Las causas del Dengue: urbanización, pobreza, desigualdad y calentamiento globalAníbal Carbajo, investigador del CONICET y especialista en la enfermedad de dengue, nos comparte su perspectiva sobre la crisis sanitaria actual, sus causas estructurales, las medidas necesarias para afrontar la situación y el ajuste en el sistema científico nacional bajo el gobierno de Milei.
Aníbal Carbajo es Doctor en Cs. Biológicas e Investigador principal del CONICET. Se especializó en modelos de riesgo de transmisión de enfermedades como dengue, chikunguña, malaria, hantavirus, zika y encefalitis de San Luis, entre otras enfermedades, y en modelos de distribución geográfica de sus especies vectores (mosquitos, ratones y otros).
Charlamos sobre la crisis sanitaria actual del dengue, sus causas estructurales, las medidas necesarias para afrontar la situación y el ajuste en el sistema científico nacional bajo el gobierno de Milei.
LID: ¿Cómo llegamos a esta situación de epidemia de dengue con casos récord en la Argentina?
La situación creció, pero venimos de grandes epidemias de dengue en 2009, 2016, 2020, 2023 y 2024. Cada una con más cantidad de casos que la anterior, con más muertes y cada vez más seguidas como se ve en las fechas.
Esto ya se había visto en otros países, Brasil por ejemplo desde los 90. El dengue reemerge en América en 1981, pero es una enfermedad originaria de África (como el mosquito Aedes Aegypti) y traída a América en el siglo XVII por el comercio de esclavos. También la fiebre amarilla, que es más conocido el caso.
Hay registro de una epidemia de dengue en 1916 en Entre Ríos, afectando varias ciudades y hasta el 85% de la población de las mismas. También una epidemia en Rosario en 1945. Luego como hitos sigue la campaña de erradicación del mosquito vector entre los años 1950-1964, y la reinfestación del continente en los 80.
La campaña de erradicación se inicia Después de la Segunda Guerra sobre todo porque había Fiebre amarilla en el sudeste asiático que fue traída al continente por soldados que volvían de la guerra. La lleva adelante Estados Unidos, con financiamiento de Rockefeller, utilizando DDT - pesticida denunciado por científicos como Rachel Carson por sus efectos en aves, peces y anfibios (N. del E.) - y se llega a erradicar al mosquito de casi todos lados salvo algunos lugares del Caribe y sur de EEUU. De a poco esa campaña obviamente se suspende, con la suspensión del uso de ese insecticida y por relajamiento presupuestario de la campaña. Así empieza a reingresar el mosquito. En el 86 aparece en Misiones, en el 95 ya estaba cerca de Quilmes y Provincia de Buenos Aires.
La reinfestación - infección es cuando la peste está dentro del cuerpo, infestación es cuando es por afuera, por ejemplo piojos y mosquitos - surge de nuevo en el 81 en Cuba y se empieza a expandir por América. Para 1996/98 aparece la transmisión autóctona en Argentina y el 2009 tenés la epidemia.
La reinfestación se dio por el comercio de neumáticos usados que curiosamente venían de Estados Unidos. Aegypti pone los huevos ahí y duran mucho, son esquemas de comercio son los que mueven muchas veces a las pestes.
¿Qué relación tiene con el calentamiento global y otras causas estructurales?
Es indiscutible que la temperatura está subiendo. Lo que produce es que por un lado el mosquito se cría más rápido y se cría mejor a temperaturas más cercanas a los 36ºC.
Argentina está en el límite sur de distribución de Aedes Aegypti, ni en África ni en Australia llega tan al sur como acá. La ciudad de La Plata, en Buenos Aires, en los 90 era el límite sur de distribución mundial del mosquito. En 2017 era Bahía Blanca y hoy ya está en Neuquén y en San Antonio Oeste. Si la temperatura va subiendo de a poquito, eso produce que el mosquito pueda irse más al sur.
Pero no solo necesita temperatura sino que necesita ciudades. Es un mosquito urbano y doméstico, está en las casas. Lo que vimos en un estudio hace unos años es que, en su expansión hacia el sur del país, colabora la la cantidad de gente en una ciudad y la temperatura. Es decir, dentro de ciertos límites, para una temperatura más fría si la ciudad es muy grande puede llegar a haber Aegypti.
Eso por el lado del mosquito, ahora el virus también tiene un desarrollo. Cuando el virus entra al mosquito se tiene que reproducir, eso le toma un tiempo que depende de la temperatura, si hace mucho calor es en 5 días, si hace frío puede ser 20 o más. Entonces, a medida que la temperatura sube, se transmite más rápido y, como el mosquito tiene una vida media determinada, si rápidamente el virus está listo para ser transmitido va a transmitirlo mucho más que si demora 20 días y por ahí el mosquito ya se murió. Con más temperatura vos tenés más velocidad de desarrollo del virus y mejores condiciones para el mosquito, por eso afecta tan positivamente a la transmisión.
Cuando miras las temperaturas anuales del hemisferio sur, obviamente vienen subiendo, pero hay años en los que bate récords. El primero fue el 2016, el otro récord lo bate en el 2019, el 2020 y el 2023, o sea, salvo el 2019, todos los demás años tuvimos epidemias grandes de dengue. La temperatura está influyendo en aumentar la transmisión.
Encima en el 23, esa suba de temperatura se vio mucho en el invierno y en la primavera, con lo cual el 23 vos tenés un montón de transmisión en toda Sudamérica, con Brasil y Paraguay con muchísima más transmisión que de costumbre. Y eso redundó en la cantidad de transmisión que tenemos este año acá, porque en el invierno no paró por primera vez en la historia. En la Argentina nunca se había transmitido dengue en invierno, durante toda la temporada. Desde el verano pasado del 23 a este no dejó de haber transmisión en el norte del país, en Chaco, con lo cual es la primera vez que el dengue se transmite endémico durante todo el año.
¿Qué medidas son necesarias para el control de la epidemia?
Que el mosquito se ve favorecido por el crecimiento de ciudades más grandes, por más temperatura está sabido en todos lados. Un factor principal es la urbanización desordenada. Cuando una ciudad crece desordenadamente se generan muchísimos criaderos para el mosquito y se favorece su cría. Desorden no es otra cosa que pobreza o mala distribución de la riqueza.
Desde mi punto de vista es una de las cosas más importantes a largo plazo que hay que encarar para el control. No va a cambiar la situación de dengue mundial si sigue habiendo un crecimiento urbano con mucha pobreza, desigualdad y calentamiento global.
Terminar con eso va más allá de decirle a alguien que saque los cacharros de su casa, de culpabilizar al individuo. Descacharrar también lo tendrían que hacer los municipios, los hospitales, las escuelas, las iglesias, todos las fábricas y no solamente el ciudadano sacando los tachitos de su jardín. ¿Además, hay que quitar los cacharros, o no hay que producir más cacharros? ¿Por qué se necesitan los cacharros? ¿Se pueden reemplazar, por ejemplo con agua corriente?
Lo que está diciendo la OMS es que hoy la clave es centrarse en los casos graves. Como sociedad, al nivel de salud que sea (nacional, provincial, municipal) entonces hay que apuntar a que no se te escape un caso grave porque se puede morir y la mortalidad se da en muchos casos porque no tienen una buena atención médica. Generalmente, se puede impedir.
En 1960, al dengue se lo consideraba un arma biológica porque no mata pero deja sin sistema de salud. Eso ya se está viendo en las zonas del centro del país, los hospitales explotan, no te alcanzan las camas, no te alcanzan los médicos, no te alcanza nada. Esa es una medida que también tiene que tener presente los gobiernos, tener sobredimensionado el sistema de salud o tenerlo bien preparado y bien estructurado, que no se gaste una sala de terapia intensiva para algo que se puede resolver en una salita. Poniendo en valor las salitas.
Todo tiene que ser consensuado y tiene que hablarse mucho desde el problema de la comunidad concreta. No se puede bajar una línea y dar instrucciones, hay que trabajarlo en conjunto y hay que llegar a ver cuáles son los problemas. No podés apuntar a resolver el dengue si no resolvés el tema de la salud general de la comunidad y si no resolvés otros temas como puede ser alimentación, vivienda y trabajo.
Una compañera del equipo, trabajando en un municipio del conurbano, encontró que las salitas no le funcionaban a la gente y entonces iban directo al hospital. Ella trabajó sobre el tema de acceso a la salud, qué capacidad tiene la gente de llegar a tener la atención que necesita. Porque si no lo logra, puede terminar diciendo "me tomo un paracetamol y me voy a mi casa total es lo mismo que tuvo mi primo". Ese tipo de sucesos pueden resolverse y mejorar los pesares de una epidemia.
Y por último, lo de la estacionalidad, hace muchos años ya en vinculación con Ministerio de Salud nos decían "mirá yo sé que tengo que hacer el cuidado en invierno pero en invierno tengo otras enfermedades más críticas, trabajamos con 36 enfermedades que explotan todas". Entonces todo está un poco excedido y es muy difícil apuntar a una prevención, si no se ve la salud de conjunto.
Es importante comprender que la enfermedad es mucho más que el vector. El vector es solo una parte y centrarse en eso es biologizante, y se termina queriendo vender productos químicos o mosquitos transgénicos. El 96 % o más de los trabajos científicos sobre control de dengue son sobre productos químicos o métodos genéticos, hay muy poco desde lo social. Con mi grupo , uno de los proyectos que estamos presentando ahora es para estudiar la resistencia de los mosquitos a los agroquímicos. Los agroquímicos no son solo glifosato, también hay insecticidas y fungicidas, y se cree que están generando resistencia en Aegypti a los insecticidas. Si esto fuera así, corremos el riesgo de que en una epidemia, cuando necesitamos matar los mosquitos que están infectados con dengue, el insecticida no funcione adecuadamente. Y resulte que la resistencia no fue generada por fumigar mal, fuera de epidemia, sino por el continuo uso de agroquímicos para la producción.
¿Cómo afectan el desfinanciamiento y los recortes en CONICET para seguir aportando con estas investigaciones?
El desfinanciamiento pega, tenemos una investigadora y dos becarias que hoy no tienen opción dentro del sistema. De los subsidios pedidos, uno que no está evaluado y no se sabe si va a haber dinero de CONICET y de Agencia. Es la típica inestabilidad, pero creo que el golpe es más fuerte que a nosotros solos, es un golpe a lo público y lo público es lo de todos y afecta a un montón de instituciones.
A nivel presupuesto también lo que nos pega mucho es lo que bajaron en las universidades, porque en general los institutos están basados en universidades. Esto nos lleva a no poder trabajar a campo, no poder hacer experimentos. Lo paleamos analizando datos previos y tratando de hacer difusión e interactuar con la comunidad, pero no es algo que pueda sostenerse mucho tiempo.
Por qué necesitamos talentos humanos, científicos, yo lo descubrí con la problemática del hantavirus. Cuando explotó el hantavirus en los 90, era una época en la que decían "para qué quiero investigadores, traigo a los norteamericanos les pago y que resuelvan", y la manera que hubo para poder resolver el problema fue con conocimiento sobre los roedores. Si no hubiese habido años y años de investigadores estudiando los ratones en Argentina, o mismo la fiebre hemorrágica que ayudó también para tratamientos de hanta, no se hubiese podido hacer nada. Entonces, no se puede destruir el sistema, tiene que sostenerse la capacidad de investigación, porque nunca se sabe qué va a hacer falta o qué nos va a ser indispensable. Tiene que haber una parte aplicada, pero también una parte libre y capaz de redireccionar.
Fuente: La Izquierda Diario
Aníbal Carbajo, investigador del CONICET y especialista en la enfermedad de dengue, nos comparte su perspectiva sobre la crisis sanitaria actual, sus causas estructurales, las medidas necesarias para afrontar la situación y el ajuste en el sistema científico nacional bajo el gobierno de Milei.
Aníbal Carbajo es Doctor en Cs. Biológicas e Investigador principal del CONICET. Se especializó en modelos de riesgo de transmisión de enfermedades como dengue, chikunguña, malaria, hantavirus, zika y encefalitis de San Luis, entre otras enfermedades, y en modelos de distribución geográfica de sus especies vectores (mosquitos, ratones y otros).
Charlamos sobre la crisis sanitaria actual del dengue, sus causas estructurales, las medidas necesarias para afrontar la situación y el ajuste en el sistema científico nacional bajo el gobierno de Milei.
LID: ¿Cómo llegamos a esta situación de epidemia de dengue con casos récord en la Argentina?
La situación creció, pero venimos de grandes epidemias de dengue en 2009, 2016, 2020, 2023 y 2024. Cada una con más cantidad de casos que la anterior, con más muertes y cada vez más seguidas como se ve en las fechas.
Esto ya se había visto en otros países, Brasil por ejemplo desde los 90. El dengue reemerge en América en 1981, pero es una enfermedad originaria de África (como el mosquito Aedes Aegypti) y traída a América en el siglo XVII por el comercio de esclavos. También la fiebre amarilla, que es más conocido el caso.
Hay registro de una epidemia de dengue en 1916 en Entre Ríos, afectando varias ciudades y hasta el 85% de la población de las mismas. También una epidemia en Rosario en 1945. Luego como hitos sigue la campaña de erradicación del mosquito vector entre los años 1950-1964, y la reinfestación del continente en los 80.
La campaña de erradicación se inicia Después de la Segunda Guerra sobre todo porque había Fiebre amarilla en el sudeste asiático que fue traída al continente por soldados que volvían de la guerra. La lleva adelante Estados Unidos, con financiamiento de Rockefeller, utilizando DDT - pesticida denunciado por científicos como Rachel Carson por sus efectos en aves, peces y anfibios (N. del E.) - y se llega a erradicar al mosquito de casi todos lados salvo algunos lugares del Caribe y sur de EEUU. De a poco esa campaña obviamente se suspende, con la suspensión del uso de ese insecticida y por relajamiento presupuestario de la campaña. Así empieza a reingresar el mosquito. En el 86 aparece en Misiones, en el 95 ya estaba cerca de Quilmes y Provincia de Buenos Aires.
La reinfestación - infección es cuando la peste está dentro del cuerpo, infestación es cuando es por afuera, por ejemplo piojos y mosquitos - surge de nuevo en el 81 en Cuba y se empieza a expandir por América. Para 1996/98 aparece la transmisión autóctona en Argentina y el 2009 tenés la epidemia.
La reinfestación se dio por el comercio de neumáticos usados que curiosamente venían de Estados Unidos. Aegypti pone los huevos ahí y duran mucho, son esquemas de comercio son los que mueven muchas veces a las pestes.
¿Qué relación tiene con el calentamiento global y otras causas estructurales?
Es indiscutible que la temperatura está subiendo. Lo que produce es que por un lado el mosquito se cría más rápido y se cría mejor a temperaturas más cercanas a los 36ºC.
Argentina está en el límite sur de distribución de Aedes Aegypti, ni en África ni en Australia llega tan al sur como acá. La ciudad de La Plata, en Buenos Aires, en los 90 era el límite sur de distribución mundial del mosquito. En 2017 era Bahía Blanca y hoy ya está en Neuquén y en San Antonio Oeste. Si la temperatura va subiendo de a poquito, eso produce que el mosquito pueda irse más al sur.
Pero no solo necesita temperatura sino que necesita ciudades. Es un mosquito urbano y doméstico, está en las casas. Lo que vimos en un estudio hace unos años es que, en su expansión hacia el sur del país, colabora la la cantidad de gente en una ciudad y la temperatura. Es decir, dentro de ciertos límites, para una temperatura más fría si la ciudad es muy grande puede llegar a haber Aegypti.
Eso por el lado del mosquito, ahora el virus también tiene un desarrollo. Cuando el virus entra al mosquito se tiene que reproducir, eso le toma un tiempo que depende de la temperatura, si hace mucho calor es en 5 días, si hace frío puede ser 20 o más. Entonces, a medida que la temperatura sube, se transmite más rápido y, como el mosquito tiene una vida media determinada, si rápidamente el virus está listo para ser transmitido va a transmitirlo mucho más que si demora 20 días y por ahí el mosquito ya se murió. Con más temperatura vos tenés más velocidad de desarrollo del virus y mejores condiciones para el mosquito, por eso afecta tan positivamente a la transmisión.
Cuando miras las temperaturas anuales del hemisferio sur, obviamente vienen subiendo, pero hay años en los que bate récords. El primero fue el 2016, el otro récord lo bate en el 2019, el 2020 y el 2023, o sea, salvo el 2019, todos los demás años tuvimos epidemias grandes de dengue. La temperatura está influyendo en aumentar la transmisión.
Encima en el 23, esa suba de temperatura se vio mucho en el invierno y en la primavera, con lo cual el 23 vos tenés un montón de transmisión en toda Sudamérica, con Brasil y Paraguay con muchísima más transmisión que de costumbre. Y eso redundó en la cantidad de transmisión que tenemos este año acá, porque en el invierno no paró por primera vez en la historia. En la Argentina nunca se había transmitido dengue en invierno, durante toda la temporada. Desde el verano pasado del 23 a este no dejó de haber transmisión en el norte del país, en Chaco, con lo cual es la primera vez que el dengue se transmite endémico durante todo el año.
¿Qué medidas son necesarias para el control de la epidemia?
Que el mosquito se ve favorecido por el crecimiento de ciudades más grandes, por más temperatura está sabido en todos lados. Un factor principal es la urbanización desordenada. Cuando una ciudad crece desordenadamente se generan muchísimos criaderos para el mosquito y se favorece su cría. Desorden no es otra cosa que pobreza o mala distribución de la riqueza.
Desde mi punto de vista es una de las cosas más importantes a largo plazo que hay que encarar para el control. No va a cambiar la situación de dengue mundial si sigue habiendo un crecimiento urbano con mucha pobreza, desigualdad y calentamiento global.
Terminar con eso va más allá de decirle a alguien que saque los cacharros de su casa, de culpabilizar al individuo. Descacharrar también lo tendrían que hacer los municipios, los hospitales, las escuelas, las iglesias, todos las fábricas y no solamente el ciudadano sacando los tachitos de su jardín. ¿Además, hay que quitar los cacharros, o no hay que producir más cacharros? ¿Por qué se necesitan los cacharros? ¿Se pueden reemplazar, por ejemplo con agua corriente?
Lo que está diciendo la OMS es que hoy la clave es centrarse en los casos graves. Como sociedad, al nivel de salud que sea (nacional, provincial, municipal) entonces hay que apuntar a que no se te escape un caso grave porque se puede morir y la mortalidad se da en muchos casos porque no tienen una buena atención médica. Generalmente, se puede impedir.
En 1960, al dengue se lo consideraba un arma biológica porque no mata pero deja sin sistema de salud. Eso ya se está viendo en las zonas del centro del país, los hospitales explotan, no te alcanzan las camas, no te alcanzan los médicos, no te alcanza nada. Esa es una medida que también tiene que tener presente los gobiernos, tener sobredimensionado el sistema de salud o tenerlo bien preparado y bien estructurado, que no se gaste una sala de terapia intensiva para algo que se puede resolver en una salita. Poniendo en valor las salitas.
Todo tiene que ser consensuado y tiene que hablarse mucho desde el problema de la comunidad concreta. No se puede bajar una línea y dar instrucciones, hay que trabajarlo en conjunto y hay que llegar a ver cuáles son los problemas. No podés apuntar a resolver el dengue si no resolvés el tema de la salud general de la comunidad y si no resolvés otros temas como puede ser alimentación, vivienda y trabajo.
Una compañera del equipo, trabajando en un municipio del conurbano, encontró que las salitas no le funcionaban a la gente y entonces iban directo al hospital. Ella trabajó sobre el tema de acceso a la salud, qué capacidad tiene la gente de llegar a tener la atención que necesita. Porque si no lo logra, puede terminar diciendo "me tomo un paracetamol y me voy a mi casa total es lo mismo que tuvo mi primo". Ese tipo de sucesos pueden resolverse y mejorar los pesares de una epidemia.
Y por último, lo de la estacionalidad, hace muchos años ya en vinculación con Ministerio de Salud nos decían "mirá yo sé que tengo que hacer el cuidado en invierno pero en invierno tengo otras enfermedades más críticas, trabajamos con 36 enfermedades que explotan todas". Entonces todo está un poco excedido y es muy difícil apuntar a una prevención, si no se ve la salud de conjunto.
Es importante comprender que la enfermedad es mucho más que el vector. El vector es solo una parte y centrarse en eso es biologizante, y se termina queriendo vender productos químicos o mosquitos transgénicos. El 96 % o más de los trabajos científicos sobre control de dengue son sobre productos químicos o métodos genéticos, hay muy poco desde lo social. Con mi grupo , uno de los proyectos que estamos presentando ahora es para estudiar la resistencia de los mosquitos a los agroquímicos. Los agroquímicos no son solo glifosato, también hay insecticidas y fungicidas, y se cree que están generando resistencia en Aegypti a los insecticidas. Si esto fuera así, corremos el riesgo de que en una epidemia, cuando necesitamos matar los mosquitos que están infectados con dengue, el insecticida no funcione adecuadamente. Y resulte que la resistencia no fue generada por fumigar mal, fuera de epidemia, sino por el continuo uso de agroquímicos para la producción.
¿Cómo afectan el desfinanciamiento y los recortes en CONICET para seguir aportando con estas investigaciones?
El desfinanciamiento pega, tenemos una investigadora y dos becarias que hoy no tienen opción dentro del sistema. De los subsidios pedidos, uno que no está evaluado y no se sabe si va a haber dinero de CONICET y de Agencia. Es la típica inestabilidad, pero creo que el golpe es más fuerte que a nosotros solos, es un golpe a lo público y lo público es lo de todos y afecta a un montón de instituciones.
A nivel presupuesto también lo que nos pega mucho es lo que bajaron en las universidades, porque en general los institutos están basados en universidades. Esto nos lleva a no poder trabajar a campo, no poder hacer experimentos. Lo paleamos analizando datos previos y tratando de hacer difusión e interactuar con la comunidad, pero no es algo que pueda sostenerse mucho tiempo.
Por qué necesitamos talentos humanos, científicos, yo lo descubrí con la problemática del hantavirus. Cuando explotó el hantavirus en los 90, era una época en la que decían "para qué quiero investigadores, traigo a los norteamericanos les pago y que resuelvan", y la manera que hubo para poder resolver el problema fue con conocimiento sobre los roedores. Si no hubiese habido años y años de investigadores estudiando los ratones en Argentina, o mismo la fiebre hemorrágica que ayudó también para tratamientos de hanta, no se hubiese podido hacer nada. Entonces, no se puede destruir el sistema, tiene que sostenerse la capacidad de investigación, porque nunca se sabe qué va a hacer falta o qué nos va a ser indispensable. Tiene que haber una parte aplicada, pero también una parte libre y capaz de redireccionar.
Fuente: La Izquierda Diario