Géneros

Quiénes disputan el poder real en Argentina: radiografía de una elección sin perspectiva de género

En vísperas de las elecciones, la demanda por la participación de las mujeres en la política vuelve a cuestionar las estructuras masculinizadas, en el marco de una lucha que comenzó a delinearse con fuerza a partir de la sanción del voto femenino, continuó con la Ley de Cupo y hoy se expresa, en parte, en la Ley de Paridad. Pese a los avances, las instituciones políticas y los partidos todavía resisten la disputa de poder de las mujeres.

"En la oferta para elecciones presidenciales hay 2 listas de 5 que están encabezadas por mujeres, es relevante pero aún así el género no ha sido un tema central en la campaña", señala la politóloga (UNPSJB) Analía Orr, en diálogo con El Extremo Sur. La novedad de esta elección es que hay discursos explícitos que se posicionan en contra de la agenda de género.

En las elecciones legislativas del 2021, las listas mostraban casi un 100% de paridad (aunque con pocas mujeres a la cabeza), principalmente por la ley que así lo exige desde el 2017. En el Ejecutivo no rige tal normativa, por lo que se perfila la distribución real de poder entre varones y mujeres en el armado de listas. Las diversidades, por otro lado, se encuentran aún más marginalizadas del espacio político.

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Aunque el avance no es total, se registra una situación un poco mejor que en las últimas PASO presidenciales de 2019, con 10 listas y sólo una con una precandidata a presidenta (Manuela Castañeira, por Movimiento al Socialismo).

Respecto de las vicepresidencias, sólo hay una mujer en las 5 fórmulas, Victoria Villarruel (La Libertad Avanza). Antes de las PASO eran dos, con Paula Abal Medina (Lista Justa y Soberana, Unidad por la Patria).

El género, el gran ausente

Durante los últimos meses, llamó la atención la ausencia del género en los debates nacionales -que sí estuvo presente como Eje en los debates provinciales, por ejemplo-, pese a que en los días previos los movimientos feministas y de mujeres promovieron la inclusión de este tema en la agenda.

Semanas antes del debate, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) pidió a la Cámara Nacional Electoral (CNE) que incorpore a la "violencia de género, las políticas de cuidado y salud sexual y reproductiva" entre los ejes temáticos.

"En un momento en que se multiplican los discursos que niegan o minimizan el impacto de las desigualdades y las violencias por razones de género, cuando la crisis económica y social agrava las condiciones de vida de millones de personas y se muestran con particular crudeza en las mujeres, es fundamental que se inste activamente a las y los candidatos a que se expresen de manera clara", explicó la Presidenta de ELA, Natalia Gherardi, en una carta enviada a la CNE.

"En las propuestas no escuché que sea un tema prioritario o sobre el cual haya una dedicación específica. En los debates apareció en las propuestas de Massa, con referencias al género, por supuesto de Bregman, pero no como eje de debate. Y en la mirada de otros candidatos como un problema, señalando lo que estiman como una falta de eficiencia del Ministerio de Mujeres, entonces aparece parcialmente en algunas propuestas y negativamente en otras, lo cual es una novedad", analizó Orr.

La diferencia que contempla en esta elección es que "hasta ahora no estaba presente en todas las propuestas pero ninguno se pronunciaba en contra, pero ahora señalan una agenda ilegítima e incluso mencionan la ineficiencia como algo a corregir. De ganar esos candidatos, habría algún cambio en relación con esa política, a la existencia misma de un Ministerio".

"En la oferta para elecciones presidenciales hay 2 listas de 5 que están encabezadas por mujeres, es relevante pero aún así el género no ha sido un tema central en la campaña", agrega.

ELA realizó un seguimiento del papel del género en las campañas de los candidatos a fórmulas presidenciales para las PASO, mediante 6 ejes: Acceso a la Justicia, Violencias de género, Derechos sexuales y reproductivos, Trabajo y cuidados, Institucionalidad del género, participación social y política de las mujeres LGBTIQ+.

En la mayoría de las fórmulas, las propuestas de género están ausentes. En unas pocas, implican retrocesos en cuanto a los derechos conquistados. Otras pocas esbozan propuestas pero poco claras o que implican la continuidad de lo que ya está establecido. La izquierda es, hasta el momento, la que más propuestas de género -y con mayor claridad- sostiene.

En general, no hay discursos claros sobre cómo se buscará erradicar la violencia de género (que no suele aparecer como una problemática preponderante), de qué manera se profundizará la lucha por la igualdad, cuánto del presupuesto irá destinado a áreas de género y qué pasará con la agenda de los cuidados.

La paridad provincial

A nivel provincial, Orr sostuvo que hubo una proporción distinta porque el número de candidatos era mayor. Pero sigue siendo insuficiente, con una única mujer candidata (Emilse Saavedra por el FIT-U) que disputó la Gobernación en julio de este año.

"En la provincia ha habido muy pocas ocasiones con candidatas en fórmulas de Gobernador-Vice, en general han sido casi completamente masculinas", señaló.

El Extremo Sur analizó antes de las elecciones provinciales la paridad entre listas, encontrando una participación femenina considerablemente baja que, en línea con el panorama de los últimos años, se concentraba en la izquierda.

El panorama regional no escapa a las principales problemáticas en relación a la paridad que se aprecian en otras provincias y también a nivel nacional, con participación femenina todavía escasa y mujeres que no siempre son marcadamente feministas, ausencia de perspectiva de género en el planteamiento de proyectos y una estructura política de base masculinizada.

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Avances y retrocesos

Aunque el compromiso feminista nunca representó el 100% de los intereses de la clase política, no se registraron en los últimos años -con el avance de los movimientos feministas, la crítica con perspectiva de género y la conquista de derechos- discursos explícitos en contra, hasta ahora. Figuras como Milei irrumpieron en el escenario sociopolítico para cuestionar los cambios de fondo que se consiguieron gracias a las luchas feministas que apenas empezaron a ser visibilizadas de manera masiva hace menos de una década.

"Hay liderazgos que abiertamente se pronuncian en contra, no directamente de las mujeres, sino de la legitimidad de la demanda por la igualdad de género, que no es lo mismo. No es que hay un pronunciamiento contra las mujeres, porque de hecho van y buscan su voto", señala Orr.

"Van en contra de todo lo que se haga en términos de política pública en ese sentido, como si no hiciera falta, como si no fuese un problema, como si hacer algo sobre eso fuera además negativo. Un despilfarro de recursos o una intervención innecesaria o casi una afrenta", agrega.

Para Orr, es relevante estudiar cuál es la relación direccional entre estos discursos y el clima de opinión, "si este clima es el que produce emergencia de liderazgos que lo toman o si líderes que se expresan así están favoreciendo la formación de una opinión pública creciente -incluso en jóvenes- que cuestiona e invalida esas demandas de igualdad. Sabemos que hay expresiones públicas de candidatos con mucha ascendencia entre jóvenes que van en esa dirección".

De hecho, fue la ciudadanía la que propuso la incorporación -fallida- del género como eje de debate, aunque sí lo logró con el tema Derechos Humanos y Convivencia Democrática (57,94%), que fue debidamente incluido.

La mirada de género también permite discernir tendencias políticas entre hombres y mujeres. De acuerdo a los datos por género de una encuesta de CEOP Latam, la intención de voto a Milei es considerablemente mayor entre los varones. En las mujeres, el voto se va hacia Massa.

Según los datos, Javier Milei tiene mayor aceptación entre los hombres (39,9%). Massa es quien tiene mayor aceptación entre las mujeres, con un 36,8% frente a un 26.9% de intención de voto a Milei.

En el voto femenino, Milei supera a Bullrich por el 26,9% contra el 24,8%. Y entre los hombres, Bullrich se ubica segunda detrás del candidato libertario con el 26,4% sobre el 24% que elegiría al candidato de Unión por la Patria.

La radiografía del votante de Milei muestra a un varón joven y de clase media, en línea con lo que los feminismos vienen expresando en esta coyuntura: los discursos de extrema derecha parecen estar visiblemente masculinizados.

El género como eje transversal

Las demandas en relación a las mujeres y las diversidades no sólo pueden aparecer como un eje en sí mismo en las propuestas de campañas, también pueden estar transversalizadas en todos los temas que atañen a la política. Es el gran reclamo de los feminismos: mirar el mundo con lentes de género. Los grandes temas de campaña todavía no tienen rostros femeninos.

"Transversalizar esta perspectiva es siempre un desafío, incompleto, venimos trabajando mucho en eso, para lograr que se observe de qué manera el género intersecta con otras condiciones, de clase, económicas, regionales, étnicas, en el mercado laboral", apunta Orr.

En la actualidad, "es una tarea que se enfrenta a un discurso contrario. Una resistencia que quizás en otro momento era un poco más desarticulada, que uno podía encontrarla en instituciones u organizaciones pero más desarticuladamente, ahora articuladada por liderazgos políticos".

Para Orr, ahora es una conversación en otros términos, "entre proyectos políticos donde la igualdad de género es reconocida como una demanda válida y proyectos donde la igualdad es combatida como una demanda legítima".

"Y mucho más preocupante porque ya nos enfrentamos a la posibilidad de que haya proyectos que deroguen leyes, o gestiones que modifiquen la ley de ministerios y cambien o anulen un Ministerio y con ello todo lo que significa lo presupuestario sino el hecho mismo que haya una estructura del estado atento a estas cuestiones", apunta, en relación a la propuesta de La Libertad Avanza de eliminar el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Un objetivo compartido por Juntos por el Cambio.

"No se trata sólo de ahorrar recursos, se trata de todo lo que se pierde en términos de que haya una agencia estatal con personal experto, dedicada a trabajar a favor de la igualdad de género. Anular eso no es solamente una cuestión de ahorro, que por supuesto la gestión pública insume recursos, nadie espera que sea gratis. En este caso no es solamente una cuestión de recursos, el costo de decisiones de esa naturaleza no es solamente económico, tiene una dimensión social, simbólica, política pero además una dimensión muy concreta en la vida de las personas. Si dejamos de tener un programa como el AcompañAr, tiene impacto específica y materialmente en la vida de las personas, de familias, mujeres y en sus hijxs", agrega.

La transversalización busca estar presente en temas como la economía o el trabajo, ejes sin dudas centrales para todas las y los candidatos, aunque pocas veces problematizados desde la perspectiva de género.

En un contexto donde prima la urgencia de soluciones económicas, es llamativa la ausencia de perspectiva de género. A partir del primer Ni Una Menos en el 2015, instituciones y especialistas comenzaron a problematizar las crisis económicas en clave de género, y hallaron que en Argentina es notable la feminización de la pobreza.

De acuerdo al Informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción -elaborado por el Ministerio de Mujeres con datos del segundo trimestre de 2022-, en Argentina las mujeres ganan, en promedio, un 28,1% menos que los varones; los sectores de menores ingresos están compuestos casi en un 64% por mujeres; la tasa de desocupación es del 7,8 % para las mujeres y del 6,1 % para los varones; y las mujeres están más expuestas a trabajos informales que vulneran sus derechos laborales.

Informes similares encuentran que, en general, son los hogares con jefaturas femeninas los que están registrados bajo índices mayores de pobreza, indigencia y desempleo.

Los ingresos percibidos por cada hogar se ven afectados por las características de la inserción laboral de sus miembros, un panorama desalentador para las mujeres, que con frecuencia logran ingresar al mercado laboral más expuestas a la precarización, la inestabilidad y las brechas.

Incluso en este panorama, la economía sigue siendo planteada en términos "neutrales" que invisibilizan la vulneración de mujeres y disidencias, y la necesidad de incorporar políticas públicas a la altura de este fenómeno.

Pese a que candidatos como Milei nieguen su existencia, la brecha sigue siendo uno de los principales obstáculos para las mujeres a la hora de insertarse plenamente en el mercado laboral.

De acuerdo a ELA, en Argentina la brecha salarial entre mujeres y varones es del 27%. Por otro lado, mientras más hijos, menos empleo tienen las mujeres: Sólo el 50% de las mujeres con 3 hijos participa económicamente en el mercado laboral, mientras que el 77% de las mujeres sin hijos lo hace.

Los alcances de la Ley de Paridad

La Ley 27.412 de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política -sancionada en noviembre del 2017- establece que las listas de candidatos al Congreso de la Nación (diputados y senadores) y al Parlamento del Mercosur deben ser realizadas "ubicando de manera intercalada a mujeres y varones desde el/la primer/a candidato/a titular hasta el/la último/a candidato/a suplente".

En las últimas elecciones legislativas del 2021 las listas mostraron altos índices de paridad gracias a la Ley, aunque no siempre con mujeres a la cabeza de las listas.

El debate de la paridad aún no alcanza al Poder Ejecutivo, por lo que es evidente la brecha entre la última elección legislativa y la actual elección, con una presencia femenina que no supera el 40%.

"Nosotros estamos tratando de modificar relaciones de poder que están asociadas a relaciones de género con siglos de evolución. Modificar eso significa trabajar sobre una realidad que tiende a la desigualdad. En la medida en que podamos ir desarrollando una transformación cultural y modificaciones institucionales, se pueden producir cambios. Ahora, la inercia, de alguna manera, cultural, de tantos años de relaciones de poder que establecen posiciones de privilegio,diferenciadas, y esas posiciones tienden a querer preservar su lugar", analizó Orr.

Y sostuvo que "los partidos políticos, que son las organizaciones en las que se dirimen las candidaturas, todavía están atravesados por esta impronta de desigualdad que nos ha recorrido a lo largo de mucho tiempo, y que poco a poco intentamos modificar".

Para la politóloga "cuando el intento de regulación no está presente, lo que va primando es la reproducción de relaciones de desigualdad que hasta ahora han dominado los partidos políticos. La prueba más evidente de esto es ver cuándo se sancionó el voto femenino en Argentina, a mitad siglo del siglo XX, y cuánto tiempo pasó para que una lista de legisladores y legisladoras fuera paritaria. Si fuera simplemente una cuestión de generar la posibilidad de presentarse, reconociendo el voto femenino es la posibilidad de elegir y ser electa, si fuese solo esa la tarea, entonces inmediatamente de sancionado el voto hubiéramos tenido listas paritarias. Si se podían presentar, ¿por qué no lo hicieron? Requirió muchísimo trabajo, esfuerzo militante, décadas, para lograr avanzar hacia la regulación específica de la integración paritaria, y a partir de ahí es que se lograron avances significativos. Primero con el Cupo y después con la Paridad".

Consultada sobre niveles mayores de resistencia ante la posibilidad de una mujer al frente de un puesto ejecutivo, sostuvo que "la pregunta es dónde está localizado el punto de resistencia, si en la sociedad o en los partidos. Ahí tienen dificultades para favorecer los liderazgos de las mujeres. No estoy diciendo que militen en contra, pero sí a veces se encuentran muchas dificultades para que sea una mujer quien encabece una boleta".

"Hay una sociedad, por supuesto, que ha atravesado estas desigualdades, pero de manera creciente, reconoce en distintos ámbitos la presencia de las mujeres. Ahí la pregunta es si la sociedad se va integrando de a poco en distintos ámbitos con más mujeres, ¿por qué todavía no no se aceptan esos liderazgos? Seguramente ahí los partidos tienen una dinámica propia. Quizás no hay una percepción negativa. Resuelven en base a relaciones de poder dentro de los partidos, eso es lo que hay que trabajar. Hemos escuchado relatos de mujeres que han tratado de llevar adelante listas , competir dentro del partido, y sabemos que no se lo hacen fácil. El armado de las listas es monopolio exclusivo de los partidos. Tenemos listas cerradas y bloqueadas, la ciudadanía no incide en el orden de las candidaturas, incide en la preferencia por una u otra lista", concluyó.