GNL: Los gobernadores patagónicos siguen unidos, pero ahora con Milei Cinco meses después de mostrarse juntos como mosqueteros porque Javier Milei había tocado a uno de ellos -Nacho Torres-, los gobernadores de la Patagonia ratifican que su postura es unívoca, aunque en este caso no son todos los que estaban, pero sí la gran mayoría. Y tomaron postura por el Presidente, quien influyó para que YPF finalmente decida construir su planta de gas licuado en Río Negro, a pocos kilómetros de Chubut.
Ignacio Torres, Claudio Vidal y Rolando Figueroa se sumaron en los últimos días al pedido del rionegrino Alberto Weretilneck para que la planta de gas licuado que proyectaba YPF se hiciera en la vecina provincia y no en Bahía Blanca, pese a la inversión que ya había hecho en esa ciudad la operadora. De allí que no eran pocos los que preanunciaban que el directorio de la compañía ratificaría su más importante inversión de los últimos años en la provincia que gobierna Axel Kicillof, tal vez el principal adversario político que tiene hoy el presidente Javier Milei.
Pero luego de sopesar los pro y los contra (por ejemplo confirmar que el opositor por excelencia es el exministro de Economía), Milei terminó inclinando la balanza por Río Negro, cuyo parlamento -además- hizo punta en el país al adherir rápidamente al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).
Sin dudas, Weretilneck ya tenía el guiño de parte de quienes terminarían influyendo sobre el directorio de YPF. La planta de Gas Natural Licuado (GNL), entonces, se levantará en el puerto de Punta Colorada, en la localidad de Sierra Grande,
A pocos kilómetros de Playas Doradas, la última localidad de la costa del Golfo San Matías antes de Chubut.
Esa terminal portuaria fue habilitada en 1977 por la firma Hierro Patagónico de Sierra Grande Sociedad Anónima Minera (HIPASAM), pero en 1992 la mina cerró, dejando a cientos de personas sin trabajo. Los habitantes de esa ciudad atravesaron penosas situaciones durante los años del menemismo y en no pocas ocasiones cortaron la Ruta nacional 3 para llamar la atención sobre lo difícil que era la subsistencia en Sierra Grande, donde casualmente inició su carrera política como concejal en 1983 Miguel Angel Pichetto, actualmente interlocutor privilegiado ante el Poder Ejecutivo Nacional. Es quien conduce un bloque importante de diputados nacionales que funcionan dentro de lo que se conoce como "oposición amigable". Votaron el RIGI, por ejemplo, algo que no hicieron los representantes de Unión por la Patria que ahora se lamentan por las inversiones que no irán a la provincia de Kicillof.
TODOS PARA UNO, MENOS DOS
En febrero pasado, los gobernadores patagónicos estaban todos en el mismo andarivel. Gestos y comunicados solidarios proliferaban entre ellos. Hubo reuniones y confirmación de que en el nuevo mapa político que surgió tras el calendario electoral del año pasado, lo mejor era consolidar un bloque que actuara en tándem para lo que venía, con un Presidente imprevisible y poco afecto al diálogo con pares, aunque él fuera el primus.
La unidad entre chubutenses, rionegrinos, neuquinos y santacruceños venía trabajándose desde 2021, cuando en las elecciones de medio término se impusieron los candidatos opositores al peronismo gobernante. Nacho Torres fue de los primeros que habló de un bloque de legisladores regionales independiente, aún del PRO, partido del que también provenían Matías Taccetta y Ana Clara Romero. También sumaba a Edith Terenzi, de cuna radical.
La disputa que explotó el 23 de febrero en Comodoro Rivadavia por los fondos de coparticipación que Nación le retenía a Chubut puso a prueba la unidad y se superó con creces. Entonces también estaban el fueguino Gustavo Melella y el pampeano Sergio Ziliotto.
Pero cinco meses después ya no salen en la foto todos los que entonces eran. Ahora se dejó de resaltar que La Pampa también es parte de la Patagonia y en Tierra del Fuego algunos se deben sentir como que los quieren hacer caer del mapa.
Es que Melella y Ziliotto fueron los únicos de aquellos 6 que no reclamaron la planta de GNL para la región. Seguramente por su pertenencia al kirchnerismo, aunque ello no esté tan marcado en el caso del pampeano. Los gobernadores que lideran fuerzas provinciales, en cambio, le dieron el aval a la decisión de Milei antes de que se confirmara la decisión del directorio de YPF.
LA HISTORIA PESA
"La Patagonia es el motor energético del país desde hace más de 100 años y Río Negro y toda la región patagónica cuentan con ventajas competitivas indudables", sostuvo Torres el último fin de semana.
Además -y quizás pensando en su propio futuro-, aseguró que "a eso se suma una receptividad a las inversiones que justifican sobradamente a esa plaza como destino final para el desarrollo del proyecto de YPF-Petronas, y muchos otros por venir. Llegó la hora de que el desarrollo industrial se haga en la Patagonia, para garantizar el agregado de valor en la producción local".
No olvidó mencionar el chubutense que "bajo la excusa de que el agregado de valor debía darse cerca de la demanda, fuimos testigos durante todo este tiempo de cómo nuestros recursos alimentaron el desarrollo industrial solo en territorios alejados".
Y concluyó: "afortunadamente, el auge de los recursos no convencionales posiciona hoy a la Patagonia como un centro exportador de energía, en donde pierde sentido la demanda local y lo que realmente importa son las condiciones que ofrecemos para exportar al mundo".
Menos enfático fue el neuquino Rolando Figueroa, pero el santacruceño Claudio Vidal también apuntó fuerte y arriba contra la historia del centralismo. "Soy un gobernador patagónico y como tal quiero el puerto para poder exportar GNL en la Patagonia. Lo quiero en Río Negro. Lo quiero en la tierra desde donde se extrae el recurso que da tanta riqueza", señaló.
Asimismo, recordó que "siempre nuestra riqueza termina en Buenos Aires, para que luego nos impongan condiciones en los precios, los recursos, el abastecimiento y la distribución. Hoy, la oportunidad de desarrollo debe ser aprovechada por la Patagonia".
Pero por si fuera poco, Vidal apeló a la historia reciente. "Han pasado casi 40 años desde que Neuquén se plantó frente al centralismo porteño y defendió sus recursos. En 1984 Neuquén dijo No al caño' y pidió que la planta de fertilizantes se radique en Cutral Co. Finalmente triunfó Buenos Aires y se construyó en Bahía Blanca", recordó mientras evocaba a un poeta visionario de la región: Marcelo Berbel.
Cinco meses después de mostrarse juntos como mosqueteros porque Javier Milei había tocado a uno de ellos -Nacho Torres-, los gobernadores de la Patagonia ratifican que su postura es unívoca, aunque en este caso no son todos los que estaban, pero sí la gran mayoría. Y tomaron postura por el Presidente, quien influyó para que YPF finalmente decida construir su planta de gas licuado en Río Negro, a pocos kilómetros de Chubut.
Ignacio Torres, Claudio Vidal y Rolando Figueroa se sumaron en los últimos días al pedido del rionegrino Alberto Weretilneck para que la planta de gas licuado que proyectaba YPF se hiciera en la vecina provincia y no en Bahía Blanca, pese a la inversión que ya había hecho en esa ciudad la operadora. De allí que no eran pocos los que preanunciaban que el directorio de la compañía ratificaría su más importante inversión de los últimos años en la provincia que gobierna Axel Kicillof, tal vez el principal adversario político que tiene hoy el presidente Javier Milei.
Pero luego de sopesar los pro y los contra (por ejemplo confirmar que el opositor por excelencia es el exministro de Economía), Milei terminó inclinando la balanza por Río Negro, cuyo parlamento -además- hizo punta en el país al adherir rápidamente al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).
Sin dudas, Weretilneck ya tenía el guiño de parte de quienes terminarían influyendo sobre el directorio de YPF. La planta de Gas Natural Licuado (GNL), entonces, se levantará en el puerto de Punta Colorada, en la localidad de Sierra Grande,
A pocos kilómetros de Playas Doradas, la última localidad de la costa del Golfo San Matías antes de Chubut.
Esa terminal portuaria fue habilitada en 1977 por la firma Hierro Patagónico de Sierra Grande Sociedad Anónima Minera (HIPASAM), pero en 1992 la mina cerró, dejando a cientos de personas sin trabajo. Los habitantes de esa ciudad atravesaron penosas situaciones durante los años del menemismo y en no pocas ocasiones cortaron la Ruta nacional 3 para llamar la atención sobre lo difícil que era la subsistencia en Sierra Grande, donde casualmente inició su carrera política como concejal en 1983 Miguel Angel Pichetto, actualmente interlocutor privilegiado ante el Poder Ejecutivo Nacional. Es quien conduce un bloque importante de diputados nacionales que funcionan dentro de lo que se conoce como "oposición amigable". Votaron el RIGI, por ejemplo, algo que no hicieron los representantes de Unión por la Patria que ahora se lamentan por las inversiones que no irán a la provincia de Kicillof.
TODOS PARA UNO, MENOS DOS
En febrero pasado, los gobernadores patagónicos estaban todos en el mismo andarivel. Gestos y comunicados solidarios proliferaban entre ellos. Hubo reuniones y confirmación de que en el nuevo mapa político que surgió tras el calendario electoral del año pasado, lo mejor era consolidar un bloque que actuara en tándem para lo que venía, con un Presidente imprevisible y poco afecto al diálogo con pares, aunque él fuera el primus.
La unidad entre chubutenses, rionegrinos, neuquinos y santacruceños venía trabajándose desde 2021, cuando en las elecciones de medio término se impusieron los candidatos opositores al peronismo gobernante. Nacho Torres fue de los primeros que habló de un bloque de legisladores regionales independiente, aún del PRO, partido del que también provenían Matías Taccetta y Ana Clara Romero. También sumaba a Edith Terenzi, de cuna radical.
La disputa que explotó el 23 de febrero en Comodoro Rivadavia por los fondos de coparticipación que Nación le retenía a Chubut puso a prueba la unidad y se superó con creces. Entonces también estaban el fueguino Gustavo Melella y el pampeano Sergio Ziliotto.
Pero cinco meses después ya no salen en la foto todos los que entonces eran. Ahora se dejó de resaltar que La Pampa también es parte de la Patagonia y en Tierra del Fuego algunos se deben sentir como que los quieren hacer caer del mapa.
Es que Melella y Ziliotto fueron los únicos de aquellos 6 que no reclamaron la planta de GNL para la región. Seguramente por su pertenencia al kirchnerismo, aunque ello no esté tan marcado en el caso del pampeano. Los gobernadores que lideran fuerzas provinciales, en cambio, le dieron el aval a la decisión de Milei antes de que se confirmara la decisión del directorio de YPF.
LA HISTORIA PESA
"La Patagonia es el motor energético del país desde hace más de 100 años y Río Negro y toda la región patagónica cuentan con ventajas competitivas indudables", sostuvo Torres el último fin de semana.
Además -y quizás pensando en su propio futuro-, aseguró que "a eso se suma una receptividad a las inversiones que justifican sobradamente a esa plaza como destino final para el desarrollo del proyecto de YPF-Petronas, y muchos otros por venir. Llegó la hora de que el desarrollo industrial se haga en la Patagonia, para garantizar el agregado de valor en la producción local".
No olvidó mencionar el chubutense que "bajo la excusa de que el agregado de valor debía darse cerca de la demanda, fuimos testigos durante todo este tiempo de cómo nuestros recursos alimentaron el desarrollo industrial solo en territorios alejados".
Y concluyó: "afortunadamente, el auge de los recursos no convencionales posiciona hoy a la Patagonia como un centro exportador de energía, en donde pierde sentido la demanda local y lo que realmente importa son las condiciones que ofrecemos para exportar al mundo".
Menos enfático fue el neuquino Rolando Figueroa, pero el santacruceño Claudio Vidal también apuntó fuerte y arriba contra la historia del centralismo. "Soy un gobernador patagónico y como tal quiero el puerto para poder exportar GNL en la Patagonia. Lo quiero en Río Negro. Lo quiero en la tierra desde donde se extrae el recurso que da tanta riqueza", señaló.
Asimismo, recordó que "siempre nuestra riqueza termina en Buenos Aires, para que luego nos impongan condiciones en los precios, los recursos, el abastecimiento y la distribución. Hoy, la oportunidad de desarrollo debe ser aprovechada por la Patagonia".
Pero por si fuera poco, Vidal apeló a la historia reciente. "Han pasado casi 40 años desde que Neuquén se plantó frente al centralismo porteño y defendió sus recursos. En 1984 Neuquén dijo No al caño' y pidió que la planta de fertilizantes se radique en Cutral Co. Finalmente triunfó Buenos Aires y se construyó en Bahía Blanca", recordó mientras evocaba a un poeta visionario de la región: Marcelo Berbel.