalen el inicio de una guerra.
«La forma en que Israel libra la guerra difiere notablemente de la de sus aliados en cuanto a frecuencia e intensidad de los ataques», afirmó Emily Tripp, directora de Airwars, organización británica sin ánimo de lucro que realiza un seguimiento de las víctimas civiles de los conflictos internacionales.
«Estados Unidos lanzó 500 municiones en un día durante el pico de su campaña de 2017 contra el Estado Islámico en Raqqa. Israel superó con creces esta potencia de fuego, informando de ataques contra 1600 objetivos solo el 23 de septiembre», dijo la activista.
Este mismo jueves, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha hablado con el primer ministro libanés, Najib Mikati, asegurando que la ONU está plenamente movilizada para proporcionar ayuda humanitaria directa a las zonas afectadas.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha proporcionado suministros esenciales a más de 200 refugios, mientras que La Organización Mundial de la Salud (OMS) está proporcionando apoyo financiero y técnico a los trabajadores médicos en Líbano.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha proporcionado comidas calientes y dinero de emergencia a 10 000 hogares. La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) mantendrá su posición y ajustará sus actividades de acuerdo con su mandato.
Fuente: IPS