Pueblos originarios

Hablando del Guanaco (Luan)

Por Adrián Moyano 

En mapudungun se llaman luan. Uno de los loncos pehuenches que lideró la destrucción de la misión huinca en Nahuel Huapi cuando corría 1717, se llamaba Lebluan, que puede traducirse como Guanaco Veloz. 100 años más tarde, uno los principales que se alineó del lado realista durante la Guerra a Muerte fue Mariluan, que quiere decir Diez Guanacos.

El nombre no hace referencia literal a la cantidad, sino a su fuerza. Puede que la memoria me falle y ahora no tengo tiempo para chequear, pero uno de los loncos que integró el trawün de Kalfükura a mediados del siglo XIX, también respondía al nombre de Mariluan. Cuando se ve el cielo desde Chacayhuarruca (muy cerca de Chubut) y otros puntos del Walmapu, los kimche que van quedando identifican como Luan o Potroluan (guanaco macho) a un grupo de estrellas que durante mayo y junio anticipan la llegada del amanecer. Más o menos durante el mismo período, se advierten desde los territorios donde "no hay nadie" dos manchas blancas en el cielo, como si hubiera dos vías lácteas. La segunda recibe varios nombres, entre ellos, Mariluan y en algunos puntos señala el momento en el que debe iniciarse el llellipun.

Es verdad que en la provincia al sur respecto de Río Negro (las jurisdicciones son invención huinca) no vive mucha gente si se compara con La Matanza o con el AMBA en su conjunto, pero hasta ahora alcanzaron para mantener a raya a las mineras y para resguardar el territorio de los nuevos extractivistas de todo cuño, pero para dar testimonio de la fortaleza del kupalme de los luan no necesito ir demasiado lejos: vivo con la que despierta algún newen cada vez que canta y con el que a sus 10 años, ya tiene certezas que yo alcancé mucho más tarde. Intromisión del Registro Civil mediante, ella es Flor Amiga de los Diez Guanacos y él, Amor a los Diez Guanacos.

Al salir de Bariloche, ya jurisdicción de Neuquén, hay una señal vial que avisa: "Cuidado con los guanacos". La ministra más tenebrosa entre los tenebrosos, debería prestarle atención. No sé si tiene más vacío su cerebro o su corazón.

PD: ya se consigue en Buenos Aires el libro de poesías de Anahí, que precisamente se llama "Flor amiga de los diez guanacos".