Patagonia

Simeoni: "La inacción es lo que atenta contra la estabilidad de toda la costa de Comodoro"

"Lo que vemos hoy es la crónica de una muerte anunciada", expresó el geólogo Alejandro Simeoni sobre la erosión costera alrededor del Chalet Huergo. En diálogo con El Extremo Sur, el investigador de la UNPSJB profundizó sobre las razones de este proceso que, si bien no es nuevo, en los últimos meses se hizo mucho más visible, en la medida en que empezó a vaticinarse la posible caída de una parte del edificio histórico.

El Gobierno de la Provincia del Chubut declaró la Emergencia Costera para las regiones de Comodoro Rivadavia y Rawson. El avance de la naturaleza y la falta de planificación de las obras hacen que hoy el mar se esté "comiendo" la infraestructura de las costas. Se especula que se necesitan alrededor de 12.500 millones de pesos para realizar las obras necesarias.

En ese sentido, el geólogo investigador de la UNPSJB, Alejando Simeoni, explicó que la ampliación del puerto, la ausencia de obras adecuadas y el aumento en la frecuencia de ciertas inclemencias climáticas recrudeció el proceso de erosión. Sobre todo, la desaparición paulatina de las vías de tren, que protegieron durante décadas la zona costera. "No es un proceso tan inmediato, es un proceso erosivo que lleva su tiempo, pero está a la vista, en cada tormenta vemos cómo el mar destruye la costa y se ven los bloques de sedimento que van cayendo y, como no es una roca sólida, erosiona rápidamente", agregó.

¿Cómo está hoy la situación alrededor del Chalet Huergo?

Lo que vemos hoy es la crónica de una muerte anunciada, se ve desde hace muchos años, se sabe que si no se tomaba ninguna acción este momento iba a llegar. Yo no estoy directamente ligado al tema, pero por lo que he leído y escuchado, han detectado fisuras en cercanías del Chalet que indican que el terreno está por deslizarse. Cuando aparecen esas fracturas de tensión en la superficie significa que hay un plano de deslizamiento y que el terreno que está por debajo está quebrado. Que se deslice más lento o rápido depende de muchos factores; la lluvia es uno, acelera estos procesos; pero también la forma en que el mar erosiona en la base del acantilado, y se ve desde hace muchos años. El sector que está inmediatamente al norte, por los tanques de YPF, se vio que se deslizó y la empresa hizo una construcción de un muro de hormigón inadecuado que se rompió enseguida, después de eso hicieron un enrocado que, hasta ahora, funcionó bien. Eso mismo tendría que haberse repetido en ese momento hacia el sur, no son tantos metros, serán 200, 300 metros. Eso no se hizo.

¿Considerás que hay ciertas condiciones de infraestructura que han agravado este proceso?

Esto se vio potenciado por la prolongación del puerto de Comodoro. El puerto tenía una dimensión y se hizo una prolongación de unos 200 metros, eso evitó que entre un oleaje del sureste, que periódicamente distribuía la grava de la playa hacia el norte. Esa masa de grava iba hacia el norte y hacia el sur, estaba estabilizada. Cuando se construye el puerto la grava queda toda retenida en el sur, y queda la restinga descubierta, y mucho más expuesto el acantilado a la acción erosiva. Todo eso se suma a la destrucción del estacado de quebracho que protegía las vías del tren que funcionó muy bien durante muchos años, casi 100 años en los que protegió las bases de las vías del tren. Cuando el tren dejó de funcionar se fue rompiendo, por el oleaje o la gente misma que sacaba la madera para quemar, y se reactivó la erosión. No es un proceso tan inmediato, es un proceso erosivo que lleva su tiempo, pero está a la vista: en cada tormenta vemos cómo el mar destruye la costa y se ven los bloques de sedimento que van cayendo, y como no es una roca sólida, erosiona rápidamente.

Entre la situación del Chalet y la ruptura de la Ruta 3 el año pasado, a primera vista pareciera que este proceso se está acelerando en el último tiempo. ¿El diagnóstico científico va en esa dirección? ¿Hay un agravamiento de estas condiciones?

Este proceso no apareció últimamente, es constante. Lo que pasa es que se combinaron varios factores, como el incremento, la intensidad y la frecuencia de las tormentas con la desprotección y la inacción. Hay una zona en el ingreso al Hospital Alvear, por ejemplo, que se descuidó durante mucho tiempo, con poco se podría haber protegido; se dejó avanzar la erosión y afectó la base del camino. Todo el sector del camino ARA San Juan, durante décadas protegido por el cable estacado, desapareció y allí la erosión es muy activa, ha barrido con una reciente protección de hormigón que pusieron que no estuvo muy bien planificada porque la primera tormenta la destruyó. Si estas cosas no están bien diseñadas se pierde tiempo y dinero, porque hay que hacer el trabajo dos veces.

¿Incide también el hecho de que son construcciones de larga data? Posiblemente en su momento no contemplaron los riesgos ambientales y estructurales que se priorizan hoy.

Lo que pasa es que en el momento en que funcionaba el tren el acantilado estaba protegido. Inclusive había un quincho espectacular sobre el acantilado que duró muchos años hasta que dejó de funcionar el tren, se dejó de hacer el mantenimiento al cable y avanzó la erosión en parte por el tema del puerto, pero naturalmente ya se iba a reactivar. La construcción del puerto aceleró ese proceso.

El Gobierno provincial dijo que va a avanzar en la construcción de muros de hormigón para contener el edificio y su estructura. ¿Creés que puede ser una solución viable? ¿Cuál es tu visión sobre el plan del gobierno?

Es lo que hay que hacer. Técnicamente no hay mucho para inventar, las soluciones técnicas están, hay que ver cuál es la más adecuada, los materiales de la zona, el enrocado se encarece según de donde se traiga la roca; y debe tener un volumen y peso determinado para que sea efectivo. Se me había ocurrido combinar un trabajo de reciclado del plástico, que tiramos toneladas al mar y vertederos, al aire libre, se puede con una máquina que no debe ser muy cara, se funde y se fabrican tablones de plástico muy densos y efectivos para este tipo de cable estacado, se podría construir in situ, en la zona, y ahí estas aprovechando para sacar plástico del ambiente y proteger esa erosión.

Y mientras se busca el financiamiento necesario para la remediación, la erosión va a seguir avanzando...

Eso no espera. La erosión no espera, es un proceso continuo. Se recrudece en las tormentas, no cotidianamente, pero es cada vez más frecuente. Eso compite con otras obras que hay que hacer en la ciudad como el tema de las inundaciones por lluvia, pasaron 7 años y se hizo una pequeña parte de las que están proyectadas y licitadas.

¿Estamos viendo, también, una consecuencia directa de la falta de planeamiento a lo largo de los años?

Lo climático no es muy novedoso, pero no puede seguir pasando tiempo sin que hagan nada: la inacción es lo que atenta contra la estabilidad de toda la costa. Lo que me asusta son las indefiniciones, las jurisdicciones difusas, en este caso me parece que Nación tiene una responsabilidad, por la prolongación del puerto que incide negativamente en la aceleración del acantilado. Nación tendría que comprometerse con una buena parte de esto, están hablando de 600 millones contra 12 mil que cuesta la reparación. La provincia estaría costeando una ínfima parte, quizás eso sirva para protección del Chalet Huergo.

Sin embargo, más allá de las soluciones más o menos planificadas la naturaleza va a seguir avanzando.

Si hacen una protección efectiva, es limitada. No es inexorable la contención del acantilado. Medidas técnicas para protegerlas existen. Se pueden hacer algunas cuestiones más o menos novedosas técnicamente, pero las soluciones están. Lo que no está es la decisión política.

¿Considerás que se tiene en cuenta a la comunidad científica local a la hora de pensar en la planificación urbana? ¿O se la consulta sólo en momentos de emergencia?

La gente local tiene mucha experiencia en esto, hay cuestiones que no se han consultado. Hay dos obras que me llamaron mucho la atención. Cuando se deslizó el cerro Chenque, en el ‘94, acto seguido se hizo un terraplén por donde existía el viejo cementerio, como si fuese un camino alternativo. Pero eso no solucionaba nada, en ese sector no había riesgo de deslizamiento, se hizo esa obra como para decir "estamos haciendo algo", y fue inútil, tanto que nunca se usó, y lo usó la gente para andar en bicicleta. Ahí quiere decir que no nos consultaron. Otra obra que me llama la atención son los tres espigones que se construyeron en Caleta Córdova para evitar la erosión costera, no sé quién diseñó esos muros, se hicieron con rocas, al estilo de los espigones de Mar del Plata, que ahí fueron diseñados para evitar la erosión de la playa que hace que la arena vaya migrando y desaparezca, entonces con esos espigones se retiene la arena, pero en este caso que trataban de evitar erosión sobre la costa eran totalmente ineficaces. Repararon que no servían y tuvieron que hacer el enrocado sobre la misma costa. Este tipo de decisiones no sé en que escritorio lejano se toman, pero no se consulta a la gente local que tiene experiencia y sabe.

¿Qué acciones concretas estimás que son fundamentales de ahora en adelante?

Creo que sería importante tener un adecuado plan de prioridades de las obras que hay que hacer, evaluación de costos, ver cómo se financia, y comprometer a los estamentos correspondientes: provincia, nación, municipio. Eso tiene que estar bien explicitado, analizado, seria óptimo que la Universidad sea la fuente de consulta.