Política

El evangelio de la libertad según el papa Francisco

Bergoglio debate a la distancia con la doctrina de Milei. Economía de mercado, justicia social y ley ómnibus. Un sermón y el reclamo por un Estado presente.

Por Guillermo Villarreal

"La verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad. No hay libertad sin amor. Sabemos que una de las concepciones modernas más difundidas sobre la libertad es esta: ‘mi libertad termina donde empieza la tuya'. ¡Pero aquí falta la relación, el vínculo! Es una visión individualista". La definición del papa Francisco se repite en forma sistemática en pronunciamientos, homilías y reflexiones de los obispos desde que el presidente Javier Milei llegó a la Casa Rosada.

Por su matriz inclusiva, promotora de la fraternidad y la búsqueda de la justicia social y el bien común, esta acepción de libertad del pontífice contrasta y se contrapone con uno de los postulados centrales del mileísmo, cuyo vocero y fuente doctrinal es Alberto Benegas Lynch hijo, a quien Milei considera "el prócer" del liberalismo.

"El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, cuyas instituciones fundamentales son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social", predica y recuerda con asiduidad el Presidente.

Contrastes sobre la justicia social

La semana pasada, Milei dijo presente en el Foro Económico Global de Davos, en Suiza. El papa también, aunque lo hizo enviando un mensaje que fue leído por el cardenal ghanés Peter Turkson, canciller de las academias pontificias de las Ciencias y de la Ciencias Sociales. En ese espacio que reúne a jefes de Estado y ejecutivos de la economía y las finanzas, sus discursos volvieron a contrastar.

El pontífice argentino aprovechó esa instancia para exhortar a las empresas y líderes mundiales a garantizar que el desarrollo económico beneficie a todos y siga ligado a la solidaridad. También instó a fomentar "la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación" entre las personas y a subordinar "la búsqueda del poder y el beneficio individual, ya sea político o económico, al bien común de la familia humana, dando prioridad a los pobres, los necesitados y los que se encuentran en situaciones más vulnerables".

Milei, en tanto, defendió el liberalismo a ultranza asegurando que "el capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar contra el hambre y la pobreza" y se jactó: "La evidencia empírica es incuestionable". También apuntó contra la esencia de la doctrina bergogliana, al afirmar que la justicia social "es una idea injusta porque es violenta" y "no aporta al bienestar general".

Postura contraria a la que predica su compatriota desde el Vaticano y con quien Milei prevé tener una audiencia privada el 12 de febrero, en el marco del viaje a Roma para la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina y guía espiritual de las clases populares en el siglo XVII, que presidirá el pontífice el día anterior en la basílica de San Pedro.

Leyes del mercado

A principios de este mes, el papa recordó que la política "no puede dejarse dictar leyes por las finanzas y los mecanismos del mercado" y consideró que las civilizaciones se miden por "cómo se trata a los más vulnerables". La expresión se interpretó en ambiente políticos y religiosos como una crítica a la distancia a la letra chica de la ley ómnibus que Milei apura para su aprobación en el Congreso y en un contexto de país donde según la UCA la pobreza ya alcanza al 50%.

Otra frase del pontífice, ante dirigentes políticos italianos, fue todavía más interpeladora: "No olvidemos que las grandes dictaduras, pensemos en el nazismo, descartaron a los vulnerables, los mataron, los descartaron", aseveró.

Sermón antilibertario

Mientras tanto en Buenos Aires, un obispo matancero y los curas villeros bergoglianos insistieron en chocar con Milei por el rol del Estado; ese mismo que el Presidente asegura que "no es la solución, sino el problema".

El obispo Eduardo García, de San Justo, presidió una misa por la "unidad nacional" en la catedral diocesana bonaerense, donde delante de un grupo de figuras de la dirigencia le hizo un pedido puntual a Milei y a su equipo económico: "Cuidemos que el afán por equilibrar el déficit no nos lleve a descuidar el sentido social del gasto público, a olvidar la promoción del buen crédito para las empresas con la finalidad de que puedan generar, además de su lógica renta, la creación de trabajo genuino y tampoco debemos descuidar el salario real del trabajador".

Los curas que trabajan y viven en los barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), encabezados por el sacerdote Pepe Di Paola, reconocieron la apertura de nuevos comedores al denunciar -mediante un documento- el deterioro generado por el aumento desmedido de los precios, el crecimiento del desempleo y la precarización laboral. Es el grupo de sacerdotes que durante la campaña electoral había llamado a no votar por la fórmula de La Libertad Avanza en el ballotage.

Fuente: Letra P